EL DIA DE SAN ANTON
Hacía un frío que pelaba. Colegio
de san Antón que durante la guerra fue checa y cárcel donde dieron mulé a a
muchos falangistas. El Madrid de Galdós recorro sus calles desiertas en esta
mañana gélida de enero, oigo música en alguna parte la banda municipal
interpreta aires de la tierra. Allí suena un pasacalles y el padre Ángel está
bendiciendo a los perritos con el hisopo, más que un templo esto parece una
perrera… guaguau.
Un gran danés olisquea amorosamente
el culo de un caniche. La dueña se asusta, con que en evitación de un
infanticidio el ama del grandullón tira del ronzal. Están frente a frente el
doberman y el chiguagua. El cura de la jet da hisopadas y sonríe melifluo a los
clientes.
Esto es también un circo. Dentro
del recinto sagrado con tanto ladrido no hay quien pare. No se le oye predicar
a un cura gordo y abotagado.
A la puerta del antiguo colegio escolapio
han colocado un cepillo gigante tan grande como el gran danés. Hay que estar al
santo y a la limosna y el padre Ángel ese asturiano de sonrisa meliflua que se
multiplica en los actos sociales de eso
sabe mucho. Parece que le hizo la boca un fraile nunca mejor dicho.
Gimotea por sus pobres con
gangosa voz y pone el cazo. Está al frente de una ONG que es millonaria. Se ha
quedado con la hacienda de la pobre Lina Morgan que paz haya y de otros
famosos. Este clérigo asturiano es un vivales un cura listo que se multiplica. Está a todas, y en todas partes.
No hay hoy rastas ni madres dando
de mamar a un niño como pasó el otro día en los bancos del Congreso pero la
iglesia güele a perrizo que se las pela.
Me indigna un cartel que da la
bienvenida a los refugiados. No sé. No sé. El evangelio dice (una recomendación para el P Ángel si leyere
estas líneas: cuando des limosna que tu
mano izquierda no se entere de lo que hace la mano derecha y cuando ores no lo
hagas delante de los hombres para que te vean)
Cristo detestaba a los hipócritas
y santurrones y expulsó a los cambistas del pueblo “que habéis convertido la
casa de mi padre en una cueva de ladrones”.
Fue éste un poco el drama de Narazín
y de muchos curas católicos. Al final no encajan en los tiempos prosaicos que
vivimos. Los animales a la iglesia, hombre pues, eso no está mal pero tampoco,
antes se bendecía a los burros pero siempre las acémilas quedaban a la puerta.
El recinto eclesial era sagrado. No es posible ya llamarse a altana ni acogerse
a altana. No hay ningún sitio donde ir para tantos metecos en su propio país,
muchos han dejado de ir a misa.
“Priviestiviet”, wellcome. Venga tós
pa aquí.
Madrid lleno de basuras ya no es
rompeolas de las Españas y el culo del mundo con una alcaldesa laica judaica
que fue de la Sección Femenina en otros tiempos.
Dejad que los árabes se acerquen a mí y tomen la Cibeles. Todos los
días tenemos que aguantar los madrileños una felonía, tragarnos un sapo.
Nuestra amada ciudad cosmopolita es una mierda. Y, si te declaras patriota, te
llaman fascistas, pero fascistas son ellos los NaZionistas.
El padre Ángel con su cara de
bendito y dando hisopazos a las mascotas de las pobres viejas solitarias es uno
de la cuerda.
Si el P. Regatillo, mi profesor
de derecho Canónigo en Comillas, levantara la cabeza seguro que lo excomulgaba
a este clérigo asturiano que se lleva tan bien con la prensa, me parece que
tiene enlazada una agencia de relaciones públicas, bien se lo monta porque
nunca estuvo permitida la entrada de los perros en la iglesia ni derramar agua
bendita sobre la cabeza de un pobre bruto
como si fuera un neófitos recién bautizado.
También a san Antón al pobre con
sus barbas patriarcales lo han convertido en un fantoche pero España es un
circo y a buena parte de la Iglesia tampoco hay por dónde cogerla. Paso franco
a los “rape-fugiados”. Que vengan y
violen a las jóvenes y a las viejas, pero olvidemos nuestras culpas, enterremos
nuestras penas.
Hoy es san Antón la gallina pon y
las pitas en los corrales cacarean. Se acabaron las pascuas. La posepifanía
empieza.
Hay que subir la cuesta de enero.
Y abrigarse porque por ahí llega dentro de quince días san Valero ventolero.
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