EL LAZARILLO FUE ESCRITO POR UN SEGOVIANO (I)
"Vives semper vivas" y habría que decir "Doctor Laguna seas inmortal". Literariamente este médico segoviano que firmaba sus obras de Medicina y de Hierbas con el pseudónimo del "Segobiensis" era un emboscado que se disfrazaba con otros nombres de guerra para zafar sospechas de converso, poniéndose a cubierto de los dicterios del cristiano viejo.
Uno de sus alias era el de Cristóbal de Villalón "Viaje a Turquía", obra de rabiosa, actualidad pero el "Lazarillo" no lo rubricó, igualmente, por miedo a la Inquisición.
El critico francés Marcel Bataillon demostró que "Viaje a Turquía" es obra de Andrés Laguna nacido, hijo de un cirujano, en Segovia y que está enterrado junto a la olma de san Miguel dentro de la iglesia del mismo nombre.
Del nido al ovillo, a lo largo de mis extensas veraniegas lecturas, he vuelto a las páginas del "Crotalón" y he encontrado cosas sorprendentes: similitudes de estilo, de humor, de aventuras y desventuras entre los coloquios de un gallo y un zapatero en veinte cantos o capítulos. A lo largo de los cuales un cura al que por sus pecados los dioses —duro parece en sus sentencias inapelables a veces Júpiter— los dioses lo condenan a andar a cuatro patas, primero en cerdo luego en asno y por fin en gallo de la quintana. Toda una alectoria. Cantos del Barquero.
Micilo despierta a la parroquia con sus fuerte quiriquíes subidos de tono, propios de un erasmista, en crítica despiadada y desapoderadamente las relajadas costumbres de los clérigos y de algunas mujeres.
Esto es el crótalo, un instrumento de percusión que utilizaban las hetairas griegas. Música de castañuelas para el que las quiera oír.
"La Vida de Lázaro de Tormes" ha sido atribuida a Diego Hurtado de Mendoza, el autor de las Guerras de Granada" militar y embajador en Roma que representó a España durante las sesiones del Concilio de Trento y en sus archivos se encontraron unos papeles con correcciones de imprenta a los textos de la gran novela picaresca, según demostró reciente la filóloga catalana Mercedes Aguilló. Sin embargo, y sin animo de entrar en polémicas pues digo lo que dijo Sancho al tomar posesión de la Ínsula Barataria "desnudo nací, desnudo me hallo, ni pierdo ni gano", a la investigadora catalana se le olvidó un dato; obvió decir que Andrés Laguna era amigo personal, protegido y residente en su casa, de Hurtado de Mendoza, cuando fue nombrado médico de cabecera del papa Alejandro III.
Es esta etapa italiana, su época de catedrático de Anatomía en Bolonia, la más productiva. Entonces fue cuando se decidió a escribir en castellano porque anteriormente el cúmulo de sus escritos los había vertido en latín. ¡Y qué latín y qué castellano, madre mía!" Acre y rotundo como las hojas del árbol del picapica.
Volver al Discorides es (porque allí el lector se topa con plantas que curaban y hierbas que este judío segoviano cuando era guaje recolectaba por las parameras de Tejadilla) reencontrarse con esa calidad y esa llaneza del habla de los segovianos del siglo XVI que siempre tuvimos a gala llamarle al pan y al vino, vino. Este gran humanista "el segoviano errante" que recorrió las cortes de Enrique VIII, fue amigo de Erasmo en Flandes, galeno de fama reconocida en la Sorbona y catedrático en Bolonia, no se muerde la lengua.
Se alza como gran defensor de la fe católica frente a Lutero y postula una reforma de costumbres. Es un hijo de la raza vástago de la estirpe de Israel que alentó en nuestra ciudad. Su padre que provenía de la aljama de Burgos fue bautizado por el capellán de la Reina Católica. Toda su obra está empañada de un tinte profético. Su "Viaje a Turquía" plantea temas de hoy cuando Turquía vuelve a situarse en el candelero.
En ese libro analiza el autor las costumbres otomanas sin haber pisado jamás las calles de Istambol únicamente exhibiendo las profundidades de sus conocimientos librescos.
De la misma forma otro texto que redactó en latín " Europa Heautemtimorumenos" -literalmente el que a sí mismo se auto flagela- glosando una comedia de Plauto, donde los personajes tienen la manía de atormentarse a sí mismos podía formar parte de los debates que entablan los tertulieros acerca del Brexit o la amenaza yihadista.
¿No es este un mensaje para los europeos de 2016?
Adonai concedió a su pueblo el don de profecía y el amor a la ciencia a través de los universales y la palabra. Tal vez el Sion de ahora tenga poco que ver con el de los profetas pero estos son enigmas de la historia y doctores tiene la Iglesia que diría el P. Astete.
Por ahora bástenos saber y tengamos por cierto que el Lazarillo inmortal sátira y todo un galardón de la mentalidad picaresca de los españoles fue seguramente escrito por un humanista de Segovia que murió relativamente joven a los 58 años, fue protomédico del emperador Carlos V y dedicó sus libros a Felipe II.
Esta noción sirva para reconciliarnos con la vida y con nuestra historia. Andrés Laguna fue un segoviano de pro, honra de nuestros anales.
Antonio Parra Galindo
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