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Ayer, 17:56
Usted
LEON DEGRELLE Y ERIC EL BELGA
Expolio de las españas he vuelto al camino aunque no creo mucho en este negocio de las peregrinaciones pero sospecho que hay una intima conexión entre Eric el Belga y e famoso nazi operó en Ucrania y ric el belga que fue el flagelo de nuestro patrimonio artístico victima de la incuria y la ignorancia. Ya lo dijo el clásico España dulce huéspeda de extranjeros y que abomina de sus hijos (una periodista de LNE me hizo una entrevista miserrima en mi ultimo libro y todo su interés más que el tema del texto la corresponsalía en Londres fueron las conexiones que hubiera podido tener yo con Asturias. me estaba tomando la ficha para compulsar mis orígenes godos mire señorita acabe presto yo soy de origen judio pero muy español nada me gustan los sionistas para los que ustedes trabajan la de las autonosuyas) pues eso he vuelto a recorrer el camino jacobeo en 2016 siguiendo los puntos de recalada y jornada de don León Degrelle. Me acomodo mi extenso cormavovbis sobre la misericordia abatible del coro de la iglesia de Najera y observo los capiteles lúbricos de los bajorrelieves: un fraile fornica con una mona y a continuación un hombre desnudo que exhibe un falo enorme. Eva se esconde en el paraíso. En Atapuerca buen pueblo pero mala gente debe de ser porque son trogloditas me miran como si fuese un evadido de Nanclares de la Oca.
Allí acantearon a Degrelle y al que suscribe le cobraron cincuenta euros por dormir en un catre prehistórico plaga de chinches. En los capiteles de Fromista me extasio con las caras de las dueñas medievales que se asoman ojos vacíos del piedra or los canecillos del tejadoz. Puente de la Reina. Santo Domingo de la Calzada. La vieja leyenda del gallo que cantó en la sartén. Es un milagro que hizo san Egidio pero los habitáculos son sórdidos y la gente brutal. El capitán de la WEHRMACH no para de hablar mal de los españoles y se ensaña sobre todo con los vascos y los asturianos.
Esto era en 1951 hoy se han refinado un poco pero los lamerruinas y los buscadores de tesoros tienen mucho trabajo por estos páramos. Degrelle con su amigo Eric el Belga actuaron como heraldos del gran saqueo.
En Fromista me despiojo, pido posada a unos monjes que me dan el dios me ampare y me perdone, pero me acojo a altana a una taberna donde entre sorbos al jarro y alguna cantiña que yo me sé y tarareo por lo bajini se me pasa el cansancio y la mala leche por comprobar que algunos de los objetos cuadros y piedras que menciona el veterano de la Blau han desparecido y fueron a parar a las manos de los anticuarios.No encuentro devoción en la ruta jacobea, la gente viene y va para hacer piernas y adelgazar.
A Degrelle le dio acogida el Dictador se instaló en Málaga huyendo de los procesos de Nuremberg. Se ponía nevioso cuando veía a la Benemérita y trataba de evitar el trato con antiguos licenciados de la División Azul que lo reconocieron. A los dos excarcelados los dedos se les volvieron huéspedes En aquellas piedras y aquellos santos aquellos retablos aquellos cuadros se escondía una fortuna.
(Esto está en su libro) y en Carrión prosternaciones ante la virgen de Villacazar. Llueve con ganas en Villadiego. Un pastor envuelto en una manta guarda un rebaño a lo lejos. En Sahagún se me pincha la bici. Un buen samaritano me da un lifting en su tractor hasta Gordaliza del Pino donde encuentro un taller cambio el neumático y el hombre me dijo que ya no quedan frailes porque Sahagun no es lo que era. Las almenas de Mansilla de las Mulas muestran su poderosa cuadratura (es actualmente centro penitenciario) de dientes en punta de diamantes mejor no pasar y seguir de largo hasta Villalpando donde ya no quedan artesanos de la famosa forja. Las rejas de Villalpando pregonaron el nombre del pueblo por Europa. Tampoco queda nada del paso honroso de don Suero de Quiñones y sus desafíos en el palenque de la ribera del Órbigo. El cronista se acuerda de un colega de LNE Ignacio Noriega todo un experto en torneos medievales y al que el pasado julio llamó Dios a su seno. El canónigo superdotado Fromista y con mucho de ahí vuelve a repetirse en la catedral de Astorga para honra y gracia de la falocracia. Que tío le cuelgan sus atributos de tal modo que parece tener tres piernas. Me fijo en las inscripciones sepulcrales y en las arquivotas del timpano donde vuelven a repetirse motivos eróticos y frailes borrachos. En un capitel un personaje extraño que bien pudiera ser un abad saca la lengua. Se tapa sus desnudeces con la mitra abacial y sus gestos grotescos hacen pensar en el diablo.
Mientras subo por el pedrero salen a mi encuentro las techumbres de unas pallozas y una buena mujer apidiandose de mí y del calor que llevo encima me deje que pruebe el agua fresca de su botijo. No hay que beber a morro sino alzar el aguamanil hasta que usted enseñe el galillo que Dios le dio y que por lo que parece no es de gran tamaño. No se apure señora que hace su función porque eso de caballo grande ande o no ande no vale en el amor. La montesa se ríe a carcajadas y yo le canto una vieja canción del Reino de León;
“ las brañeras en la braña
Dan la leche a los galanes
Van diciendo para casa
Que la maman los recentales”
Villafranca es un viejo pueblo señorial que parece abandonado mostrando, orgulloso, sus balcones y portadas enmarcadas sobre dinteles donde flamean lambrequines.
Da gusto pasearse por la plaza y guarecerse del sol bajo los soportales que aguantan la herrumbre de los maineles ojivales una iglesia enorme y destartalada acogiendo tallas enormes de cristos y de santos montuosos.
Un peregrino alemán, un wallfharter, que viene desde Baviera al que me uno saluda a la salida de la villa ,me saluda en su lengua:
- Gute Reise
- Alles gute - A la paz de Dios, mein Herr
El aguja corre el agua fresca de un regato oculto entre las ramas canta el golorito, mientras un gerifalte al acecho vigila columpiándose sobre los aros del tendido eléctrico. El ave rapaz observa a su presa ojos de Argos vuelta la cabeza como un copete sin reparar en nuestra presencia (seria fácil acabar con la vida del gavilán, cuando estudia su estrategia embebecido; se abstrae por completo del mundo) luego se alza volando rapidísimo y atrapa entre sus garras al ruiseñor. Los ruiseñores también van a la olla aunque tengan las cuerdas de un violín alojado en la garganta y aunque realicen parada nupcial sobre los santos hitos del camiño jacobeo.
El alemán que se llama Dieter y me habla del escándalo de las indulgencias del escándalo de las reliquias. Razona su fe luterana y yo no sé que objetarle pero me imagino que el Camino Francés era una autopista que sirvió de senda a la picaresca europea a la protesta contra los abusos del clero. Europa se sentía pecadora e iba al encuentro de la gran perdonanza.
Ofrecí a Dieter mi bota de vino que compré en Estella y que llenaba en cada parada y fonda. El vino perronero me duraba a veces una semanas. Servía para mojar el aliento y él declinó pues había hecho el propósito de dejar la bebida. El afán de liberarse del nefasto vicio del alcohol fue el origen de su peregrinación. Todo un suceso tratándose de un alemán. “En el asunto de las reliquias mejor no entrar. Con las astillas de la cruz se podría poblar un bosque. De santa Agueda se conservan mil quinientas tetas. Hay tres prepucios de juan el bautista y hasta doscientas sandalias de san Pedro. Los alemanes no son demasiado supersticiosos pero muy aficionados al juego ya lo decía Tácito y aman la cerveza que embota el cuerpo y encrasa el alma . se hacía tarde y el Padornelo nos desafiaba entre nubes decidimos acogernos al amoroso seno de un pajar. Al calor del heñil y después de haber dejado monda una higuera doñigal que nos dio de cenar unos higos suculentos colorados por dentro dormimos a pierna suelta entre la paja del henil arrullados por los mugidos de una vaca marela que acababa de parir a un ternero. Dormimos como condestables la noche entera de un tirón sin acordarnos de las podagras y quinagras que son la tortura del peregrino; se le tuercen los tacones de las alpargatas y le duelen las manos de empuñar el bordón.
Con el sol en las bardas saludamos a Galicia que nos saludaba de aire melancólico. El alemán no hacía sino prevenirme contra los males de la bebida. Con un vaso en la mano tienes sujeto a Baco pero cuando lo metes en la barriga el dios oscuro te tiene agarrado por los cojones a ti. Te domina. Eres su esclavo. Un tipo alegre a lo primero a la segunda temulento y patoso y a la tercera ya difunto de taberna te conviertes en cerdo.
—¿Es esta la causa de tu peregrinaje?
—Sí. Yo me he bebido toda la cerveza de los toneles de Munich como si fueran las aguas del Rin. Beber del vaso de Circe de Circe convierte a los hombres en bestias.
—Pero, Dieter, un vasito a las comidas…
—No. Para un alcohólico una copita es puro veneno. Si empiezo no termino, mejor nunca empinar.
La ruta ofrece un aspecto muy concurrido van gentes de todos los pelajes. Hace siglo y medio caminaban por devoción o huyendo de los cazanazis (León Deggrelle y Eric el belga eran compinches, habían estado juntos en el frente ruso) hoy aletea un espíritu más deportivo y laico. En los refugios se hablan todos los idiomas y se escuchan todos los lamentos de los miembros doloridas y el cansancio en versión japonesa, polaca, portuguesa, francesa y norteamericana. Todos se estiran de la misma forma comen al mismo plato roncan y se pedorrean igual. En las crujías huele a montuno. La tabla rasea a todos por la misma vara de medir. Cerca del monasterio de Samos Dieter que era catedrático de griego de un gimnasio de Berlin es muy aficionado a la mitología analiza algunas figuras del coro embonado con sillería noble algunas dellas describiendo las posturas sexuales, aquellos monjes tenían al parecer un coito en la cabeza que no les dejaba rezar ni dormir. ¿Eran unos obsesos sexuales o es que pintando estas figuras conjuraban a la lujuria? Un epígrafe bajo la talla de un varón erguido pone “hic est veritas et felicitas” aquí está la verdad y la felicidad. Se conoce que el religioso aburrido del ceremonial de liturgia se divertía tallando a punta de navaja tales obscenidades. El sexo era un paralipomena, una teoría estética para los sómines de la Sorbona.
La fantasmal Galicia le recuerda los páramos de Ática donde nada es lo que parece. A lo mejor ese carballo en la linde tan copudo y frondoso es el alma de un soldado de la legion VII, que anduvo para acá peleando contra los indómitos astures y vacceos o mismamente ese maternal castaño debido a un proceso de metensicosis bien pudo ser un gladiador o un agonoteta muerto en los juegos que tucieron lugar en honor de Augusto en los primeros años de nuestra era. Sucumbió en la arena al filo de la spada de un reciario más fuerte que él. En Galicia meigas haberlas haylas y todo puede ser o no ser. Es una region opistografo con mucho reverso y tanta retranca como devoción a la santa compaña . Al alcanzar Lavacolla el peregrino se siente alegre pero despeado, sólo piensa en regresar a su tierra. En el pórtico de la gloria me prosterno y al abrazar al apóstol me acuerdo de los dos nazis pecadores que esquilmaron nuestros templos. Luego el peregrino piensa ir a visitar al deán y antiguo archivero de Santiago que fue amigo suyo pero le dicen que don José María está en la residencia sacerdotal y que no recibe pues quedó algo traspuesto con lo del robo del Calixtino. Así que con las mismas y sin el acompañamiento de Dieter se torna para su Asturias a los mandos de su bicicleta y a golpe de pedal.
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