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lunes, 8 de octubre de 2018

por san frolian aluche y la avena en el almiar


FUNDACIÓN DE SAN SALVADOR DE OVIEDO TRECE DE OCTUBRE

 

 

El 13 de octubre en los viejos añalejos figuraba la fiesta de la dedicación de la basílica de San Salvador de Oviedo por el Rey Casto, a mediados del siglo VIII.

Su padre Fruela o Froilán, al caer la ciudad de Lugo en manos sarracenas, trasladó la corte primero a Pravia y después a la ciudad de Júpiter (Oviedo)[1].

Lugo es “lucus” terminología celta que significa monte sagrado. El buen rey Fruela huyó con sus vasallos al Monsacro con las reliquias de los mártires que habían traído los cristianos de Toledo al ser conquistada la Ciudad Imperial por la morisma, pues, como dice el poema de Fernán González “Tomaron las reliquias todas las que ovieron e fuyeron a Castiella e ansí la defendieron”.

Entre esas reliquias estaban las de Santa Eulalia de Mérita. Alfonso II el Casto mandó ponerlas en el altar del iconostasio del ara de San Tirso que es donde estaba emplazada la basílica antigua.

La catedral de San Salvador fue posterior. Su cabildo celebraba la fiesta de la Transfiguración el 6 de agosto juntamente con la de Santa Eulalia emeritense en noviembre.

Precisamente a primeros de octubre caían las fiestas de san Froilán (san Fruela para los astures) que Lugo celebra por todo lo alto con campeonatos de aluche la lucha astur leonesa en la que competían los legionarios de la Victrix también denominada Legio VII de asiento en Asturica.

El aluche era un divertimento castrense: una especie de judo japonés con mezcla de estrategias de la lucha grecorromana. El que ponía la trabilla al rival y lo tumbaba se proclamaba vencedor. Yo he asistido a campeonatos de este tipo en la parte de Cangas de Narcea donde tambien se venera al patrón lucense San Froilán un santo relacionado con el sincretismo celta.

Las fiestas de octubre, de la recolección y la vendimia eran las fiestas del dios Pan y de Ceres que la Iglesia Católica sabiamente cristianizó, y el 13 de octubre los canónigos tanto de la catedral mindoniense (Mondoñedo) como la ovetense honraban a San Salvador con una liturgia de primera clase. Curiosamente la iglesia mayor de Moscú lleva esta advocación del “Spasiteli” (el que rescata) y en Alemania e Inglaterra hay muchas iglesias consagradas bajo el nombre del “Erloser” en Colonia y de Christ Church Our Saviour, en Oxford.

La devoción al Redentor se extendió tanto por Oriente como Occidente al principio de la Edad Media. Es un hecho históricamente irrefutable que la erección del templo de Oviedo fue el origen de las peregrinaciones a Compostela.



[1] El toponímico radica del genitivo latino del nombre del dios de la guerra Iovis. De este sustantivo provenga tal vez el adjetivo jovial

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