SAN BAUDILIO EPICENTRO DE LA ESPAÑA
MÁGICA
No visitaba
este hermoso y arrinconado lugar desde mis tiempos universitarios cuando
atendiendo a las clases de los profesores de Arte en la Complutense otoño de
1973 se emocionaban al describir la estructura arquitectónica y pictórica de
San Baudilio de Berlanga: (Camón Aznar, Azcarate, Gaya Nuño).
G. Atienza el
gran periodista y descubridor de los secretos de lugares de nuestra geografía
decía que San Baudilio edificado en el mismo epicentro de la península ibérica
irradiaba una energía potentísima y brillaba con luz especial en la historia
del arte prerrománico. Ese pálpito lo volvía a sentir yo al cabo de más de
medio siglo. Berlanga tierra de vacceos y numantinos que luego se
cristianizaron y vivieron en la larga lucha contra el Islam llena de
anfractuosidades y recovecos, victorias y derrotas (Almanzor dicen que perdió
el tambor en San Esteban de Gormaz a media legua de acá.) Lo habitaban gentes
prevenidas en frontera, con un ojo abierto a las hogueras de las atalayas
anunciando la llegada de la morisma, y otro en el pendón real. Esta es tierra
del Cid por donde pasó el Campeador a ganar el pan de las batallas.
Aquí se
plasma la grandeza y la miseria de un pueblo duro arisco y a la vez magnánimo
que ejerció la tolerancia y la compasión con el enemigo.
El sarraceno
en sus razzias de primavera talaba campos, robaba mujeres, pertrechos y
tierras. En toda esta zona del alto
Duero proliferan las atalayas. Allí el que montaba guardia, cuando veía llegar
al moro, encendía la típica chisquereta o almenara[1] y entonces las campanas tocaban a rebato. La coexistencia fue difícil pero
hubo periodos de tranquilidad, concluidas las "aliyahs" (invasiones) o "yihads" (guerra santa contra el infiel). Esa serenidad se
plasma en los frisos, plementos y pinturas murales con escenas de la vida de
Cristo del obispo san Nicolás y san Baudilio actividades cinegéticas ▬ aparecen
dromedarios, elefantes y un caballero musulmán cabalgando desalado sobre un
corcel blanco▬ al pairo de dibujos místicos como la rosa de los vientos o
composiciones del ave iris que, según los egipcios, se comía el pescado dañino,
o pinturas de San Miguel el excelso o la
Dextera Domini [2]o el dedo de Dios que se asoma en forma de triangulo al lado de la paloma
del Espíritu Santo bajando de una nube. Esta ermita enmarcada en los
territorios entre Sigüenza y Burgo de Osma me recuerda a Santa Cristina de
Lena. Esa era la tesis propalada por el profesor Camon Aznar de feliz memoria.
La mesnada de
Ruiz Díaz de Vivar estaba integrada por soldados de las Asturias de Oviedo que
lo acompañaron al destierro. Existe la probabilidad de que entre ellos hubiese
monjes y clérigos repobladores para realizar esta misión.
Al igual que
santa Cristina, san Baudilio se eleva sobre un peñasco desde cuyo alcor se
divisa la paramera soriana. Misión de vigilancia, pues. Y consta de
iconostasio. El coro se eleva sobre una disposición de arcos de herraduras
funcionales que hacen pensar al historiador en las relaciones litúrgicas que
tuvo el rito muzárabe con la secta arriana y con el Islam.
Hay imágenes
de san Miguel pero sorprendente en ninguna de las dos se pinta a la Virgen
María. Quizás la devoción de hiperdulía sea posterior en la historia del
cristianismo a la de san Miguel que fue privativa de los godos.
El culto
marial vino de oriente y algo después. El Cantar del Mío Cid habla de
ceremonias rituales "antes de los gallos cantar". Se colige que las
misas eran largas y el pueblo asistía embelesado entre himnos devotos, nubes de
incienso y salmos, a las ceremonias eucarísticas que celebraba el preste tras
la cortina del iconostasio. Tanto santa Cristina de Lena, como san Baudilio de
Berlanga en lo alto de un cerro, difunden para el visitante una energía
especial. Acaso sea la luz de Xto que pervive entre nosotros hasta la
consumación de los siglos. Bien valdría pagar una visita de los segovianos a
Soria, la provincia hermana.
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