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sábado, 19 de enero de 2019


UXORICIDIOS, LIBELO DE REPUDIO Y LA Z DE NIETZSCHE
Llevamos bueno al mes de Febrero. Cochinillo de hebreru, dicen por mi Asturias, con el suo padre al humero. Se acabaron el tiempo de las matanzas y ahora llegan los carnavales. Más de uno cogerá alguna longaniza y hasta puede un conejo. -¿Qué conejos le gustan a vosté de los de así. Entre las orejas. O los de asao. Los que se cogen por abajo. -De las dos formas. Soy de buen conformar. Bueno pues el tema es el de siempre: la violencia de género. La maté porque era mía. Cuernos cerca cuernos lejos que el que me los ponga a mí no volverá a poner otros en mi concejo. Sabidos cantares del viejo romancero. Historias de malmaridadas y perniquebradas. Pero no se puede no se puede contra la que duerme contigo usar el fierro. Y yo que me quería casar con una mocín barbero. De los álamos vengo, madre, de ver cómo los menea el aire. Ay madre, la mi madre, mire en qué acabaron esos sueños. En sangre. Eros y Tanatos me parece que en la mitología griega eran hermanos mielgos. Violencia genérica uxoricidios. Navas siempre la clava, no paga el hombre pues un blog tal y como está esto da para pocos trotes y a los viejos reporteros nos arde el fuego de la pasión que es profesión y uno es un amanuense nada hortera, pero Navas la clava, siempre acierta; ha elegido la propia palabra para designar este flagelo que adquiere un monto alarmante, sociedad, políticos, curas, jueces, magistrados y periodistas de lo rosa y de lo light reflexionen, están jugando con el fuego. Uno entretiene sus despondencias líricas mirando para el santoral. El menologio griego y el martirologio romano fueron mis maestros. Se recomiendan ellos solos. Ponen el casuístico colofón al libro que más he leído: el Evangelio. Febrero es tiempo de mártires. Miren qué santas tan guapas y qué santos más bellos. El otro día sin ir más lejos festividad de Santa Águeda, la bella moza siciliana, abogada de la virginidad y del cáncer mamario, que no quiso acceder a los deseos del pretor que le tiraba los tejos, abro el misal cinco de febrero, evangelio de Mateo 19,13-12. Era un delito profanar a una vestal pero los curiales desde la prepotencia y el sexo romano se saltaban la norma a la torera. Murió degollada tras el ecúleo, sus tetas se las cercenaron y las tiraron a lo perros. Un caso, uno de tantos, de la violencia de género. No pararán ahí las cosas porque días adelante en la epacta del martirologio, a santa Apolonia la egipcia por la misma causa le serían arrancadas todos los dientes. Se convertiría por tanto en abogada de lo dolores de muelas en la mitología cristiana. Todo tiene su lugar y su símbolo sobre el papel. En la vida real, nada. Sin embargo, el dictamen del Salvador sobre este problema que aflige a las hijas de Eva en sus relaciones con los hijos de Adán se muestra inconcuso y concluyente Y dice Jesús: Llegaronse a Él los fariseos tentándole y diciendo: ¿Es lícito a un hombre por cualquier causa? Él les respondió: ¿No habéis leído que el que hizo al hombre al principio hizolos varón y hembra y dijo: por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá con su mujer y serán los dos en una sola carne? Así que ya no son dos sino una sola carne. Lo que Dios, pues, juntó ya no los separa el hombre. Ellos con testaron: ¿pues por qué mandó Moisés darle libelo de repudio y despedirla? Jesús les dijo; por la dureza de vuestros corazones os permitió moisés repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Pero yo os digo que todo el que repudiara a su mujer sino en caso de adulterio (el adulterio de un cónyuge es causa de divorcio imperfecto pero no disuelve el vínculo y así ningún divorciado puede contraer nuevas nupcias, dice el P. Nicolás González Ruiz) y el que se casare con la repudiada comete adulterio. Dicenle sus discípulos: si tal es la condición del hombre con la mujer, vale más no casarse. Él les dijo: no todos son capaces de ello sino aquellos a quienes se les concede. Porque hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que fueron hechos tales por los hombres, y hay eunucos que se castraron a sí mismos por el reino de los cielos. El que tenga oídos para oír que oiga”. Mateo inconcusamente también “la clava” como Navas haciéndose eco del planteamiento de las palabras y el pensamiento del Salvador. Cristo puede que esté pasado de moda con los árabes no ya a las puertas de Viena que bien decía el inmortal Cristóbal de Castillejo poeta zamorano y monje cisterciense que colgó los hábitos por el amor de una alemana y defensor de Viena frente a los otomanos, soldado del Emperador, “ribaldo y travieso eres amor en tu perfidia el Turco no se te alcanza”, sino a los muros de Berlín, controlan la banlieu de París, se muestran orgullosos y vengativos por las calles de Madrid y en Londres y en Sevilla van a construir mezquitas acojonantes. Pero sus palabras no pasarán. Estoy seguro de eso. Aquí Jesús lo expresa bien clarito. Los vínculos del amor son más fuertes que la vida misma y van más allá de la muerte. Pero es tolerante y misericordioso con la mujer caída y sin embargo acérrimo con los fariseos a los que no se hartó de llamarlos raza de víboras, sepulcros blanqueados. Hoy son los que mandan, tienen la sartén por el mango, controlan la “media” y las prensas, las planchas, lo alto y lo bajo, lo limpio y lo inmundo y todo lo venden el honor, la mujer y hasta la camisa. Ellos son un peligro mayor que el islam. Y el Señor nos dijo duro con ellos. Os podrán quitar la vida pero el alma no os la arrebatarán. Eso pertenece a Dios. En estos nidos de culebra pone sus huevos la anaconda que se va enroscando por el mundo en movimientos zigzag. Zetas y eses que nos ahogan a todos, esparciendo la baba de la mentira, el odio; sé que son fuertes pero más fuerte será el amor. ¡Hijos de la gran Z! La Z de Nietzsche es su gran añagaza, su enorme pretexto. En verdad, en verdad os digo. Vasallos de la gran meretriz. Me despaché a mis anchas y, aunque pecador, tampoco me callo. -Enmudezca. Chitón, don Veruntamen que me va a despertar a los niños. Usted se parece a Savonarolla. -El espíritu de este fraile anda ahora por el mundo y la iglesia después de mandarle a la hoguera (un pecado grande de un papa poco ejemplar como Alejandro VI) ha rehabilitado su mensaje después de seis siglos y le ha pedido perdón. Lleva razón la Fallaci en lo que denuncia la operación de acoso y derribo a Europa para socavar los cimientos de la cristiandad. Pero a mí me gusta más Papini con su estilo deslumbrante y crudo, uno de los mayores exegetas del cristianismo, y el mayor biógrafo de la vida de Jesús – en España todo se lo seguimos debiendo a los italianos el mejor pueblo del mundo y el más enrevesado, Italia mi ventura- hasta convertirse casi en el quinto evangelista moderno. Oriana dice en sus libros cosas importantes, descubre una conjura pero se guarda muy mucho de señalar quién mueve los hilos de la trama, quién está detrás de esta tenida que para mí de día en día adquiere un carácter más escatológico. Claro que para eso es judía. Parece ser que la violencia genérica [el ojo del amo engorda al caballo] está haciendo ricos a los abogados matrimonialistas, a los reventas de pisos y a los sepultureros, y a los traficantes de carroña que hoy también son muchos. Castrarse por el reino de los cielos. Buscar la puerta estrecha. Es una defensa de la continencia. Cristo hablaba para una Roma entregada a los vicios y donde la promiscuidad era tan arrasadora que los emperadores tuvieron que promulgar edictos como la ley Popea para mitigar la oligogonía o poca descendencia de las exuberantes matronas del Aventino. Con la libertad de costumbres baja la natalidad. Y en defensa de los eunucos. Los latinos no eran tontos y no querían que les escupieran la sopa. A los pueblos dominados emasculaban a sus hombres “para que no dieran guerra” y les traían de esclavos a sus casas. Ataca a la homexualidad cuando es la resultante de un vicio pero la exime cuando se trata de algo endogénico (lean mi artículo en contraportadas pasadas sobre Don Arturo y ver la doctrina oficial sobre la mariconería que ha sido un problema que arrastra desde siglos el clero y el monacato, allí lo llaman “amistades particulares” para refrescar la mente con la verdad, nadie se alarme). Los dos enemigos mayores de la iglesia romana fueron el nicolaismo o la incontinencia y depravación sexual de los clérigos y la simonía, la usura, el apego a las riquezas. Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en mi reino, etc. Contra ambos flagelos lucharon los grandes reformadores de la SRI. Cristo se pronuncia, en cambio, de forma tajante en pro de la libertad y la dignidad de la mujer. Mujer te doy y no sierva. Ninguna religión avanzó tanto en este campo como el cristianismo ni el mismo mosaísmo que no resulta tan tolerante como algunos piensan. Allí hay separación de sexos y las mujeres no pueden rezar con los hombres en la sinagoga. Cristo es mucho más tolerante en el valor divino de lo humano. Por eso su religión nos parece la más perfecta a pesar de que el espíritu blasfemo de Nietzsche. Así habló Zaratrusta. Sustituid lo universal y verdadero por lo acomodaticio, olvidad la Resurrección y hablad del holocausto, un hecho circunstancial y dudoso que borre toda la teología de la cristiandad, el accidente por la sustancia. ¡Viva la moral de circunstancias! Rebelaos contra el dictamen de Julián el Apostata que dijo una vez mirando al cielo: -Venciste, Galileo. Han querido echar a Cristo de la historia pero resulta que Él es la misma Historia. La historia viva. En ese reconcomio llevan más de veinte siglos. No creo lo vayan a conseguir. Él nos dijo siempre tendréis pobres con vosotros. Le faltó añadir y pobres mujeres engañadas, maridos cornudos, asesinos, traidores, embusteros, Judas, temblores de tierra, pestes, guerras, espíritu de contradicción y otros flagelos, maricones y bolleras, tullidos, mancos, tarados mentales, negros, gordos fanegas y gentes que no se cuidan el look, ancianos y viejos desvalidos. Él, que era la culminación de las perfecciones y que nos dijo ser perfectos como lo es mi Padre que está en los cielos, siempre andaba por el monte rodeado de borrachos, publicanos y pecadores y putas. A todos los perdonó. El que esté limpio de pecado que tire la primera piedra. Sin embargo, no perdonó a los santurrones e hipócritas. Los pecados contra el Espíritu no se perdonan. Son las contradicciones maravillosas al borde del ataque de nervios y siempre cerca de la incorrección política amando al pobre sacando la cara por el perdedor del mensaje mesiánico. Nos consuela saber a pesar de que no casa ni tiene parangón con el mundo y el ambiente en que vivimos que Él se quedará con nosotros hasta el final de los tiempos. “E la nave va”, que diría Fellini. No es una frágil barquilla sacudida por el viento. Es la verdadera Roca de Israel. Ay de aquellos que levanten la mano contra una mujer. Sin embargo, bien puede ser que la Gran Meretriz las haya escogido como verdugas y los sayones de los pretores modernos son enviados para cortarles la cabeza a sus respectivos. Crece la nómina de los maridos mártires y eso se siente pero tampoco se ve. Es la punta del iceberg de esta nueva peste social que dan en llamar violencia genérica. Átame esa mosca por el rabo. Ahí te las compongas. De todas suertes y aquí el Señor habla con una crudeza tremenda, la crudeza del Evangelio, hubiera sido mucho mejor castrarse por el Reino de los Cielos. Eso es lo más perfecto. El wishful thinking, el desideratum pero Cristo sabía que lograr eso sería imposible. Una meta. Se trata de una meta no más. Sed perfectos como mi Padre es perfecto. La castidad hace a los hombres bellos y longevos. Nada que objetar a ese ideario. Pero si tu ojo te escandaliza arrancatelo y si tu mano es ocasión de pecado o tu brazo dalo al degüello. Tremendas las palabras del Salvador. Estoy seguro de que si no me hubiera gustado tanto el alpiste yo hubiera sido un buen cura pero ay amigo Roma lleva muchos siglos sin haber dado solución a la cuestión sexual de sus ministros. Lo que no hubiera sido nunca capaz es de vivir una doble vida de hipócrita y hablando de longanizas y de conejos anteayer iba yo por la Plaza España y en un paso peatones me encontré con el arcipreste de un pueblo de las brañas-topónimo no diré se dice el pecado nunca el pecador- colgado del brazo de una negra. -¿Qué tal don Agapito? ¿A dar una vuelta por los madriles? -A eso mismo. -Pero no me dirá que la acompañante es su sobrina-le espeto yo con mucho recochineo. -No. Es una enfermera de una oenegé. -Caray con la nurse. Con una de esas se me curaban a mí todas las enfermedades. -O agarrarías otras peores, hijo- contestó don Agapito que de la raya de ahí de pa Galicia y ahí hablan con mucho ferrete. De Ribadeo para allá son muy guasones y desde la ría para acá, todos carbayones (no confundir con cabrones que asturiano es el roble por favor) con bastante cazurrería. -Sí, padre. El cura de la aldea asturiana que yo me sé y encontré en Madrid de visita ad límina se rió para sus adentros como diciendo es que no somos todos hombres o qué. Buenas enfermeras se busca el clero pero al menos paga su tarifa y no como aquel otro arcipreste luarqués hace unos años que se lió con la mujer del teniente de puesto se vino con ella a Madrid y el marido los encontró como harina metidos en una hostal de la calle La Cruz y le pegó al tonsurado tres tiros ni más ni menos. No hay enmienda. Le convidé a don Agapito pues siempre me cayó bien y a su “sobrina” a tomar unas cañas en un chigre de la calle Leganitos. Después de todo es un cura legal y un hombre como dios manda. Creo que hasta el mismo Jesucristo disculparía su canita al aire pero por favor que no se entere el obispo. Y si se entera ¿qué? En las curias son especialistas en esta clase de vista gorda y allí sí que rige la sentencia de si no podéis ser castos al menos sed cautos que ya advertía un general a sus subordinados don Camilo Alonso Vega que en gloria esté



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