ESPERPENTOS DE SEMANA SANTA
La espantá llega a Triana, ya
pasa la procesión con su dindon jarchas y saetas discreto encanto de la
burguesía que contempla el paso de los tronos desde un balcón un puro habano en
la boca, rumbas y palmas, fervorín penitencial con medio litro de manzanilla
dentro del cuerpo venga jarana, esperpento de las cornadas de los Sanfermines
cantando el pobre de mí y los mosquetones a la funerala en las procesiones de
Viernes Santo. Madrugás…
Acabo de leer un cuento sublime El
Diablo en semana santa lo escribí yo hace unos años. Una navaja de Albacete
en el manto de la Virgen del Carmen y la Rovira rovirecha
esa juanita la larga la del complot
barcelonés dice lo que dijo Manuel del Palacio cuando fue al destierro: “metida en la diligencia salgo hoy para Francia.
Me cago en la providencia del juez de primera instancia”. Que este
francisquito es de pasta flora que cuando va a mear lo hace en cuclillas como
las señoras y oyendo de los moros el tiroteo dijo O´Reilly ay que me meo.
Era un gurrumino rufo cacorro y feo el tal general con nombre irlandés.
Arriba la oliva. Abajo el limón. Nos no venimos de reyes que reyes vienen de
nos y don din don ahí llega la procesión. Mirai la vara de plata del cofrade
mayor que es el alcalde de Sevilla en disfraz de capuchón. Delante va gritando
el pregonero: ¿quien engordó a los judíos? De los Ríos.
Fracasó la conjura. Todos a la trena, y judíos a enforcar. Sólo falta uno
por enchironar: don Artur Mas. De modo que esto del proceso ha sido como una
“madrugá” en las procesiones sevillanas. Seguro que terminará como el rosario
de la aurora. Vamos, digo yo. Quieren cargarse a España los judíos. Se trata de
una venganza histórica y personal. Nos la tenían guardada y la Rovira se lleva a Suiza dentro de la liga una navaja.
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