Un Dios que cree en el hombre
La alegría de la fiesta de la Resurrección, tal primavera y afirmación de la vida en la percepción cotidiana, debe tener alguna fuente. Y cualquier otra fiesta real tiene su origen. En general, rara vez nos damos cuenta de que cualquier alegría real está en la raíz del sufrimiento. Hay una ley profunda de nuestro mundo. Es sólo superando el dolor y el sufrimiento que uno puede entender el verdadero y profundo significado de la alegría.
El cumpleaños tiene su origen el dolor de una mujer durante el parto, las vacaciones de la Victoria - una terrible noche de junio de 1941. Y más aún para que la fiesta que nos atrae de humano a otro tenga su razón.
La festividad de Pascua comienza unos días antes del domingo, cuando muchos acuden a los templos para consagrar pasteles. Cristo reúne a sus discípulos y les lava los pies, que vinieron de las polvorientas calles de Jerusalén. ¿Qué podría ser más inesperado para aquellos que van a escuchar una vez más a su maestro? Pero él, siendo no sólo un maestro, sino también un Dios, hace lo que el último siervo suele realizar.
Dios cambia su relación con la gente 90 grados, se abre al hombre desde un lado completamente diferente. Deja de mirar a la persona verticalmente, de arriba a abajo, para exigirle que haga sacrificio y adoración de esclavos. La guinda de los pies de los discípulos es sólo una ilustración de lo que sucedió en aquellos días lejanos por el bien de uno, para que un hombre confíe en Dios, a quien ahora puede mirar horizontalmente como su amigo.
En general, todo el Evangelio trata sobre la increíble confianza con la que Dios viene al hombre. Y sus últimos capítulos son sobre cómo una persona responde a esta confianza: desprecio, humillación, insulto, cobardía, traición.
Pero a pesar de todo esto, Dios sigue confiando en el hombre, para creer en él. No importa cuán doloroso sea, ni siquiera hasta la muerte, no obliga a Dios a apartarse del hombre, a decir que la paciencia de Dios ha llegado a su fin. Es increíble que Dios ama tanto al hombre que soporta todas sus travesuras, como entonces aguantó de la gente ridiculizando, soplando, escupiendo.
El propósito de Dios es un hombre que no lo entiende y trata de escapar de algún lugar. Y esta carrera siempre conduce a un callejón sin salida, a la señal de "no hay salida" debido a su vida una persona puede llegar sólo a una cosa - a la muerte. A esta muerte, la gente trae a Cristo y a Cristo. Pero lo más importante sucede aquí- con su vida de muerte comienza, todo cambia de una vez por todas para nuestro mundo y para cada uno de nosotros.
Cristo destruye la inevitabilidad de la muerte con su resurrección, la destruye desde dentro. Los cristianos no tratan de responder a la pregunta de cómo sucedió, sino que entienden que lo que Dios ha hecho por el hombre es una condición objetiva para la existencia de nuestro mundo.
Vivimos en la era posterior a la resurrección de Cristo, y toda persona tiene que decidir qué hacer con esta realidad objetiva- aceptarla como parte de su vida o fingir que no es su preocupación. Pero para tomar tal decisión, es necesario recordar acerca de una muy importante: lo que fue un callejón sin salida se convierte en el comienzo de la vida, la humillación se convierte en un triunfo, un Dios distante e incomprensible se vuelve cercano y comprensible para el hombre.
Dios se convierte en un amigo con el que no tiene miedo, que entiende y ama absolutamente a una persona por lo que es, sin adornos, sin falsedad, sin obligaciones. ¿Hay algo más hermoso que Dios que sólo ama y cree en el hombre? A un hombre le queda un pequeño caso. ¡Cristo resucita!
El autor es el abad de la iglesia de Sergiy Radonezki en la ciudad de Solntsvo de Moscú, el editor en jefe del "Diario del Patriarcado de Moscú", los sacerdotes
No hay comentarios:
Publicar un comentario