CEJADOR NOS DA LA RAZÓN: LAGUNA AUTOR DEL LAZARILLO
EL LAZARILLO NACIO EN SEGOVIA
EL LAZARILLO ERA DE SEGOVIA
Hoy día de san Esteban Protomártir se dio a la estampa mi décimo libro en la Editorial Círculo Rojo, 344 páginas con ilustraciones. Se trata de una verdadera bomba porque hemos encontrado las claves de un enigma. Se consideró a esta genial primicia de la novela picaresca obra de autor anónimo.
Antonio Parra, sin embargo, ha encontrado quien era el padre de esta novela, lo sacó de la pila al inclusero literario y le dio nombres y apellidos. Lo escribió el médico segoviano "de orina y pulso", así como farmacéutico y filosofo: el doctor Andrés Laguna bajo la protección de un Mendoza que acogía en su casa a los conversos. El Lazarillo fue escrito en Roma donde Laguna ejerció como médico del papa y veedor del concilio de Trento. Existe una gran similitud de estilo entre el Lazarillo y otras obras del humanista segoviano.
El precio son 20€ y se podrá adquirir en la Librería Cervantes de Segovia así como en "Punto y Hora" de la misma localidad o llamando al teléfono 663581941 o enviando un mensaje a bibliopolis@outlook.es . Gastos de envío gratis
Julio cejador me da la razón: Andrés Laguna el médico del emperador, del Papa y protegido por Diego Hurtado de Mendoza autor del Lazarillo
Me honra haber destapado, al cabo de no pocos esfuerzos, inmensas lecturas y cotejos, el enigma de la autoría de uno de los libros principales de la literatura castellana del siglo XVI.
Don Julio Cejador, gran erudito y una autoridad en bibliografía, me da la razón: Andrés Laguna judío converso de Segovia y clérigo quien por lo visto resignó sus órdenes sagradas para dedicarse a la Medicina y la Botánica, esconde su nombre tras el anonimato de Cristobal de Villalón por temor al santo Oficio. Cejador, sin embargo, no acierta a intuir quié era en realidad Villalón.
A lo largo de la historia a este pobre destrero de un ciego, de un buldero, de un mercedario y de un hidalgo toledano, le han salido muchos padres. Todos ellos putativos que no aciertan a discernir las claves: “El Viaje a Turquía” parece la continuación o segunda parte de “Vida de Lazaro de tormes y de sus fortunas y adversidades”. Cejador arrimando el ascua a su sardin (vivió muchos años en Toledo en la Casa de la Compañía de JHesús colgando al fin los hábitos) encuentra muchas expresiones y decires del habla de la “provincia el Bolo” y yo me he toopado cantidad de “segovianismo” adobados de refranes. Pese a su estilo popular y castizo que conectó con la mentalidad de los españoles del siglo XVI, su autor, como bien señala don Julio, no pudo ser un aguador ni un pregonero ni un mozo de cuerda, sino un hombre culto (un cura) que cita a Tulio, Galeno, Alejandro, Ovidio, Sto Tomás de Aquino y otros muchos. Aunque para despistar a los inquisidores se disfrace de ganapán que cuenta con ironía los abusos y atropellos coetidos por los jerarcas de la Iglesia. En un estilo desenfadado que refleja tristeza, compasión de sí mismo y melancolía. Al guía del ciego todo le sale mal. Es una narración sin argumento.
Cejador cita a otros escritores a los que se les ha atribuido el anónimo a un fraile jerónimo arrepentido, según el Padre Sigüenza, al erasmista Alonso de Valdés, Hurtado de Mendoza ─ en él a mi juicio está la clave: fue Mecenas de Laguna y embajador ante la Santa Sede, como defiendo en mi libro─, Sebastián de Orozco, Alonso de Covarrubias, el del diccionario mejor de la lengua castellana, y a Lope de Vega. Ninguno de ellos profesa el estilo terso y dicaz del personaje que mejor cuadra a nuestra literatura picaresca. En resolución, se habló mucho de Lázaro de Tormes, el libro más leído de su tiempo y que tuvo que ser editado en Amberes en 1523, luego vinieron las ediciones expurgadas de Burgos y de Alcalá, pero se le ha estudiado poco. Es lamentable que las Humanidades en España anden ahora por los suelos cuando fueron nuestro timbre de gloria, el fulgor de nuestro ingenio castellano
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