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sábado, 30 de septiembre de 2023

el conflicto armenio

 

PACTO ARMENIO TURCO CONTRA RUSIA


Arturo Koestler escribió una novela sobre los Kazares la XIII tribu perdida de Israel la de Zabulón a la que se perdió el rastro y, perseguida, fue a parar al Caucaso al pie del monte Ararat donde posó el arca de Noé cuando cuajaron las aguas del diluvio. Es una de las regiones más bellas y desconocidas del planeta por la feracidad de sus valles y la calidad de sus vinos y de sus frutas. Sitio misterioso de donde arrancó la humanidad y fue el origen del cristianismo. Supuestamente, los kazares se bautizaron en masa y allí florecería después del imperio romano una de las cristiandades de mayor solera. El rito armenio que es una fusión de la liturgia latina- los armenios fueron de los primeros pueblos en peregrinar a Compostela según consta en el Codex Calixtinus y trajeron con ellos las claves del arte románico al principio de la edad media- es hermosísimo aunque admite el armonio y otros instrumentos músicos y en vez de iconostasio tiene presbiterio. Sin embargo, ha padecido Armenia una historia trágica de guerras y de calamidades. Los turcos hacían incursiones en sus montañas y se llevaban a sus muchachas y a sus mocitos imbeles como esclavos a los harenes de Estambul. El 24 de abril de 1917 un enorme ejército de jenízaros arrasó, debeló, devastó la hermosa Erevan. Es uno de los mayores genocidios que se conocieron en la historia. Perecieron se calcula que millón y medio de seres inocentes. Ciudades como Virap fueron pasto de las llamas. Los monjes del monasterio de Tatev donde el abad Mesrop Maschtot pontificó durante seis décadas- fue el inventor del alfabeto armenio una mezcla de griego, romano e indio- en número de quinientos fueron pasados a cuchillo. Ese holocausto atroz pesa en la conciencia de los armenios a los que la invasión otomana desplazó por toda la faz de la tierra. Y guardan memoria. En todas las familias hubo algún muerto. A lo largo de mi carrera periodística en Londres y en Nueva York he conocido muchos armenios. El corresponsal de la TASS un tipo bien parecido el pelo rizado espeso y muy moreno, un ario típico y la nariz ganchuda podría pasar por un andaluz o por un extremeño en la ONU se hizo amigo mío y una vez dijo:
- Nosotros haciendo honor a nuestro ascendiente errante sabemos muy bien lo que es la diáspora. Pero somos los cristianos más antiguos del orbe. Hay una cruz en nuestra bandera que tiene el color del albérchigo, el árbol y el fruto que lo identifican.

Los armenios son muy industriosos, buenos comerciantes, amantes del clan. En Londres compraron una iglesia anglicana en los Jardines de Evelyn cerca de donde yo vivía y allí celebraban sus misas. Les oía cantar los domingos.

También me confesó que Rusia fue el mejor aliado que tuvieron contra ele enemigo común el que les echó de sus tierras y les despojó del Ararat su monte sagrado. Los hitlerianos no consiguieron izar la esvástica en el monte Ebrús. Se lo impidió un general armenio héroe soviético de la batalla de Stalingrado. En 1991 una de las naciones de mayor abolengo del planeta – abrazó el cristianismo en el 301 tres lustros antes del edicto de Constantino-recuperó la independencia pero hubo un terremoto terrible el año 88 y la terrible guerra de Ngorno Karabak. El pasado miércoles el presidente de esa republica, SACRISJAN, firmó un tratado con el presidente de Turquía después de un partido de fútbol entre las selecciones nacionales de ambos países. Se abrirán las fronteras y habrá intercambio de embajadores entre Erivan y Ankara pero el Caucaso es un avispero. Alemania apoya con gran escándalo de su opinión pública el ingreso de los otomanos en la UE. Los norteamericanos a través de la Merkel quieren incrementar su zona de influencia en este punto caliente y centro de paso entre Asia y Europa. De lo que se trata es de arrinconar a Rusia tras el intento fallido de Georgia donde manda un gangster y un señor de la guerra como Zhakasvili. Pero el presidente armenio no parece ni de la misma cuña ni de la misma madera que su homólogo georgiano. Hay que confiar en que este acuerdo no sea el pretexto para una nueva noche de Walpurgis en el Caúcaso.


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