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lunes, 6 de agosto de 2018

De vuelta a 1955

Un grupo de antiguos alumnos del seminario de Segovia se reúnen cada año en la iglesia de la Fuencisla para rememorar y recordar sus viejos tiempos de universitarios.
Un año más, un grupo de antiguos alumnos de Segovia que comenzaron sus estudios de humanidades, filosofía y teología en el año 1955, vuelven a reunirse para rememorar viejos tiempos.
Han pasado ya 57 años desde el inicio de su carrera, y del camino que comenzaron juntos en la vida universitaria. Cien jóvenes entraron al seminario, y únicamente veinte llegaron a “cantar misa”, por lo que su vida se separó por caminos diferentes. En el encuentro, tres de estos veinte hombres son actualmente sacerdotes de las parroquias de la provincia. Anastasio Montes cura de Quitapesares, el Sotillo, Anaya y Marazuela. Pablo González, de Abades, Martín Miguel y Lastras del Pozo. Y Ángel San Vicente Llorente, de Laguna Rodrigo, Santa María, Jemenuño y Sangarcía.
Así, desde hace varios años tomaron la decisión de que el 7 de septiembre se intentarían juntar todos los posibles en la iglesia de la Fuencisla para recordar aquellos años que pasaron en la ciudad como seminaristas.
Cientos de kilómetros se han recorrido alguno de ellos, para llegar a una de las citas más esperadas del año en su vida. Desde Málaga, Madrid, y pueblos de la provincia de Segovia se han desplazado para reunirse.
Su punto de encuentro es la iglesia de la Fuencisla. Los gestos de felicidad y la emoción se veían reflejados en sus rostros, e inquietos realizaron la espera del grupo. Poco a poco iban llegando y la sorpresa de alguno de ellos, es que después de tantos años ni se reconocían.
El reencuentro comenzaba a ser un juego de adivinanzas. Las risas y las ganas de saber quien era el otro, crearon un ambiente muy especial. Imágenes de hace más de cincuenta años empezaban a pasar por sus cabezas con las pistas que cada uno de ellos ofrecía para que finalmente, tras echar la mente unos tiempos atrás, el juego finalizase con un gran abrazo.
Tras unos minutos de espera, decidieron entrar en la Iglesia para cantar el Veni Creator, la Salve y el himno a la Virgen de la Fuencisla. “Es una tradición que hemos adoptado y nos gusta rezar juntos un responso por nuestros difuntos, superiores, allegados y compañeros fallecidos, y dar las gracias por los años vividos”, señaló Antonio Parra Galindo.

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