AZORIN
Leía yo al maestro Azorín con
fruición en mi adolescencia, luego lo di de mano cuando me enamoré de los
rusos. Ellos me enseñaron que la vida es pathos,
pasión, algarada, contradicción, rebeldía. Antonio Martínez Ruiz guarda siempre
distancias con el lector; es todo eutrapelia o arte del bien hablar, epiqueya
(precisión, justeza con las reglas gramaticales) aunque le falte el fuego
quemador del genio.
Es un retratista, un paisajista. Nunca
un novelista.
A estas alturas de mi vida
comprobé que en un país como el español conviene el desapasionamiento. Saber,
nadar y guardar la ropa. Yo recuerdo una entrevista de Marino Gómez Santos,
periodista asturiano, que manejaba la interviú como un berbiquí, publicó una
entrevista con el maestro de Monóvar en ABC el año 62 o 63 en la cual decía que
para él la escritura era una labor anodina y trabajosa.
No quedaba nada de aquel Azorín revolucionario
levantino y anarquista cuando publicó "La Voluntad". Decía que él nunca releía sus trabajos "cuando
publicas un libro ya no te pertenece, es del lector". Por otra parte un
autor resulta diferente a través de las distantes y distintas fases de su
existencia. Crece o mengua al socaire de las alteraciones del gusto y de las
modas. Yo tuve un maestro en la Escuela de Periodismo Alejandro Fernández Pombo
un manchego bondadoso que era un apasionado de los libros de este oráculo del
98. Ahora entiendo por qué. Se adelantó a la modernidad. No es un escritor de fárragos
sino de quintaesencias. Podría lanzar mensajes en twitter a la moda. Manejaba
como nadie la síntesis, se apartaba del barroquismo. Su pluma lanza líneas
rectas como el paisaje de Castilla. "Desdeñamos el tiempo y el tiempo se
venga de nosotros. Nos situamos en lo futuro y lo pretérito tira de
nosotros" escribe en este libro "El Escritor" uno de sus mejor
logrados. Da en el clavo y serviría de vademécum orientadores para todos
aquellos que quieran meterse en los andurriales de la literatura.
Hoy me gusta Azorín. Oigo su voz
y como él y con menor fortuna ▬sobrevivió a la hecatombe del 98, a la
dictadura, a la republica, a la guerra, al franquismo y al post franquismo, fue
el oráculo de los jóvenes de mi generación▬ he tratado de vivir en escritor
bajo la máxima horaciana de "nulla
dies sine linea". Tuve de por vida recado de escribir enfrentándome al
tormento de la blanca cuartilla. He sido todo un literato
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