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lunes, 7 de enero de 2019


ADIOS SANTI

Se nos ha ido el día de reyes Santiago López Castillo. Fu mi compañero de pupitre en la Escuela de Periodismo. Elegante, guaperas, un entrevistador con clase se convirtió en un icono de la tele en la Transición. Tuvo la mala suerte de ironizar sobre los morros siliconados de la Leyre Pajín y lo echaron fulminante. La verduga fue precisamente dola Rosa María Mateos.  Quien se acuerda de esa fulana que se fue a Nueva York ha hacer la carrera. sin embargo el nombre de López Castillo pervivirá en la memoria.
Como se las gastan los socialistas. Me siento solidario con él porque yo formo parte de las escuadras de los perseguidos, esos redactores y escritores, a los que este Régimen inicuo que nos rige bajo su férula puso bozal. Nunca hubo menos libertad en este país en esta España nuestra que se llama demócrata. Para publicar para escribir hay que ser del duerno, del afrecho socialista o de la pocilga pepera masónica. Le seguí la pista en Blanco y Negro. Se retiró creo que a Navacerrada. Cuidaba de su perrita a la que hace protagonista de una de sus novelas. Libro delicioso. Descansa en paz Santiago López Castillo. Era hijo de militar. Creo que su padre era aviador. Espero que la muerte no sea el final. Éramos quintos de la copiosa añada de 1944. Good soldiers never die. Only fade away. Lo mismo pasa cuando se es un buen profesional de la información que trata de escribir libre.

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