CORRESPONSALES ESPAÑOLES EN BERLÍN: ABEYTUA, POMBO ANGULO, ERNESTO DEL CAMPO, BLANCO TOBIO, CELSO COLLAZOS, PACO LUCIENTES
Es cuaresma. Es Ramadán y yo trato de buscar sentido a este ciempiés de la actualidad que es un enigma. Quisiera rendir tributo a aquella galería de grandes corresponsales que tuvo la prensa española y hoy sus crónicas crían polvo de olvido en los plúteos de las hemerotecas. El corresponsal en el extranjero a día de hoy es un oficio extinguido arrollado por la brutalidad total del pensamiento único y de la verdad dogmática impuesta desde arriba. Me cabe el honor de haber sido uno de los últimos mohicanos en esta lista (Josefina Carabias, Pilar Nervión, Ismael Herraiz, Rodrigo Royo, Pedro Wender, Cesar Santos, Félix Ortega) ejerciendo las corresponsalías de Arriba en Londres y en Nueva York. Uno de los recursos que teníamos era darle la vuelta a las noticias y obligar al lector a leer entre lineas. Era más importante lo que se callaba o se sobreentendía en una crónica que lo que se contaba expresamente. Hoy todos repiten como loritos la versión oficial. Abeytua aquel vasco falangista que luego se exiló a México volvía del revés lo que decía por ejemplo el “Volkisch Beobactung” el diario de los nazis de Berlín. Hoy sería imposible hacer lo mismo con las versiones que dan por ejemplo “El Mundo”, “El Pais”, “La Razón” todos repiten a coro la apología de Zelenski sumándose a la cuerda de las grandes cadenas y medios occidentales desde el Washingyon Post al FAZ pasando por los tabloides ingleses. Nos presentan al pequeño napoleón ucraniano como el salvador de su país mientras pintan a Putin con colores del diablo, pero yo encuentro muchos símiles en el jijo del zapatero de Lvod con aquel “gefreiter” o cabo puertas que engañó y sumió al pueblo alemán en la mayor tragedia de su historia. Es un Hitler redivivo.
En “Lo que se de los nazis” Abeytua que trabajaba para la radio Rundfunk germana y la agencia Ocean como traductor exalta el valor, la paciencia, y la disciplina del pueblo alemán. Iban como ovejas al matadero. Sin rechistar aun sabiendo de antemano que daban la guerra por perdida refractrios a poner en tela de juicio la locura hitleriana al menos en público. Item más en las crónicas de los corresponsales españoles se nota cierto espíritu critico arriesgándose muchos a la expulsión. Goebbels sin embargo en la creencia de que las guerras del futuro las ganaría la información mimaba a los corresponsales españoles. Pombo Angulo le llamaba Der heilige Lahm (el divino cojo. No ha de negarse que era un tipo listo. Sus doctrinas han sido recogidas y aumentadas por la prensa de las democracias.
Odiaban a Hitler pero un sexto sentido para la disciplina y el amor a la patria les inhibía rebelarse. En casi todas las familias había un caído y algo similar ocurrió con los rusos porque la verdadera batalla cuerpo a cuerpo fue entre los alemanes y los ruskis. Los americanos ríete de los crímenes contra la humanidad hicieron la guerra desde el aire arrasando ciudades Dresde, Hamburgo, Berlín, Colonia. Las borraron del mapa. Alfombraron los campos alemanes de fosforo y de bombas incendiarias. Sin embargo, los alemanes no odiaban a los ingleses. Abeytua cuenta una anécdota; un piloto de la RAF es abatido y se presenta en un pueblo le pide al alcalde ser conducido a la comisaria, el aldeano que le recoge limpia sus heridas y le da un café, luego se dirigen a la Komandantur donde se entrega. Por todo comentario de los presentes se escucha esta frase: “So ein Kerl (vaya un tío por dos reales).
Luego cuenta lo difícil que fue la huida de Alemania. Da un dato; si tenias dinero podías salir y muchos judíos ──constata como hecho evidente y corriente─ obtuvieron pasaporte para alcanzar los Estados Unidos via España. El embajador Oyorzabal de nuestra legación en Berlín no tuvo esa suerte. El tren en el que viajaba Jesus Oyarzabal fue atacado por los maquis en Francia, perecieron doscientos españoles en aquel ataque terrorista. Contar estas cosas desde una óptica objetiva e independiente me reconcilia con mi profesión, haciéndome olvidar las zozobras y persecución de que fui objeto por el Régimen “demócrata”, en estos días aciagos donde ha vuelto a resurgir el gefreiter alemán en la persona de un cómico ucraniano gozando de todo el respaldo del canalla Biden dispuesto a una guerra por poderes con los peligros que semejante locura de apoyo incondicional a Kiev traerá por la paz del mundo. En este conflicto se estampa el desdén que los norteamericanos sienten hacia Europa. ¿Volveremos a ver colar a los fatídicos B52 con sus panzas nucleares? El espectro de Hiroshima se alza ominoso sobre el horizonte y todo por culpa de ese histérico hijo de Hitler que se desmelena en sus comunicados pidiendo armas, tanques, lanzaderas volantes y toda clase de pertrechos para el exterminio de la humanidad.
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