Así que Nietzsche al atacar al Crucificado vuelve la espada contra sí y contra la humanidad. Escupir para arriba y sus propios gargajos ensucian su propio rostro y lo convierten en caballero de la triste figura, heraldo del fascismo pero con muchos émulos y epígonos entre ellos este Mr. Mailer ya digo y andamos en tiempos del superhombre y la turba de Cristo sus discípulos no eran los que dice el filosofo suicida germano sino los cojos los mancos los tísicos las putas los imperfectos porque él volvería lo imperfecto en perfecto y la piedra que rechazan los arquitectos es designada para roca fundamental. Estaba escrito. Este puede que sea el tiempo del Espíritu.
El tiempo del Padre. Lo sucedió el del Hijo y ahora andamos por la página del Paráclito. Personalmente preferiría nombrarlo como el tiempo de la Madre. La era de la Virgen el triunfo de la mujer que terminará aplastando la testa del dragón. Misterios. Acudo al último evangelio de Juan donde se plantea el gran misterio de la preexistencia divina de Jesús, de su coexistencia con el Padre. Pero nuestros sentidos, hebetados y embotados y manejados por la tercería de una prensa torticera, son incapaces de adentrarse en abstrusos penetrales de la teología cristiana. Norman Mailer, hombre sarcino o carnal con complejo de barba azul, no lo entiende. Habla y escribe para los inferiores que viven según la espada y según el vientre. Participa de la genialidad hebrea desde luego pero yo prefiero a otros judíos, los que supieron leer el Génesis y comprenden cómo Yahvé empieza a desplegar su acción en la vida con tres milagros: la creación del hombre de la nada. En segundo lugar hizo lo hizo libre dando el libre arbitrio y la capacidad de escoger y la libertad es el quid divinum de la humana especie a la que formó el Señor del barro y barro somos todos los hijos de mujer pero el tiempo de la Virgen que ha sido aprovechado por la bestia para enardecer los ánimos en la rebelión luciferina del feminismo es la cola del dragón; uno de esos supuestos que malinterpretan el pensamiento y la voluntad divina. La Biblia nos advierte que barro es la mujer: un exponente de la animalidad del hombre. El propio Cristo dejó sin desvelar este problema de la inequidad del hombre y la mujer. Es preciso que venga el escándalo (para que continúe la generación de la especie) pero ay de aquel por el cual viniere... y en el reino de los cielos no habrá marido ni mujer. Nos encaramamos. Somo la hierba barrillera que crece en el tejado. Las ciudades se convierten en almarjales. Languidecemos en la oscuridad cárcel de los sentidos. La raza adánica tiene que tornar a la Mujer clemente. Alcemos muestra voz suplicante. Ella podrá exaudir las preces desde algún rincón del paraíso. Todo lo que pidáis al padre en mi nombre os será concedido. Le faltó decir aunque lo dijo implícitamente a través de la Mujer que se inmoló con Él al pie de la cruz según reza la secuencia medieval del Stabat Mater en su lamento: Eia mater fons amoris me sentire vim doloris fac ut tecum lugeat.
María que vela por el pueblo judío entiende el holocausto. Estuvo al pie de la cruz también en Auschwitz. Pero también el sentido expiatorio de los campos se ha corrompido y mal traducido. Vivimos en el tiempo de la epifanía de los grandes adelantos - no maldigo mi época no voy contra el Zeitgeist- pero también pululamos en el desapoderamiento de la verdad, en lo travestido. Nos domina lo frívolo y lo popular. Ese ha sido uno de los pecados del la iglesia su encarcelamiento con el paganismo y el sincretismo algo que resulta sencillamente escandaloso para un judío. Por eso nos llaman caníbales a los cristianos.
La historia del cristianismo no es precisamente edificante. Guerras, rupturas, fanatismos. El rey francés contra el hispano y el inglés que se hace amigo del turco. Puedo entenderlo desde las tropelías de los Borgias o las contiendas religiosas del XVII. Un corso arrasó en nombre de los Derechos del hombre a la Europa cristiana y un general neozelandés Freyberg de confesión anglicana mandó destruir inútilmente la abadía de Montecasino. Símbolo de la cultura cristiana y refugio del saber y de la tolerancia benedictina. Puedo entenderlo desde la critica a las cruzadas pero ¿no está incurriendo en los mismos errores que achaca a los católicos el sionismo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario