A FRAY
LUIS DE LEÓN
Ay
fray Luis una forma y una fórmula de sentir el mundo
En Salamanca la blanca
Agustino
vestido de buriel
De laureles
coronado el cerquillo
Plaza
fuerte de la sabiduría
Música
de Salinas
Armonía
callada
Gloria
de España
Una
tarde de vísperas
Rayo
místico declinaba en los vitrales
Oblicuos
Lanza
que el pecho
Traspasaba
Sensibilidad
y equilibrio
Armonía
y platonismo
Y dejas
pastor santo
Tu grey
abandonada
En este
valle de miserias
El aprisco
De lobos
rodeado
Un vítor
y una cátedra
Un lustro
entre prisiones
Y al
volver un decíamos ayer
Alzando
la mirada y el dedo índice
No pasa
nada
Triste
sino de poetas
Envidiados
Cantando
a la belleza y al caos
Opugnaste
al mal
Con
tu palabra
Tus
versos son raudal de frescura
Arroyo
sonoro
Árbol
de la ciencia
Grecal
divino
Que
florece en los prados celestes
Camino
hacia la flecha
Y me
guía una comadre
Celestina
Ensartando
razones y vivencias
Estirpe
hebrea
Fulcro
de la palanca
Misterios
de España insólita
No
te harán fray Luis mengua mis despojos y mis zapatas de orillos
Desgastadas
De tanto
buscar a Melibea
De converso
encaramado en desventura
¿Será
mi locura?
Mundo
perplejo tan cambiante
Tus
versos me acompañan
Peregrino
de los libros
Desde
mi adolescencia
Fui
devanando estrellas
Y sonando
en la inmensidad
Del
platonismo
Fui
bajando por la cuesta de la risa
Que
roca Tarpeya
Se despeña
en el Tormes
Por
el barrio de los gitanos
Oh
Salamanca la blanca ¿quien te mantiene?
Cuatro
carboneritos que van y vienen
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