UN EXORCISMO

Cuando se acerca Pentecostés el diablo anda desencadenado por la órbita terrestre. Por las fechas de mayo y junio he sentido sus acometidas la última el otro día cuando perdí el conocimiento llevaba al cuello un rosario de Covadonga y creo que ese fui mi amparo de ser recogido por samaritanos que me llevaron al hospital donde desperté. El ángel caído tiene una deuda al parecer con nosotros los combatientes de la bestia. Hay dos grandes poderes en la Creación. Dios y su contrario el diablo. Dios crea pero Satanás domina el mundo él es el embustero la serpiente antigua el padre de la mentira el príncipe de las tinieblas. La doncella de Nazaret y el arcángel miguel se oponen a su imperio pero el diablo domina la atmósfera esta en control en espacio y extiende su imperio sobre el éter y las ondas hertzianas, divide a los hombres sembrando en el alma de las naciones la discordia, la presunción y tiene en su directorio un laboratorio de enfermedades. Administra el mal, han aumentado el número de los posesos. Cuando entra en una persona el engañador pronto adquiere la capacidad de sus facultades físicas e intelectivas. En todo lo satánico se advierte una doble personalidad, dos voluntades distintas y hasta dos naturalezas una humana y otra de carácter angélico por un lado se vuelven groseros mal hablados desesperanzados y deprimidos y por otra geniales y místicos. Caen con frecuencia en trances por eso se dice de algunos que aparecen fuera de sí. Sobre todo se muestran abominables las cosas de religión los objetos de culto los crucifijos. Aversión a lo sagrado como pauta principal, sólo admiten lo que entra por los ojos de la carne. La irritabilidad del poseído es otro síntoma. En los tiempos actuales campa por la red y su gran aliado es la fornicación y la pornografía sobre todo lo relacionado con la violación de niños y de niñas. Por desgracia Belcebú mal que les pese a los eclesiásticos se sentó en los confesonarios utilizó la rejilla de los locutorios y tuvo un trono en las cajoneras de las sacristías. Ojo al dato: muchos clérigos que se dicen exorcistas son agentes de Satán