VILLALÓN
CONTRA LAS PEREGRINACIONES JACOBEAS
Embasicetas
o embasicoetas es la palabra con que Plauto designa a bujarros bardajes y
corruptores de menores y de aquellos polvos aquestos lodos, el que va de romería
se arrepiente al otro día.
—No
me vengas ahora con mariconadas, Verumtamen. A buenas horas mangas verdes. Mira lo que dice
Juan Matalas callando: " La mejor romería es el camino real que lleva al
cielo con la guarda de los mandamientos de la ley a maza y escoplo y estos sin
caminar leguas se pueden cumplir todos ¡Cuantos peregrinos reniegan y blasfeman
y se emborrachan o toman lo que no es suyo. No es menester ir a Hierusalen o a
Santiago para salvarse."
Y
me pregunto yo ¿quien quiere salvarse en estos tiempos cuando son tan pocos los que
creen en la vida eterna? El vivo al bollo y el muerto al hoyo calollo, y pobre del que se muere. Nada quiere
saber de la Pelona la sociedad moderna. Por eso hace la gente tanto deporte y guardan régimen.
No fuman. No beben, no...; y no saben que los que no fuman con frecuencia la palman antes.
Los embasicetas están bienquisto y tienen por bandera el arco Iris. Las poligoneras no hacen falta que se encomienden a santa Magdalena. Son la honra de la republica y las proclaman reinas de las mañanas.
Los embasicetas están bienquisto y tienen por bandera el arco Iris. Las poligoneras no hacen falta que se encomienden a santa Magdalena. Son la honra de la republica y las proclaman reinas de las mañanas.
Sales a la carretera y te encuentras a esos
nuevos peregrinos de la calixtenia y de la vida higienica que aspiran a ganar el jubileo de la
salud eterna. Portan por bordón un casco de acero sudando la gota gorda sobre el cuadro
y el manillar de su maquina a pedales. Pero como ven poco, y hay tanto aprensivo por las arterias de la circulación a veces son arrollados por
un automovilista borracho.
Ya ves tú: es un peligro lanzarse a la carretera a ciertas edades. Mejor estarse quieto en casita porque un buen libro dispersa el aburrimiento y es preservativo contra esta accidia general que corroe a los hispanos. Eso es peredicar en desierto, Verumtamen. Ya lo sabemos. Aquí no agarra un libro ni dios. Se pretende la vida ágrafa. Para saber ya tenemos la tele vamos a contar mentiras tralalá.
Ya ves tú: es un peligro lanzarse a la carretera a ciertas edades. Mejor estarse quieto en casita porque un buen libro dispersa el aburrimiento y es preservativo contra esta accidia general que corroe a los hispanos. Eso es peredicar en desierto, Verumtamen. Ya lo sabemos. Aquí no agarra un libro ni dios. Se pretende la vida ágrafa. Para saber ya tenemos la tele vamos a contar mentiras tralalá.
Los
programas de Doña Champions la Perchelera puta la madre y puta la hija y puta
la sombra que los cobijas ganan mucho dinero, pasándoles la pluma por el pico a
los embasicetas y por ahi van las
costumbres en medio de la cultura de la queja y, aunque haya algunos que creen
haber descubierto el mediterráneo, estas peregrinaciones ciclistas como las
romerías a Santiago ya eran motivo de escarnio para autores de la edad media.
Yo de mis peregrinaciones jacobeas tengo muy mala experiencia. Algún día las contaré si dios es servido.
Yo de mis peregrinaciones jacobeas tengo muy mala experiencia. Algún día las contaré si dios es servido.
Plumas
tan significadas como el doctor Laguna, Chaucer y el propio Cervantes se meten
con ellas.
Un libro y un amigo quiero yo en mis lares y un camón y silla de coro para cantar el Domine labia aperies. Abrid, Señor, mis labios. Clama, no ceses.
Un libro y un amigo quiero yo en mis lares y un camón y silla de coro para cantar el Domine labia aperies. Abrid, Señor, mis labios. Clama, no ceses.
Que
a estas y a las otras ya se las dirán de misas por más que den señales de haber
ganado el jubileo de la juventud eterna. Los que van con flores a la diosa
televisiva todas las tardes mejor estuvieran rezando el rosario.
Constituyen el manantial de inspiración de la novela picaresca estas flores de jara y estas hijas de la piedra. Venid y vamos todos, sin movernos del confidente de nuestro cuarto de estar a empaparnos de chismorrerías de las celestinas mediáticas, las nuevas alcahuetas.
Constituyen el manantial de inspiración de la novela picaresca estas flores de jara y estas hijas de la piedra. Venid y vamos todos, sin movernos del confidente de nuestro cuarto de estar a empaparnos de chismorrerías de las celestinas mediáticas, las nuevas alcahuetas.
Todos
pegados al tele de plasma a los novelones de Cuentame y a la telebasura de Telercrap.
Saltan
aquí de nuevo al ruedo los personajes creados por Mateo Alemán por Delicado
Baeza, Castillo Solorzano y otros, que España es nación vieja, que aguanta todo lo que le echan, y
todo esto nos parece deja vu, o visto para sentencia.
Yo me figuro que la señora Champions y su hija que parece mas joven que ella es la Niña de los embustes resurrecta. Asi y todo puta la madre puta la hija y puta la manta que las cobija.
Yo me figuro que la señora Champions y su hija que parece mas joven que ella es la Niña de los embustes resurrecta. Asi y todo puta la madre puta la hija y puta la manta que las cobija.
Ojo,
Pablos, que asan carne, recomienda Quevedo copiando el estilo del Satiricón.
Existe un paralelismo semantico y de trama entre el Lazarillo de Tormes, el Crotalón y el Viaje a Turquía, salvando las diferencias del tono narrativo del primero con el estilo moralizante y gnómico de los libros que firma el Segoviense que ni puede ser otro que el doctor Laguna. El Lazarillo debió de ser un libro de juventud obsesionado por el hambre y la desventura en que vivían gran parte de los españoles en el periodo más álgido de su historia que fue la España imperial. Al parecer, Laguna fue médico de las galeras y eso le dio ocasión para describir la miseria de aquellos "infiernos flotantes" en tierras de Solimán.
Se trata de verdaderos thrillers a la moderna. Viva nuestra literatura y abajo los telefilmes, los talkchous y los realitís tan irreales que aburren a las ovejas.
Existe un paralelismo semantico y de trama entre el Lazarillo de Tormes, el Crotalón y el Viaje a Turquía, salvando las diferencias del tono narrativo del primero con el estilo moralizante y gnómico de los libros que firma el Segoviense que ni puede ser otro que el doctor Laguna. El Lazarillo debió de ser un libro de juventud obsesionado por el hambre y la desventura en que vivían gran parte de los españoles en el periodo más álgido de su historia que fue la España imperial. Al parecer, Laguna fue médico de las galeras y eso le dio ocasión para describir la miseria de aquellos "infiernos flotantes" en tierras de Solimán.
Se trata de verdaderos thrillers a la moderna. Viva nuestra literatura y abajo los telefilmes, los talkchous y los realitís tan irreales que aburren a las ovejas.
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