GOGOL TARAS BULBA LÁTIGO DE LA
ORTODOXIA
Gogol es todo épica. El homero
ruso. Era ucranio pero en Taras Bulba alza el knut cosaco en defensa de
la vieja fe, los antiguos valores. Cabalgan los cosacos por la estepa y hay
atamanes que recuerdan a Eneas y Aquiles o viejas babuski que son trasplantes
de Elena llorando a sus hijos a las
puertas de Troya. Nicolás Gogol fue el escritor que marcó mi juventud. Unas
navidades con la huelga del domingo ahorré los pocos duros que me daba mi
madre, no tomé un café, un paquete de celtas cortos valía dos pesetas, y todo
lo invertí en las obras de Gogol que merqué en la gran librería de Gran Vía que
entonces se llamaba José Antonio.
El TARAS firmado por mí un
sábado de 1963 tiene hoy las paginas amarillas pero al abrirlo me trae, pese a
mi anosmia, el aroma de aquellas flores, aquellos vernos, los viajes en metro,
los paseos por el Retiro, de mis diecinueve años. No hay novelista más vital y que infunda tanto optimista pero
en la vida Gogol fue un pobre desgraciado. El escribiente de un ministerio que
busca la tabla de salvación domando el tigre de la literatura que llegaba
dentro alentando quimeras y liberándolo de sus pesadumbres.
Sus Almas Muertas nacieron en la mesa de un negociado. Una sátira llena
de ternura y de sinrazón frente a la política, la corrupción, la estupidez del
azar, lo desconcertante de la vida misma. Taras Bulba es un libro más serio, un
canto a la estepa y aquellos cosaco de la caballería rusticana que se batieron
por el zar frente al tártaro y a los herejes polacos. Es un libro de loores y
olores porque en las macilentas páginas trasciende el aroma del aciano, la
juncia, el espliego. La estepa por su variedad de plantas es no solamente la
mejor farmacia sino la mayor perfumería del mundo. Es el horizonte de libertad,
de los caminos infinitos. El viejo maestro Gogol me llenó el alma de profecía y
de utopías porque en sus libros aprendía a amar a Cristo y conservar mi esperanza
y mi compasión por el género humano. En los aires de la estepa sopla el viento
del Espíritu y los zaparogos con sus amplios charovari o pantalones de montar y
las botas de tafilete rojo con las que bailaban el topak se santiguaban antes
del combate, besaban el icono y aceptaban la muerte en la pelea contra las
fuerzas del mal como una recompensa a la fidelidad a su tradición cristiana y
el amor a la patria y al zar. Es un cristianismo viril, fundamental sin grandes
entramados teológicos propio de hombres sencillos. El viejo Bulba saca a sus
hijos del seminario o bursa donde eran educados por los popes con la
vara y les dice que no sé para que tantos libros que no valen para nada ni
tienen que ver con la vida real ni esos vestidos talares. Parecéis señoritas,
hijitos míos y los enrola a la setnia o escuadrón de caballería para
adiestrarlo en la disciplina militar. En el primer capitulo de la novela cuando
la madre se despide de Ospak y Andrés
los dos niños la prosa alcanza un tremendo rítmo épico que recuerda a la
Iliada.
Gogol y Dostoyevski son dos
escritores antitéticos pero complementarios. Ambos tienen algo de tártaros,
pertenecieron a la escuela de los Vostovniki. Tenía algo de tártaros y en su
pluma se traslucen adherencias escitas. Pero ambos son almas grandes como
escenario del teatro Bolshoi que mide más de 17 metros de largo (22 toesas) y
escriben una prosa inmensa como el Volga que parece que no tiene riberas. En
los dos se percibe el anhelo de libertad sin límites como la taiga.
Periódicamente uno y otro estuvieron a punto de terminar en Siberia. Fueron
víctimas de sus propios sueños. Los peores verdugos fueron sus quimeras pero es
el sino trágico de los grandes escritores. Rusia es una paradoja de ternura y
de violencia, nación misteriosa y enigmática. Por sus caminos nevados en
invierno resuenan los trotes cascabeleros de los caballos tirando de las
veikas. Para los rusos el siglo de oro es el decimonono. Porque el espíritu
ruso, contradicción pura, si leemos a Turgenev y a Lermontov. La gran apatía de
Oblomov se estrella contra la hiperactividad cosaca de Bulba. La pleyade de
escritores que produce el gran país de los zares y ahora de Putin – ojo con
Putin, no lo infravaloren, es un estadista misterioso- muestra una actitud
mesiánica de salvación y perdón de toda la humanidad. Es la preocupación
católica del mundo ortodoxo valga la redundancia. Un afán de progreso
tecnológico pero sin obviar al hombre y la condición social. Se dijo que Rusia
es tsertse mira[1],
tampoco olvida las tradiciones cristianas. Tolstoi, por ejemplo, peregrinó
varias veces a Optina Pystina el monte Athos ruso y uno de los más grandes
monasterios de la cristiandad. Se entrevistó con el staretz o maestro del
espíritu, un monje anónimo del que se decía hizo milagros y estaba en posesión
de uno de los dones del espíritu santo: la introspección de conciencias. El
autor de Guerra y Paz, que había sufrido mucho de la dentadura, cuenta que el
padre Tijon le curó con la imposición de manos y no le volvieron a doler más
las muelas. En Optina Pystina experimentó León Tolstoi una de sus crisis
místicas y decide aprender griego para entender mejor el mensaje de Cristo. Sin
embargo, en este estudio de las sagradas escrituras y en su afán evangélico fue
demasiado lejos hasta el punto de morir excomulgado por el Santo Sínodo. Cosas
del genio. Tolstoi se desvía pero su estilo goza de las reminiscencias de esa
sencillez evangélica de la que también participó Gogol. Si Tolstoi maravilla,
Chejov, llena el alma de paz, Turgenev nos sorprende por su potencia
descriptiva -fue el cantor de la adolescencia y del primer amor- Gogol nos
enamora. No es un kylak o aristócrata como los dos anteriores sino uno de los
de abajo. Su pluma está henchida del espíritu mujik frente a los barin o
señoritos de Petersburgo. Es un fuego que purifica.
Desde luego, su genio- tres años
atrás 2009 se celebró su bicentenario- no goza de la aquiescencia de los
globales. Se le acusa de militarista....el sable era preciso desenvainarlo
en tres ocasiones: cuando los comisarios polacos no respetaban como es debido a
nuestras setnias y permanecían ante los cosacos con la guerra puesta; cuando
alguien se burlaba de la religión ortodoxa y, por último, cuando se trataba de
los impíos turcos contra los cuales estaba siempre permitido levantar las armas.
El proselitismo católico fue la causa de guerras y de cruzadas contra Kiev
orquestadas por los duques de Varsovia. Es la versión en oriente de los
conflictos entre papistas y luteranos en el oeste. Mala cosa cuando interfiere
la santidad de Dios en las pugnas y apetencias egoístas de la condición
humana...Andrés se paró a la vista de un fraile católico que tanto odio y
desprecio inspiran a los polacos.
Las escenas de las hazañas o
deshazañas porque implicas la muerte y destrucción de tantos hombres jóvenes y
de tantos hogares en un ambiente de tristeza y de sátira. Se intuye que el mundo que describe GOGOL
está en trance de extinción con el advenimiento primero de la revolución rusa,
las intrigas del Vaticano. En su prevención hacia los polacos a los que tilda
de herejes augura proféticamente la subida al solio pontificio de Wojtyla que
destruirá la iglesia de Cristo. Poco podían hacer aquellos caballeros andantes
empuñando sables desde sus arzones ante la tecnología. Las guerras dejarían de
ser humanas. Se ha suprimido la caballería. Siech, el Dnieper, la Volga son
objetos de la potencia descriptiva del literato. Para mí descubrir a Gogol en mis años mozos fue una epifanía. Encontré
al mujik que hay en mí al hombre del campo, los ensueños de la naturaleza, el
amor a una mujer, esperanzas que no llegarían nunca. La pasión por la escritura
y ese abandono en el Dios trinitario que alentó mi vida. Un cristianismo viril
sin beaterías, intimo y personal. Cristo nos enseñó a decir sí o no y nunca
según y como. Nunca pude entender a la democracia cristiana y me rebelé contra
la solapada hipocresía de mis maestros jesuitas. Taras Bulba es un templario,
un cristiano viejo pero su objetivo inmediata no es la toma de Jerusalén sino la
reconquista de Constantinopla[2].
Me hubiese gustado ser uno de los équites de un kuren y cabalgar al lado de
cosacos que se llamaban Doloto, Pecharfitza, Kirdiaga, Bordenka, Calaper,
Piedchikov. La mayoría están todos muertos o desparecidos en combate. A
Pecharitsa, por ejemplo, lo apresaron los otomanos, le cortaron la cabeza, la
salaron y la enviaron a Estambul. A Kirdiaga lo descuartizaron los calmucos de
ojos oblicuos en un encuentro en la estepa La caballería cosaca toma como
modelo la estructura de los Tercios del Duque de Alba. Son los templarios
rusos. La disciplina como los ritos de iniciación son durísimos, crueles. A los
reclutas se les recibe al correr de la baqueta. El conscripto ha de pasar por
una fila de veteranos que le sacuden golpes con una estaca. Todo el poder lo
tiene el atamán, señor de horca y cuchillo que es elegido por el kuren o
comité. Su mandato dura un lustro y recibe el bastón de mando en la ceremonia
de proclamación, la espada y el caballo. El acto de elección a mano alzada
suele terminar en una orgía. Corre el hidromiel y el aguardiente y los lanceros
cantan viejas canciones de la estepa y bailan la priodka demostrando su
habilidad en lartes desultorias poniendose de pie sobre el lomo de un caballo o
danzando en cuclillas. Con que avidez leía yo en el metro aquellos libros rusos
de la colección Austral. Me abrieron la puerta de un mundo y me gustaban mucho
más que las aventuras de Emilio Salgari y Verne que marcaron mi aprendizaje en
la lectura en los años de mi última niñez y primera adolescencia. Dejaban en mí
como un fulgor divino, un cierto entusiasmo o endiosamiento. Es para lo único
que valen las buenas letras para alejarte de la realidad. Yo formaba parte
sentado en la silla de madera del metro en el trayecto Sol- Cuatro Caminos de
las expediciones guerreras. Percibía el sonido de los timbales y escuchaba el
galope de los caballos. Detrás de los expedicionarios en el convoy con la
impedimenta viajaban los taberneros judíos y armenios en cuyos bolsillos
quedaban los pocos copecks de la paga del soldado pero cuando se les acababa el
dinero no dudaban en tomar las mercancías y golpear a los vivanderos. A Taras
Bulba se le acusa de antisemita y es posible que lo fuera....hemos llegado a
un tiempo en que ya no son nuestras las iglesias. Los arrendatarios judíos las
han cerrado por falta de pago y no permiten que se celebre misa. Se han hecho
amigos del Papa y los curas católicos marchan por Ucrania en carruaje; en vez
de caballos tira una yunta de cristianos ortodoxos... dicen que las judías
están haciendo cintas con las casullas de los popes. Pero no es por
cuestión de raza sino de religión. Los grandes enemigos de Jesucristo son los
rabinos[3].
Se enfrentan al peligro turco, a la amenaza tártara, a los polacos pretenciosos
y con la cabeza a grillos pero el mayor reto lo plantean los judíos. Ante esta
arenga y al grito de ahorcarlos a todos se organiza el consabido pogrom,
tiraron a algunos del gueto al pilón pero uno de los superviviente se arroja a
los pies de Bulba y le suplica clemencia. Este se la concede. Y el judío luego
a cambio de una buena bolsa le va a ayudar aunque no agradecer por salvarle la
vida Yankel se resguardó entonces dentro del toldo de una carreta y cuando pasó
el nublado empezó a hacer negocios y acumulaba riquezas. Los judíos lo podeis
todo, exclama el protagonista, sois capaces de engañar a Satanás y os hablais
en un lengua que sólo entendeis vosotros. Gogol en la descriptiva de las
condiciones infernales en que se desenvuelve la aljama de Varsovia donde hay casuchas miserables, y
población arrastrando babuchas y kaftanes, hombres con tirabuzones todo
cubiertos de negro y mujeres que rapan su cabeza para evitar todo signo de
ccoquetería y nadie las mire y se encasquetan una horrible peluca- es la ley de
moisés que el mundo se ponga boca abajo para que yo no cambie- y un niño
pelirrojo se asoma a una ventanillo que con la cara cubierta de pecas parece un
huevo de perdiz, se apiada de aquella pobre gente a la que el mundo despreciaba
y acusaba de todos los males pero pueblo resiliente y habituado a sobrevivir
tiene una increible capacidad para sobrevivir fundamentalmente porque su dios
es Mercurio y más que a Yahve adoran al Becerro como salvoconducto. Se han
acostumbrado a vivir bajo el látigo del sarraceno y de los jeduques polacos a
los que engañan. Meten en todas partes el hocico, desprecian al gentil y hacen
gimnasia mental con las suras del talmud. Andan desharrapados y caminan
encorvados por las calles del Este. Su figura agambada se parece a un signo de
interrogación. Una gran pregunta cuyo misterio sólo conocen los cielos. No hay
respuesta, corazaón mío. Sólo esperar que llegue el Mesías....Taras se
encogió de hombros ante la habilidad de Yankel y se dirigió a su columna.
Los de a caballo entraban a sangre y fuego en las aldeas, quemaban las chozas.
No hay cosa más terrible que una guerra de religión. Una tártara sedujo a
Andrés que traiciona a los suyos cuando el regimiento poner cerco a una ciudad.
Taras Bulba ha de pasar por el trance de fusilar a su propio hijo y asistir al
martirio en un auto de fe en Varsovia. Él mismo es crucificado por los jeduques
a orillas del Dniester. La tragedia es una impresionante crónica de los
conflictos entre católicos y ortodoxos en el siglo XVII y una loa al pueblo
ruso del que asegura nacerá un día un caudillo que será el crisol de paz de las
naciones y restaurará el reino de Dios. Esta actitud que me conmovió
profundamente en mi juventud no me ha abadonado. El gran maestro es de entre
los rusos copn la excepción de Andreiev el que más ha influido en mí y el que
me indujo a la aporreada tarea de escribir desde una columna profética y a
sentir compasión por la humanidad. Su capacidad de sarcasmo y su ternura me
caló hasta los huesos. También su dolor. Al parecer Nicolás Gogol
1809-1852 En una estado de enajenación
tiró al fuego la segunda parte de almas muertas de superior calidad a la
primera. Es terrible la soledad, la incomprensión y la locura que persigue al
genio literario. Su estro profético no para de sonar. Doy gracias a Dios por
haber encontrado en él acicate profesional. Contra viento y marea el escritor
debe seguir remando, fiel a su vocación de ansias por el bien, la belleza y la
verdad. Ese afán es el que le diferencia del propagandista: la fidelidad a sí
mismo. De este modo la escritura se convierte en una liberación (osbovoshe) con
trascendencia. Arde en la zarza. Hay que quemar pecados, detracciones, flujos
de conciencia para ir en busca del acmé de nuestros sueños más allá de la loca,
intercadente y fluctuante realidad que nos ata al destino. Es el verbum
creativo reflejo de la mano de Dios. El propio Stalin llamaba a los escritores ingenieros
del espíritu pero al escribir el poeta se redime, purifica su propia culpa,
echa fuera los demonios (Dostoyevski). Otro raskolniqui o diferenciador Ivan
Bunin decía que Rusia salvará al mundo por el amor. Este sentimiento es como un
relámpago que ilumina de repente toda la vida de un hombre o de una mujer. Que
lejos estamos de alcanzar esa meta. Lo que impera es el rencor, el desafecto,
la indiferencia, la preocupación por el dinero. Muy lejos estamos de alcanzar
ese estadio. La utopía está servida pero gracias a la utopía del maestro Gogol
y de sus epígonos cuán bello es vivir.
[1]El
corazón del globo
[2]ZAROGRADO
para los cosacos
[3]Pensamiento
profético del autor. Cuando esto escribo en noviembre de 2012 ha saltado la
noticia de que las autoridades israelíes han cerrado la basílica del Santo Sepulcro porque sus usuarios católicos,
griegos, armenios y maronitas andan atrasados
en el recibo de la luz
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