proximamante analizaré algunos aspectos de la vida del seminario y la literarura en castellano con escritores tan significados como JOSÉ LUIS CASTILLO PUCHE, PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN, DON JUAN VALERA, JESÚS TORBADO, GIRONELLA y otros muchos. El tema me da para una libro y tiene relación con mi obra EL SEMINARIO VACIO LOS PECADOS MORTALES DE LA IGLESIA.
Resulta que el papa Francisco que ha recibido la llamada del Señor francisco ve y reconstruye mi iglesia ha recogido muchas ideas de las que se han vertido a lo largo de mis bitagoras. Contra viento y marea me siento muy orgulloso de mi trabajo y de las persecuciones y afrentas que he recibido por esta España pagana e irredenta que me rodea. XRISTOS BASKRIESE. CRISTO A RESUCITADO, BUENA PASCUA
libros de ocasión pedidos a bibliopolis@outlook.es "“los libros hacen libres a los que les quieren bien. Con ellos me consolé en la prisión que se me aparejaba y satisfice el hambre en un pedazo de pan conservado en una servilleta envuelta en un papel que traía un capítulo de alabanza al ayuno. ¡Oh libros, fieles consejeros, amigos sin adulación, despertadores del entendimiento, maestros del alma y gobernadores del cuerpo, guiones para bien vivir y centinelas del bien morir” VICENTE ESPINEL
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domingo, 31 de marzo de 2013
miércoles, 20 de marzo de 2013
EL CASTO JOSÉ
PRECONIZACIÓN DEL PAPA ARGENTINO… ¡MACANUDO!
"A machote o de refez me sale el nardo de san José"... De niño cantábamos este ejercicio y por enero empezaba el oficio de los siete domingos, padre putativo de Cristo. Le crecía la vara de nardo y dudó... y eso que tenía por esposo a la Virgen María y ¿qué será de nosotros que no tenemos esa suerte?
Sin embargo, ahí está siempre el casto José, uno de los grandes santos intercesores y padre de la Iglesia con su vara llevando de la mano al divino Niño con sus barbas, el manto pardo y un aire celestialita de escayola. Vara florida.
Las iglesias jesuíticas en sus muchos altares laterales siempre le dedicaban una capilla. No hay que olvidar que el culto josefino que es privativo de la iglesia católica y sobre todo la española fue promovido por los jesuitas y el papa Bergoglio ha querido ser preconizado o entronizado (los argentinos dicen asunto) en el día de su fiesta. Todo un detalle.
Hoy mientras miraba la ceremonia por tv, me venía el recuerdo de los siete famosos domingos que oficiábamos en el seminario antaño. Suenan en mi memoria las estrofas de un canto perdido... Apóstol de la Iglesia, prestános tu favor... a la lucha marchamos ardiente el corazón.
El casto José patrono de una buena muerte. Orla de su manto artesano era aquella jaculatoria: Jesús José y maría asistidme en mi intima agonía.
Algunas estatuas lo representan atenazando un escoplo y un serrucho y santa Teresa, (bien se conoce que sus confesores eran jesuitas), le tenía una muy cara devoción al carpintero de Nazaret. Que no había gracia que este santo le negara por su intercesión y más de tres conventos por ella fundadas se llamaron carmelos de San José. Vida oculta del taller del bendito ebanista, pues. “Y estaba sujeto a ellos y crecía en santidad y sabiduría”, nos dice el Evangelio de Mateo.
Los evangelios apenas lo nominan un par de veces. En el culto oriental apenas se le da realce. Los anglicanos lo suprimen. El marido de la Virgen inscrito en el catálogo de los santos a lo primero de la iglesia es entronizado por los conversos españoles partir del s. XVI.
Es el santo judío por excelencia la vera efigie de la santidad escalada en el anonimato que encarna la laboriosidad de la raza y la castidad u honestidad típica de los justos de Israel.
¡Oh divino patrón de hombres que sufren las dentelladas del feminismo radical cuando se desmiembran las familias y se atenta contra la virilidad mediante el aborto y la mariconería, así como la destrucción del patriarcado o de la autoridad del cabeza de familia que es un dogma para los rabinos ortodoxos, sénos propicios a los varones perseguidos y preteridos de esta España gobernada y desinfornada por anticristos. En tí ansiamos protección los que llevamos vida amarga porque hoy más que nunca la palabra padre es un vocablo devaluado! El Día del Padre no es más que una fiesta comercial.
Francisco I es un papa viril, macanudo, boludo, che, argentino y jesuita y bien se echó de ver en su preconización pontificia ayer. Al final de la ceremonia se fue derechito hacia el altar de la Madona y entonó el Salve Regina. El nardo josefino figura en el escudo de su pontificado.
Los jesuitas avanzaron por el camino de la historia defendiendo la primacía del papado de la mano de San José y de la Virgen. Su alusión a la ternura al perdón y este desasimiento y desdén por la pompa y las cosas del mundo es propio de los hijos de San Ignacio del cual decían que tenía al fin de sus día las mejillas horadadas por las lágrimas de tanto rezar. De tanto llorar. Lloraba dicen que por sus pecados y lloraba de misericordia cuando escuchaba el nombre de Jesús. Un santo sorprendente que pasa por áspero y antipático. Y es que su reforma (casi seis años de probatura que pocos superaban; la supresión del coro y la vida conventual; el cuarto voto y la supresión del hábito y la cogulla; su actuación frente a los herejes en Inglaterra que les hizo maestros del disimulo y el espionaje y ese fin que justifica los medios que adoptaron como fórmula política) les valió la enemiga y envidia de otras órdenes religiosas. Fueron disueltos por Clemente XIV en 1774.
Esta hipocresía o el titulo peyorativo que tiene en español la palabra jesuita esgrimida como insulto puede haber estado justificado en algunos casos pero el padre Merino y el padre Heras que yo conocí en el seminario de Comillas estaban relacionados con esa ternura y compasión misericordiosa de San Ignacio llorando sus penas ocultas a lágrima viva y escribiendo esos abstrusos Ejercicios plagados de concordancias vizcaínas, donde se funden la dureza y la ternura del alma vascongada amante de Jesús, más que con la doblez y enmascaramiento o malicia de esos personajes que uno aprecia en novelas como AMDG de Pérez de Ayala.
Jesuita bueno, jesuita malo. Hombre rico, hombre pobre. Así es la vida.
El papa Francisco ayer se nos mostró con esa vara de nardo del espiritu de la Orden en la que profesó. Humildad. Obediencia. Simpatía pero también correosidad. A los guardias de Corps de la Iglesia Romana resulta difícil manejarlos. Espiritualmente son como rocas. Rocas de Israel.
Nadie espere de él un espiritualismo ñoño. Su estilo de vida es no frills (nada de alharacas ni floripondios), los padres de la Compañía siempre fueron a su aire. Macanudo, pues.
Sin embargo, en la misa pontifical de ayer tan sencilla eché de menos la antigua pompa. Por ejemplo aquel turiferario que iba delante de la comitiva portando un trozo de estopa encendida cuando la procesión ingresaba en la cripta de san Pedro, avisándole sobre la fugacidad de las cosas humanas.
-Pater sancte, sic transit gloria mundi
Claro que como jesuita bien lo sabe él que hizo norma en su profesión de desapego a honores y a los riquezas (los jesuitas tenían una norma que les impedía ser ordenados obispos) con la fórmula del en tanto en cuanto y el uno en el cielo y otro en el suelo del Padre Laínez aquel prepósito soriano también de origen converso que era un púa, que siempre estaba viéndolas venir.
Por lo demás, estoy muy orgulloso de mí mismo. Por haber sido jesuita sin profesar pero el JHS fue para mí norma, remando contra corriente y marea y a la agachadiza, un comportamiento ignaciano propulsor de la vida oculta y por haber lanzado a lo largo de estos humildes blogs una serie de fórmulas de reforma que han cristalizado en la elección de Francisco I.
Una de tres; o yo estuve muy fino, o tengo gentes que me siguen en el Vaticano, o mi inspiración circulaba en sintonía con los soplos del Espíritu.
No me duelen prendas en decirlo aunque también columbro nubarrones. Tiempos recios apremian. A Francisco lo perseguirán. Es el signo de la cruz emblema de la Compañía. Así que habrá que estar prevenidos. En horas de tribulación no hacer mudanza. Otro sublime consejo del querido san Ignacio.
lunes, 18 de marzo de 2013
HUGO WAST EL PAPA Y CRISTINA KICHNER
LA ELECCIÓN DE FRANCISCO EL PAPA ARGENTINO REHABILITA UNA PROFECÍA NARRADA POR EL NOVELISTA ARGENTINO. CRISTINA KICHNER PROVIENE DE UNA FAMILIA JUDÍA MUY PODEROSA EN ARGENTINA CUYA TRAYECTORIA VITAL NARRA HUGO WAST EN SU NOVELA ORO Y TIENE QUE VER CON LA DOMINACIÓN DEL MUNDO POR EL PUEBLO ELEGIDO. SE APELLIODABA BLUMEN COMO LA `PROTAGONISTA DE ESTA NOVELA QUE PONE SOBRE EL TAPETE LA MAGNA CUESTIÓN DE LOS DESENCUENTROS ENTRE JUDIOS Y CRISTIANOS. A VECES LAS PROFECÍAS TIENEN QUE VER POCO CON LA REALIDAD PERO SE ASEMEJAN. EL TEMA ABORDADO EN LA NOVELA ORO ES DE PLENA ACTUALIDAD. PERO HAY QUE CONFIAR EN LA GRACIA DEL ESPIRITU SANTO Y EN OTRAS PROFECÍAS QUE SUBRAYAN LA CONVERSIÓN DE LOS JUDÍOS ANTES DEL FIN DEL MUNDO
ORO=666 Bergoglio y la comunidad judía bonaerense. Hugo Wast
Los que fuimos formados jesuitas a machamartillo llevamos
tatuado en el alma el anagrama JHS (Jesús Salvador de los Hombres) no creo que
el Papa Francisco haya abrazado el judaísmo aunque haya sido uno de los mejores
amigos y valedores de la comunidad hebrea bonaerense, la más importante después
de Nueva York. Antes lo fue Varsovia y hoy es Londres, Marsella, Paris y
Frankfurt. Todos estos kahal son dependientes del neoyorquino que es como si
dijésemos el Vaticano hebreo. Releo a Hugo Wast uno de los grandes escritores
argentinos en el que casi aprendí a leer. De adolescente compraba todos sus
libros y recuerdo uno “Alegre” un Bildungroman,
pura literatura de iniciación y me ocurrió lo que a san Ignacio, cuando
convalecía en Pamplona de la herida que lo dejó cojo, con los grandes santos
que se cruzaron en su camino leyendo la Vita Christi del Cartujano… Si ellos
pudieron, también podré yo. Y lo que soñaba yo de catorce años era escribir
como el bueno de don Hugo que no se llamaba Hugo sino Gustavo Martínez Zubiría.
Vocación de Escritor
dos tomos es uno de los más antiguos de mi librería. Estampé mi nombre y lugar
y fecha Comillas 4 de marzo de 1960. Ya ha llovido. Sesenta y tres años. Desde
entonces no paré de emborronar papel. Aquel bondadoso argentino de origen vasco
que hoy está descatalogado y aborrecido tasellado con la cruz amarilla de
antisemita es sin embargo un escritor profético. Muy por encima está de Borges a mi juicio pero en el garbo y
el estro de los grandes escritores que dio al mundo el Mar del Plata. Oro=666.
Tres letras, tres guarismos. Cosas muy fuertes que a
cualquier mindundis como al bueno de Eduardo García Serrano le harán rasgarse
las vestiduras.
A mí me parecen asuntos muy de hoy. Llenar sus vidas de lujo
con los préstamos que nosotros les damos. Dominemos los parlamentos. La prensa,
la ONU, las radios y las televisores. Les quebraremos la cerviz les
arrancaremos todos sus dientes. Raza de esclavos. Cosas muy fuertes pero fuerte
y duro es el Talmud con sus 613 mandamientos que para los hijos de Israel son
más importantes que la propia Biblia y que el Torá.
Europa se estremece con las noticias del corralito de Chipre
y eufemismos como la palabra rescate que significa la bancarrota. Cosas muy
fuertes. Bergoglio sin embargo es un sacerdote de Cristo y un jesuita y es muy
difícil que se rinda un jesuita y estos queridos hebreos nuestros hermanos
mayores operan con la corrupción y el pecado de los cristianos tan paganizados,
tan proclives a la vidorra y todo lo relacionado con las cosas del vientre pero
desdeñan la acción de la gracia y del Espíritu Santo que precede a todo el oro
de los banqueros. Un uno por ciento de la población del mundo controlaba el 50
por ciento de la riqueza mundial. Eso era en los años 40.
En la actualidad la cifra creo que haya subido en su favor.
Pero ¿Y el Espiritu del Verbo que se hizo Carne? Esa es la única baza que
podemos jugar los atolondrados goy, los guiris, los adoradores de un falso Mesías
(eso dicen) que murió en el palo. Las normas del Kahal son terribles.
Persiguen a los enemigos del pueblo elegido en cualquier
parte, en cualquier nación, darán con él aunque se esconda debajo de unas
piedras. Y esa puede ser la razón por la cual se ha desencadenado la gran
persecución contra algunos bautizados. ¿Nos esperan las horcas caudinas del
martirio o que rayen nuestros nombres del libro de la vida? En cualquier caso
habría que entonar el himno de los Jóvenes ante el horno de Nabucodonosor. Adsum y morir perdonando a nuestros
enemigos a los que nos maldicen y persiguen. Sin embargo el papa Francisco es
correoso como jesuita y como argentino, ché.
No se doblegará tan fácilmente.
Su elección ha sido acogida favorablemente por todos los
hombres de buena voluntad. Es un sacerdote sencillo y del bien al estilo de Don
Bosco y de Teresita de Lisieux dos enormes cumbres de la santidad que ha
producido la SRI. Que la Virgen lo proteja. Oro=666. Ahora vivimos una luna de
miel pero cuando las fuerzas oscuras encuentren que en Bergoglio no está el
Papa hecho a su medida proseguirán los ataques.
Estamos ante un obispo de Dios, un sacerdote profético. Y también Rabí
como nuestro Maestro Jesús quería llamarse.
Mientras tanto, recomendamos a los creyentes que lean a este
simpático autor argentino. Hugo Wast es un combinado entre Kafka y Robinson
Crusoe. Para mí una de las excelsas cumbres de la literatura castellana.
Pasarán el cielo y la tierra pero mis palabras no pasarán
CUARESMA RUSA. DÍA
DEL PERDÓN
Ya pasó la m o l i n i t s a (carnaval) y hoy
primer domingo de cuaresma (por el calendario juliano) da inicio la temporada del
Gran Ayuno (V e l i k i P o s t).
hermosa tradición. En los templos de la Rusia Mayor. En Siberia. En la Rusia
Menor o Bielorrusa se encenderán las lámparas del iconostasio y los fieles se
pedirán perdón unos a otros. En la vieja edad media se hacía confesión pública
de los pecados. Antes de huir al desierto. A los cuarenta días de nuestra
cuaresma cristiana en el Este añaden un novenario. Son 49 días of fasting. Perdonadnos nuestros
pecados. Prostite mné. Perdona a
todas y a todos. Attende. Domine et miserere quia peccavimus Tibi. Vistámonos
de saco, cubramos nuestros cabellos de ceniza. No tengas en cuenta nuestros
pecados, Gran Dios. En estas cuatro semanas y media antes de la Pascua suelo
dejar apagada mi cachimba pero esta vez no sé si tendré fuerzas. Que Dios se apiade
y el diablo en la botella no nos tiente. Cristo Jesús presente en mi vida
pecadora arcosolio de la historia. En espera de tu Segunda Venida caminando en
medio de un mundo extraño. Cantan las monjas el oficio muy largo y lo sigo a
través de Internet. Mi religión se ha vuelto interactiva y mientras huyo de
Roma me parece que más me acerco al rostro del Señor que nos librará de la
culpa Luego hablarán del papel de la mujer en la Iglesia. Los rusos han
resuelto el tema de manera más sencilla, estas monjitas cantan bien el oficio y
leen la epístola. Nada de revanchas ni reivindicaciones. Contra Roma se alzan
las voces del anticristo. El papa Francisco al que hoy preconizan creo que nos
ha puesto en el buen camino. Ha traído en su sonrisa un aire de profecía. Por lo
demás estoy roto. Bajo el peso de mis pecados apenas respiro
viernes, 15 de marzo de 2013
UN PAPA QUE FUE ASESINADO
Paulo IV el papa Caraffa
intentó reducir la curia y dar parte de los dineros de san Pedro a los pobres
Parto hacia el Escorial tarde nevada the cherry trees in blossom que el viento de la gracia renueve la
savia del justo y desde el pretil del estanque me sumo en la contemplación de
las mil ventanas del monasterio escurialense un enigma volcado sobre trébedes.
A Felipe II le salió un grano en aquel napolitano que subió al trono de san
pedro con el nombre de Paulo IV. Malaquías lo marca con el epigrama de fidei petrus
pero en esta fe que es lo que significa en la bella lengua toscana el apellido
Caraffa hubo sus más y sus menos. Corría el año 1555 cuando fue preconizado
hasta su muerte un cuatrienio más tarde y analizados los hechos históricos para
no perturbar mi ánimo ni masturbarme mentalmente me abrazo al consejo de la
docta ignorancia porque todo conocimiento allega dolor excepto para los
hasidicos que se pasan la vida estudiando la Torá.
Preferiría pecador de
mí escuchar la voz de aquel personaje del Nombre de la Rosa un fraile donado
un lego el hermano Salvatore que entre los estertores de la agonía como un
crucificado exclama sólo sé que no sé nada. Ai
nou nating. Las dos mil ventanas del Escorial óculos de la magia conductos
que llevan la luz adentro esas interioridades misteriosas del alma de todo
español que nos conducen al estanque del enigma donde nadan peces de colores,
son testigos impávidos de la indignación que prende en mi ánimo: al Papa
Caraffa lo asesinaron con un pócima, cosa habitual illo tempore. No ganaba ni
para pincernas ni para copero.
Estamos hablando de los años inmediatos al Concilio de
Trento. Él había ordenado cerrar todas las sinagogas de Roma. Fueron a por él y
su propio confesor un franciscano español estuvo implicado en la conjura. La
mayor parte de los curas y frailes establecidos en la Ciudad Eterna presentaban
un origen converso. Roma magnánima y munificente brindabales asilo. El odio y
la leyenda negra hacia España y sus monarcas es una deriva de que el catolicismo
hispano no es trigo limpio y presenta notables adherencias vinientes
paradójicamente de aquellas dos religiones contra las que luchó durante siglos:
el candelabro y la media luna. ¿Será verdad que somos un poco semitas? Los
españoles portamos a regañadientes ese complejo de Estrellas amarillas con el
que nos designan por envidia las demás naciones europeas excepto Rusia e
Italia.
Se ve la sierra blanca y pura sierra nevada desde este
balcón en el extremo de la provincia de Madrid al que me asomo. Perfiles del
paisaje de una orografía que en sus pliegues y retales muestra las cúspides del
dogma y yo sólo sé que no sé nada. “I know nothing” como el hereje que murió en
el palo.
¿Dónde te escondes Maestro de Justicia? Oh, Señor, por qué
callas. ¿No te compadeces de mis sufrimientos y avatares? Me escupen. Mi cara
se muestra coram populo cubierta de chorretones de sangre. Pilatos me saca a
vistas, compadecido, ante el populacho y la chusma irreverente y contumaz que
nunca se aplaca. Ecce homo. Llevo muchas horas de mi vida de plantón sobre las
losas del Lithostrotos coronado del manto de púrpura de los locos, la corona de
pinchos de cambronera en la cabeza la caña a modo de cetro de escarnio maneado,
herido y un malvado que pregunta desde los micrófonos <>. Passio Domini Nostri Jesucristi…
Los salivazos de mis
sayones marcan mis mejillas. Sólo sé que no sé nada. Dios mío no tardes.
Nicolás de Cusa predicaba la docta ignorancia pero también padeció cárceles y destierros.
Ante mi mirada se levanta la giba sublime del monte de las Machotas.
De Cusa volvió a Roma
después de haber sido legado papal en Constantinopla año 1460 y su fe debió de
sufrir un vuelco a la vista de las siete Colinas y sus corrupciones, dejó de
creer en las potestades de las llaves primadas. Obispo de Roma tú no eres más
que un primero entre iguales. Le costó la cabeza. Paulo IV odiaba a los
españoles y a los judíos. Fue este pontífice el que motejó a nuestro Rey
Prudente de “demonio meridiano”, buscó alianza con el Francés pero los soldados
de la liga galo-pontificia tuvieron que vérselas con el Duque de Alba en Pavía
algunos años después del Saco de Roma en 1526. Los lansquenetes imperiales no
cobraban sus pagas y entraron en la urbe como elefantes en una cacharrería.
Paulo IV quiso resarcirse de aquélla no bien había terminado
el concilio de Trento y estableció la Inquisición. Estrellas amarillas
circulaban por la Vía Apia y muchas mañanas las aguas del Tiber arrastraban los
cadáveres de los ahorcados la noche anterior.
Hace ya algunos años peregriné a la Tumba de San Pedro como
tantos y tantos de m is predecesores que iban en mulas paseras cargados de
libros y rebosantes los artales de esperanzas y de bulas. Yo viajé en compañía
de un monseñor en un cómodo avión de Alitalia. Mi acompañante que reía jocundo,
lucía una cruz pectoral ornando su gran barriga que valía una millonada y que
no renunció a los dos copazos de vermú cuando pasó ofreciendo bebidas la
azafata:
-Roma doma, mi querido joven.
-Sí camino de Roma marcha tanto el cojo como el sano-
repuse.
Roma no me domó pero experimenté esa sensación de atracción
y rechazo unidos, al igual que otras
grandes urbes de la civilización. A la vista del Capitolio me dieron ganas de
decir . Madre del amor hermoso. La loba que amamanta. Ubre
nutricia. Ubertas. Libertas. Divinitas. Latinitas, urbs. Rómulo y Remo colgados
de la teta capitolina. No se parece a ninguna de las ciudades que he vivido.
Londres me sedujo de mozo. En Paris me hubiera gustado vivir. Nueva York causó
una sensación de paletismo y de cursilería, un lugar cargado de energía pero
horrible para vivir y ese papanatismo paleto lo está copiando Madrid que antes
era una ciudad habitable. Ya no. En su afán de cosmopolitismo se está
convirtiendo en Kansas City. Pronto será
Las Vegas. A Roma yo iba en busca de los papas y sólo me encontré
emperadores y circo mucho circo. Esa teatralidad milenaria que aguanta el Coliseo
no lo posee ningún otro monumento de la tierra con excepción del acueducto de
Segovia.
En aquellos tiempos de los sesenta era una ciudad abierta
donde las muchachas eran llevadas en Vespa por sus novios y los tenderos
parlanchines accionaban constantemente las manos para indicarte una dirección.
Podrías encontrarte a Marcelo Mastroiani tomando un combinado en compañía de
Sofía Loren y de Verna Lisi en cualquier terraza de la Vía Venetto. Yo vi allá
en Roma do es la santidad que todos al dinero hacían humildad. Para los
españoles era la gran corte de apelación, la última instancia de los litigios
porque el catolicismo romano siempre ha sido tolerante y allí se absuelven los
mayores pecados y se escuchan sin pestañear las más profundas quejas pero todo cuesta
dinero. Claro está. En punto a mujeres ya se sabe su gran tradición liberal.
Alberto Moravia en su novela “Roma Putana” no desmerece a Delicado Baeza en su
“Lozana andaluza”. Es la ciudad más santa y más pecadora del mundo. Cifra y
compendio de todo lo humano.
Visité la tumba de san Pedro pero también la de su sucesor
Paulo IV que quiso reformar la curia y quería parte de los dineros de San Pedro
para los pobres. Los usureros y cambistas en el atrio de San Juan de Letrán con
la ayuda de algunos monseñores pusieron el grito en el firmamento. El crujir de
dientes y los desgarros de los manteos se escuchaban hasta en el Coliseo.
Regresé a España un tanto disminuida. Seguía creyendo en Cristo y entoné una
Salva en Santa María la Mayor altar sagrado de la mariología pero dejé de creer
en el aparato. La complacencia con las cosas mundanas y los halagos al poderoso
implican una renuncia al Evangelio. Estaba yo entonces muy influido por los
ejercicios ignacianos sobre las dos banderas. Los que seguimos la Celestial
siempre hemos navegado contra corriente. Justo es que nos encontremos
deprimidos. Pero la depresión, la tristeza, la incomprensión forman parte del
lote que recibimos al cambiar al rey temporal por el Cristo eterno. La religión
del Galileo la verdad es que es incómoda porque lucha no sólo contra los
poderes fácticos sino también le hace un corte de manga a las disposiciones del
orden natural. Nosotros no esperamos cal Mesías como los hebreos ni creemos con
el sarraceno en el gran imperio de goces materiales en esta vida y en la otra.
Nuestro camino lleva a la puerta estrecha.
Al pobre Caraffa lo
habían sambenitado después de muerto que se supone envenenado por una triaca de
eléboro que pusieron en su copa de vino colocando a los pies de su sepultura con
los mármoles semidestrozados porque destruyeron su estatua los romanos y luego
quisieron quemarlo a él en efigie este letrero:
Hic jacet Caraffa
Supernnis invissus et
imis
Styx animam
Tellus putrido
cadaver habet
miércoles, 13 de marzo de 2013
francisco i el nuevo pontífice estudió en alcalá, enseñó literatura castellana y es amante del quijote y de borges, hicha tambien del san lorenzo de almagro
Francisco un
papa humilde y orante (acertamos)
Todas las apuestas de la gran coerción mediática han
fallado. Es difícil leer el lenguaje del Espiritu Santo que habla por signos
proféticos. En nuestra modestia creemos que no fallamos en los augurios. Hablábamos
de un monje y los jesuitas aunque no recién el Oficio en el coro son auténticos
monjes, soldados de Cristo, lansquenetes de la catolicidad. Jorge Mario
Bergoglio no viene del Este sino de la hispanidad. Este bonaerense hijo de un
humilde ferroviario hincha del San Lorenzo de Almagro vocación tardía que entró
en el noviciado a los 21 años y al que yo conocí en una visita que hicieron los
del Máximo de Alcalá al seminario de Segovia para conocer una de las primeras
casas de la Compañía fundada por el segundo prepósito de San Ignacio. El padre Laínez
el verano del 59- no recuerdo su rostro sólo su acento porteño-, es un hombre
humilde que enseñó literatura aficionado a Borges y a otros escritores de las
lengua castellana le falta un pulmón y no da la imagen de jesuita arrogante sino
de padre humilde de esos que profesaban el quinto voto ignaciano de obediencia
al papa y la obediencia de cadáver al superior.
Pasó parte del tirocinio o prueba en el gran colegio de
Alcalá y eso imprime carácter. Yo también fui alumno de los jesuitas en
Comillas y allí conocí dos clases de religiosos de esta religión: el padre
Eguillor del que no guardo buen recuerdo y en el lado extremo el padre Heras,
el arandino que era un santo, mi prefecto.
Por causa de Eguillor he guardado ciertas reservas a los
jesuitas que no oculté. Sin embargo, el padre Bargoglio creo que pertenecía al
segundo ocupo, al de buenazo del padre Heras. Parece menos jesuita que
franciscano. Será un pontificado de volver a las raíces a las cosas sencillas
en medio de una iglesia en cambio. Su defensa de los pobres y de los
marginados, sus sermones contra la prostitución y el comercio humano, la nueva
esclavitud moderna, su aborrecimiento del matrimonio igualitario (homosexual,
que se chinche el marrano de Gallardón que lo cohonesta) lo que no fue óbice que
como defensor de la vida no haya denegado la comunión a homosexuales declarados
y confesos y ha bautizado a niños de madres solteras.
Eso puede ser una gran revolución que confundirá a muchos de
nuestros políticos corruptos y de obispos como Rouco que no han dicho ni mu
frente a los gatuperios del PP o del PSOE. En la casta o castuza mediática
española su elección ha caído como un jarro de agua fría. El ser humano está
por encima de los cánones y disquisiciones leguleyas.
Esperaban a un norteamericano
o a un Scola que suifuiera la tradición de papas italianos. Presencié la
elección en compañía de mi hija pequeña que se marcha a unos ejercicios. Los dos
nos abrazamos llenos de júbilo como aconteció en todos los conclaves que me
tocó vivir y se escapó de mis labios un ad majorem dei gloriam que es el lema
papal de San Ignacio. Para mayor gloria de Dios.
Los enemigos de la fe se quedaron bocas. Todas sus
previsiones fallaron en medio de este mundo empecatdo y rencoroso que nos
rodea.
No es la venganza y el rencor lo que caracteriza al mensaje
de Cristo sino la misericordia y el perdón. Por primera vez desde Alejandro VI
tenemos un papa que hable español. Bueno el famoso Borgia hablaba en valenciano
pero se consideraba español como su pariente san Francisco de Borgia el Duque
de Gandía que se metió a jesuita después de destapar el ataúd de la emperatriz
Isabel la más bella mujer de Europa en Granada.
Sic transit gloria mundi. Espero que a Francisco I no le
ocurra otro tanto como a su antecesor Juan Pablo I el papa de la sonrisa que
fue asesinado por la curia. Ese es otro temor que albergo en medio de la
alegría de esta hora miércoles, 13 de marzo de 2013. Que la Virgen de Luján le
defienda y guie en su pontificado
lunes, 11 de marzo de 2013
SI ELIGEN A UN NORTEAMERICANO LA SRI KAPUTT. MIS OPCIONES SON BOUTROS RAI PATRIARCA DE EGIPTO Y MONSEÑOR VINGTROIS EL PRIMADO FRANCÉS
Veía yo TVE esta noche y Antonio Casado un ex comunista sorprendió a la tertulia diciendo que espera que el proximo papa sea un norteamericano y yo pensé, escandalizado apaga y vamonos. La Iglesia kaput. Porque habriamos caido en las garras de la Bestia y se habría consumado un proceso de involución desde arriba. Sigo creyendo para el bien de la Iglesia en mis preferencias a favor de un papa del Este que acentue el dialogo con los musulmanes; ese sería el patriarca de Alejandria Boutros Rai. Y con los judíos, monseñor Vingt Trois. El arzobispo de Paris que es de origen hebreo. Cualquiera de los dos va a ser Pedro Romano. confío en la acción del Espiritu Santo que guia a la iglesia. ¿Un norteamericano? Ni por pienso. Estan podridos de dolares. Serian la fuerza destructiva del capitalismo de una iglesia peregrina en la tierra. Además, los norteamericanos no son católicos. Su bandera de la Estrellas y las barras es su religión, the first alligence. Antonio Casado es un político y yo soy un diácono. Se pronuncia en plan wishful think yo en el tenor de la iglesia y de España y la defensa del acervo espiritual no en el peculio cremático. Hoy un espiritu profético se ha apoderado de mí
LOS SIETE PONTIFICADOS DE LA VIDA MÍA
Siete Papas de mi
tiempo: DE PIO XII A PEDRO ROMANO (¿)
El camarlengo con gesto catedralicio ordenará a un
pertiguero que dé tres golpes con el báculo en el suelo. Un coro entona el
salmo Atollite portas antiquas. Dirá luego: Los
batientes de las puertas nieladas de la capilla Sixtina con su clavazón de bronce se cerrarán en
medio de un silencioso estrépito bajo los frescos pintados por Miguel Ángel
describiendo el fin del mundo. Extra omnes. Esta frase forma parte del
ritual. Un chambelán echará la llave por
fuera y los centinelas de la guardia noble se cuadrarán de plantón ante la
puerta todo lo que dure el conclave. Para esta tarea es tradición elegir a un
suizo gigantesco. Tras la cruz papal alzada que acompañó al colegio
cardenalicio (la escena se volverá a vivir el martes próximo 12 de marzo 2013)
regresará por las aleas de la basílica la procesión de arzobispos y obispos con
sus mantos color cereza, los seminaristas con roquete blanco
y luego los representantes del clero regular. Los chantres entonarán
entre nubes de incienso el Ven Espiritu Criador o el De profundis. Esta escena
que me impresionó desde niño con todo el rigor y majestad que suele darle la
liturgia vaticana seis veces tantos cuantos papas conocí guardo un recuerdo
fijo en mi memoria católica henchida de fervor y de nostalgia porque la SRI en
la que se me educó es muy diferente a la actual. Tempus fugit. ¿Cuántos conclaves y cuantos Papas me quedarán? ¡Dios mío sigo clavado en mi
cruz! Años y años a pie de obra sufriendo y llorando, escribiendo y borrando en
lucha perenne contra el dragón. De vez en cuando la espuma profética que
sueltan las olas en la ribera de este mar arbolado me salpica y hoy, orgulloso, tengo que
confesar que ayer el papa viejito y dimisionario que se ha retirado a
Castelgandolfo luego de rezar la corona a la Virgen acompañado de su fámulo, un
bávaro muy apuesto al que llamaban el George Clooney de la curia, por los
jardines le confesó a un periodista alemán que es necesario que suba a la sede
apostólica un monje y a ser posible de rito oriental. Nosotros aventuramos ya
en una crónica anterior- las ideas circulan por la red como centellas- la
posibilidad de que sea un sirio. El primer patriarca de la iglesia constituyó su
sede en Aleppo hoy machacada por la guerra donde se produjo la conversión de
Saulo, el zelote fundador del cristianismo y, trasladada luego a Roma,
venciendo la resistencia de San Pedro que quería una iglesia únicamente para
judíos en Jerusalén, se convirtió en sede primada. Con la caída del Imperio,
regresa al oriente hasta hacer de Constantinopla la madre de toda la ecúmene
pero esa es una larga historia. Lo bizantino se funde con lo apostólico y es
una parte de la Iglesia de la que no hay que renegar. Aunque muchos reniegan
del constatinismo, ésta es la fuerza impulsora de la casta sacerdotal con sus
grandezas y servidumbres. San Pablo el apóstol de los gentiles abrió la puerta
a los no circuncisos. Según mis cábalas
que coinciden con las de san Malaquías en las cuales yo no creía y ahora
empiezo a creer, el sucesor de Ratzinger puede ser un monje melquita o malabar,
o copto. ¿Boutros Rai patriarcade Alejandría? La luz de renovación o profecía
está viniendo del Este. Una personalidad idónea sería el patriarca Cirilo de
todas las Rusias cuya iglesia está en efervescencia y no ha tenido problemas
con el mahometismo. ¿Resucitará la figura del cardenal Tisserant el francés
educado en Armenia impulsor de los puentes entre las comunidades del este y del
oeste? ¿Bajo el palio del altar de la confesión resonarán las plegarias en
árabe, en griego o en ruso en chino?
¿Volverá a ser Roma el cenáculo pentecostal que sea tierra
de acogida para los hombres de todas las tierras de todas las variantes
políticas (ex pluribus unum) y no ya meramente un banco, sujeto a los
vaivenes de la Bolsa o los dimes y
diretes de las veleidades políticas donde todas las corruptelas tengan su
asiento? ¿Volverá la colina vaticana a ser el círculo de los mártires puerta de
entrada a las catacumbas de san Calixto o el circo de fieras y gladiadores en
cuya cúspide construyó Augusto un anfiteatro para la diversión de la plebe? Con
el regreso a las esencias evangélicas sin demasiados cánones y con poca curia
Roma volverá por donde solía vg.: a su concinidad mayestática y a su continuidad.
Ahora, para escarnio de sus enemigos que disparan dardos envenenados contra la
cúpula y sonrojo y tristeza de los que amamos el catolicismo, más que la sede
apostólica parece un circo mediático, un campo de Agramante de trifulcas poco
edificantes para el creyente. Roma amaneció esta mañana empapelada de carteles,
como si de unas elecciones laicas se tratase, promocionando la elección de Mr.
Tucson, que es cuarterón (hijo de padre de color y madre judía); se trata de la
clásica táctica de hechos consumados en la cual el Sionismo es un especialista.
Dejemos, sin embargo, que sople el Espíritu; Él arrasará. La abdicación de
Benedicto XVI me sorprendió en mi mastaba laborando en mis libros entre sueños
subrayados y volutas de mi cachimba.
Solía asistir por el satélite a sus audiencias televisadas
de los miércoles en el Vaticano. Se veía
a un papa cansado y como ausente.
Saludaba rutinariamente a los grupos de peregrinos que gritaban: <>. Su voz apagada se
había vuelto opaca y apenas se le entendía. Inspiraba lástima Benedicto XVI.
Cambié, pues, de canal porque el espectáculo de aquellas audiencias que
mostraban a un anciano cansado y a unos monseñores muy engominados sotanas
abotonadas de rojo y puños blancos con gemelos de oro que presentaban a los
distintos grupos de peregrinos de forma solemne y marcial me aburría. Sin
embargo el 12 de febrero cuando sorprendente anunció su dimisión la cosa varió: yo era telespectador de una emisora polaca
que retransmite estas audiencias desde la Santa Sede.
Algo vale saber latín
y escuché algo como “relinquo”
y sedem apostolicam: un verbo y dos
acusativos. ¡Cáspita! No podía creerlo. Desde 1415 desde un papa que se llamaba
Celestino y al que dedica Papini uno de sus más conspicuos textos no ocurría
una renuncia al Poder de las Llaves. A este obispo de Roma van dedicadas por
Juan Papini Las Cartas del Papa Celestino.
Acto seguido, eché mano del ensayo que hace un quinquenio
redacté sobre las famosas profecías de san Malaquías que todo el mundo daba por
apócrifas pero que se refería al Papa alemán que pontificaría bajo los
atributos de rama de oliva y que abandonaría Roma a causa de las corruptelas de
la curia. Es el penúltimo; sólo queda uno. El obispo irlandés acertó a mi
juicio cuando se refería al predecesor Wojtyla como la labore solis y que en la
lista del papado fungió como un astro espectacular. Juan Pablo II fue una
especie de Napoleón o de Rey Sol que parecía decir: el estado soy yo, la
iglesia soy yo. Creo que Benedicto trató de enmendar los trabajos del sol
tendiéndole una rama de olivo a los mahometanos, a los hebreos, a los
anglicanos e incluso a los budistas. Mostró su buena voluntad dialogante a los
largo del septenio que duró su mandato. Al cardenal Ratzinger yo le había escuchado
muchas mañanas decir la misa en latín
por la radio vaticana. Es la lengua de la iglesia que trató de restaurar
pero en la Curia y en el clero no le hicieron mucho caso. La herencia
napoleónica que recibió pesaba mucho y yo estaba a pie de obra aquélla tarde de
primavera de hace siete años cuando fue designado. Se le presentó como un
continuador de la obra del polaco pero el Papa alemán era mucho más
intelectual, menos histriónico, tímido y con una voz apagada.
Fue uno de los padres conciliares más significados del
Vaticano II. Su fracaso en la sede apostólica puede haber sido un indicio que
todas aquellas reformas incoadas hace sesenta años se han venido abajo y
sumieron a la grey en la desorientación pero Benedicto XVI tiene maneras de
santo, se parece algo a Pio X el papa Sarto y con su ejemplo de retirarse a un
monasterio y a la vida de oración ha insinuado el camino a seguir marcando la
ruta del recogimiento, la despolitización, la enseñanza, la evangelización,
resolver la morbosa problemática sexual de buena parte del clero. Que han
convertido a Roma en una ONG y que los prelados católicos no cesan de hablar de
condones, de píldoras contraceptivas del
método ogino y toda esa casuística que abarrota los muchos artículos del
Canónico; me parece una afrenta a las enseñanzas del Salvador y rendirse al empuje de los
lujuriosos y a todas aquellos que tienen una noción farisaica del catolicismo.
Se trata no más que de un retirada táctica. Ratzinger no ha izado bandera
blanda. Roma no se rinde. El diablo ataca. La masonería se desgañita. Los
medios han colocado su artillería gruesa a corta distancia de los muros de la
Basílica de San Pedro. Su reinado ha coincido en una cierta normalización de mi
vida. Con él me jubilé y sigo escribiendo y aunque no voy a misa los domingos
rezo casi diario el breviario y leo la misa del día según el antiguo rito cuyas
oraciones y lecturas son para mí una fuente de inspiración y consuelo. Yo no he
dejado de ser cura. En estos tiempos de carestía espiritual y de frigidez cuando
parece que Dios se oculta me he seguido acercando al Cristo Ortodoxo y cantando
la sabatina griega a solas en la soledad de mi celda. Quiero decir el Akazistos. María mater ecclesiae. La
mujer calzada de luna y vestida de sol reluciente aplastará la cabeza del
dragón. Quizás estas décadas pertenezcan al último capítulo del Apocalipsis. Se
cierra la historia pero ni el propio Jesucristo sabía el día ni la hora del
juicio universal. Sólo lo sabe el Padre celeste. Es una garantía para este
ambiente laico y anticristiano que se respira en el mundo. La gracia que
transforma al hombre llevándole por los caminos del progreso iluminándole en
sus yerros actúa de forma imperceptible e incoercible. Muchos no la ven pero
continua operativa. El cristo ruso cuando lo descubrí redescubrí también mi fe.
Grabados en la película de mi memoria se hayan los primeros
conclaves. Cuando fue elegido Juan XXIII viví la experiencia de una tarde
brumosa con viento del sur en mi amada ciudad de Segovia. Olía a manzanas y a
uvas. Era octubre, tiempo de vendimias, de frutos y de cuévanos. Los latinos
unos jugaban al fútbol cerca de los lavaderos romanos, una alberca con sillares
tallados y engarzados a flor como los del acueducto junto a la tapia del
postigo del Consuelo que tenían dos mil años. Dos corpulentas acacias servían
de portería. Mientras, otros estrellaban la pelota al juego del frontón contra
el hastial del Teatro Cervantes. Aquella tarde se había suspendido la función
de tarde en señal de duelo por Pio XII. No sonaba la música ni se escuchaba la
voz doblada de Gary Cooper. Al viejo moral rey de aquella huerta plantado en
1595 cuando se construyó la casa del compañía se le caían las hojas. Los menos
deportistas que éramos la mayor parte hacíamos corrillos donde cruzaban apuestas
sobre quién sería el próximo Papa.
Pió XII había abandonado este mundo un mes antes entre el
llanto de sor Pascualina la Patética de Beethoven y el canto triste de su
canario que a pocos días de fallecer el pontífice también murió. Sus funerales
que vimos por el NODO fueron impresionantes. Y los del Mayor[1] organizaron una
porra para determinar la identidad del cardenal elegido. Fue un conclave largo
y aquella mañana recién acabados por nosotros los ejercicios espirituales en
vísperas de san Frutos la chimenea del Vaticano exhaló humo negro.
Todos estábamos excitados y expectantes aguardando el
escrutinio vespertino. Se barajaban nombres como Tedesquini, Cigoniani, Siri,
Dellaqua, Ottaviani, Tardini o Agañanian
un armenio al que se había visto entrar en el conclave, según nos contaba don
Cipriano Calderón, corresponsal en Roma del diario YA, luciendo el cónico “ k l o b u k” y la panagia de los popes pues
pertenecía al rito oriental.
El único que acertó la quiniela al pleno fue nuestro rector
quien por corazonada o por aviso de los cielos (era un santo varón don Julián García Hernando) daba por ganador
al patriarca de Venecia el cardenal Roncalli. Era el nuevo Papa un obispo gordo
de aspecto campechano y paternal con una facha poco papable. Justamente, la antítesis
del hierático y majestuoso Pacelli. Austero distante amigo de los diccionarios
y calepinos que era capaz de parar las máquinas de la imprenta de L´Oservattore Romano si el linotipista se
había comido una coma en la impresión de alguno de sus discursos.
De pronto la campana del seminario empezó a golpear con
insistencia. Al minuto se pusieron en marcha las de la Torre de la Aceitera que
reglamentaba nuestras vidas y vigilaba nuestros actos y con ella todas las
campanas de iglesias y conventos de Segovia que eran unos cuantos. Todos
empezamos a abrazarnos. Yo recuerdo que empecé a saltar y a pegar brincos.
Perdí una sandalia. Me hice un siete en el guardapolvo al
salir corriendo y engancharme al picaporte de la puerta de acceso al patio…
Roncalli… Roncalli. La voz del padre Topete que retransmitía el final del
conclave del año 58 por la radio Vaticano y que escuchábamos por la megafonía
interior y exterior… Habemus Papam.
El nombre del elegido sonaba raro y profético. Juan XXIII. Había habido un
antipapa con ese mismo nombre cuando el cisma de Aviñón y él seguía la racha de
la legalidad. Fuit homo missus a Deo
cujus nomem erat Johannes.
Nos dirigimos a la capilla a cantar el Tedeum. Venía el Papa
bueno procedente de una aldea italiana que se llamaba Sottoilmonte. Luego se
descubriría que no era tan bueno como dijeron. Trajo el aggiornamento, la puesta a punto de la iglesia. El Concilio. Si Pio
XII le había cortado la cola o capa magna a los obispos un par de metros,
Roncalli reformó la clerical indumentaria despojando a las monjas de sus tocas
y a los frailes de su cogulla. Los curas se quitaron la sotana, cundían los
párrocos ye-ye y hasta los obispos se pusieron de calle dejándole el distintivo
del alzacuellos como distintivo de su antigua vestimenta talar. Los seminarios
quedaron vacíos. Sobrevino la gran desbandada. ¿Aires nuevos? Con Pablo VI se
profundizaron las reformas pero el adusto Montini se quejaba de que había
entrado en los templos el tufo de Satanás.
El conclave del 63 a raíz de la muerte de leucemia del “Papa
bueno” lo recuerdo con menos viveza. Era
hacia últimos de junio. Yo acababa de colgar los hábitos y sufría de una fuerte
depresión; se me planteaba la incógnita de mi futuro. Había dejado de ir a misa
pero todavía los templos de Madrid se llenaban cada domingo. El concilio había
traído la esperanza de una iglesia más abierta a los problemas del mundo, más
participativa con un tremendo influjo en la sociedad española durante los
últimos años del franquismo. Yo me hacía una pregunta: ¿por qué el judaísmo una
religión que empecé a estudiar o el islamismo no alteró ni una iota de sus
preceptos de su tradición para aclimatarse a una sociedad laica y secular y la
Iglesia se desvive para agradar y por parecer bien a sus enemigos? La pregunta
sigue en el aire. Tanto cambio del continente vació el contenido.
A la muerte de Pablo VI me encontraba en Nueva York. A
través de nuestro familiar televisor de muchas pulgadas y por la NBC en la voz
maravillosa de Walter Cronkite asistimos a la elección del Papa Luciani. Cuatro
semanas más tarde volvió a tocar a clamor El “campanone” de la basílica de San Pedro. Juan Pablo I acababa de
fallecer en circunstancias misteriosas; nos dijeron que de un infarto pero hoy
siguen quedando dudas a tal extremo. También era por el otoño y aquel año
tuvimos un verano tórrido en Nueva York, se asaban los pavos casi solosen la
Quinta Avenida.
La designación del polaco Wojtyla llenó a los americanos de
curiosidad y de expectación. Se organizaron rogativas en la catedral de San
Patricio. Recuerdo un titular del New York Post que informaba de que Juan Pablo
II había estado casado o por lo menos había tenido novia. Chuté esa noticia a
Madrid pero la crónica fue a la papelera. ¿Un papa no célibe? ¡Qué cosas dices!
Nuestra sociedad española era a la sazón todavía muy
pudibunda. El pontífice polaco armó el taco en su visita al Yankee Stadium. Yo
fui a verle a Harlem. Más que un papa me
pareció un buen relaciones públicas y un gran actor. Demasiado pagado de sí
mismo. Demasiado político. Su largo pontificado que tiene dos aspectos el
ascendente y el declinante lo he analizado por menudo a lo largo de mis
artículos porque seguí muy de cerca su gestión. Ha sido el Papa de nuestra vida
uno de los pontificados más largos y controvertidos de la historia de la
Iglesia. Llenaba las plazas, convocaba las multitudes pero luego que se iba el
gran papa viajero, que viviría a golpe del avión, dando la vuelta al mundo
setenta veces, los templos quedaban vacíos. Sus mentores le saludaron como la
figura que hizo caer el muro de Berlín y sus detractores encuentran en su
gestión no pocos fallos, contradicciones, culto a la personalidad, Cesar
papismo mediático. Fue el papa del poder, el amigo de los norteamericanos. Su
sucesor Ratzinger y que fue el protegido del polaco en la Curia trató de
impulsar el alma del cuerpo místico pero se ha encontrado con una herencia
difícil legada por su sucesor. Tal vez por ello haya huido a Canosa. Seis
pontífices en poco más de medio siglo en que el mundo tecnológicamente ha
avanzado más que a lo largo de mil quinientos años: la demografía, la
comunicación digital, los avances en medicina, la era atómica, los vuelos
interplanetarios, el hambre en el mundo, la demografía, el laicismo, el
holocausto, la descristianización, la corrupción, la irreligiosidad de las
masas que siguen pidiendo pan y circo, una juventud que vive alejada de Dios, los
separatismo, el poder agareno, la unipolaridad, el feminismo, el poder gay, la
inculturación, el rock, la destrucción del medio ambienté, la autoridad paterna
por los suelos, la lucha de géneros en sustitución de la guerra de clases-la
serpiente marxista ha variado la piel abrazando el capitalismo de núcleo duro-
el consumismo, la cruz inversa, el imperio del maligno, las guerras localizadas
en un sector determinado del planeta, el armamentismo, la violencia, el
terrorismo, el espionaje, la angustia e insignificancia del individuo
acorralado por los poderes fácticos.
A todos esos retos habrá de enfrentarse, cuando lo preconicen, el sucesor del papa alemán que
sin fuerzas suficientes y ante la gran crisis que atraviesa la iglesia ha
preferido hacer mutis por el foro insinuando en tal gesto de renuncia a las
llaves de San Pedro cuál puede ser el camino de la salvación: la plegaria, la
humildad, el silencio, el regreso a la Tebaida, la vuelta al anacoretismo
desdeñando los halagos terrenales. Espero vivir hasta el próximo martes donde
se elegirá al próximo pontífice (¿); su nombre hoy es una adivinanza pero en
cualquier caso será el séptimo que habré yo conocido. Malaquías explica que
será el último y que se llamará Peter ¿cómo el ghanés? y pontificará bajo el
nombre de Pedro II pero vaya usted a saber. En el Vaticano rigen ahora más los
intereses políticos y estratégicos o económicos, precisamente porque la curia
está demasiado politizada que el dictamen de las profecías o los soplos del
Espiritu Santo en quien sus Eminencias no parecen creer demasiado.
Los cardenales
electores en fila de dos en fondo se dirigirán al altar de la confesión
coreando las estrofas del Veni Creator un himno el más poderoso y milagroso
porque es un conjuro. Que descienda el espiritu santo a renovar la faz de la
tierra. Comenzado el conclave, después
de las votaciones, sus Eminencias se sientan cerca de una larga mesa de debajo de un solio bajo a modo de visera y comienzan a deliberar.
Acto seguido, las votaciones; si hubiere disenso que es lo
más frecuente porque de pocos conclaves ha salido un papa al primer escrutinio,
encendida la estufa, fumata negra. Cuando las papeletas- en la antigüedad eran
habas blancas o negras- superan la mayoría simple, papam habemus y mágnum
gaudium nuntio vobis. Fumata blanca. Papam habemus. El baldaquín del candidato
elegido queda enhiesto mientras se abaten los de los demás cardenales al tirar
de una cuerda.
Boleará El campanone[2] a
gloria. Lo primero que le pregunta el camarlengo dirigiéndose a él con
el apelativo de Santidad es con qué
nombre querrá reinar? El nuevo
obispo de Roma y patriarca de Occidente dejará de llamarse por el nombre que tenía en el siglo para ser Pío, Calixto,
Alejandro, León, Bonifacio o Benedicto seguido del numeral cardinal romano.
Estos últimos fueron los preferidos después del de Juan el más frecuente.
Ninguno ha querido llamarse Pedro por respeto al fundador de
la dinastía aunque se baraja la posibilidad de que el próximo Papa a tenor con
ciertas profecías se incline por el de Pedro Romano. Mala cosa. Será una señal
de que se avecina el fin de los tiempos. No adelantemos, sin embargo,
acontecimientos.
De momento, todos, fuera tras la orden del camarlengo,
pontífice en funciones, sede vacante, quedan desiertas las galerías del palacio
de Letrán. No se ve ni a un triste monsigniori por el patio de San Dámaso.
Todos fuera, extra omnes, dejadlos solos, como los grandes espadas en las
corridas de toros; Hay que poner en suerte al mihura, el toro y la suerte, el
toro y la muerte ateniéndose al canon del gran ritual y de una excelsa
parafernalia.
La iglesia es un coso o hipódromo por donde corren los
corceles de la santidad y de vez en cuando asoman los orejones asinarios las
mulas diabólicas. Convoca al bien y al mal.
Detrás de la cruz está el diablo. En el albero brillan los
rehiletes de los banderilleros y primeros espadas de la catolicidad con sus
capas magnas de muaré casi seis metros de cola hasta que se los mandó cortar
Pío XII, los manteletes de seda y los gorros de piel de conejo que antes eran
de armiño, las cruces pectorales que valen medio millón de liras y el gallero o
petaso arzobispal con barboquejo bordado en oro. Vistosa procesión y una larga
fila de ancianos que se atienen a los cánones de una solemne pompa con cientos
de años de antigüedad.
Cualquier creyente a
la vista de tal boato y teniendo en cuenta los orígenes del fundador que nació
en un pesebre murió desnudo en el
tormento se escandalizaría pero cabe recordar que esta fastuosidad que tanto ha
maravillado a los anglosajones (Bruce Marshall, Morris West y otros muchos que
utilizan el Vaticano como epicentro de sus thrillers) que la iglesia es
cristiana y es pagana en cuanto heredera
de los emperadores.
Nadie como los italianos para representar la tramoya del
cesaropapismo. Lo bordan.
Los picadores afilan la garrocha. Seguirá intramuros el
navajeo entre las diferentes facciones en lucha por el poder aunque viene a
decírsenos que por las altas techumbres de la Capilla Sixtina revolotea la
Paloma del Espíritu Santo.
Es un aleteo que nunca se ve pero a fin de cuentas fe es
creer en lo que no vimos. Los cardenales italianos los más hábiles, los más
astutos, los más artistas para la componenda, han constituido el más numeroso
grupo. Sixto V fijó la cifra de 70 pero al conclave de estos idus de marzo
asistirán 115.
¿Fallarán las previsiones esta vez de que después de dos
papas extranjeros uno polaco y tudesco optarán por lo más seguro? ¿Se cumplirá
el apotegma de que el que entra Papa en el Conclave sale cardenal? El vaticano
es la cuna del maquiavelismo y del sigilo.
Con harta frecuencia pocos son los humanos que consiguen
penetrar en sus secretos sellados al mundo exterior con llave como son las
deliberaciones que designan al nuevo pontífice o los fondos de la Biblioteca
Vaticana con más de cinco millones de documentos que se archivan desde el año
238 y donde se guarda la historia de la humanidad de dos milenios. Todos se
registra, todo se conserva, nada se pierde.
Es un laberinto. Incluso los más disertos vaticanologos
suelen fallar al formular sus previsiones.
¿Enigmas, o verdadera intervención del Espíritu Santo? Cuesta creer que la Tercera Persona de la
Santa Trinidad baje desde la cúpula y sople el apellido a sus eminencias
reverendísimas de quien deberá ser elegido.
Lo que sí sabemos es que hay un cierto resquemor de los
padres electores a la abrasiva presión mediática que pueden acabar con el invento. Bajo tales premisas nos atrevemos
a augurar que el próximo que sea preconizado volverá a ser un recluso del
tercer piso de palacio custodiado por un fornido guardia suizo esgrimiendo su
enorme adarga y el kolbach siguiendo las pautas del dimisionario Ratzinger que
se retira a un monasterio al igual que Bonifacio VIII. Los Papas vienen y van.
No hay que preocuparse demasiado por el individuo. Lo
importante en este caso es el colectivo pero sigamos con el conclave.
El himno a la Virgen Madre y Protectora de la Iglesia Alma
Redemptoris mater resuena bajo las cúpulas. Todo igual que hace diez siglos.
Empieza el sínodo cardenalicio. Los padres conciliares se encierran con el toro
del futuro. Dios y los hombres juegan al escondite. Las augustas posaderas de
sus eminencias reverendísimas se sentarán sobre las misericordias del coro
pontifical diseñadas por Bruneleschi.
Empezará el escrutinio. ¿Cuál será el dosel de entre los
padres conscriptos que no se cierre?
Hay algo que me llama poderosamente la atención desde niño y
es la impavidez y austeridad del rito romano. No hace ninguna concesión al
sentimentalismo Otros como el ambrosiano, el canon Crisóstomo el de san Basilio
el maronita y el mozárabe son más expansivos. Los papas vienen y van. El ciclo
vital se consuma. Son designados ad vitam por sufragio colegial costumbre
heredada de los cesares.
Eran los summí pontífices arúspices que auscultaban los
designios del destino a través de signos tan sospechosos como el vuelo de las
cornejas o el graznido de los gansos capitolinos. Puentes eran los pontífices de conexión entre las
divinidades olímpicas y los simples mortales.
Pontifex quiere decir viaducto o administrador dela
jurisprudencia divina cargo adjunto al emperador que gobernaba la terrena.
Sin las reminiscencias constantinianas quedaría la iglesia
reducida a muy poca cosa, dejaría de ser
una religión mistérica. Ahí reside su tremenda fuerza
Extra omnes. Fuera todos. Cuando muere un papa su anillo es
machacado por un orfebre, un gesto impresionante simbolizando de que su poder
ha fenecido. Vendrá otro. Y la cadena no
queda interrumpida. Los cardenales capitulares hacen las veces de los antiguos
arcontes. Los conclaves a la vez mundanos y divinos no dejan de ser un
espectáculo misterioso que despierta la curiosidad de creyentes y no creyentes,
de paganos y católicos. La iglesia superará su crisis pues así está escrito:
las fuerzas infernales no prevalecerán. A decir verdad por el momento no lo
parece. Pero el cambio no tardará en llegar portado en el pico de esa Paloma
Blanca que se pasea por la cúpula de la Sixtina admirada de los frescos de
Miguel Ángel.
Extra omnes.
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[1] Seminario Mayor constituido por los filósofos y los
teólogos
[2] la campana gorda de San Pedro
Publicado por la catuxia en 21:28 No hay comentarios: Enlaces a esta entrada
martes, 5 de marzo de 2013CONSEJOS PARA UNA VIDA LARGA
este blog defiende la unidad de España y a su cultura
Iurgia altercados pleitos juicios contumelias
Es el principio del fin para un país cuando sus subditos se
mofan de sus dioses, no quieren saber nada de nadie, ridiculizan su historia se
dan a la molicie y al deleite o lo que llamaban los romanos “mundi illecebras”,
y cuando los jueces toman protagonismo. Salustio en sus augustos Anales parece
estar refiriendose a los españolitos y a los europeos de ahora mismo,
aperreados y aporreados por este ciempiés que es el sistema político que llaman
Democracia y que más que revertir, como su propio nombre indioca, al poder del
pueblo, emite un tufo a cochambre de arbitrariedad y tiranías. La angustia y el
desconcierto habita entre nosotros y esto no es buen remedio para vivir mucho.
Esto nos dice que la gente pasa de todo y se pasa los días
mirándose al ombligo, estragada por la gula y entregada a los deleites porque
Baco y Venus van de pareja. El doctor Palma de la Inter publicita cada mañana
unas pastillas para vigorizar eso y lo otro y andar bien empalmado y marcando
paquete. Y yo me digo que para qué. Mataiotes mataoitetom kai panta mataiotá
(de un sermón del Crisostomo : vanidad de vanidades y todo vanidad); balanos
que se comerán los gusanos como le va a pasar al monarca que padece de un
cáncer monorquítico y lo presentan como una hernia discal. Un poco más debajo
de donde la espalda pierde su honesto nombre, señor doctor. Que nos quiere usté
cvendernos la burra mal capada engañándonos como a chinos.
Por todas partes surgen crímenes, robos, atentados. Se
descomponen las familias. Corruptio optimi pessima decían los latinos y las
corrupciones saltan al pairo de una sociedad estragada que ha perdido el norte
corrompidas sus costumbres profanado el hogar y las mujeres dejan de parir.
Nerón impuso la Ley Popea para acabar con los abortos tan frecuentes en Roma. El
reino de la mentira y la fornicación apadrina la esterilidad. Así los pueblos
se acaban y viene la desunión, las peleas de todo tipo ( i u r g a).
La mariconería es compañera de cama de la destrucción moral.
Las civilizaciones se destruyen desde dentro y por fuera. Una invasión por todo
lo violenta que fuere no tiene carácter tan deletéreo como la desintegración
interna. Quintiliano llamaba “trossoli” o pisaverdes a los sarasas y chaperos
que se paseaban por el capitolio.
Ovidio quejábase de que para las matronas fuese más
importante el peine y las calamistra (tenacillas para rizar los cabellos) que
el marido. Que se la digan a la Campos y a todas esas divas que mueven el
esqueleto o lucen palmito en pasarela por nuestras pantallas. Cuerpos perfectos
sin alma dentro. Sociedad venal, mercado de esclavas que se exhiben en la
catasta.
Malo cuando todo
revierte al cuidado del cuerpo y al placer. Corpus nec negligere nec nimis
curare decet. Ni negligencia excesiva ni tampoco una atención escrupulosa. Un
término miedo. Virtus in medio est.
Esto era en aquel
entonces. Ahora ellas andan con la báscula en la mano para cuidar la línea y
ellos se entregan al pedestrismo o se machacan el cuerpo en el gimnasio. Venden
bien los libros para reducir peso y los que hablan de calistenia. Mundo mane,
mundo moderno; la hora de los buitres.
Nadie cree en la otra vida, se ríen de los dioses. Entonces
los atletas y los gladiadores perecían de muerte súbita, o rendidos por el
esfuerzo. Y hoy tampoco suelen vivir porque profanan una de las reglas de la
naturaleza que es el suum cuique o a cada uno a lo suyo y todo a su hora.
Se recomienda el ne quid nimis, fórmula del clásico para
gozar del summum bonum a día de hoy: la longevidad. Evitar el estrés. Reírse
pero nunca de los dioses y tener por norte y guía de nuestros actos la
moderación y la justicia.
Hoy hay pleitos y agresividad por todas partes. La gente no
es feliz. Se mueren de cáncer flagelo del siglo XXI aunque hayan dejado de
fumar, van al infierno (horcum).
A causa de ese morbum que son las peleas interiores, la
agresividad, la falta de contén en las relaciones humanas. Don Asrturo Mas ese
bocazas nos ladra y amenaza en catalán. Rajoy en el parlamenta hace la bombilla
con florido discursos decimononos. Miente más que habla. Es la vera efigie del
gallego encaramado a la escalera. Pocos le quieren.
Consejo: no ver ninguna tertulia televisiva, no escuchar la
radio, no comprar un solo periódico que son libelos de la mentira. La
información se ha convertido en provocación y amenaza.
Todas estas escopetas las carga el diablo. A veces no
vendría mal tampoco aprender latín mientras se sigue el ejemplo de los justos
de Israel.Justus ut palam florebit. Florecerá el justo cual palmera.
sábado, 2 de marzo de 2013
canta la subiguela.... nevará
LOS CAPIGORRONES DE RAJADIZO
EL MIRÍFICO
Cartas devueltas
Desgastada la lengua de pegar sobres
donde meto esperanza nadie responde. Donde pongo poemas, lágrimas, voces que
devuelve el cartero: se desconoce.
Y puse bien las señas. Escribí donde
me dictaba la sangre: Casa del hombre
RAMÓN
DE GARCIASOL “apelación al tiempo”
Aquí
nadie contesta. Nadie sabe nada de nada y por supuesto están en desuso las
cartas de amor. Ha caído en desusos el género epistolar que con tanto tino
cultivaron nuestros clásicos desde Jovellanos a Cela. Del que es este poema que
espigo entre mis apuntaciones:
Mi
vida es un erial
Que
se va a tomar por culo
Y
en mi camino fatal
Alguien
va sembrando el mal
Con
bastante disimulo.
El
de Iría Flavia aquí parodia a Bécquer. En sus cartas a Antonio Vilanova, el
catalán, se quejaba de un hecho cierto que esté país está plagado de hijos de
puta. Abundan sobre todo en literatura pero también entre el funcionariado, la
iglesia, la milicia, el vecindario. La balhurria o bahurria se desternilla de
risa. Esto es un cachondeo. No podía ser de otro modo.
Te
escriben anónimos amenazando que van a practicar contigo la balichería que es
el arte de meter a un sujeto el dedo por el ano. Quieren darte polculo.
Basta
ya de gestos miríficos en los besamanos y de rajadizos ministros genuflexos
ante la Merkel cantando el tomad virgen pura de nuestros bolsillos, yo hago mis
deberes, soy obediente y les voy a meter mano a todos los hispanos menos a los
ricos.
Don
Rajadizo el mirífico le llaman ya en este país donde abundan los devotos de san
Isidro los que sin dar un palo al agua esperan que los bueyes aren solos
guiados por la mano de ángeles de seis alas bajados del cielo para aferrar la
esteva y empuñar la tralla, y luego quiere la peña que les salga el surco a derechas
cuando no sirven ni para clavar la reja.
-Ahora
nosotros nos vamos a misa. Después al mitin y a la tarde a la tasca.
Dora
el sol vespertino los bermejos muros del convento donde crucificaron al Santo
Niño de la Guardia. Fue un sacrificio ritual. Un holocausto como el que mandó
hacer dios al patriarca Abraham hablándole desde la zarza.
-Detente
Abraham- dijo Yahvé
-Señor,
yo haré lo que tú mandas.
-En
vez de a tu hijo Jacob ahí te mando un cabrito.
Buena
la hubiera hecho el santo patriarca padre de todos los creyentes si baja unos
centímetros el puñal nos hubiéramos quedado sin las doce tribus de Israel y sin
monoteísmo puro y duro. Caprichos de la historia. Nada de holocaustos nada de
catorcenas nada de revoluciones ninguna conspiración ni crímenes rituales como
el de Domnguito del Val y del Santo Niño de la Guardia. El sacristán de la
iglesia segoviana de Facundo se hubiera quedado con las ganas de echar Al
caldero la celebre hostia que voló por los cielos de la ciudad y Judas no
hubiera vendido a Cristo por treinta monedas.
El
santo niño se llamaba Juan de Pasamonte y el rabí que le echó mano cerca de la
Puerta del Perdón de Toledo tenía un nombre y apellido que andando el tiempo
habría de meter mucha bulla en la historia de España. Se trataba nada menos y
nada más que de Francisco Franco no el que todos pensamos sino el de un
sacerdote de la ley vecino de la aljama de la Ciudad Imperial c. 1489. tal y
conforme están las cosas, hasta usted, paciente lector, puede ser el asesino.
Fue
habido don Francisco Franco no el que piensan ustedes sino el rabí por los
corchetes cuando se trasladaba a Zamora en la posada de la Estrecha. Le
incautaron sus pertenencias y las vendieron en plaza pública por lo que
quisieran dar y fue acusado de haber crucificado a un infantito a un seise de
la Seo cuando salía de las preces Sometido a tormento cantó en el potro el
nombre de sus cómplices y luego fue quemado vivo en el barrio del Grajal. Fue
un caso parecido al de don Muir al que dieron brasero en una hoguera cerca del
convento de Sancti Spiritus segoviano. La crucifixión del santo niño se
empareja con el robo sacrílego de san Facundo. Al entierro de don Muir cuentan
las crónicas asistieron muchas mujeres de luto luciendo el capidengue que
era un pañuelo que llegaba hasta los pies y en el acompañamiento se vio algún
que otro capigorrón que abundaban en Segovia. Eran clérigos de origen
converso que, recibidas las ordenes menores, no querían pasar a mayores por
librarles de esto de las inconveniencias del presbiterado permitiéndoles sin
embargo formar parte de los cabildos y de la lista de los paniaguados
eclesiásticos.
En
la catedral de Ávila su numero era ingente porque de capigorrones se contaban
más de cien. Muchos vinieron de Francia con el maestro Eruchel que sería
el arquitecto de la inmensa mole mitad castillo mitad fortaleza y mitad sede
metropolitana bajo la advocación de San Marcial. La fábrica impresiona. Cuenta
con un pórtico flanqueado por dos atlantes uno de ellos con apariencia de
sátiro “empalmado” que su verga de piedra en erección alcanza casi la altura de
una adarga.
Por
el empedrado de acceso a la iglesia mayor abulense rodó la cabeza de un cura
aragonés que se llamaba mosén Rubí de Bracamante. Este buen sacerdote
fue a ver al rey y le dijo:
-Majestad,
esas guerras de Flandes son una sangría a nuestros erarios y no me parece bien.
-¿Quéeee?
Felipe
II llamó a la guardia y el pobre cura fue conducido a la Ciudad de los Cantos y
de los Santos donde le dieron mulé. Está enterrado en el cementerio de herejes
lateral al Mercado Chico.
Yo
barajaba tan tristes recuerdos la otra tarde que por no tener mejor cosa que
hacer cogí el coche y recorrí los cien kilómetros que separan Ávila de Madrid.
Quería respirar aires místicos que me liberen de miasmas y bacilos de la vida
corrompida en la corte y allí las brisas son diáfanas. Tenía antojos de yemas
de santa Teresa. Uno de los CIU ha venido a decirle al rey Botellas que no
quiere formar parte de estos reinos y éste le recibe con acento resignado y
bobalicón. Cualquiera de sus antepasados hubiera mandado a galeras a este caganet por su falta de comedimiento
pero el Rey Botellas no es lo que se dice Felipe II sino la vera efigie del
monarca soso, trincón que sólo sabe leer y lo hace mal sus discursos. En
algunas villas le llaman el Pasmado y en otras el Pregonado fin de la
monarquía.
Babieca
por lo visto se llama su caballo pero no es el del Cid. Todo lo contrario.
Una
subigüela retrasada de sus compañeras y que no emigró como parece ser que ahora
tampoco emigran las cigüeñas me entretuvo con su canto cuando me paré para mear
y echar un cigarro en un apeadero. Cuando canta la subigüela refieren los
labrantines de esta comarca es signo de que va a nevar. El avefría siempre fue
heraldo de las nieves. Ya los cerros en la lejanía ostentaban sus testas
blancas. Es mucho mejor escuchar la melodía de una alondra que los discursos
decimonónicos de don Rajadizo ese señor de las gafas y de la barba rala
que parla con algo de frenillo.
-Va
a haber recortes.
Se
agitan los dados en el cubilete y a don Mariano le ha salido el tarafe la
flor o la trampa como aquel que dice. Mira que hay que joderse. Ayudarme
zancas que en esta vida todo son trampas.
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