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viernes, 23 de marzo de 2018

UNA NOVELA ALEMANA QUE ME CONMOVIÓ











DRAUSSEN VOR DER TUR EL REGRESO DEL VENCIDO

 

 

¿Dónde estaba Dios cuando los rusos nos cazaron en la ratonera de Stalingrado? ¿Defendíamos la verdad si? Pero la Verdad está en crisis. Es un pasaporte para la ignominia y la descalificación. El "gefreiter" (cabo) de zapadores de un regimiento que fue aniquilado en enero del 43 a orillas del Volga único superviviente de su batallón hecho prisionero de los rusos regresa a su ciudad en el norte de Alemania pero Hamburgo le desconoce. El ex combatiente ha vuelto de la guerra con una pierna de menos, los pulmones agujereados por la bronquitis, su mujer se ha casado con otro, el teniente de su compañía "oberst" le recibe con buenas palabras y mejores consejos pero no le invita a cenar, sus niños le tienen miedo. Creen que está loco. Está hambriento, cansado y enfermo. Va a la antigua casa de sus padres y allí la inquilina una tal Frau Kramer le recibe a escobazos. No encuentra trabajo "Yo nací aquí". "Sí, pero esta no es tu casa, tuyo tampoco es este país, ya no tienes patria "Heimat", le dice la inquilina. Sus padres han muerto por culpa de los judíos que les acusaron de haber pertenecido al los nazis, al padre le quitaron la pensión, lo metieron en la cárcel (proceso de desnazificación) y a la madre en el manicomio. Esta novela publicada en 1946 como una obra de teatro es un grito vibrante en lengua alemana proclamando los sufrimientos del pueblo alemán de sus doce millones de caídos bajo las armas y de los quince millones que murieron a causa de los bombardeos, las penalidades. Es el libro más vibrante de la "Trummer Literatur" (las ruinas de la posguerra) El autor Wolfgang Borchert vierte en estos diálogos toda la cargazón de su dolor y desesperación. Militó en un regimiento de castigo que fue protagonista de la terrible batalla de Stalingrado. No es una autobiografía sino un espasmo, una denuncia.

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