EL CORBACHO
Antonio
Parra
Si Marina non te place, Catalina, pues sí, face. Para leer a
Alfonso Martínez de Toledo, el arcipreste de Talavera que lo mismo que el otro,
el de Hita, era un pinta y de mujeres sabía lo bastante, conocimientos que, por
lo que parece, no aprendió necesariamente en el confesionario, hay que estar
bien dotado y con la libido en su sitio. Ser joven, gallaspero y algo marchoso
como corresponde a aquellos monjes giróvagos y clérigos bigardos itinerantes
por las aldeas de la cristiandad y aleluya aleluya cada uno con la suya que
sabe más el necio en su casa que en la del cuerdo. La lectura de sus páginas me
pone en guardia contra los insensatos que han intentado amargarnos la vida
convirtiendo la religión católica en una cuestión de bragueta. En esta fe,
profesada por los pecadores, no faltaron jamás los líos de faldas y de
pantalones.
Ahora bien,
nos proviene con el salmista de los peligros del amor humano –cárceles,
torturas, estupros, violaciones, crímenes, celos, adulterios, allanamientos de
morada, raptos, toda esa tristeza poscoital- pasajero y exhorta a gozar de las
mieles del amor divino que es eterno. Vinagres y dulcedumbres. Con más
renuncias pero con menos complicaciones. Con toda su moralina, pese a todo, nos
previene el buen arcipreste de que en este campo no hay remedio.
Pues, litro
y medio. Pero con frecuencia la botella pone peor las cosas. ¿Y cómo la Vd.?
¿Medio vacía o medio llena?
Según se
mire. A mí lo que me interesa es la prosa. El párrafo cuadrado, la palabra
exacta; lo demás, percata minuta, ya digo pero vivimos en una época en que, a
pesar de todo lo dicho, nadie se baja libros de Internet. El mundanal ruido del
porno y los discos. Evasión quiere la masa. Y se hacen mangas y capirotes con
la belleza, la estética y todos esos conceptos antiguos. En los bloggers están
apareciendo millones de escritores, asociaciones, contando, bien o mal,
dexteramente o en zafiedad, sus locuras, sus experiencias. Por las planchas ha
pasado la apisonadora. Y la imagen que se presenta es la de una humanidad en
ebullición (parejas de recién casados que nos cuentan cuanto se aman,
pensionistas de Pasadera que van a las Vegas y se retratan en tejanos y con
sombreros en tejanos, y luego la otra cara de la moneda, la noticia que nunca
traerá en sus titulares el NYT, la del soldado que acaba de perder las piernas
en Bagdad y regresa a casa lisiado a una casa vacía, la Asociación de Veteranos
le ayuda con los folletos de reclamación pues esta carne de cañón
estadounidense no anda muy bien de letras, las cuatro reglas y vas que chutas,
existe una hoja de reclamaciones y no lo saben, serán vagabundos carne de cañón
y carne de taberna. Fue siempre así. A los mendigos de Castilla la Vieja en el
XVI triste paga y retornar triste del soldado aunque sea de una guerra gloriosa
y vencida en buena lid nadie les hacía caso y su futuro era la mendicidad. Hay
que ser un pícaro o transformarse en bolchevique o en un cínico si no quieres
que se te revienten las meninges.
Daca
huevos, daca estopa, daca vino para estocada. ¿Y a ti quien te lo hizo? ¿Quién
te pegó la puñalada? ¿Qué son esos lloros? Lloro mi desventura y estoy
desarmado ante la vulgaridad y los equívocos del presente. ¿Quién vos firió en
la cara? ¿Quién me vos mató? Pero oiga ¿no era Prosegur la empresa en la que
trabajaba el Dioni el que se fugó con toda la pasta? Pues sí y míralos de pardo
y míralas actuar tan jacarandosas. Guardia de seguridad que se cree el ombligo
del mundo. Dale a un español un poquito de poder y tendremos a un tirano. Aquí
lo importante es controlar al otro. Deudos somos de los inquisidores y la
Prosegur vestido de pardo, el uniforme de los hitlerianos, me dan arcadas
recordar, se me revuelven las tripas del estomago pues soy algo judío no
faltaría más, camina lentamente por el corredor de la planta noble. La niña
quiso ser policía nacional, suspendió para la Benemérita y acabó en securata.
Se da aires y mucha importancia. Controla a la peña de funcionarios. Todos a
sus pies. Disciplina inglesa. Dales caña. La Prosegur quiere ser la Santa
Hermandad a la americana. Las mangas verdes sustituidas por una chaquetilla de
paño. Canana y pistolón al cinto.
Hombre, hay
que ser un poco más optimista.
La lectura
es primorosa y refrescante y refleja la alegría de vivir de los siglos medios por
medio que la obsesión primordial sea el sexo pero muy puesto en solfas
moralizantes como reprobando los vicios y denostándolos pero en secreto
practicando una inclinación inconfesable a las fuerzas de nuestra naturaleza
genesica y genérica.
Y hablando
de géneros y de violencia genérica o domestica eso y no hay más que darse una
vuelta por las primorosas prosas del Corbacho,
que es el libro que en las letras castellanas más recuerda al Decamerón de Juan Bocacho, este
canónigo de Toledo que nadie sabe por qué se fue a vivir a Cataluña y formó
parte del cabildo de Tortossa nos cuenta la historia de la bella Argentaria una
buena moza de Barcelona que para no ser descubierta por su marido con su amante
ahogó a su hijo con una de las cintas de su pelo. Aunque a la inversa el mismo
suceso acaba de ocurrir en Alcalá donde un cubano se llevó por delante a la
mujer con la cual cohabitaba y a un niño de once años que les espiaba.
Viejo y
cruel como el mundo es esta guerra de sexos pero siguiendo con la historia de
la Argentaria en el tormento ésta confesó el amor que sentía hacia aquel
hombre, el aborrecimiento por su legítimo declarando que volvería a matar una y
mil veces al fruto de sus entrañas que le había arrebatado lo que más quería.
El caso
hizo época y fue tema de novelas de caballerías y de romances pero el
arcipreste que fue testigo presencial del ajusticiamiento de la pobre mujer en
el rollo de Barcelona aclara que él vio con sus propios ojos cómo la Argentaria
fue violada después de muerta por el verdugo que la ejecutó. El sayón luego se echó con ella.
El texto es
una joya para apreciar la belleza del castellano y de las relaciones que tuvo
con el catalán el valenciano y el primitivo balear. También es todo él un canto
al desengaño amoroso y por ende algo misógino. Retrata al amor desde el espejo
de la muerte. Eros y Tanatos suelen ir de la mano pero un derroche de poderes
descriptivos de la catolicidad bajo los papas de Aviñón y la gran impronta
aragonesa. Y un torrente de adjetivos. Donosura medieval. Excelente fabla.
Palabra bogal. Excelente alternativa.
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