REGUERA.
RICARDO FERNÁNDEZ DE LA REGUERA. LOS MEJORES NOVELISTAS,
LOS
DE LA GENERACIÓN DEL 36
Me
empapo de belleza y de silencios. Incapaz de soltar el libro de las
manos,no pude acostar hasta el amanecer embebido en el drama del
triangulo amoroso y el suspense de “Cuando voy a morir”.
Uno
vive gimiendo y llorando en este valle de lágrimas que es a día
de hoy la literatura española. Vuelvo triste de la Semana Negra.
Algunos de los títulos me hacen casi devolver: seguimos en nuestros
trece de quemar el pasado a riesgo de que algunos y sobre todo
algunas se quemen el culo. Edllo es que hasta algunos zorongos se
ponen el cachirulo de novelistas pero no son más que teroristas dce
la escritura, usurpadores e intrusos en el Parnaso de las Musas. Hay
que dejarlos que ignoren la belleza y el patetismo del pasado. Son
tercos como ellos solos; todo lo publicado hasta 1989 hay que
mandarlo a la trituradora montañas de papel en este afán
revolucionario feminista despótico manijero y poderhabiente de losa
derechos humanos. es la conclusión de la teología del holocausto
del stunde null, de la hora dero. Con todo y eso, los asnos de
Buridán siguen rebuznando y hasta llegarán a hablarnos y decirnos
cositas mientras unos y otros nos echan a los perros de la
maledicencia del rencor. Duros tiempos se acercan para el que no
tiene otro dios que cupido ni otros amores que el de los libros como
el protagonista de esta novela escrita en primera. Aunque ya digo los
burros siguen rebuznado los pocos que quedan y las cigüeñas
crotorando e inciubando a sus polluielos en los cadalechos de las
torres de Alcalá. Cuando voy a morir
es la segunda novela de este profesor de instituto que ejerció en
Barcelona y escribió una de las grandces nmovelas de de nuestra
cruzada Cuerpo a Tierra. En sus episodios nacionales asimismo
me parece que Reguera supera a Galdós por la viveza con que describe
al paisaje y al paisanaje. crea ambientes y personajes. Muestra una
espacial habilidad argumentar para manejar los hilos de la trama. Que
se centra en la vida de un muchacho santanderino que llega a
Madrid después de perder a su padre marinero cantábrico en una
galerna y se coloca en como pinche de una tienda de ultramarinos.
Allí duerme en un tabuco bajo el mostrador, estudia por las noches,
termina el bachillerato y acaba la carrera de medicina. aparece en
el relato el lóbrego madrid de los años 20 los bailes de botón
gordo en la bombilla las coristas del martin, las verbenas y las
casas de citas. Renuncia al amor
que
le hubiera hecho feliz el protagonista y se instala como medico en un
pueblo castellano donde encuentra a la mujer fatal: Clara.
entre
medias, la sordidez del ambiente pueblerino con sus rencores
alcaldadas prejuicios.
huyendo
del madrid sobón y paternalista, de los enchufes y el `padrinazgo se
topa con un burgo podrido derrengado por su propia gloriosa historia
donde residen hombres de barrigas enormes e intelectos chiquitos y
mujeres de senos poderosos y mentes raquíticas con perfiles de
estantigua. sórdida villa mesetaria aparentemente un paraíso pero
cuando se ahondaba en el fondo de la charca el narrador había de
exclamar uf cuánta culebra.
La
violencia la avaricia los enredos amorosos la murmuración, las
mentalidades puntillosas y pasiones feroces... “Aquí la
amargura y la desesperación infartan los espíritus”.
Merece
la pena el estudio de esta obra como explicación a los males que
nos afligen. Hemos hecho de nuestra patria un infierno cuando pudiera
ser un paraíso. Un paraíso ingobernable, claro está. Ricardo
Fernández de la Reguera era un escritor falangista.
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