EN LO ALTO DEL PUERTO ARBÁS PUERTA DE ASTGURIAS
ARBAS PUERTA DEL CIELO
Porta coeli
Y estrella de la mañana
cuando seguimos el rumbo de casa.
Cancel que abre la puerta dorada de mis sueños
a la meta soñada.
Cencido sel,
alta montaña,
altar de Santa María,
ara sagrada
reconstruida
por M Pidal hijo adoptivo de Pajares
sus restos allí descansan
bajo la arcada
sus restos allí descansan
bajo la arcada
Aires son del romancero
Sobre el lomo bendito de los montes universales
en las alturas de gollizos y morenas de glaciares
en las alturas de gollizos y morenas de glaciares
balcón vacío
mirando hacia la Sierra de la Demanda
barrancos y cuchillares
Campomanes en la bajada
oigo sonar la gaita
grito telúrico
ijujus de aquellas romerías de juventud
clangor de amor y de guerra
los mozas no van al baile
son viejas y mueren del flagelo chino
Aquellos cantos de siega que yo cantaba
los mozas no van al baile
son viejas y mueren del flagelo chino
Aquellos cantos de siega que yo cantaba
al volante de mi Seiscientos
Balcón triste
que viste
cayado y bordón pasar los siglos.
Melodías de nenias funerales y de coplas del querer y del sentir
Melodías de nenias funerales y de coplas del querer y del sentir
no hay carretera sin barro
nin prau que non teña yerba
bueyes duendos arrastrando
la carreta
del aldeano que va a la hierba de arribada
la tralla del mayoral arreando la diligencia
rumbo a la Corte
por el borde de tu antojana
viste
pasar camino de Compostela a tantos peregrinos
puerto y puerta
del Principado
del Principado
para el que va
de paso
una fuerza extraña
me une a estas montañas
que fueron la entraña misteriosa
de Asturias madre galana
Sellaron mi destino
cuantas veces en mis idas y venidas
en mis subidas
y bajadas
fice la santiguada
ante el portón de Arbás quicio y dintel arco escarzano
beaterio vacío
puerta cerrada
No me contaste tus historias
de monjes y de cantos
pero yo me las sé
vi el resplandor de velas y cirios
ecos de misas rurales
y perdidas plegarias
retumbando en los montes
Ayúdanos, Madre Santa.
Los ángeles no respondieron
a mi llamada
mano de hierro
en la aldaba
herméticos silencios
guardan la cerradura oxidada
Siendo ellos la clave
de los misterios
de España
Sic ad astra
sic ad arva
laderas en lo alto
de la gran cucaña
sobre las nubes se yergue
en punta el pico
Aramo con su cayada pétrea de nieve
Asturias en la mirada
El paraíso que yo anhelaba
No hay comentarios:
Publicar un comentario