FUNDACIÓN DE SAN SALVADOR DE OVIEDO
TRECE DE OCTUBRE
El 13 de octubre en los viejos añalejos
figuraba la fiesta de la dedicación de la basílica de San Salvador de Oviedo
por el Rey Casto, a mediados del siglo VIII.
Su padre Fruela o Froilán, al caer la ciudad
de Lugo en manos sarracenas, trasladó la corte primero a Pravia y después a la
ciudad de Júpiter (Oviedo)[1].
Lugo es “lucus” terminología celta que
significa monte sagrado. El buen rey Fruela huyó con sus vasallos al Monsacro
con las reliquias de los mártires que habían traído los cristianos de Toledo al
ser conquistada la Ciudad Imperial por la morisma, pues, como dice el poema de
Fernán González “Tomaron las reliquias todas las que ovieron e fuyeron a
Castiella e ansí la defendieron”.
Entre esas reliquias estaban las de Santa
Eulalia de Mérita. Alfonso II el Casto mandó ponerlas en el altar del
iconostasio del ara de San Tirso que es donde estaba emplazada la basílica
antigua.
La catedral de San Salvador fue posterior. Su
cabildo celebraba la fiesta de la Transfiguración el 6 de agosto juntamente con
la de Santa Eulalia emeritense en noviembre.
Precisamente a primeros de octubre caían las
fiestas de san Froilán (san Fruela para los astures) que Lugo celebra por todo
lo alto con campeonatos de aluche la lucha astur leonesa en la que competían
los legionarios de la Victrix también denominada Legio VII de asiento en
Asturica.
El aluche era un divertimento castrense: una
especie de judo japonés con mezcla de estrategias de la lucha grecorromana. El
que ponía la trabilla al rival y lo tumbaba se proclamaba vencedor. Yo he
asistido a campeonatos de este tipo en la parte de Cangas de Narcea donde
tambien se venera al patrón lucense San Froilán un santo relacionado con el
sincretismo celta.
Las fiestas de octubre, de la recolección y
la vendimia eran las fiestas del dios Pan y de Ceres que la Iglesia Católica
sabiamente cristianizó, y el 13 de octubre los canónigos tanto de la catedral
mindoniense (Mondoñedo) como la ovetense honraban a San Salvador con una
liturgia de primera clase. Curiosamente la iglesia mayor de Moscú lleva esta
advocación del “Spasiteli” (el que rescata) y en Alemania e Inglaterra hay
muchas iglesias consagradas bajo el nombre del “Erloser” en Colonia y de Christ
Church Our Saviour, en Oxford.
La devoción al Redentor se extendió tanto por
Oriente como Occidente al principio de la Edad Media. Es un hecho
históricamente irrefutable que la erección del templo de Oviedo fue el origen
de las peregrinaciones a Compostela.
[1]
El toponímico radica del genitivo latino del nombre del dios de la guerra
Iovis. De este sustantivo provenga tal vez el adjetivo jovial
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