LOOR AL PADRE ZARCO QUE
MURIÓ EN PARACUELLOS
Antonio Parra
Filomela es el ruiseñor y Filomeno colijo pues mi griego está
oxidado significativa el pensativo y el que ama la miel. Y María es señora y
mar amargo también que el hebreo es lengua dilatada misteriosa y abracadabra.
Pues bien agradezco a estos lectores que me siguen y me aguantan como mi santa
sus consideraciones y atenciones delicadezas que no me merezco pero que son
bálsamo a mis heridas y mi dolor de España sabiendo que ahí al otro lado del ciber
hay españoles que vibran piensan y son hombres y mujeres de bien que no
queremos la guerra sino la paz el amor la belleza todo eso que nuestra patria a
veces nos supo dar y a veces cicatera nos niega porque Castela face al ome y lo
desface ya me entiendes, Filomeno, leeré el libro que me recomiendas pray for me at mass et introibo ad altare Dei
etc.. En cuanto a ti fiel María y casi de mi quinta por lo que veo God bless your son in América. Que
españolee por allá y honra merece es tu estirpe. Uno ama y comprende al pueblo norteamericano
en su patriotismo en su laboriosidad pero a veces uno denuncia los estropicios
de su gobierno. Bush no me gusta ni pizca porque se escribe con b de burro. Yo
no escribo para insultar aunque lo parezca sino con un afán moralizante si
quiere que les diga hasta me cae bien ZP, me inspira ternura, no es mala
persona o no tan malo ni tan fiero como lo pintan los leones de la COPE; es un
buen chico de León al que la camiseta de capitán del equipo le viene grande se
atusa la manga y tal vez quiera hacer mangas y capirotes de todo esto o a todos
nosotros un corte de manga. Hoy ya que estamos aquí quiero añadirle un mote al
de bambi como le denomina Alfonso Guerra. A mi me recuerda a Molowny aquel
jugador madridista de mi infancia que regateaba y hacía muchos juegos malabares
en el césped de Chamartín al que llamaban el mangas bueno pues Zapatero igual
Molowny. Alzo la sesión aunque hoy voy a hablar de cosas muy serias desde la
sátira y la risa ante lo que nos rodea uno no puede por menos a veces hasta
cachondearse de sí mismo y la verdad es que somos tan poquita cosa. Hay pocas
cosas sagradas en el mundo. Dios y mi España, mi madre mis hijos mi mujer y
pare usted de contar. Y de esa España sagrada, de ese huerto inconclussus,
jardín cerrado voy a hablarles esta mañana. Es enero y vamos camino de
febrerillo y en la amanecida escuché el canto de un mirlo toriondo en la cerca.
¿Tenía ganas de hembra? Pero esto está cerca del Escorial y allí amanece
también la piedra y la bruma del invierno alzará el recuerdo y la imagen de uno
de tantos mártires de la guerra civil. Es el P. Zarco un erudito un poligrafo
un archivero que se había propuesto rematar la obra que emprendió su hermano de
hábito otro agustino el P. Florez treinta y tantos volúmenes editados en 1777
bajo los auspicios mentores de Carolo III
que le dio dispensa de coro para que se encerrase en su biblioteca y una
prestamera de cinco mil reales para pliegos tinta y plumas de ave. No acabó y
su obra que refiere cómo se implantó el cristianismo en la Bética pasando
después a la Tarraconense y la Lusitania. En la España Sagrada Florez se propuso acometer la crónica de todas las
sedes episcopales hispanas. Por lo que parece en los primeros siglos godos
nuestras iglesias eran autocefalas y autónomas con su propio canon sus misales
sus santuarios y santos locales porque la religión católica vino de
Constantinopla y no de Roma. España fue tierra de mártires pero herejes pocos –
sólo Félix de Urgel, Elipando un obispo de Toledo con ciertas impregnaciones
arrianas que llegan a influir en figuras tan importantes como el Beato de
Liébana o Prisciliano- y que desde Chindasvinto se mantiene firme y florece. Hasta
la irrupción del Islam que llegó como un cataclismo. Los cristianos muzárabes
mucho hubieron de sufrir porque con los sarracenos no hay tolerancia que valga
y fue así como la primera diócesis en España fue destruida. Es la Iliturgi
accitana. Listas de obispos, sillas catedrales, himnarios, aras y una lengua
que se impone en el ritual hispano romano sustituyendo al gótico el latín con
algo de griego en las ceremonias litúrgicas que se perdieron para siempre.
Florez con el olfato de los perros de presa y de esos buenos archiveros les
siguió las pistas no pudo dar cima a su empresa. Sus hermanos de hábito que son
tenaces y de una capacidad intelectual como ninguna otra orden de la SRI
superada tal vez sólo por los jesuitas (antes de que los hijos de san Ignacio
se desmandaran) la continuaron. El P. Zarco archivero del Escorial la prosiguió
pero tampoco pudo coronarla. Estaba metido de lleno en la redacción de una
historia de la Iglesia de Cuenca – fue obispado de abadengo y maestrazgo en
zona de frontera pues allí se asentaron el Temple y otras ordenes militares –
cuando estalló la guerra. En agosto de 1936 era él uno de los pocos frailes que quedaron, uno saltó la
tapia de la huerta, otro se pasó a los “rebeldes” y otro que era el protegido
de Manuel Azaña recibió un salvoconducto para viajar a Francia. Era un agustino
pacifico el más joven y desconocía lo que estaba pasando al otro lado del
claustro. Creía que aquel movimiento que acababa de estallar era algo pasajero
por lo cual acató con buen ánimo la orden de traslado hasta el convento de San
Felipe. Allí siguió trabajando ajeno a los sobresaltos traumáticos de una
España incendiada. Lo más probablemente es que se le pasara por la cabeza la
idea del martirio pero no quiso decir nada a sus compañeros. Era risueño algo regordete y con gafas de
montura de oro. El 30 de noviembre se produce una inspección y orden de requisa
por las milicias. Se acerca un comisario político muy amable y le dice al Padre
Julián:
-Tenga la bondad de acompañarnos.
-¿De qué se trata?
-Tenemos que completar unas formalidades, Padre. Puro trámite.
-Bien entonces les acompaño.
Creyendo al esbirro de guante blanco el religioso dejó el
cuaderno abierto en el cual hacía sus apuntaciones sobre el tema que estaba
estudiando e incluso varias carpetas quedaron desparramadas por el suelo
desatadas varias ligarzas con memoriales de pergamino. Los archiveros a veces
parecen de otro mundo, seres hechos de otra pasta. Seguramente tienen otra idea
del tiempo. Zarco pertenecía al cupo. Acostumbrado a escudriñar guerras,
pleitos, defunciones, legaciones pro ánima, mamotretos, oficios curiales con
su firma y dele, poemáticas regias
sigiladas etc, no creía que todo eso que desparrama la vida en sus alicientes y
accidentes fuera con su persona abrazada a la línea recta de la rutina. Pero se
lo llevaron y el pobre no regresó nunca a sus queridos papeles. Su cuerpo yace
en Paracuellos del Jarama pero su alma y su recuerdo ciernen su mirada propicia
por todos los archiveros de España que tratan de guardar los documentos celosos
de la verdad histórica garantizar el acceso a los usuarios. Un santo. Otro
santo como Huidobro. Al recordar su triste historia bien sabe Dios que no me
mueve ningún afán de revancha. Ya todos somos mayor de edad. El archivero del
Escorial no volvió más a sus queridos libros. Fue a examinar documentos al
cielo.
-¿A qué viene eso? ¿Cómo se le ocurren esas cosas a usted don
Verumtamen?
-Simple curiosidad amigo mío. Yo me gasto mis dineros los que
no tengo en libros. Y todos estos conocimientos no son míos. Se los debo a
Riudavets y a todos sus compañeros del lance de la Cuesta de Moyano. Allí estaban
ayer mañana pasando frió pelando guardias por la cultura Conchita, la otra
señora, Paco y el señor que está el primero un madrileño de pro que tiende en
la primera caseta.
-Ellos son la España real. Pertenecen a la España Sagrada de
la que habló Florez.
-Son los mejores.
-Para mí Riudavets es San Alfonso aunque a veces me trate a
patadas y me haya dicho cosas que sólo se las he permitido decir a él porque él
me quiere y yo le quiero en el buen sentido la palabra y creo que celebro como
victoria propia el artículo del P. Huidobro. Al fin la autoridad atendiendo a
nuestras advertencias la autoridad retiró la cartela que ocultaba el monolito.
-Bien empleado ese peculio en nuestros libros. España Sagrada.
España amor y libertad.
- Cuesta de Moyano lugar bendito. Ningún otro país de la
tierra editó tanto. Las fuerzas de las Tinieblas han cometido un error de bulto
al creerse que esto es Yugoslavia.
- El pensamiento no delinque.
- España tierra sagrada. Un plantel de mártires nos defiende y
nos avala. Gracias a ellos podemos decir estas cosas.
El P. Huidobro, jesuita y el P. Zarco agustino. El uno pereció
en el frente sacramentando a españolitos de uno y otro bando. El otro pasado
por las armas en las cárcavas de Paracuellos. El premio Cervantes debieran dárselos a los libreros de Moyano. Ellos hacen más por
la cultura que todos esos prohombres de escritura dudosa o perniciosa. Esas
firmas del auto bombo. Por ser moros por ser judíos o por feministas radicales. Muchísimas
iglesias no sobrevivieron a la invasión musulmana. Por la crónica del P. Florez
yo sé que pertenezco a la diócesis de Peñafiel (que ha desaparecido lo mismo
que Miranda Urgel o Valpuerta u otras sedes episcopales que llevan vida
anodina: Orihuela o Albarracín) España sagrada tiene algo de laberinto y
caminando por sus ánditos uno pierde el huelgo o se sumerge en la perplejidad. Los
agustinos continuadores de la obra de Florez -Risco,
Merino y La Corral- perdieron el hilo. En las Cuevas de Sacromonte
estaba la Torre Turpiana y debajo el laberinto. Al P. Julián Zarco Cuevas le
pasó lo mismo pero no tuvo tiempo. Lo fusilaron. Pertenecía a la OSA ese instituto que tanta
gloria ha dado a la Iglesia. Fray Luis de León, Santo Tomás de Villanueva y en
Inglaterra Wiclif precursor de Lutero que fue su hermano de hábito. Ovejas
negras las hay en todas las familias. Zarco dio testimonio con su pluma y con
su sangre y es hoy música callada que nos infunde esperanza y nos protege.
Lunas de enero
cuartos crecientes en el Jardín de los Frailes, recuerdos de Azaña en Benicarló
y sus veladas, vera efigie del demiurgo demagogo timorato que cuando caían las
bombas sobre Barcelona -hay un extraño paralelismo de acontecimientos entre lo
que pasó hace setenta años y lo que estamos viviendo- se metía debajo de la
cama, de la misma manera que el Bambi ese se pierde y anda missing por los
bosques de Doñaana cuando le estallan furgonetas en la terminal de Barajas- y
que ruede la bola. Candelabro que
alumbra la España Sagrada, no sé si habrán oído hablar del Padre Zarco un
agustino del Escorial que aspiró a ese noble ideal de belleza injerto en el
pensamiento de la España Sacra, amor a sus semejantes mediante el estudio, un
pobre fraile archivero al que fusilaron en la vorágine de Paracuellos. Han pasado
setenta años de aquella hecatombe y apenas nadie se acuerda salvo algunos que amamos los libros y los
memoriales y tenemos alma monacal. Vida y muerte y callada. Él vivió enterrado
entre memoriales mamotretos y ligarzas buen cantor y voz de chantre maestro de
capilla de la Escolanía pues la cosa venía de venirle de sus orígenes
conquenses era del mismo pueblo que Salinas y que fray Luis el de la Música
Serena. Venía de la Ciudad encantada.
Pero este hombre pacífico y manso de corazón
amigo de la vida serena y de las fuentes calladas del jardín de los frailes
acabó sus días en una zanja. Peor que un malhechor. Un mártir. Pagó el reato de culpas ajenas por pecados
que no pecó ¿Que crimen cometió? ¿Qué ley conculcó? Ninguna. Salvó haberse
ceñido a los lomos el cíngulo de la sapiencia y el gran silencio de los hijos
de San Agustín. Por aquellos días era un delito en España la sotana o ir de
corbata.
Apenas salió del
convento al que le llevaron de niño. Su vida era la áurea mediócritas
monacal y la parsimonia claustral, la
historia y los documentos calígrafos o las partituras de sus pueri cantorum – entre los que estaba un
chico de Alcalá al que llamaban Manolito-con los motetes gregorianos o los
himnos litúrgicos del santoral. Bueno en realidad un hecho insólito como el de
haberle caído mal a Azaña puede que dictaminase la pena de muerte de este
justo, según conjeturo yo. Y tampoco
habrá que acusarle directamente a don Manuel (Dios lo haya perdonado, dicen que
se llevó las manos a la cabeza cuando se enteró de que las Patrullas del
Amanecer de García Sabell o cuadrillas del miedo merodeaban las calles
tenebrosas del entristecido y empavorecido Madrid en el otoño del 36 y que un
hijo de don Wenceslao todavía vive el cabrito y mira que no le deseo ninguna
mal solo vida larga y buenas fumadas de rubio americano pero nadie lo ha
sentado en el banquillo de un tribunal por aquel genocidio, exaltado estalinista
al frente de la Dirección de Seguridad era como poner a la raposa en guarda de
gallinas, organizaba los pogromos en busca de quintacolumnistas) cuando se
enteró que los que habían sido sus profesores y maestrillos en el Real Sitio
habían sido trasladados al convento de San Felipe. Ay mis frailes, adiós mis
pavos dicen que dijo acordándose de la novela autobiografica en la que cuenta
su vida de alumno de los agustinos. Pero España había dejado de ser católica.
Ya.
Aseguran sus panegiristas que quiso salvar a
todos pero se acordó de una frase pronunciada por él, de que la vida de un
obrero no vale la de todas las iglesias de España. Por influencias de Azaña, sin embargo, consiguió
dar un salvoconducto para viajar a Francia al que había sido su prefecto de
estudios. Fue el único que se salvó. El resto de la comunidad pereció en
Paracuellos. Típico comportamiento del presidente de la republica que era
calculador, sigiloso y siniestro en sus obras y deliberaciones, siempre a la
agachadiza como buen judeomasón. No es esto. No es esto. Ya pero bajo su férula
la España Sagrada se había convertido en la España del Miedo.
Eran casi treinta frailes. Tres escaparon, cinco colgaron los hábitos o
presas del pánico se agenciaron un mono azul de obrero y se dejaron crecer el
bigote y se escondieron como pudieron en casas de Madrid. Cuando venían las
requisas y pesquisas criadas y porteras se encargaban de denunciar la presencia
del sacerdote oculto pero a la mayor parte se les notaba a la legua que eran
curas pobrecillos. El miedo es libre. Algunos apostataban. A otros sus verdugos
les encontraban quemando en una estufa en pleno julio sus sobados breviarios.
Salía humo negro. Fumata blanca fumata negra. Gritos de al paredón. Llovían las
denuncias.
-¿Tienes frío,
padre cura?
-Sí. El que me metéis
vosotros en el cuerpo, cabrones.
-Estamos en pleno
verano.
-Di Viva Stalin y
te perdonamos.
-¡Viva Stalin!
-Vengase con
nosotros que vamos a dar un garbeo.
-¿Dónde me lleváis?
-Por ahí a tomar
cañas
Ardores de agosto y
fríos de diciembre en el cuerpo de un pobre clérigo al que iban a fusilar
decían que lo perdonarían si apostataba y escupía sobre el crucifijo pero
acabaron pegándole cuatro tiros. Odio. Odio terrible y fementido. Odio sagrado
de España. Aquel verano unos y otros trataron de resarcirse de viejas cuentas
pendientes almacenadas en el debe y el habe de los siglos. Si me la has hecho
me las pagas. Las cosas empezaron en broma zamarreándose unos a otros en los
escaños del parlamento. Luego el sarcasmo acabó en puñaladas. “Es la última vez
que ese hombre habla en esta cámara, señoría”. La Euménide de Derio hablaba sin
ambages, era directa en sus palabras, hijos sí maridos no y por esa cuenta
siguen todavía algunas “Tengo anchas espaldas- contestó don Joaquín a la
tremebunda lamia- y la vida del cuerpo me podréis quitar pero no así el alma.
El alma pertenece a Dios”. Gran frase de Calvo Sotelo que así se enfrenta al basilisco con gran
elegancia y citas a los clásicos, orgullo de prócer, casta de la España sagrada
y eso que él era gallego de Tuy, mirando con desdén para el tendido, sus
asesinos se arrellanaban cerrando el puño en sus butacas. No le perdonaron al
ex ministro de finanzas del dictador las fuerzas tenebrosas que diseñan el
ecumene a este tan conflictivo el cual en merma de los intereses del gran
capitalismo hubiera pretendido nacionalizar los suministros de petróleo. El que
se mueva no sale en la foto y Joaquín Calvo
Sotelo se movió. Al enfrentarse a la Bestia Oscura de afilados
colmillos. Con su vida lo pagó.
Aquí los líos sabemos como empiezan pero nunca
cómo terminan. Cuidado. Tengamos la fiesta en paz Desde el extranjero también
azuzaron los perros pero a los españoles de sangre caliente no hace falta que
lo instiguen a la pelea cuando se sabe en manos de una buena causa. El morbo
ibero lo que más le va es un buen auto de fe una corrida de toros o los líos y
trifulcas de las revistas policromadas con los amores y desamores las preñeces
y barrigas de sus serenisimas las infantas las cacerías regias del oso las
traiciones y otros crímenes estelionatos gatuperios y peculados adobados en
salsa rosa. El país siempre fue una de dos o muy picante y aguerrido o muy
papanatas. Aquí las iras tardan en explotar pero cuando la cólera se destapa no
hay quien pare a esta máquina. Aquel verano víspera de un otoño ardiente y seco
el Manzanares bajaba tan enfurecido que parecía talmente el Mississippi. ¿Y en
Alcorcón qué pasa? ¿Se ha levantado la fuerza? ¿Es que se escuchan gritos de
“no pasarán”? Alcorcón es pedáneo de Móstoles y no hace falta estrujarse la
cabeza mucho para encontrar paralelismo. La culpa la tiene la perversión del
lenguaje la nueva semántica.. Allí un alcalde se sublevó nada menos que contra
el corso. Casi ná. El emperador del orbe.
Móstoles. Aranjuez
y el pueblo cortándole los arreos del exilio a la carroza real y ahora
enviándose mensajes los jóvenes SM por el móvil. Pero a diferencia de entonces
un alcalde socialista diciendo aquí no pasa nada y hablando de un hecho puntual
etc. anfibología y nueva semántica. Estos chicos émulos de Voltaire dicen
que el lenguaje sólo sirve para ocultar
los pensamientos. Pero el pueblo español cuando se desboca sigue gustando de
llamar a las cosas por su nombre. Al pan, pan. El pueblo está harto de tan
despotismo ilustrado. Los de abajo siempre cantan la gallina. Por lo menos esos
chicos no son esos mansos y cornalones que nos encontramos cada día camino del
trabajo que no comen por no cagar, que jamás rechistan o a los que les va la
marcha pues está claro que el inventillo democrático nos ha devuelto a los
pródromos del romanticismo decimonónico. Frenen esa algarada clamó el prisionero
de Zenda desde su castillo de marfil monclovita. Más policía. Den caña. Son
españoles presidente. Repelen la agresión del invasor. Porras y botes de humo
pelotas de goma. Que traigan las grandes mangueras de dispersión y fuego a
discreción. Viva las caenas. Um la cosa se pone fea. Estos nos quitan los
pisos, usurpan nuestro trabajo, se acuestan con nuestras mujeres. ¿A qué han
venido aquí? A comer el pan y a cagar el morral. ¿No pedíais alianza de civilizaciones? Casas Viejas quizá no sea
Alcorcón pero se parece mucho en las consignas. Los tiros a la barriga de Don
Verrugo recuerdan mangueras a discreción pelotas de goma y botes de humo de don
Rubalcaba. Reprimir y reprimir .y por supuesto la culpa la tiene la extrema
derecha y en diciendo esto se les hace la boca agua. Aquellos obreros
extremeños sólo querían pan y estos chicos de Madrid que les dejen vivir
trabajar tener una vivienda y un curro y que los forasteros no se acuesten con sus chicas - es
el grito del mocerío de siempre o al menos así siempre fue en España- y no le
degüellen por la espalda. Dicen que han venido aquí por el oro que nosotros les
robamos hace cuatro siglos. ¿Qué oro? ¿El que cagó el moro? Y esa es otra cosa
los agarenos andan por ahí amenazando que también nos quieren echar. Nosotros
entramos en patera y vosotros quisió como saldréis. Y a esta invasión que no
cesa en almadía barcazas y hasta en canoa cruzando el estrecho ya lo llaman la algarada
callada jopé mucho saben esos moritos. Y los Opas de siempre han vuelto
otra vez para abrirles la puerta del castillo. Que les den que les den. Que les
den la mezquita de Córdoba. Piden árnica y se lo conceden. La historia dicen
que no se repite. En España sí. Volvemos a las andadas. Con esto de alianza de
civilizaciones y de sociedades laicas mucho ateismo a discreción pronto
volverán los comisarios a llamar a nuestra puerta a multarnos porque no tenemos
la casa alquilada. Despotismo y terror y qui se hace lo que a mí me da la gana.
Y los matacuras de siempre se echarán a la calle y rondarán de noche pelando la
pava. Sucedió en el 36 y puede volver a suceder en el 2007¿Quien no se acuerda
de aquellas temibles sacas de las que el padre Zarco y otros muchos inocentes
fueran presa cándida? al Bambi a veces se le pone una sonrisa de hiena. Don
Verrugo tenía cara de palo. Y mutatis mutandis era un intelectual de mucha más
talla que este advenedizo de León. Dios quiera que no la emprenda con los
clérigos ni con los archiveros. De momento todo hay que decirlo se ha mantenido
ZP en la linde los términos correctos y no ha ordenado que fusilen a nadie lo
que como demócrata le honra aunque se le ve un manipulado una marioneta del
gran guiñol pero puede convertirse en el Kerensky de la segunda transición el
precursor de Beria. Siempre estan diciendo una cosa y haciendo otra. Lo mismo
pasó entonces.
No cumplieron su
promesa. Aquel sacerdote que había venido huyendo de un pueblo de Toledo fue
paseado aquella misma noche. No lo había delatado ni la portera ni algún
monaguillo rencoroso. Le había descubierto el humo de una estufa donde trataba
de hacer desaparecer sus misales y devocionarios. El miedo es libre. Era un
hombre. Tenía frío y sed. Entonces sus esbirros lo anduvieron llevando y
trayendo por algunas tabernas del Avapies y del Puente -Toledo. Lo
emborracharon con cazalla.
- Venga padre cura
que esto es más suave que el vino de misa.
Ciertamente aquel
arcipreste de Sonseca o de por ahí tenía un miedo cerval a la muerte. Quiso congraciarse con sus captores riéndoles
las gracias (cobardes). Cuando se cansaron y poco antes de llegar a la
Sacramental de San Justo pasado el puente lo mandaron correr.
-Corre
y echó a correr con
paso incierto de beodo. El mono le venía grande y estaba claro que echaba en
falta los arreos y el vuelo de la sotana. No estaba acostumbrado a caminar sin
sus hábitos el curilla. Tropezó
-Ese grajo no irá
muy lejos - dijo uno del comité echándose a la cara el arma
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