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miércoles, 6 de junio de 2018

Fernando Aramburu


Fernando Aramburu las letras entornadas. Periodistas habemus. Encuentro la perla en el albañal paseante azaroso por la feria del libro. Un buen novelista como el buen paño en el arca se vende y hay que descubrirlo. Las radios y las teles entrevistan a escritores y novelistas que el sistema se saca de la manga pero la cosa no furrula. Es duro y un privilegio de las musas ser buen escritor y hay muchos aspirantes en esta carrera de ratas a alcanzar la cúspide de la cucaña pero a estos prepósteros aspirantes a, los laureles del Olimpo habría que decirles lo que Cela dijo en la Colmena ahí van dos maricones y uno que escribe. El caso de este vasco que fue galardonado con el premio Nacional de Literatura al narrar los años de hierro de Eta los asesinatos por la espalda la muerte de policías en atentados es un caso aparte. Aramburu el donostiarra (conocí a un tío suyo en Comillas que me hablaba del verde de Euskalerria que era más verde que el de Santander y ninguno otro lugar) es punto y aparte. Nos lo cuenta en su autobiografía “Las letras entornadas” precioso libro y maravilloso título cómo surgió en él la vocación de escritor comprendo novelillas de la colección Austral en los tenderetes de lance, estudiando en largas vigilias a la luz del flexo pasándose las noches en blanco, es duro el oficio de escribir, requiere abnegaciones que son infrecuentes en otros menesteres. Tien un estilo grato y humorístico que nos hace pensar en Baroja. Ve el mundo con compasión y desenfado. Y un dato importante emigrante y profesor de literatura y maestro en Hamburgo nos refiere la vertiente alemana que desconocen gran parte de los aficionados españoles muy influidos por el mundo anglosajón. Han leído a las hermanas Bronte y a Jane Austen tal vez a Dickens pero desconocen a Holdering y Thomas Mann o no saben quién es Wolfang Borchert autor de uno de los dramas y una novelística que defiende al siglo XX Stalingrado el regreso de los soldados del Este. Los textos de Fernando Aramburu destilan compasión hacia el dolor humano, es el único que ha sabido contar la guerra del terrorismo de ETA de la misma manera que Pio Baroja plasma el terrible conflicto de las guerras carlistas que aún colean entre nosotros. Él es un vasco humilde, cordial, aplicado y lleno de señorío. El gran narrador de la España de finales del siglo XX y principios del XXI. El movimiento se demuestra andando y el peligre de un autor se detecta cuando te pones a leer un par de capítulos de sus entramados literarios, Además en su estilo resuena la profundidad del pensamiento y el buen decir de la literatura germana cuyo fenotipo sería Thomas Mann el literato que iba a la playa con chaqueta y con corbata. Su muerte en Venecia, nos cuenta Aramburu, es la crónica del ocaso de Occidente y Anuncia la llegada del poder gay. Exalta el erotismo homo ese Tasio que mira desde los planos de la película de Bertolucci. Sin embargo, el meticuloso Thomas Mann exaltado por la republica de Weimar y a la postre perseguido por los nazis debió de ser bisexual. Tuvo seis hijos. Cinco se le suicidaron. Abendamerung, niedergang de una cultura y de una horma burguesa de ver el mundo. Eso lo explicaba muy bien en sus clases de literatura el profesor Cerrolaza historiador de la lengua alemana en la complutense hace unas décadas. Leer a Aramburu nos reconcilia con la vida y con Alemania. Es el mejor novelista de esta generación.

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