las sumas de Santo Tomás de Aquino
VUELVO CASI TODOS LOS VERANOS a repasar
las súmulas de Santo Tomás y me empapo de Aristóteles y de Cristo. El de Aquino
es el mayor pensador de la catolicidad donde todo casa todo tiene una explicación.
Prius in sensu denique in intelectum o si se quiere nada existe en el
pensamiento que antes no estuviera en los sentidos. Santo Tomás era un buey
mudo un germano italiano de casi dos metros de estatura y 130 kilos todo un
frailón que prueba la existencia de Dios a través de la naturaleza y la ley
natural. Hemos salido del caos nos hicieron del barro y al barro volvemos pero
el Espiritu sopló en nuestros oídos se abrieron los ojos el tacto vino a
nuestras manos y el andar a nuestros pies. El resultante de esta creación fue
una cosa maravillosa. El cuerpo obedecía a las potencias del alma. El buey mudo
descubrió el hilomorfismo. En nuestra carne ruin alienta un alma maravillosa
capaz de pensar y de obrar. Ninguna religión había puesto tan alto el listón
como este buen fraile que hablaba poco comía mucho y se pasó su medio sigilo de
existencia pensando y escribiendo en la celada. No quiso ser abad de
Montecasino. Fue sometido a una ordalía o juicio de Dios. Sus parientes lo
encerraron en una celda oscura de la abadía y a la media noche la enviaron una
daifa desnuda. El santo persiguió a la mujer con un tizón encendido y ganó la
apuesta venciendo así para siempre al demonio de la lujuria. Bos castus et bos mutus et bos innocens.
Amaba el silencio, la soledad y era muy crédulo e ingenuo como los grandes
sabios como si lo hubieran desprovisto de la malicia del pecado original. Era
tan cándido como tan sabio y una noche en el convento un hermano donado quiso gastarle
una broma: "Asómese a la ventana fray Tomas que por ahí está pasando un
toro que vuela". En gesto de humildad y de obediencia se asomó a la
ventana para complacer al lego entrometido, aunque bien sabía el buen dominico
que eso es imposible en la naturaleza.
Tenía un alma mendicante y se hizo
dominico. Domini canes. Monjes blancos adoptando el color de la pureza del
Islam. Son los perros de Dios los que guardaban la finca ladraban en los púlpitos
y en lo alto de las cátedras de la universidad y predicaron por todo Europa la
devoción a la Virgen María.
En la personalidad de este enorme
italiano Alemania se funde con Paris. Es un resultado del sacro imperio germánico.
Sus sumas son geométricas escuadras en las cuales cabe el arte gótico: los
ventanales geminados, las arcadas celestes y las airosas bóvedas, los ebúrneos
chapiteles, toda esa agilidad mental del arte gótico que se plasma en la piedra.
Leo las sumas de Sto. Tomás en latín. Mis textos de la BAC aparecen muy sobados
y castigados con apuntes y asteriscos. Entiendo que la vida es como un
silogismo. Alguien hace una proposición cuando nacemos entremos al vivir en la
contradicción, negándonos la menor, a lo largo de los años de nuestra vida para
concluir en el gran ergo el gran desenlace que es la muerte. Es el ergo de todo
silogismo.
Siendo el hombre algo tan pequeño
puede resultar una gran cosa. Toda vida merece ser vivida en la libertad. Me
vienen entonces al pensamiento los versos triunfales del Tantum Ergo y el Pange Lingua que él compuso en su latín italianizante.
Era un buey mudo sí. Ya lo dijo su maestro de la Sorbona Gregorio Magno
"pero sus mugidos atronarán la tierra y serán un terremoto de muchas
conciencias". Hizo amigo a Cristo de Aristóteles y acercó a Europa a los
musulmanes con los que llegó a entenderse vía El Estagirita y a procurar un
acercamiento al Islam. Leer a Tomás de Aquino me tranquiliza en estos tiempos
de tribulación y de confusión. Su conclusus
contra Iudeos et maniqueos es gloria bendita de garantías proféticas. Los
enemigos de la iglesia, nos enseña, no están en el Islam. Son los judíos un
manantial de odio contra el credo que profesamos. Ellos convertirán las cruces
luminosas en crucifijos y los crucifijos entendidos como instrumentos de tortura.
Y de dolor.
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