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martes, 4 de junio de 2019

SE NOS HA IDO VITITO

VICTORIANO Borreguero "Vitito", al que yo apreciaba y admiraba DE ADOLESCENTE, porque juntos publicábamos nuestros primeros versos en la Revista Sígueme de los Operarios Diocesanos, se portó muy mal conmigo. Le llamé por teléfono invitándole a nuestra reunión de la promoción de seminaristas de 1955 y estuvo frío y altanero, luego supe que hizo lo indecible para que yo no tuviera una colaboración en el Adelantado de Segovia (CELOS TAL VEZ, fuego amigo, los que yo creía hermanos se convirtieron en mis más encarnizados detractores), algún artículo publiqué, no obstante y un día de hace un par de años nos dieron toda una pagina y aquí va una muestra. Sin embargo, mis intenciones de acercamiento al antiguo compañero fueron un desastre como ocurrió con otros. Recuerdo el sermón que me echó otro que llegó a cantar misa y dijo coram populo  y para que lo oyese toda la gente que mi libro Seminario Vacio era muy malo. Esta es la caridad cristiana de la que hablan los curas pero curramos un tupido velo. Lo cierto que al cabo de medio siglo de andar desperdigados por la vida no reconocíamos al niño que fue en aquellos compañeros al borde de la edad provecta. No le guardo rencor a Vitito pero fue un chasco terrible y ahora elevo una oración por su alma pidiendo a dios esa reconciliación que tanto anhelamos y nos parece imposible entre españoles y castellanos tan banderizos como siempre. Descanse en paz Victoriano en el cementerio de su querida villa. No debió de gustarle mucho lo que expuse en un estudio o ensayo de revancha rebatiendo la idea de que Turegano fuera una ciudad episcopal. Nunca lo fue sino el sitio donde veraneaban los obispos y el cabildo muchos años ha. Su pasión por la patria ocultó su raciocinio como historiador y cronista municipal. Sed de mortuis nisi bene que decía don Valeriano Pastor nuestro profesor de latín paisano suyo y que gustaba de una frase que él repetía: atar cabos. Atemos cabos, pues, aunque los nudos de la muerte sean los de la eternidad. Que en el cielo le veamos, decíamos ayer. hoy estoy triste por haber perdido a un compañero que era algo gilipollas. dios le haya perdonado.

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