Esquinas del viento y no llueve
Brama Eolo con furia sin agua y
se nos quema el monte. te busqué en aquel jardín al lado del río de montaña con
una verja de hierro y una aldaba gris y ya no estabas al cabo de aquel viaje.
los recuerdos pesan. Están las alforjas del olvido hasta arriba de
remordimientos. Te desvaneciste como una sombra aun cuando estuviste siempre
presente en mi vida. No puedo aludir a las crueldades de aquella fonda cuando
la señora Romford fumaba el último cigarrillo. Después nos fuimos a comer
sardinas a Puerto Chico. La bahía era un regalo de luz y preludio de ominosas
reminiscencias del pasado. Dadme por favor una aspirina. Me da vueltas la
cabeza. Tengo vértigos de aquel pasado y me duele todo. Pero ya no hay analgésicos
para curar los dolores del alma.
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