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lunes, 13 de agosto de 2018












LOOR AL PADRE ZARCO QUE MURIÓ EN PARACUELLOS

Antonio Parra

Filomela es el ruiseñor y Filomeno colijo pues mi griego está oxidado significativa el pensativo y el que ama la miel. Y María es señora y mar amargo también que el hebreo es lengua dilatada misteriosa y abracadabra. Pues bien agradezco a estos lectores que me siguen y me aguantan como mi santa sus consideraciones y atenciones delicadezas que no me merezco pero que son bálsamo a mis heridas y mi dolor de España sabiendo que ahí al otro lado del ciber hay españoles que vibran piensan y son hombres y mujeres de bien que no queremos la guerra sino la paz el amor la belleza todo eso que nuestra patria a veces nos supo dar y a veces cicatera nos niega porque Castela face al ome y lo desface ya me entiendes, Filomeno, leeré el libro que me recomiendas pray for me at mass et introibo ad altare Dei etc.. En cuanto  a ti fiel  María y casi de mi quinta por lo que veo God bless your son in América. Que españolee por allá y honra merece es tu estirpe. Uno ama y comprende al pueblo norteamericano en su patriotismo en su laboriosidad pero a veces uno denuncia los estropicios de su gobierno. Bush no me gusta ni pizca porque se escribe con b de burro. Yo no escribo para insultar aunque lo parezca sino con un afán moralizante si quiere que les diga hasta me cae bien ZP, me inspira ternura, no es mala persona o no tan malo ni tan fiero como lo pintan los leones de la COPE; es un buen chico de León al que la camiseta de capitán del equipo le viene grande se atusa la manga y tal vez quiera hacer mangas y capirotes de todo esto o a todos nosotros un corte de manga. Hoy ya que estamos aquí quiero añadirle un mote al de bambi como le denomina Alfonso Guerra. A mi me recuerda a Molowny aquel jugador madridista de mi infancia que regateaba y hacía muchos juegos malabares en el césped de Chamartín al que llamaban el mangas bueno pues Zapatero igual Molowny. Alzo la sesión aunque hoy voy a hablar de cosas muy serias desde la sátira y la risa ante lo que nos rodea uno no puede por menos a veces hasta cachondearse de sí mismo y la verdad es que somos tan poquita cosa. Hay pocas cosas sagradas en el mundo. Dios y mi España, mi madre mis hijos mi mujer y pare usted de contar. Y de esa España sagrada, de ese huerto inconclussus, jardín cerrado voy a hablarles esta mañana. Es enero y vamos camino de febrerillo y en la amanecida escuché el canto de un mirlo toriondo en la cerca. ¿Tenía ganas de hembra? Pero esto está cerca del Escorial y allí amanece también la piedra y la bruma del invierno alzará el recuerdo y la imagen de uno de tantos mártires de la guerra civil. Es el P. Zarco un erudito un poligrafo un archivero que se había propuesto rematar la obra que emprendió su hermano de hábito otro agustino el P. Florez treinta y tantos volúmenes editados en 1777 bajo los auspicios mentores de Carolo III  que le dio dispensa de coro para que se encerrase en su biblioteca y una prestamera de cinco mil reales para pliegos tinta y plumas de ave. No acabó y su obra que refiere cómo se implantó el cristianismo en la Bética pasando después a la Tarraconense y la Lusitania. En la España Sagrada Florez se propuso acometer la crónica de todas las sedes episcopales hispanas. Por lo que parece en los primeros siglos godos nuestras iglesias eran autocefalas y autónomas con su propio canon sus misales sus santuarios y santos locales porque la religión católica vino de Constantinopla y no de Roma. España fue tierra de mártires pero herejes pocos – sólo Félix de Urgel, Elipando un obispo de Toledo con ciertas impregnaciones arrianas que llegan a influir en figuras tan importantes como el Beato de Liébana o Prisciliano- y que desde Chindasvinto se mantiene firme y florece. Hasta la irrupción del Islam que llegó como un cataclismo. Los cristianos muzárabes mucho hubieron de sufrir porque con los sarracenos no hay tolerancia que valga y fue así como la primera diócesis en España fue destruida. Es la Iliturgi accitana. Listas de obispos, sillas catedrales, himnarios, aras y una lengua que se impone en el ritual hispano romano sustituyendo al gótico el latín con algo de griego en las ceremonias litúrgicas que se perdieron para siempre. Florez con el olfato de los perros de presa y de esos buenos archiveros les siguió las pistas no pudo dar cima a su empresa. Sus hermanos de hábito que son tenaces y de una capacidad intelectual como ninguna otra orden de la SRI superada tal vez sólo por los jesuitas (antes de que los hijos de san Ignacio se desmandaran) la continuaron. El P. Zarco archivero del Escorial la prosiguió pero tampoco pudo coronarla. Estaba metido de lleno en la redacción de una historia de la Iglesia de Cuenca – fue obispado de abadengo y maestrazgo en zona de frontera pues allí se asentaron el Temple y otras ordenes militares – cuando estalló la guerra. En agosto de 1936 era él uno de  los pocos frailes que quedaron, uno saltó la tapia de la huerta, otro se pasó a los “rebeldes” y otro que era el protegido de Manuel Azaña recibió un salvoconducto para viajar a Francia. Era un agustino pacifico el más joven y desconocía lo que estaba pasando al otro lado del claustro. Creía que aquel movimiento que acababa de estallar era algo pasajero por lo cual acató con buen ánimo la orden de traslado hasta el convento de San Felipe. Allí siguió trabajando ajeno a los sobresaltos traumáticos de una España incendiada. Lo más probablemente es que se le pasara por la cabeza la idea del martirio pero no quiso decir nada a sus compañeros.  Era risueño algo regordete y con gafas de montura de oro. El 30 de noviembre se produce una inspección y orden de requisa por las milicias. Se acerca un comisario político muy amable y le dice al Padre Julián:
-Tenga la bondad de acompañarnos.
-¿De qué se trata?
-Tenemos que completar unas formalidades, Padre. Puro trámite.
-Bien entonces les acompaño.
Creyendo al esbirro de guante blanco el religioso dejó el cuaderno abierto en el cual hacía sus apuntaciones sobre el tema que estaba estudiando e incluso varias carpetas quedaron desparramadas por el suelo desatadas varias ligarzas con memoriales de pergamino. Los archiveros a veces parecen de otro mundo, seres hechos de otra pasta. Seguramente tienen otra idea del tiempo. Zarco pertenecía al cupo. Acostumbrado a escudriñar guerras, pleitos, defunciones, legaciones pro ánima, mamotretos, oficios curiales con su  firma y dele, poemáticas regias sigiladas etc, no creía que todo eso que desparrama la vida en sus alicientes y accidentes fuera con su persona abrazada a la línea recta de la rutina. Pero se lo llevaron y el pobre no regresó nunca a sus queridos papeles. Su cuerpo yace en Paracuellos del Jarama pero su alma y su recuerdo ciernen su mirada propicia por todos los archiveros de España que tratan de guardar los documentos celosos de la verdad histórica garantizar el acceso a los usuarios. Un santo. Otro santo como Huidobro. Al recordar su triste historia bien sabe Dios que no me mueve ningún afán de revancha. Ya todos somos mayor de edad. El archivero del Escorial no volvió más a sus queridos libros. Fue a examinar documentos al cielo.
-¿A qué viene eso? ¿Cómo se le ocurren esas cosas a usted don Verumtamen?
-Simple curiosidad amigo mío. Yo me gasto mis dineros los que no tengo en libros. Y todos estos conocimientos no son míos. Se los debo a Riudavets y a todos sus compañeros del lance de la Cuesta de Moyano. Allí estaban ayer mañana pasando frió pelando guardias por la cultura Conchita, la otra señora, Paco y el señor que está el primero un madrileño de pro que tiende en la primera caseta.
-Ellos son la España real. Pertenecen a la España Sagrada de la que habló Florez.
-Son los mejores.
-Para mí Riudavets es San Alfonso aunque a veces me trate a patadas y me haya dicho cosas que sólo se las he permitido decir a él porque él me quiere y yo le quiero en el buen sentido la palabra y creo que celebro como victoria propia el artículo del P. Huidobro. Al fin la autoridad atendiendo a nuestras advertencias la autoridad retiró la cartela que ocultaba el monolito.
-Bien empleado ese peculio en nuestros libros. España Sagrada. España amor y libertad.
- Cuesta de Moyano lugar bendito. Ningún otro país de la tierra editó tanto. Las fuerzas de las Tinieblas han cometido un error de bulto al creerse que esto es Yugoslavia.
- El pensamiento no delinque.
- España tierra sagrada. Un plantel de mártires nos defiende y nos avala. Gracias a ellos podemos decir estas cosas.
El P. Huidobro, jesuita y el P. Zarco agustino. El uno pereció en el frente sacramentando a españolitos de uno y otro bando. El otro pasado por las armas en las cárcavas de Paracuellos. El premio Cervantes debieran dárselos  a los libreros de Moyano. Ellos hacen más por la cultura que todos esos prohombres de escritura dudosa o perniciosa. Esas firmas del auto bombo. Por ser moros por ser judíos  o por feministas radicales. Muchísimas iglesias no sobrevivieron a la invasión musulmana. Por la crónica del P. Florez yo sé que pertenezco a la diócesis de Peñafiel (que ha desaparecido lo mismo que Miranda Urgel o Valpuerta u otras sedes episcopales que llevan vida anodina: Orihuela o Albarracín) España sagrada tiene algo de laberinto y caminando por sus ánditos uno pierde el huelgo o se sumerge en la perplejidad. Los agustinos continuadores de la obra de Florez  -Risco,  Merino y La Corral- perdieron el hilo. En las Cuevas de Sacromonte estaba la Torre Turpiana y debajo el laberinto. Al P. Julián Zarco Cuevas le pasó lo mismo pero no tuvo tiempo. Lo fusilaron.  Pertenecía a la OSA ese instituto que tanta gloria ha dado a la Iglesia. Fray Luis de León, Santo Tomás de Villanueva y en Inglaterra Wiclif precursor de Lutero que fue su hermano de hábito. Ovejas negras las hay en todas las familias. Zarco dio testimonio con su pluma y con su sangre y es hoy música callada que nos infunde esperanza y nos protege.
Lunas de enero cuartos crecientes en el Jardín de los Frailes, recuerdos de Azaña en Benicarló y sus veladas, vera efigie del demiurgo demagogo timorato que cuando caían las bombas sobre Barcelona -hay un extraño paralelismo de acontecimientos entre lo que pasó hace setenta años y lo que estamos viviendo- se metía debajo de la cama, de la misma manera que el Bambi ese se pierde y anda missing por los bosques de Doñaana cuando le estallan furgonetas en la terminal de Barajas- y que ruede la bola.  Candelabro que alumbra la España Sagrada, no sé si habrán oído hablar del Padre Zarco un agustino del Escorial que aspiró a ese noble ideal de belleza injerto en el pensamiento de la España Sacra, amor a sus semejantes mediante el estudio, un pobre fraile archivero al que fusilaron en la vorágine de Paracuellos. Han pasado setenta años de aquella hecatombe y apenas nadie se acuerda  salvo algunos que amamos los libros y los memoriales y tenemos alma monacal. Vida y muerte y callada. Él vivió enterrado entre memoriales mamotretos y ligarzas buen cantor y voz de chantre maestro de capilla de la Escolanía pues la cosa venía de venirle de sus orígenes conquenses era del mismo pueblo que Salinas y que fray Luis el de la Música Serena. Venía de la Ciudad encantada.
  Pero este hombre pacífico y manso de corazón amigo de la vida serena y de las fuentes calladas del jardín de los frailes acabó sus días en una zanja. Peor que un malhechor. Un mártir.  Pagó el reato de culpas ajenas por pecados que no pecó ¿Que crimen cometió? ¿Qué ley conculcó? Ninguna. Salvó haberse ceñido a los lomos el cíngulo de la sapiencia y el gran silencio de los hijos de San Agustín. Por aquellos días era un delito en España la sotana o ir de corbata.


Apenas salió del convento al que le llevaron de niño. Su vida era la áurea mediócritas monacal y la parsimonia  claustral, la historia y los documentos calígrafos o las partituras de sus pueri cantorum – entre los que estaba un chico de Alcalá al que llamaban Manolito-con los motetes gregorianos o los himnos litúrgicos del santoral. Bueno en realidad un hecho insólito como el de haberle caído mal a Azaña puede que dictaminase la pena de muerte de este justo, según conjeturo yo.  Y tampoco habrá que acusarle directamente a don Manuel (Dios lo haya perdonado, dicen que se llevó las manos a la cabeza cuando se enteró de que las Patrullas del Amanecer de García Sabell o cuadrillas del miedo merodeaban las calles tenebrosas del entristecido y empavorecido Madrid en el otoño del 36 y que un hijo de don Wenceslao todavía vive el cabrito y mira que no le deseo ninguna mal solo vida larga y buenas fumadas de rubio americano pero nadie lo ha sentado en el banquillo de un tribunal por aquel genocidio, exaltado estalinista al frente de la Dirección de Seguridad era como poner a la raposa en guarda de gallinas, organizaba los pogromos en busca de quintacolumnistas) cuando se enteró que los que habían sido sus profesores y maestrillos en el Real Sitio habían sido trasladados al convento de San Felipe. Ay mis frailes, adiós mis pavos dicen que dijo acordándose de la novela autobiografica en la que cuenta su vida de alumno de los agustinos. Pero España había dejado de ser católica. Ya.
 Aseguran sus panegiristas que quiso salvar a todos pero se acordó de una frase pronunciada por él, de que la vida de un obrero no vale la de todas las iglesias de España. Por  influencias de Azaña, sin embargo, consiguió dar un salvoconducto para viajar a Francia al que había sido su prefecto de estudios. Fue el único que se salvó. El resto de la comunidad pereció en Paracuellos. Típico comportamiento del presidente de la republica que era calculador, sigiloso y siniestro en sus obras y deliberaciones, siempre a la agachadiza como buen judeomasón. No es esto. No es esto. Ya pero bajo su férula la España Sagrada se había convertido en la España del Miedo.
 Eran casi treinta frailes. Tres  escaparon, cinco colgaron los hábitos o presas del pánico se agenciaron un mono azul de obrero y se dejaron crecer el bigote y se escondieron como pudieron en casas de Madrid. Cuando venían las requisas y pesquisas criadas y porteras se encargaban de denunciar la presencia del sacerdote oculto pero a la mayor parte se les notaba a la legua que eran curas pobrecillos. El miedo es libre. Algunos apostataban. A otros sus verdugos les encontraban quemando en una estufa en pleno julio sus sobados breviarios. Salía humo negro. Fumata blanca fumata negra. Gritos de al paredón. Llovían las denuncias.
-¿Tienes frío, padre cura?
-Sí. El que me metéis vosotros en el cuerpo, cabrones.
-Estamos en pleno verano.
-Di Viva Stalin y te perdonamos.
-¡Viva Stalin!
-Vengase con nosotros que vamos a dar un garbeo.
-¿Dónde me lleváis?
-Por ahí a tomar cañas


Ardores de agosto y fríos de diciembre en el cuerpo de un pobre clérigo al que iban a fusilar decían que lo perdonarían si apostataba y escupía sobre el crucifijo pero acabaron pegándole cuatro tiros. Odio. Odio terrible y fementido. Odio sagrado de España. Aquel verano unos y otros trataron de resarcirse de viejas cuentas pendientes almacenadas en el debe y el habe de los siglos. Si me la has hecho me las pagas. Las cosas empezaron en broma zamarreándose unos a otros en los escaños del parlamento. Luego el sarcasmo acabó en puñaladas. “Es la última vez que ese hombre habla en esta cámara, señoría”. La Euménide de Derio hablaba sin ambages, era directa en sus palabras, hijos sí maridos no y por esa cuenta siguen todavía algunas “Tengo anchas espaldas- contestó don Joaquín a la tremebunda lamia- y la vida del cuerpo me podréis quitar pero no así el alma. El alma pertenece a Dios”. Gran frase de Calvo Sotelo que  así se enfrenta al basilisco con gran elegancia y citas a los clásicos, orgullo de prócer, casta de la España sagrada y eso que él era gallego de Tuy, mirando con desdén para el tendido, sus asesinos se arrellanaban cerrando el puño en sus butacas. No le perdonaron al ex ministro de finanzas del dictador las fuerzas tenebrosas que diseñan el ecumene a este tan conflictivo el cual en merma de los intereses del gran capitalismo hubiera pretendido nacionalizar los suministros de petróleo. El que se mueva no sale en la foto y Joaquín Calvo  Sotelo se movió. Al enfrentarse a la Bestia Oscura de afilados colmillos. Con su vida lo pagó.
 Aquí los líos sabemos como empiezan pero nunca cómo terminan. Cuidado. Tengamos la fiesta en paz Desde el extranjero también azuzaron los perros pero a los españoles de sangre caliente no hace falta que lo instiguen a la pelea cuando se sabe en manos de una buena causa. El morbo ibero lo que más le va es un buen auto de fe una corrida de toros o los líos y trifulcas de las revistas policromadas con los amores y desamores las preñeces y barrigas de sus serenisimas las infantas las cacerías regias del oso las traiciones y otros crímenes estelionatos gatuperios y peculados adobados en salsa rosa. El país siempre fue una de dos o muy picante y aguerrido o muy papanatas. Aquí las iras tardan en explotar pero cuando la cólera se destapa no hay quien pare a esta máquina. Aquel verano víspera de un otoño ardiente y seco el Manzanares bajaba tan enfurecido que parecía talmente el Mississippi. ¿Y en Alcorcón qué pasa? ¿Se ha levantado la fuerza? ¿Es que se escuchan gritos de “no pasarán”? Alcorcón es pedáneo de Móstoles y no hace falta estrujarse la cabeza mucho para encontrar paralelismo. La culpa la tiene la perversión del lenguaje la nueva semántica.. Allí un alcalde se sublevó nada menos que contra el corso. Casi ná. El emperador del orbe.


Móstoles. Aranjuez y el pueblo cortándole los arreos del exilio a la carroza real y ahora enviándose mensajes los jóvenes SM por el móvil. Pero a diferencia de entonces un alcalde socialista diciendo aquí no pasa nada y hablando de un hecho puntual etc. anfibología y nueva semántica. Estos chicos émulos de Voltaire dicen que  el lenguaje sólo sirve para ocultar los pensamientos. Pero el pueblo español cuando se desboca sigue gustando de llamar a las cosas por su nombre. Al pan, pan. El pueblo está harto de tan despotismo ilustrado. Los de abajo siempre cantan la gallina. Por lo menos esos chicos no son esos mansos y cornalones que nos encontramos cada día camino del trabajo que no comen por no cagar, que jamás rechistan o a los que les va la marcha pues está claro que el inventillo democrático nos ha devuelto a los pródromos del romanticismo decimonónico. Frenen esa algarada clamó el prisionero de Zenda desde su castillo de marfil monclovita. Más policía. Den caña. Son españoles presidente. Repelen la agresión del invasor. Porras y botes de humo pelotas de goma. Que traigan las grandes mangueras de dispersión y fuego a discreción. Viva las caenas. Um la cosa se pone fea. Estos nos quitan los pisos, usurpan nuestro trabajo, se acuestan con nuestras mujeres. ¿A qué han venido aquí? A comer el pan y a cagar el morral. ¿No pedíais alianza  de civilizaciones? Casas Viejas quizá no sea Alcorcón pero se parece mucho en las consignas. Los tiros a la barriga de Don Verrugo recuerdan mangueras a discreción pelotas de goma y botes de humo de don Rubalcaba. Reprimir y reprimir .y por supuesto la culpa la tiene la extrema derecha y en diciendo esto se les hace la boca agua. Aquellos obreros extremeños sólo querían pan y estos chicos de Madrid que les dejen vivir trabajar tener una vivienda y un curro y que los  forasteros no se acuesten con sus chicas - es el grito del mocerío de siempre o al menos así siempre fue en España- y no le degüellen por la espalda. Dicen que han venido aquí por el oro que nosotros les robamos hace cuatro siglos. ¿Qué oro? ¿El que cagó el moro? Y esa es otra cosa los agarenos andan por ahí amenazando que también nos quieren echar. Nosotros entramos en patera y vosotros quisió como saldréis. Y a esta invasión que no cesa en almadía barcazas y hasta en canoa cruzando el estrecho ya lo llaman la algarada callada jopé mucho saben esos moritos. Y los Opas de siempre han vuelto otra vez para abrirles la puerta del castillo. Que les den que les den. Que les den la mezquita de Córdoba. Piden árnica y se lo conceden. La historia dicen que no se repite. En España sí. Volvemos a las andadas. Con esto de alianza de civilizaciones y de sociedades laicas mucho ateismo a discreción pronto volverán los comisarios a llamar a nuestra puerta a multarnos porque no tenemos la casa alquilada. Despotismo y terror y qui se hace lo que a mí me da la gana. Y los matacuras de siempre se echarán a la calle y rondarán de noche pelando la pava. Sucedió en el 36 y puede volver a suceder en el 2007¿Quien no se acuerda de aquellas temibles sacas de las que el padre Zarco y otros muchos inocentes fueran presa cándida? al Bambi a veces se le pone una sonrisa de hiena. Don Verrugo tenía cara de palo. Y mutatis mutandis era un intelectual de mucha más talla que este advenedizo de León. Dios quiera que no la emprenda con los clérigos ni con los archiveros. De momento todo hay que decirlo se ha mantenido ZP en la linde los términos correctos y no ha ordenado que fusilen a nadie lo que como demócrata le honra aunque se le ve un manipulado una marioneta del gran guiñol pero puede convertirse en el Kerensky de la segunda transición el precursor de Beria. Siempre estan diciendo una cosa y haciendo otra. Lo mismo pasó entonces.
No cumplieron su promesa. Aquel sacerdote que había venido huyendo de un pueblo de Toledo fue paseado aquella misma noche. No lo había delatado ni la portera ni algún monaguillo rencoroso. Le había descubierto el humo de una estufa donde trataba de hacer desaparecer sus misales y devocionarios. El miedo es libre. Era un hombre. Tenía frío y sed. Entonces sus esbirros lo anduvieron llevando y trayendo por algunas tabernas del Avapies y del Puente -Toledo. Lo emborracharon con cazalla.
- Venga padre cura que esto es más suave que el vino de misa.


Ciertamente aquel arcipreste de Sonseca o de por ahí tenía un miedo cerval a la muerte.  Quiso congraciarse con sus captores riéndoles las gracias (cobardes). Cuando se cansaron y poco antes de llegar a la Sacramental de San Justo pasado el puente lo mandaron correr.
-Corre
y echó a correr con paso incierto de beodo. El mono le venía grande y estaba claro que echaba en falta los arreos y el vuelo de la sotana. No estaba acostumbrado a caminar sin sus hábitos el curilla. Tropezó
-Ese grajo no irá muy lejos - dijo uno del comité echándose a la cara el arma

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