CURCIO
MALAPARTE LA PIEL DE ZAPA PERO LA VERDAD NO ES CUESTIÓN DE PIEL. ESTÁ EN EL
ALMA
Caminamos a la zapa pero literariamente
me curto en la escritura incombustible de los grandes maestros como Curcio
Malaparte voz profética resonando en los dos frentes de la segunda guerra
mundial doble agente trabajando para los rusos y para Mussolini. De sus
experiencias como corresponsal en el Este surgió “Kaputt” libro único en sus
genero que no consiguieron superar los ingleses ni los franceses tal vez algún
alemán como Worchert y algún rumano. Levanta acta de aquélla hecatombe que se
llevó cincuenta millones de seres humanos y Hitler no fue el único culpable.
Hay párrafos en esa novela que recuerdan la alegoría del infierno del Dante
pero en su último libre Kurt Suckert alemán de origen croata que escribía en
italiano en su lengua materna y en inglés y en francés realiza una vuelta de
force: La piel. En ella acusa a Europa de haberse rendido a las fuerzas oscuras
del 666.
Cuenta el desembarco aliado en Nápoles-
los americanos trajeran el tabaco rubio, la prostitución, las bragas sin
palominos y medias de nylon ▬ empezaron a cogerle los puntos las pantaloneras
de Segovia cuando las chicas topolino se hacían una carrera este libro me ha
traído recuerdos de mi lejana infancia ▬ las enfermedades venéreas y la
mariconería. Irrumpieron toda una serie de plumas gloriosas: Prokofief,
Bulgakov, Proust, Apollinaire, Cocteau, Wilde. Era la hora de los bufones. En
todos los jardines nacían los narcisos. Nápoles seguía venerando a la Madonna y
esperando a que los 27 de julio licuase la sangre de san Jenaro pero abría el
horizonte un tiempo distinto.
La homosexualidad rendía tributo a
Sartre, la Bouvoir, Gide, Aragón, Tomas Mann y entró con libros de Marx y
Engels bajo el brazo. Estaba de
moda posar como comunista de salón pero
sin callos en las manos.
Hay un capitulo sobrecogedor en la
“Piel” cuando Curzio computa escenas atroces; adosados al muro zaguero de la
vieja sinagoga napolitana se alineaban
filas de hambrientos adolescentes harapientos a los que calculaban con
lascivia soldados marroquíes y senegaleses con sus dedos largos y acariciaban
con las manos negras las palmas color de
culo de mono. Y los sodomizaban por unos pocos centavos.
Presuntamente, los liberadores de la
vieja Europa descargaban en sus primeras lineas columnas de beréberes y
africanos sodomitas, a los que su religión mahometana no les vedaba el amor
oscuro, y desfilaban airosos por la calle Toledo llamada la via de los
españoles recuerdos al Gran Capitán seguidos de una jarca de pillastres y
mujerucas dispuestas a vender su cuerpo acuciados por el hambre. El viejo reino
de Nápoles nunca renunciará a su herencia española.
El bravo pueblo italiano que había resistido
con heroísmo, heroísmo feroz, ante los alemanes se entregó a los gringos por
una botella de coca cola unas medias de cristal o una pastilla de chewing gum
de la forma más vil. Vendía a sus mujeres a sus niñas adolescentes y a sus
chiquillos.
“En Nápoles ▬ observa Malaparte ▬ se había vendido de todo menos la honra de
los “figlios de la Madonna” que era
algo sagrado”. Sorprendentemente el autor explica las claves de la Europa de
hoy, con tres cuartos de siglo de antelación (venía la pella) en manos de
partidos políticos que practican la moral de la “omertá” y la “cosa nostra”, y
vaticina ▬ es un escritor profético ▬ la omnímoda y espectacular irrupción de
las banderas del Arco Iris que flamean al ritmo del poder gay (tribadismo, uranismo, pederastia, inversión
sexual, aborto, manipulación genética, hedonismo, culto al cuerpo, cambio de
género, negación de la vida y ocultación de la muerte hacia la nueva religión
un nuevo mito)
Hablando de libertad, se pierde en sus
propios coloquios. Revisa la historia dando la vuelta a los argumentos y,
actuando como una nueva inquisición, erradica o condena a las tinieblas
exteriores cualquier pensamiento inconveniente. Prescribe la mazmorra para los
negadores del holocausto.
El brasero del nuevo Santo Oficio
demócrata porque todo huele a chamusquina en esta Europa de nuestros pecados no
tardará en encenderse. Se trata de un neo despotismo ilustrado que entregará al
disidente al brazo secular. Nuestro futuro es la hoguera.
Se rebela el ángel caído. No sabemos si
el rebelde Luzbel volverá a ser destronado a filo de la espalda por Miguel el
psicacogo (el que conduce las almas al paraíso todo lo contrario por la
psicagogia mundanal del espiritu presente inflado hasta la fatuidad de irenismo
virulento y odio a las cosas de Dios.
Pero ¿quis sicut Deus? Irrumpa en nosotros
el grito alzado de san Miguel. Leer a Malaparte ha sido para mí estos días del
julio asturiano un regalo del Consolador en medio de mis dudas caídas y
tribulaciones.
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