CONVIENE UN ENTENDIMIENTO CON MARRUECOS
LOS DEBATES SOBRE EL Sahara En Naciones Unidas el año 77 me tocó cubrirlos a mí cuando era corresponsal.
Marruecos tenía a la sazón un embajador, Filali, hombre habilidoso y tenaz que nos trataba de disuadir de nuestra postura a favor de los saharauis que al fin y al cabo pertenecían a la antigua provincia africana de Río de Oro que tuvimos que entregar a Marruecos tras aquella jugada maestra del Rey Hassan II “La Marcha Verde”.
Todos supimos que el suelo de aquel desierto era riquísimo en fosfatos, petróleo y otros minerales subyacentes bajo las áridas arenas de aquel desierto.
EE.UU y otras grandes potencias como Francia e Israel luchaban en la arena diplomática a favor de Rabat. Otra vez nos dejaron solos bajo la presión indeleble de Kissinger y las multinacionales.
Contrimás, conservo un recuerdo grato de aquel “tebib” (tenía la carrera de médico era un sefardita como gran parte de los asesores del omnipotente monarca rabatí).
Nada que ver con los descamisados que introduce en su novela “La pared de a tela de araña” Tomás Borrás. La corte del rey alauita pudimos comprobarlo entonces tenía aires de imperial: el lujo, el trato más exquisito, los refinamientos incomparables.
Al ver a este embajador yo pensaba en lo que pudo ser el palacio cordobés de Medina AZARA en Córdoba lleno de jardines con fuentes, expertos en medicina, eximios alarifes y médicos de fama.
La reciente crisis de los inmigrantes en tromba saltando la valla ceutí ha resucitado en mí tales recuerdos y no puedo menos de bajarme al moro. España haciendo dejación de sus intereses patrios se ha desentendido de nuestros hermanos marroquíes. Son de nuestra misma raza.
Según Eugenio Noel tienen nuestros mismos piojos, idénticos prejuicios y un fatalismo histórico como una de nuestras lacras. Hay un proverbio marroquí lo dice todo: “Macfut” (está escrito).
Hoy son una nación joven y en expansión a la cual hay que estudiar y tratar con sumo cuidado. Está en marcha el gran diseñe del Grand Maroc, una potencia oceánica, El Imperio del Ocaso, auspiciada por los norteamericanos y sobre todo por los israelíes que tanto mandan en Washington. Esta simbiosis entre mosaistas e islamitas por imperativos tanto raciales como estratégicos pone de manifiesto esta gran novela (era Borrás, falangista y a través de su mujer una cantante de rumbo llevaba mensajes a José antonio cuando estaba preso en la modelo) con estos párrafos que resuman amor a España y piedad por el hebreo oprimido;
”… el grupo de judíos se arrodilló y besó las manos y los pies del general, Berenguer, buen conocedor de Marruecos ordenó ante sus clamores que el bajá les diese permiso para entrar calzados a la mezquita.
Aquel judío se puso temblando las babuchas sin quitar ojo del creyente que interrumpió sus rezos lleno de estupor y se acercó al hebreo detrás de mi, empezando a gritar en árabe para que se quitara las babuchas. Pero era orden del bajá. Entonces el moro quedó indeciso, abstraído devanando las cuentas de su tasbib (rosario)…. Para que no tuviese miedo acompañé al judío a su “mellah” (aljama hebrea). En una calle retorcida como una serpiente se detuvo ante una puerta verde de la casa: Abrais que istan aquí los ispañoles y una voz de adentro prorrumpió en alabanzas a mis soldados… Xed bienvenidos. Gracias españoles ¡viva la reina doña Ysabel! ¡Muchas mercedes!. Mos habeis salvado. Estábamos espantidos. Nos lo robaban todo!. Dios los truxo…. Ya sois libres os podéis poner las babuchas. Non siñor. Os moritos nos vejarían… el general lo mandó… que eche un pregón”.
Fue una labor liberadora y civilizadora la de los españoles en la guerra del Rif mal que les pese a los hispanófobos. ¿Una guerra con Marruecos a estas alturas? La perderíamos. Marruecos posee uno de los ejércitos más potentes. Tampoco hay que dejar a un lado a los argelinos que son un país demócrata mucho más moderno y donde el fundamentalismo no ha arraigado. Mohamed VI es un señor de horca y cuchillo que manda sobre un pueblo de harapientos dominado por una clase política de altura donde los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres pero fanatizados. Es un verdadero sultán.
Se entiende entonces por qué el marroquí mozo quiera emigrar a Europa para mejorar su nivel de vida. El monarca conoce bien el adagio “os dominaremos con el vientre de nuestras mujeres paridoras”.
Más allá de estas digresiones de la política yo he gozado con el acervo del léxico alauita que aporta esta novela dialogada que tiene como fondo el rapto de la esposa de un anciano.
Los personajes que tratan de liberar a Axuxa la beldad mora que es raptada por un mercader de Ben Arés.
Grano a grano hincha la gallina el papo, Gibel montaña. Alcabala impuesto. Dxora aduar, aldea. Zerdel cejel. Rorfa corrales. Dar casa. Aars boda. Má agua. Chettaba mancera prostituta. Kiadar caballo. Baissar olla de ahí viene bazar. Tarbuch el gorro colorado de los soldados de Regulares. ¡Balak! Cuidado, neggafa criada de servir. Marhababidums felicitaciones. No hay fuerza ni poder sino en Dios, djin ángel. Hasan ruiseñor madre de la hermosura. Taifor taburete. El Magreb imperio del Ocaso. Siala tatuaje, samet vino. Jamsi el máuser la fusila el mejor acompañante de los cabileños de Xauen.
Esta es una hermosísima novela llena de admiración hacia nuestros vecinos del Imperio del Ocaso que termina con una jaculatoria en árabe:
—El jamdú-li-Al-la (Dios sea bendito)
Fue escrita en Tetuán en 1920 como replica a los ataques que recibió el general Berenguer por el desastre de Annual del cual no era culpable. Al menos los ardidos tabores por él creados y la policía nómada podrían acabar hoy con el cáncer catalán que nos envenena a los españoles un siglo después de aquella hecatombe debida a las crueldades de Abdel Krim, un cabecilla que creíamos de los nuestros y se pasó al enemigo.
La traición siempre fue un estigma parte de nuestro carácter como moros y cristianos
02/06/2021
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