MARTIN
VIGIL LAS FLECHAS DE MI HAZ. UNO QUE COMBAYABA
Veraniegas
lecturas y pasmos, al releer a Martin Vigil, el escritor ovetense cuya
vida nos salía al encuentro... éramos jóvenes y nos la meneábamos en cuadrilla
a ver quien era mas macho quien la tenia mas larga; represiones, y obsesiones
sexuales, internados, seminarios camarillas confesionarios escrúpulos ay madre
muchas veces pero cuantas hijo muchísimas unos doscientas, padre... iras
al infierno de cabeza pues ahora releo al autor que fue cura jesuita y colgó la
sotana.
Sus textos me
llenan de admiración porque sabe contar las cosas sin aburrirnos, tiene la
elegancia sartorial y el prurito jovial de los de Oviedo, era todo un señoríto,
que terminada la guerra tuvo una crisis existencial y se metió de novicio a la
Compañía.
Pero también
me causa desazón; asco, incluso. Es uno de esos escritores agradables y complacientes
con el sistema, que sabe halagar al poderoso pinten copas o bastos. Un tanto
repetitivo y monocorde, si es caso. Nadie puede abjurar de su pasado con tanta cara dura.
He
aquí un tipo de derechas que fue alférez provisional, participó en la represión
nacionalista con los comandos de limpieza marxista que tantos muertos
dejaron en la cuneta por esas calellas del Principado. Y lo declara sin pudor
alguno.
Su familia
pasa las de Cain previamente con el terror rojo y las sacas. Un hermano
fue fusilado por los rojos y su padre estuvo en la checa, su madre muere de
pena al saber que su primogénito había comparecido en un paredón de la horda
sanguinaria pues he aquí que combaya, (para estar al día y aquiescer a
sus antiguos enemigos) eso es muy asturiano, cambio de chaqueta: colgó
la sotana y se desdijo de lo que predicaba pero sin desdecirse que es lo malo o
lo bueno según se mire.
El
18 de julio le piílla en Salinas veraneantes de pantalón blanco... pandillas. Era
un bachiller de dieciséis años que gastaba bombachos. El pobre pueblo engañado
y envenenado por la propaganda y la ignorancia la bestialidad del tiro en la
nunca y los muertos en las cunetas. el padre Martín Vigil dice cosas tremendas
en este libro que es un insulto para los que por la noche seguimos mirando para
los luceros donde montan guardia nuestros camaradas y él se mofa de algo tan
sagrado como es el ideal que es lo que falta ahora en España, pero ya
digo dice cosas importantes
1.
que la guerra civil fue organizada por la masonería y esos son los que mandan
ahora en nuestro país dado a la marranería de todos los demonios
2.
que España nunca fue católica, lo había dejado de ser mucho antes de que Azaña
largara su frase infernal.
3.
que el ejercito de Franco estuvo mucho mejor organizado aunque en el bando
republicano se lucho con coraje.
Vigil
no oculta que se encuadró en una patrulla de limpieza que se dedica a la
búsqueda y caza del hombre entre los matorrales de las aldeas perdidas
asturianas donde permanecen núcleos de resistencia del maquis. Guerra sucia. No
tuvo agallas para renunciar a esa misión que moralmente le repugnaba.
Se
hizo alférez provisional, alférez provisional muerto seguro, se fue de putas en
Sevilla, lucio las estrellas en Segovia como artillero y debió de ser un
oficial bonito con éxito entre las chicas. Opera en la zona de Puigcerda y Port
Bou tareas de limpieza igual que en Asturias, represión guerra sucia eso que
llevan tan a mal los verdaderos militares, pero lo afirma sin pudor. El libro
está bien escrito. Se anticipa a todos porque ya en el 77 empezó a
hablar ▬ él el primero▬ de memoria histórica...HISTERICA EN VERDAD. Creo
que fue un oportunista, no era un tipo de una sola pieza y por eso hoy es un
literato descalostrado. La historia no paga bien a los acomodaticios y
traidores. Hoy es un autor descatalogado.
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