Marques de Santillana ayo de Enrique IV
La España del último de los trastamaras se
parece en gran medida al que podría convertirse en el último de los borbones
(tiempo de turbulencias, bandos y vicisitudes políticas y ambiente bélica si no
en el campo de batalla como cuando Juan II en el reinado de Juan Carlos I la
lucha y la desesperación van por dentro) pero con una diferencia: la monarquía
de Enrique IV sería el prologo de la unidad nacional; la juancarlista, el
epilogo, la desvertebración de Castilla como nación y la creación de un estado
amorgo de taifas de todo tipo vigilados por la adarga inmisericorde de una
policía, una judicatura y unos medios sociales no de comunicación (los chicos y
chicas del coro) sino de intimidación al servicio de una casta política
intocable y endogámica obediente a las consignas de grandes trastes bancarios manejados por
intereses forasteros. He aquí pues el parto- que se produjo sin dolor- y la
muerte de una nación. En contra de Enrique IV y su padre se produce una campaña
de difamación histórica que se prolonga a los reinados de su hermanastra Isabel
y de su cuñado que perdura hasta hoy. ¿Por qué será? Brindo a mis lectores esa
consideración a partir de un hecho: nunca hubo en España un florecimiento de
las letras como con estos tres monarcas que al final de la media dan principio
al siglo imperial, a la edad de oro. Y otro punto más. Iñigo López de Mendoza
el Marqués de los Proverbios su figura más señera de la lirica de nuestro
“Quatrocento” fue el ayo educador de don Enrique de Trastamara por orfen de su
padre. en torno al marqués de Villena y a don Álvaro de Luna se forma una corte
de músicos, poetas, escritores como Juan de Manrique, Juan de Mena, Pérez del
Pulgar etc. nunca se vio tal mecenazgo excepción hecha de la de Felipe IV. ¿Se
puede llamar a tiempos tan florecientes para el cultivo de las musas y el arte
de Apeles o la arquitectura fases decadentes?
En 1437 da el marqués de Santillana a la
estampa-hoy se ha perdido tal incunable pero se conservan ediciones posteriores-
< >> en los que refleja
su experiencia como político y militar la frontera de agreda contra las
incursiones de navarros y aragoneses, su trajín galante, su devoción cristiana
y su conocimiento de los clásicas. Parece mentira como estos superhombres con
una tan azacaneada vida tuvieran tiempo para escribir tan alto, pensar tan
claro y hablar tan largo y tendido. Nunca se pudo pedir tanto a un hombre y a
una época.
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