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viernes, 24 de junio de 2016

EL DIABLO EN LOS COMICIOS




EXORCISMOS Y POSESIÓN DIABÓLICA

 

Toma sus incrementos el señor del Mundo que se agazapa en las urnas ha usurpado su posesión de los circuitos electrónicos sonríe desde las paginas de papel cuché de las revistas del corazón se asoma a los informativos tan pronto agarra la alcachofa de la Ser como explota desde la sonrisa pletórica y algo cabrona del Sr. García Serrano un  señor hijo de un falangista que se decía muy de derechas y que pertenece a la cuadra de ese buey duendo que no es un mihura ciertamente sino un bull cow boy del edificio Rockefeller neoyorquino icono de la Intereconomía aunque economía somos todos.

El príncipe de la mentira sigiloso sinuoso y tenebroso tiene a todo el periodismo de la escala mediática agarrado por los cojones. Fementido Satanás engalanado a todas horas y arrastrando almas incautas a las simas de Pedro Botero.

El señor Gurruchaga ese donostiarra de la voz cachonda viaje con nosotros lo invoca a todas las horas. El imperio del mal se ha encaramado a la cúpula del capitolio, proclama sus medias verdades desde la cúpula de Bernini. De la mano de un cantante rabino que canta, Leonardo Cohen, se ha instalado en Paris. Moscú es suyo y tiene su trono en Londres. Pero no vayáis a ese cura de Alcalá que hace exorcismos a que os cure. Os meterá una legión de malditos en el cuerpo y no quedan ya piaras de cerdos a mano donde traspasarlos, la solución que dio Jesús en Tiberiades.

¡Ah Satanás, estamos en tus manos! El demonio con su piel de serpiente apta para mudar la camisa se ha hecho mujer, habla por la tele en el programa tan pastueño de amigas y conocidas y parla y garla a todas horas impartiendo consignas nunca soluciones ni bendiciones.

Es pertinaz la impugnación diabólica. Al redactar estas lineas pasan por mi puerta todo un alarde de hombres solos desconsolados que profieren gemidos sin rumbo sin hogar sin hijos desposeídos de sus facultades sus esposas los arrojaron de casa dijeron fuera zánganos y metieron en casa al macho cabrio que es siempre mozo y bien dotada para que las gozara.

Son las turbas que seguían a Xto multitud de enfermos lunáticos epilépticos, melancólicos,  que han perdido la honra y el trabajo. Van diciendo: "Jesús hijo de David ten piedad de mí".

 La última de todos viene la hemorroisa que se acerca con animo de tocar la orla del manto del Salvador.

Sólo él puede con el Pateta. Muriendo en una cruz venció al diablo.

Sin embargo, acá está nuevamente Mefistófeles parlando lenguas desconocidas enseñándonos la “patita democrática”. Sigue tan canalla y deslumbrante. Desvela cosas ocultas, es capaz de adivinar el futuro, puede levitar y subirse a lo alto de una nube. Ole el mundo facundo.

Desgraciadamente ya no se ven, a las puertas de las iglesias, como se hacía en los tiempos primitivos, filas de penitentes tapados de saco y cubierta la cabeza de ceniza escuchando la lectura del exorcismo que se hacía por un diaconisa tras la lectura del ultimo evangelio. Durante las fiestas hiemales de cuaresma.

Estaban excluidos de la bendición y del canto diaconal los sodomitas y los leprosos.

En estos tiempos aparentemente tan normales y modernos el gran enemigo de los hombres regresa con sus banderas arco iris y sus contoneos de lujuria por detrás. Vergas y culos todo te lo daré si te agachas ante mi te prosternas y me adoras. He aquí un símbolo de que el planeta va marcha cara atrás caminando de cabeza y al revés.

Veo bajar desde Malasaña a la horda satánica. Son los selenitas hijos de Endimión el dios del sueño que viven a oscuras en la cara oculta de la luna ufanándose de sus torpezas y exhibiendo su condición de maricas unos pervertidos por el libertinaje de la época y otros de nacencia. Esos tienen menos culpa, han bajado a Madrid por una escalera que conecta la Puerta del Sol con la luna.

Todos sabemos que el universo está poblado de malos espíritus pero a todos se les fumiga. Llegan los monomaniáticos subidos al carro de Cibeles y otros arrastran descalzos la soga de Judas. Dice Tertuliano que no hay hombre que no sea perseguido por un demonio. Nos explica este padre de la iglesia invoca el exorcismo que ha de actuar sobre el alma ex opere operato de forma infalible.

Es una fórmula que se reserva la iglesia para casos extremos. Sin embargo, no es un conjuro. He leído estos días el “Liber exorcismorum” que nos dicen que el energúmeno se aleja del cuerpo del poseso mediante la imposición de manos pero solo los limpios de corazón y con una fe firme serán capaces de consumar la tarea de arrojar al amo del mundo del cuerpo de los poseídos cuyas almas detentan.

Se acerca ya la turba multicolor enarbolando el pendón de Luzbel al grito de non serviam lo quiero todo al revés.

El evangelio, sin embargo, es contundente al respecto; “Aquellos que me sigan tendrán estos signos: echarán diablos, domarán sierpes, las malas hierbas y los venenos que tomen  no les harán daño. Sobre los enfermos e impedidos impondrán sus manos y sanarán”.

En esa demanda seguimos, Señor, domando serpientes con nuestra literatura. Somos los que luchamos contra la bestia.

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