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jueves, 8 de marzo de 2018

UN CUENTECILLO QUE RESULTÓ SER UNA VIVENCIA PERSONAL Y SE RANSFORMÓ EN NOVELA A PROPOSITO DE LA MANIFESTACION DE MUJERES WEN HERVIDERO


MULIEREM FORTEM QUIS INVENIET?

 

La "Cleopatra" el busto parlante que anuncia las noticias de la noche oráculo parlante y voz de su amo dicción perfecta pero que lleva más de 40 años dándonos la vara sin cambiar de peinado se puso una camisa color lila para anunciar los fastos de la huelga del 8 de marzo mujeres al poder.

España se convirtió en un hervidero de coños grandes coños pequeños y coños medianos y las Furias cantaban por la calle "ay hija no es crija ni es verija" en exaltación de la lucha de género nueva lucha de clases. Había cuatro géneros gramaticales cuando yo estudiaba bachillerato: masculino, femenino, neutro y epiceno esto es crija, verija raja o rabo y lo neutro es lo indiferente que ni fu ni fa ni abre ni cierra ni yergue pues al indiferente que le apliquen la legislación vigente. Pero lo que se impone ahora es lo epiceno que es apéndice del género neutro que no es crija ni verija ni todo lo contrario. Se desgañitaban algunas españolas malas porque las buenas se quedaron en la cocina. Son las mujeres fuertes de las que habla el Libro de la Sabiduría y recuerdo perfectamente aquella epístola de la misa previa a nuestro ordenación. Nos hjabíamos ido a merendar la tarde antes los de mi curso. Éramos 24 en cuadrilla y habíamos tomado el pan con escabeche bonito y nos bebimos un azumbre de vino de la ribera qué bien pasaba aquel clarete pero cuanto daño hizo a nuestras vidas. Pues como digo yo estaba de semanero y me tocó cantar la epístola de la misa de Temporas que era la de la Mujer fuerte. Estaba un poco modorro y tenía algo de resaca, tanto que se me arracimaban en la cabeza las letras de rúbrica pero salí como pude en fabardón anunciando la llegada de la mujer bíblica que hila en el telar, recoge el rebaño es la primera en las faenas de la casa. Mulierem fortem quis inveniet... mulierem fortem quis inveniet clamaba mi voz pero mis manos duro pasar paginas del misal y yo no encontraba la mujer fuerte a pesar de estar poniendo en aquel canto los cinco sentidos. Total que ni corto ni por perezoso opté por alzar el gallo en la estrofa final ego autem non invenio (yo no la encuentro) proclamé desde el púlpito. El coro entonó a continuación el Deo Gratias que sonó como un improperio de Jeremías por los ámbitos de la iglesia de aquel seminario conciliar. Toda la congregación se desternillaba. El obispo estaba hecho un brazp de mar. Hombre por dios estas cosas no se pueden soportar. Hubo pesquisas y aquel bendito señor obispo sacó el ladrillo de Roma contra nosotros, fuimos anatema. Todos los que habíamos participado en aquella despedida de soltero o cuchipanda clerical nos íbamos a casa. Se nos negaban las ordenes sagradas del subdiaconado. Nos quedamos con la tonsura, el acolitado, la lectoría y el ostiariado que ya teníamos. Pasados los años recordando aquella misa de marras, me doy cuenta de que avizoré el horizonte con ojos proféticos. Yo no encontré a la mujer fuerte. Sólo encontré a mi pobre santa que me aguanta pero ella nada tiene que ver con estas machorras vociferantes podemitas descamisadas empuñando la carmañola morada de las reivindicaciones sectarias al grito de hijos sí maridos no. Es el mismo grito de la Pasionaria. La Cñleopatra sigue sin cambiarse el tocado alma de arpía y cara de no haber nunca un plato. Unas dicen que la Blanco es una blanca paloma, otras voces dicen que es un tío, solo la hemos visto los españoles de medio cuerpo para arriba y otros que es una agente de la CIA que se hizo novia de Julito el Rojo el exjefe del Estado Mayor de la Defensa, mentor del Coletas y de la subversiónen Cataluña. Ay qué risa tía Felisa la que se meó en misa. Mala cosa cuando en un país las mujeres tienen miedo a parir y se niegan a subsanar esta oligoantropía que aflige a nuestra patria. Estamos en manos de la marranería. Todas las guarras salieron a la calle obedeciendo consignas del Gran Enemigo de la Vida.

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