Acacia
A
la entrada de Segovia según se va por la carreta de Madrid bajando la cuesta de
Baterías hay un puente romano, el de Valdevilla por el cual las antiguas
cohortes y clades de Augusto vadeaban con su impedimenta el río Clamores que
hace dos milenios debía de llevar mucha más agua pero que a mediados del pasado siglo fluía sin
apenas caudal. Mucho puente para tan poco río, la verdad, pero cuando se
construyó el Acueducto era un flumen
que juntaba sus aguas con el Eresma.
A la otra orilla estaban las casas militares
unos chalecitos un pequeño jardín delante y un corral detrás en las que
transcurrió mi infancia.
La
colonia inaugurada por el coronel Tomé, que era un catalán bondadoso y
pequeñín, en 1951 (guardo una foto de la ceremonia de la entrega de llaves, yo
estaba de buces sobre el pretil de ladrillos sardinel, muy rubito y con mi
traje de marinero).
La
colonioa había sido edificada por presos de guerra que en régimen de redención
de penas por el trabajo trabajaban para Regiones devastadas hoy ha sucumbido a
la recalificación de terrenos –esto no era más que un peñascal- y a la
reconversión urbanística. O a la revanchista de algunos que se liaron a
derribar lo que había construido el anterior régimen.
.
Se cerraron cuarteles y se ha dejado prácticamente indefensa a la nación o sin
paraguas estratégico (es como tener un tío en Alcalá) de la OTAN porque el
ejército era la espina dorsal de la nación.. Y su destrucción, o la
desmilitarización llevada a cabo por José María Aznar, el inepto, constituye
hoy por hoy una delas grandes amenazas al porvenir de la unidad nacional. En
esta monarquía falta un militar republiocano domo Godet para ponerle las peras
al cuarto al demente de Arturo Mas. El general Godet, un catalán leal que luego
sería fusilado en Burgos por su adhesión al ordenm constitucional sofocó el
alzamiento separatista de Companys.
.
Sin conscripción y sin levas o la mili que era una escuela de hombres de
ciudadanías y de valores España ha dejado de existir o puede porque este viejo
país, que derrotó al Islam y puso freno al dominio sionista tiene otros muchos
recursos y la liebre siempre suele saltar.
.
El puente que había ha sido cegado para canalizar al Clamores que desde hace
bastante tiempo era un río subterráneo, Guadiana bajo los arcos del acueducto.
Pero aun quedan los apeos y el balaústre.
En el lado de allá y en la curva que hace la
carretera sigue la acacia plantada por mi padre en la esquina del patinillo del
sargento casado. Más allá vivía el brigada Vences un poco más el teniente
Ricardo y un maestro ajustador de Zamora que tenía un hijo que se llamaba
Pedrito que jugaba conmigo al gua. Siempre andaba con mocos.
-¿A
qué Virgen alumbras, Pedrico?
-A
la que me dé la gana.
La
acacia ha crecido tumbada porque a los
de mi cuadrilla nos gustaba zarandearla por el tallo como si fuese una
muchacha. Y digo la acacia sigue floreciendo y tiene 56 primaveras poco menos
de un lustro que yo. Siempre que vuelvo a mi pueblo me fijo en ese detalle y
paseo mi melancolica rodada por lo que fue mi barrio que de Valdevilla- Castrobocos donde estaba la
taberna, pasado Villangela, del Tío Loco, adonde mi padre me mandaba a por vino
y gaseosa para el gasto
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