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domingo, 29 de mayo de 2022

en el 570 aniversario de la toma de Santa Sofía por los turcos

 

LA CASPA BLANCA DEL PAPA

 

Antonio Parra

La rosa de oro se titulaba un hermoso cuento de Clarín, místico misterioso sobre esa veneración como a dios con que los españoles genuflexos idolatramos al obispo de Roma al que no se le besa la mano sino el pie y de cuya presencia acatamiento hay que salir s reculas sin dar media vuelta pues perderle la cara a Su Santidad sería irreverencia, algo que arranca de los emperadores romanos que tenían culto motu propio [pontífice o puente entre el cielo y la tierra; papa vicario de Cristo, etc, y hoy los norteamericanos que lo copian todo intentan convertir a Bush en efigie de la deidad pontífice supremo de una religión laica al grito monetario del in God we trust].

 El autor asturiano se refería a León XIII un anciano conde italiano que se dejaba fotografiar fumando o tomando rapé y quedan algunos documentos gráficos en los que aparece rodando en su carroza abanicado por un fámulo con el flavello. Creo que Clarín el cual siempre fue católico pero que no se resiste a analizar con fisga y un poco sentido del humor las cosas de la vanidad humana termina su cuento con una frase “también los papas son mortales”.

 Pedro Antonio de Alarcón, de la misma manera, tuvo una entrevista de media hora con Pío IX el papa del Syllabus y la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción, el que fue expulsado de los estados pontificios, tan calumniado por los liberales y cuya efigie era utilizada como tiro al blanco y a la carcundia por los plumillas que escribían en publicaciones libertarias o anticlericales como el “Padre Cobos” o “Fray Candil”, de la misma forma que por estos días ha circulado la caricatura del pobre Benedicto XIII con parche y todo bajo la mitra como si fuera pirata y al que los islámicos fundamentalistas quemaban en efigie. Alarcón con suma ternura repara en que aquel anciano al que besó el pie de rodillas tenía el pelo blanco y no demasiado limpio.


 “Por detrás sus guedejas ludían con el alzacuello de la sotana y dejaban una siembra de caspa” (cito a ciegas este texto que aparece en la obra “De Madrid a Nápoles”) y hace la misma observación coincidiendo con Clarín el granadino: también los papas tienen sus flaquezas. Suprema ternura la que se desprende de estos comentarios que lejos de menguar nuestra fe la incrementan. Estamos hechos todos de los mismos mimbres. La idea del cesarismo que convertía a los sucesores de Pedro en deidades no deja de ser más que una bella metáfora. Bajo la tiara y el peso de la púrpura son hombres.  Y se equivocan como todo hijo de vecino cuando no hablan desde el trono. Como católico creo que en la primacía de la sede apostólica, pero hay papas que me gustan más que otros. En la larga historia de la SRI los hay para todos los grados. A San Ignacio no le gustaba nada el papa Caraffa, pongamos por caso de la misma manera que a mí y a alguno de mis amigos curas no les gustaba Wojtyla al que hicieron sus alabanzas con la boca pequeña y con miedo a caer en algún renuncio.

 Caveats que no oculté yo en su día que no tengo la ciencia infusa ni hablo ex cátedra y me valieron no pocos anatemas. Será que no entiendo al Espíritu Santo y sus misteriosos caminos pero cartas son cartas. Y hay papas con caspa y hay papas que ostentan una limpia y hermosa cabellera como el actual. Ratzinger tan vapuleado e incomprendido por el gran poder de las fuerzas oscuras todo lo contrario. Este alemán escritor eximio que conoce los misterios de la alta teología y es posible que con su pontificado mesiánico ponga derecho lo que en ella anda del revés, desde Lutero aquel fraile alemán que tanto daño hizo a la Iglesia con su soberbia de eclesiástico y allane los caminos del Señor que son los de la Fe, la Caridad y la Esperanza en Xto. Sus detractores claro está no comprenden la locura de la cruz que es una fuerza para afrontar las contradicciones sufrimientos escarnios contumelias difamaciones indirectas rechiflas injurias amenazas azotes cárceles destierros.

¡Benedicto XIII qué bien ha leído a san Pablo! Ahora afronta el viaje más difícil de todo su pontificado: la visita de paz a Constantinopla que fue la cuna de la Iglesia constantiniana tal y conforme la conocemos en su versión exterior (episcopado, rangos, jerarquías, pandectas, cánones, liturgia, venerandas tradiciones y también anatemas herejías disensiones disparidades de criterio algunos errores e intolerancias) e interior como fue el dogma trinitario definido por Atanasio para desbancar a Arrio, el monacato y el culto a la Virgen María que irradió de una ciudad turca que se llama Efeso y donde primeramente estuvo instalado el templo de Afrodita. Existe una leyenda al respecto. Cuando los jenízaros del sultán irrumpieron en el templo de Santa Sofía (dedicado a la Madre de Dios) un diácono entonaba las letanías. La misa se interrumpió con los celebrantes pasados a cuchillo.

 Era el año 1453. Pero aquella eucaristía suprimida de mala manera se reanudaría un día y que todos, verdugos y víctimas, bajo el manto de la Theotokos, se reconciliarían y suplicarían el auxilio y el perdón adorando al Dios Único. Esa profecía se ha cumplido a medias puesto que los turcos, cosa que les honra, respetaron los mosaicos que adornan los frescos de la cúpula y siendo musulmanes y por tanto iconoclastas enemigos de la antropomórfica, una aberración para ellos representar a Dios en forma de hombre, pero gracias a su misericordia en mi sitio de trabajo yo tengo esa estampa del Salvador griego como la que se ostenta triunfal en la bóveda de Santa Sofía. Misericordia y perdón y reconciliación ese vuelve a ser el signo de este encuentro del papa Ratzinger con los hermanos ortodoxos y con los hermanos mahometanos.


 Al menos yo quiero entenderlo así de la misma forma que otros muchos cristianos. Los pecados de los hombres no son obstáculos ni trabas a la economía de la Redención proyectada desde el Santo Leño para una humanidad afligida y convulsa que sigue caminando por la historia. Todo tenemos que ceder un poco para encontrar ese vértice, ese punto de apoyo que nos une más allá del ángulo que nos separa. ¿Será posible?

 Hontanar fue Bizancio del monacato y de la tebaida de Anatolia porque aquellos greco turcos asumieron el mandato evangelio de la renuncia total al pie de la letra y trataron de buscar a Jesucristo en las soledades del desierto en aquellas grutas espectrales que yo he visitado en busca y procura de las enseñanzas del monje Macario. Si un ojo tuyo te escandaliza arrancatelo y si una mano, córtatela. Macario el venerable se la cortó con un hacha de dos filos. Lean a Tolstoi.

Ex oriente lux. Esto traducido libremente quiere decir que siempre amanece por Levante. El buen Benedicto, tan denostado y calumniado, va a visitar el trono de san Basilio y del Crisóstomo. Boca de oro, cabellos blancos y en algunas hombreras incluso las de las testas coronadas una siembra de caspa que representa horrores y errores antiguos anatemas y excomuniones. Uno tiene que traer a colación el cisma de Miguel Cerulario. El complicado mundo de los Paleólogos. O los atropellos de las cruzadas. Es un milagro que los ortodoxos tan celosos en la guarda de la tradición hayan preservado el depósito de la fe con tanto esmero y ello a pesar de las intolerancias y pecados humanos o las disputas de jurisdicción. Y a pesar de haber estado sometidos a la férula del imperio otomano del que todo habrá que decirlo fue tolerante a ratos con los seguidores del Crucificado. La iglesia de Roma que atraviesa la peor crisis desde antes de la invasión de los bárbaros a causa del consumismo, la desorientación, el neopaganismo neoliberal, el sectarismo, las conferencias episcopales, los nacionalismos y ponga usted todos los ismos que le quepan en esta visita apostólica al Fanar de Estambul quiere encontrarse a sí misma en este beso de paz al otro Vicario de Cristo el patriarca Bartolomé I entronizado en 1999. Pedro y Andrés la cruz latina y el aspa griega se abrazan en este encuentro. Al tiempo que tratarán de hacer extensible el ósculo de reconciliación a la Media Luna y al Menorah Bendito. Que se borren los prejuicios y estigmas del pasado que hicieron correr tanta sangre entre las tres religiones monoteístas.

 En nombre de un mismo Dios nos estuvimos matando ¿Es posible aun la utopía? Veremos a ver. Uno acaricia los wishful thinkings y cree hacederos los milagros. San Andrés la nieve en los pies decimos por mi tierra. Ya muestran algunos cordales de la sierra guadarrameña el blanco solideo de la nieve en las nevadas cumbres. No es la caspa blanca del Papa sino el maná eucarístico, el alba de blandura de las almas purificadas. Es la fiesta que cierra el ciclo del calendario litúrgico antes del Adviento.


 Por eso se le brindan al santo apóstol hermano de Cefas y pescador como él tantos refranes. Por San Andrés el vino nuevo en los odres añejo es. Y en alguna taberna escuché decir en mi infancia: por San Andrés ya al vino no le preguntes de cuándo es. Noviembre bendito mes que empieza por los Santos y termina por San Andrés. Bendito mes Bendita eucaristía. Y comunión de la palabra de vida del perdón y la reconciliación que nutre el dialogo de civilizaciones, el encuentro entre vecinos enfrentados. Benedicto XIII muy probablemente alentado por alguno de los Siete Dones que spiritus ubi vult spirat-decimos- quiere proponer un programa que aniquile, arduo empeño, las guerras de religión. Quiere confundir y derrocar a Belial y a la Potestad de las tinieblas a los Warmongers diseñando una hoja de ruta para la paz.

 El Islam no lo dudo es también una religión de paz pero a la vista de su empeño en mantener ciertas enraizadas costumbres que chocan cuando no irritan en Europa como la contumacia en mantener tapadas a sus mujeres no lo parece. Y allá do fueredes haz lo que vieredes. When in Rome do what the romans do (cuando peregrines a Roma haz lo que hacen los romanos).

 Por otro lado encuentro disculpable y hasta saludable el hecho de que las moras quieran mantener su toca medieval y se vistan pudorosamente algo que debieran aprender las europeas que se dicen cristianas y exhiben rotundas las curvas y desnudeces de su cuerpo atentando contra las reglas del recato y del pudor digo yo que si a muchas españolas no les habrá tentado la serpiente o picado el bicho y se han vuelto tan agresivas las feministas como intolerantes son esos de Alcaida que pretenden quemar el planeta Corán en mano. Todo es cuestión de modas, pero de gustibus non disputandum est. Por mí como si quieren ir las tetas al aire el tete y lo otro inducidas por este destape furioso del hedonismo que nos cerca por todas las partes pero que luego no se quejen si las violan. La provocación es una forma de violencia comentan los juristas y si no hay ocasión al pecado se le cierra la puerta, añaden los moralistas. Tanto el destape occidental como el recato oriental son dos formas de reivindicación autoritaria contra el machismo

-Pero qué dice usted don Verumtamen alma de cántaro. Eso ya no es pecado.

-Digo lo que me enseñó mi güela: el hombre es yesca, la mujer estopa viene el diablo y sopla. Entienda a los musulmanes. El recato me parece más atractivo y femenil que el descoco.

-Será porque tiene algo de moro.

-Como la mayor parte de los españoles. Bastante. Bastante.

-Por algún lado habrá que empezar el dialogo de civilizaciones.

-Le veo muy pro ZP últimamente.

-A lo mejor es que tiene razón. Este encuentro del día de San Andrés entre las dos cabezas visibles de la Iglesia Estamental sigue las pautas de ese talante del que hablaba el Presi y del que tanto nos cachondeábamos.

-El Espíritu sopla donde quiere.

-Bueno. Vamos a ver. No lancemos las campanas al vuelo. Lo que sea que retiña y el gozo que suene.


-Pues me parece de perlas.

 

27 de noviembre de 2006

 

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