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sábado, 28 de diciembre de 2019


EL DEAN DE COMPOSTELA Y EL ROBO DEL Calixtino

Don José María Díaz cuando yo lo conocí de prefecto en el seminario diocesano de segoviano era un rubiales hermosa cabellera lisa y pelo casi de mazorca misacantano prefecto del Mayor que usaba sotanas caras de cachemir las que cosía Zurita sastre eclesiástico de Valladolid y se paseaba por los Tránsitos luciendo un breviario de piel con cantos dorados.
 Le llamábamos el Gallego – pero su origen es asturiano de Coaña- y nos hacía mucha gracia su acento sobre todo cuando en las pláticas de fin de mes nos ponía en antecedentes de los riesgos que se corrían con las amistades particulares una plaga en aquellos internados endogámicos y con todas nuestras hormonas en ebullición cierto que queríamos ser santos y dignos ministros de la iglesia pero si el alma quería planear hacia las alturas al cuerpo le tiraba el fango: hay que distinguir entre amigos amigotes amiguetes y amiguiños.
Tenía un sentido del humor galaico y una mirada que calaba detrás de las gafas de montura de oro. Una eminencia en teología, en cánones. Pero sobre todo se sabía bien la historia de la Iglesia en sus miserias y grandezas. Todos sabíamos que algún día llegaría a obispo o a príncipe de la Iglesia.
 Nos entusiasmaba por su espontaneidad y su sentido del humor que recordaba un poco a esa bonhomía tan galaica de las cuadrillas de gallegos que nos llamaba cada verano Rosalía de Castro. Os los mando como nenos y vuelven como negros.
Y a él también le encantaban las tradiciones romanas de pueblos como Urueñas, donde predicaba las cuaresmas y donde no conocían aun los zapatos sólo las abarcas e imitaba el acento arevaco con que se expresaban los moradores de pa ahí de por aquellos castros que hablan un poco en arandino alargando infinidad las terminaciones en interrogatorias. Has ido a por aguaaaaa? Pues sí pachasco. Y esta interjección de pachasco le llamaba mucho la atención al Rubiales porque no existía traducción al gallego. Sólo eu carallo.
He de confesar que fue uno de mis maestros a los que quiero y respeto y les dedico en parte mi libro SEMINARIO VACIO: LOS PECADOS MORTALES DE LA IGLESIA, un testimonio de que los ex seguimos amando a aquella iglesia y nos sentimos hijos della.
Don José Maria DÍAZ FERNÁNDEZ- un cura inteligentísimo- venía de la Gregoriana y de la de Salamanca- no pertenecía al cupo. Es ahora el deán de Compostela. Le vi ayer en Informe Semanal. Estaba hecho un mozo. Llevaba en la sotana la cruz colorada de los caballeros de Santiago la misma que lucía Quevedo y los reyes de España en la pechera.
 Hace unos años un libro interesantísimo que una mano negra se encargo de retirar de la circulación, la misma que ha hecho que el mayor escritor en lengua castellana esté descatalogado y sea un raro o curioso fuera de la circulación. Premática contra Iudeos  creo que era el título que descubrió para gloria de la literatura española y bien de la Iglesia este canónigo archivero y hoy deán de Compostela.
 Era un texto inédito. Uno ha seguido los pasos de aquel santiaguino que vino a desbravarnos a los latinos de Segovia y he sido tambien  archivero, periodista como un hermano suyo, muy literato y polígrafo.
 Me apasiona la cultura de España y he escrito de omni re scibili y el que dice España dice de toda la iglesia. Cuando estaba en Alcalá en el AGA estudié el Calixtino un tesoro del siglo XII que es un vademécum o guía de los que se ponían en camino sin ahorrar detalles por escabrosos que fueren. Así previene a los caminantes de que esquiven el País Vasco porque allí no son todavía cristianos y conservan algunas costumbres de la paganidad como es el bestialismo y el códice es taxativo al respecto: “Fornican con la mula, la burra o con la cabra y tiran cantos a los forasteros o les desvalijan si cruzan su territorio”. ¿Habrán sido algún caco del PNV el cual dolido por estos renglones del ilustre manuscrito del siglo XII ha querido vengar la afrenta contra su sentido nacionalista? ¿Estará en las garras de Bildu o de ETA o la madre que lo parió? Como archivero y curator de tesoros a los que no se les puede tasar hoy víspera de la fiesta del Apóstol le ruego al patrón de España que interceda por nosotros y mueva el corazón duro del ladrón.
Es posible que mañana se produzca el milagro y aparezca el libro más antiguo de España y que Dios consuele a mi antiguo prefecto el deán de Compostela que me consta andar muy afligido, tuvo una crisis cardiaca y estuvo a la muerte, según él me confesó en una conversación telefónica.
Hombre cordial generoso y uno de esos sacerdotes al que gusta escuchar porque una conversación con don José María Díaz Fernández  es una lección magistral. En historiografía se le considera el Menéndez y Pelayo del Pórtico de la Gloria.
 Eximio escritor, poeta e historiador sigue vistiendo el traje talar sotana y dulleta. Virilidad y sabiduría fueron las prerrogativas de este canónigo que nos guarde Dios muchos años por el bien de España y a mayor honra y gloria de las peregrinaciones a Compostela. Sé que todos los curas de Segovia o ex curas que iban a visitar la tumba del apóstol le hacían una visita y él acogía con los brazos abiertos y hasta les honraba con una queimada a los que llegaban procedentes de nuestro viejo seminario conciliar entonces atestado hoy vacío.
 Estoy seguro de que cuando le hagan obispo a don José Mari se volverá a llenar. Fue para mí como para muchos de nosotros aunque hiciésemos chanza de su acento- cuando hablaba en galego cerrado no hay quien lo siguiera- uno de esos hombres que dejan poso y marcan ruta. A mí si no de Santiago lo que me hubiera gustado haber sido canónigo de Mondoñedo.
-¿Y por qué non lo fizo, don Verumtamen?
-Prestabanme las mozas por aquel entonces.
-Acabáramos.
-A la vejez viruelas
-Hay en todo este negocio del robo del Calixtino algo muy raro.
-Desde luego. Parece más que una trama policíaca, algo gnóstico. Ya sabe usted, don Quosquetamdem, que Santiago es el hito de los caminos de la cristiandad cuando se cerró Jerusalén y Aladino expulsó a los cruzados. Ahora los de la New Age y la masonería fuerza dominante en ciertas covachuelas quiere expulsar a Jesús de la sede de Pedro. Sólo nos queda Compostela.
-En verdad le digo que nunca vi pasar por estos caminos del Reguerín donde usted y yo hablamos tanto romero. Llegan de todas las partes sobre todo de Alemania y de Centro Europa buscan la estrella, la luz del Oeste.
-Pero el diablo en todo mete el rabo, y en todo se entromete y es por eso por lo que han robado el Calixtino, un acto terrorista más en este caso contra la cultura.
-Pero al final Cristo vencerá. Non vos preocupar, compadres.
-Eso es lo que le decía a usted el gallego cuando le veía triste por el seminario cuando se meaba en la cama.
-A José Maria Díaz yo te mando un abrazo. Que luzca siempre esa insignia de la cruz roja sobre el pecho.
-Una cruz que es como una daga.
-Desde luego la letra con la sangre entra. No hay que confundir el culo con las témporas y nada de ñoñerías.
Cae la tarde sobre el Reguerín. Al otro lado del valle de las Luiñas suenan estampidos de los primeros voladores de la fiesta. Las olas espuman agua mansa sobre los cantiles y un ruiseñor oculto en la sebe despide al día con un sol melancólico que acaricia los ojos y dora de rayos oblicuos los campos. El pájaro melifluo se entrega a su tonada en latín en honor del patrono de España:
Defensor almae Hispaniae
Jacobe, hostium
Tonitrui quem Filius Dei
Vocavit filium.
Aquí en Asturias se siente más que en ningún otro lado la presencia y el “iuvamen” del Hijo del Trueno

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