AÑOS TRIUNFALES VIEJOS RECUERDOS
MAYO FRANCÉS EL LALALA DE MASSIEL
Ou sont les neiges de jadis? Se pregunta Villon en una de sus cuartetas. ¿Dónde están las nieves de antaño. Mainteneant il pleut. Llueve como entonces. Et maintenant tatachan que vai je faire quel sera ma vie? Tatachán. Tous mes amis ceux sont partis. Que gran verdad. Nos han dejado solos como a los de Tudela y ahora va a resultar que Franco tuvo la culpa de que ganásemos el concurso de marras con el lalala.
Yo me compré un impermeable italiano Piuma D Oro que anunciaba Topo Gigi; abrigaba poco pero fardaba cantidad; todo el mundo lo llevaba. Desaforadamente y calladamente llovía mientras ardía Paris con los estudiantes de Rudi el Rojo arrancando los adoquines de la Place de L´Etoile para tirarselas a los gendarmes y los telediarios en blanco y negro proyectaban imágenes de jóvenes airados, policías que no sabían que hacer con la porra y el estruendo de las “lecheras” o furgones celulares, aquellos Citroen tan feos chatos yendo y viniendo con detenidos a la zona cero.
Había miedo en la rúa pero yo nunca me lo pasé tan ricamente. Habían cerrado la universidad y yo me iba por las tardes a los bailongos de Atocha y decía en casa que me iba a la biblioteca. Mi padre el pobre siempre con la mosca en la oreja. Que a ver donde te metes y no me metía en ninguna parte. Si se daba bien a lo mejor conocías a una americana para salir porque las chavalas nacionales o se habían ido a Paris a hacer la revolución o se metían en casa a las diez cagaditas de miedo y eran además todas unas estrechas. Son recuerdos de una primavera de lluvia y de musiquillas pegadizas.
No fue tan fiero el león como lo pintan. Nada es lo que aparece. Aquel curso aprobé las asignaturas que me quedaban para concluir la Licenciatura Inglesa. Salía con una compañera de clase que se llamaba Mari Ascen ¿qué habrá sido de ella? Pero quería solo novio formal. Me eligieron para trabajar en la EFE. Tenía pensado irme a Londres y en la hora que lo hice. Me tiré allí siete años. Mayo francés llega envuelto en el recuerdo del sonido de la lluvia golpeando los adoquines de las aceras de Madrid y de Paris, los versos de Villon y la música de Brassens. En francés hay palabras muy hermosas como “trottoir” o “poubelle” que no es otra cosa que cubo de basura. Tira millas. Pero a mí la que me gustaba era Francois Hardy y me entretenía leyendo los libros de bolsillo que me había traído de Francia el año 64 el verano que estuve allí. Leía sin enterarme demasiado a Sartre que parecía que me miraba con su ojo pipa. Empecé La “Nausea” y no la he acabado todavía.
Ou sont les neiges de jadis? Bien. Durante los días que duró la movida los panaderos de París dejaron de levantarse a las cinco de la mañana para ir a currar según proclamaba Gilbert Becaud. Y Massiel ganó la eurovisión esa. Tiene mi misma edad. Es un poco cabra loca pero a pesar de su cara algo caballuna y sus prominencias dentales siempre me pareció una piba cojonuda que dice lo que piensa.
Seguramente la manipularon con el lalalá que es un aire pegadizo aunque algo aburrido. El otro día por televisión dijo no sé qué de un tío del Opus “que la tenía pequeñita” y la pararon ipso facto. Secundo plenamente su intervención.
¿No sería aquel banquero de marras que nos cerró el SP y trajo por la calle de la amargura al pobre Rodrigo Royo? No había que fiarse mucho de los que iban con “Camino” bajo el brazo y querían meterte en su rollo de apostolado operativo y selectivo de camisas muy limpias con cuello duro. La la la.
Yo canto a la mañana etc et si je dance ce est pour toi, etc. Silvia Vartan y el Aznavour sonando por las radios. Su triste Venecia que se bailaba lento y aprovechar para meter mano.
A la sazón nos gustaba cantar en francés. Hoy todo es inglés. ¿Dónde están las nieves de entonces? La neige de autrefois, me pregunto con Villon. Tempos transit. Tempos fugit.
Aquel año de la post-revolución se produjo la estampida. Todos nos marchamos a Londres o a Paris a la aventura. Jesús Torbado se fue a Alemania y llegó hasta Estocolmo. El resultado de su experiencia fue una gran novela trágica y algo blasfema la mejor que se ha escrito por ninguno de nuestra generación. Se titula las “Corrupciones”. Todo un tour de force narrativo en la que describe el choque del protagonista que había sido novicio dominico con la vida real poniendo ladrillos en una obra y no la vida utópica del noviciado, el encuentro con el amor, los traumas que le dejaron en su alma aquella visión tan estrecha del catolicismo. La chica sueca al final se suicida y el protagonista dice yo la maté, yo soy culpable no me enseñaron los frailes a querer a una mujer. Me sentí identificado con aquella novela. Las corrupciones de Torbado.
El seminario en nosotros produjo desgarros irreparables que dejaron secuelas de por vida. Que los obispos lean esta gran obra. Tal vez a alguno le entraría arrepentimiento. La Iglesia nos debería pedir perdón a todos aquellos que dejamos los seminarios vacíos. Se deshelaron los neveros del ayer. Hubo un general rompan filas y ETA nació en un seminario. Hasta eso.
No quedan pájaros de antaño en los nidos de hogaño. Conformidad. Resignación. Así es la vida pero y rezo ahora como nunca he rezado y creo que mi fe es firme y viva. Llega de la mano del Cristo ruso, un amor que nunca me traicionará como otros.
Y Massiel sesentona sigue viva. Una tía cojonuda ya digo cuando no se pasa con el gin tonic. El 68 fue un tigre de papel y ha huido de nosotros y casi de la memoria siendo ocasión para que unos cuantos listos nos engorden algunos de sus tediosos libros de petete. Cohn Bendit trabaja en un banco, Cebrián dirige un periódico del Establishment. Los antisistemas del ayer están en el sistema y los rojos de entonces los tenemos a todos montados en el dólar ya a punto de la jubilación. Entonces yo no era rojo. A lo mejor me toca la vez ahora. Me encanta por eso Massiel que parece una tigresa de papel con su cara caballuna y a ¿ustedes no? Que viva y viva la protesta. Sigue lloviendo sobre Madrid. Esponjosa y redentora lluvia que hinche mis poros de melancolía. Todo está perfecto. Que no queden rencores aunque a veces supuren viejas heridas, A todos perdono. Creo que Cristo es el señor de la historia y no Rudi el Rojo ni Cohn Bendit Où sont les neiges de jadis?
Nota: las fotos que cuelgo son originales mías. ¿Quién me pagará los derechos de autor? No me quejo. Lo mío es escribir y escribiendo no me aburro, espanto la tristeza y desolación que me circunda por muchas cosas.
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