libros de ocasión pedidos a bibliopolis@outlook.es "“los libros hacen libres a los que les quieren bien. Con ellos me consolé en la prisión que se me aparejaba y satisfice el hambre en un pedazo de pan conservado en una servilleta envuelta en un papel que traía un capítulo de alabanza al ayuno. ¡Oh libros, fieles consejeros, amigos sin adulación, despertadores del entendimiento, maestros del alma y gobernadores del cuerpo, guiones para bien vivir y centinelas del bien morir” VICENTE ESPINEL
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martes, 31 de diciembre de 2013
LIBRERIA MONCLOA MELENDEZ VALDÉS 65 MADRID 28015 MADRID tel 915440482 fax 915 491 187 adquiera las obras de Antonio Parra
el libro del que es autor Antonio Parra Galindo "Cela, el Café Gijón y yo" está teniendo un gran éxito de ventas en varias librerías madrileñas pero sobre todo en la librería Moncloa sita en Meléndez Valdés 65. Se recomienda la lectura de este texto, que sería un buen regalo de Reyes y un obsequio a sus amigos. Buena prosa, amena descripción y una notable línea estética tiene el texto de obligada lectura para conocer lo que está ocurriendo en España sin que los españoles se enteren porque no lo cuentan los periódicos
el libro del que es autor Antonio Parra Galindo "Cela, el Café Gijón y yo" está teniendo un gran éxito de ventas en varias librerías madrileñas pero sobre todo en la librería Moncloa sita en Meléndez Valdés 65. Se recomienda la lectura de este texto, que sería un buen regalo de Reyes y un obsequio a sus amigos. Buena prosa, amena descripción y una notable línea estética tiene el texto de obligada lectura para conocer lo que está ocurriendo en España sin que los españoles se enteren porque no lo cuentan los periódicos
domingo, 29 de diciembre de 2013
martes, 24 de diciembre de 2013
lunes, 23 de diciembre de 2013
LA TIMBA DE MADRID. SEÑORES HAGAN JUEGO. RAÚL DEL POZO NOS SIGUE IMPRESIONANDO CON SUS COLUMNAS MAGISTRALES TOUR DE FORCE
Raúl del Pozo sigue siendo tan generoso como aquellos señores medievales que vinieron de las cruzadas. Eso al menos parece y por eso es tan popular entre los chicos jóvenes que quieren abrirse paso en la carrera de las letras. Sin embargo, encuentro que sus maneras tajantes y elegantes, más que de un guerrero, son las propias de un cardenal renacentista, habiendo venido él del comunismo.
Se subió a la columna de Umbral superándola y sus prosas son oro y plata en medio de la fanfarria y del tertulianismo mediático que aburre a las ovejas y se repite más que la cebolla en la viña del Señor.
Los españoles empiezan a pasar de política y se vuelven al julepe, las siete y media, la eterna brisca y el tute.
Cada día Raúl se supera a sí mismo en un auténtico tour de forcé, y, haciendo malabarismos con el idioma, nos da lecciones de como se ha de escribir "in askance" o de refilón con un tironcito de compasión y de mala leche sobre las cosas de la actualidad. Una noticia no es lo que es sino lo que está al fondo. La objetividad y la famosa pirámide de las seis W es un cuento chino que se sacaron de la manga los anglosajones, teoría en la cual ellos no creen. Por eso, son tan importantes en el New York Times o el Washington Post los columnistas y el columnismo que constituyen el ápice y son lo más difícil del periodismo.
Escribir es encontrar una voz y él ha encontrado su voz distinta a la de Umbral y CJC que en paz descansen. Es por lo que algunos merecen leerse y otros, gregarios y del montón, hay que echar sus artículos a la papelera. Lo que falta en este país es imaginación.
Sepan cuantos que Madrid es una gran timba. Aquí e ha jugado en los cuerpos de guardia, en las cárceles, en los conventos, en las trincheras, en los burdeles y en las sacristías, en galeras, en las rectorales y hasta en los palacios del obispo porque esto de los naipes es un vicio como un eclesial y casto.
La inclinación a los juegos de azar nos viene de los romanos. El centurión Cornelio hizo la vista gorda, cuando sus soldados de escolta que asistían a la crucifixión, contraviniendo las leyes del imperio, se jugaron a la taba la túnica de Cristo. Quevedo que era un tahúr empedernido recorrió las casas principales de Europa desde la Venta de Viveros en Alcalá donde se hizo "misacantano del rentoy "que era un juego que aprendieron los tercios viejos en Flandes hasta el tinelo de los alcázares ducales o la red de garitos que tenía establecido el Conde Duque por la Villa y Corte. En Venecia salvó la vida por hablar a la perfección el italiano haciéndose pasar por un trilero piamontés cuando la conjuración de Venecia en una noche de cuchillos largos contra los españoles.
Y, preso en una mazmorra de San Marcos de León, entretenía sus ocios con la lectura del Libro de Job o haciendo solitarios con la baraja.
Jovellanos nos cuenta en sus libros cómo en Asturias el juego más popular en las veladas de invierno era el "se cansa". Teniendo las cartas de la baraja en la mano, un español se transforma, se olvida del mundo, parece recuperar una cierta fibra mística que lo abstrae de los negocios terrenales. Ante el tapete verde parece que están en trance, que se olvidan de sí mismo, aunque pierdan la camisa o los desplumen.
No estoy muy de acuerdo con Raúl del Pozo en eso de que los moros tuvieran prohibidos los juegos de azahar. La palabra baraja viene del árabe (baraca que significa fortuna) y los judíos tampoco se quedan atrás porque introdujeron en Castilla eso del tarot, las cartas astrales, con todos sus palos de superstición, aunque puede ser que me equivoque.
La inquisición quemó a menos herejes que a brujas y echadoras de cartas. ¿Estará nuestro destino escrito en las estrellas y en esos naipes que cortan y barajan en sus consultorios las adivinas de la tele? Morbo y morbo. Nadie sabe qué nos va a pasar, si vamos a perder el trabajo o nuestra señora se va a fugar con un legionario. Todo un inmenso negocio. Por eso pienso que ese tal mr. Adelson, el judío californio, del fallido proyecto para construir un gran Las Vegas en los retamares de Alcorcón, aparte de que a la Aguirre y al González y a Gallardón les "estaba sacándonos a pasear" para vendernos la burra mal capada, quería traer hierro a Bilbao. Nuestros munícipes y políticos mordieron el anzuelo con que les trataba de engañar un pobre hombre.
Ahora bien, el negocio de las tragaperras mueve millones; se compagina con el de la venta de armas, la trata de blancas o el narcotráfico. Una verdadera mina que explotan hombres insignificantes, viejos cansinos de las canas teñidas y los dientes postizos que aprietan el botón instalados en altos despachos invisibles de Chicago o Manhattan desde donde tiran de las riendas del carro de heno del mundo.
Al menos este señor que se arruinó en Hong Kong (de todo me arrepiento en la vida menos de aquella chinita en Hong Kong que decía frufrú al hacer el amor) y pedía montes y morenas dio la cara delante de nuestros políticos poco sagaces y nada capaces.
Luego fuese y no hubo nada como se decía en los largos parlamentos de las comedias de capa y espada de nuestro Siglo de Oro.
Raúl contrajo en Londres el vicio del juego según nos explicó en un delicioso almuerzo navideño el otro día a Julián Martínez y a mí.
Otros nos inclinamos por otras tachas, mayores y menores, como el humo del tabaco o el traguillo pero quien no conoce a los hombres no conoce a los vicios, reza un adagio romano.
Volvió el querido colega, tan generoso, a obsequiarme con una botella de Vega Sicilia que yo he guardado para la comunión de mi nieto Mario.
Si Dios me deja en esta tierra siete años, alzaré mi copa a su salud brindando por el gran periodismo, la excelsa literatura con que nos regala el indiscutible maestro - ya sé que algunos envidiosos no lo pueden ver, es la cruz que han de portar los genios en este país- cada mañana desde las páginas del Mundo (su crónica es lo mejor que se publica en el periódico del Tirantones) y para muestra aquí este botón. Nada importa que te desplumaran, querido conquense, alguna noche en Torrelodones. Para echarte un capote en un apuro allí estaba al quite Alfonso el cerillas del Gijón y dejarte mil duros para llegar a fin de mes. Hagan juego, señores. Pasen y lean.
RAÚL DEL POZO Actualizado: 24/12/2013 03:01 horas El autobús de los canis te llevaba gratis a Torrelodones. El nombre se lo puso Tito Fernández, un pícaro, un genio, mi mejor amigo y el mejor amigo de los gitanos. Nosotros nunca usábamos el autobús de los canis, que era gratis. Si acaso, alguna vez a la vuelta, pero veíamos llegar a aquel pelotón de derrotados, jornaleros de las martingalas, la mayoría pelados, sonámbulos y viejos gariteros, crupieres de timba que llevaban metidos en los oídos el estrépito de los cojinetes de las bolas. En aquel tiempo, el Gran Casino estaba lejos, porque se siguió aquí esa hipocresía institucional de poner el vicio lejos de la ciudad, una medida de disuasión que ya se había empleado en el desierto de Las Vegas, en el mar o en aquellos riverboats del Misisipi en los tiempos del salvaje Oeste. Quizás ese paternalismo moral sea un error, porque a los ludópatas les engancha lo más lo lejano, lo prohibido, lo incierto, lo imposible, la voluptuosidad de la suerte que yo experimenté, algunas noches acompañando a Lola Flores, capaz de dar un sablazo a un guardia de seguridad o a un chino que no le conocía. En algunas ciudades americanas hay tragaperras hasta en las farmacias y eso hubiera ocurrido aquí si hubiera triunfado la propuesta de Adelson. Pero el demonio del juego es moro, no judío, y el proyecto Eurovegas fracasó por la intervención del maligno. Lo dijo Mahoma: Satán busca sembrar el odio entre vosotros mediante el vino y las apuestas. Satán no levantó un templo del vicio, aunque los casinos de Madrid, aprovechándose del aflojamiento de las leyes, colaron dos capillas en el corazón de la ciudad más jugona del universo. Se van a abrir casinos en el centro de Madrid, en Colón y en la Gran Vía. Silbará el crótalo a 100 metros del Gran Café Gijón. En otra época esto hubiera sido mi perdición, o tal vez la perdición sea aburrirse, prescindir de los sueños y las pasiones. Avisemos a los ciudadanos: el azar no existe, Dios no juega a los dados, la palabra azar fue inventada para expresar la ignorancia. Piénsalo bien antes de entrar al falso paraíso, donde nadie gana excepto el dueño. Pero que también sepas que no hay flechazo que pueda compararse con ganar en la ruleta: es como tocar las estrellas con la mano. Los del foro iban tanto a las leoneras que vendían sus propios esqueletos a los prestas porque se decía que coimero sin prestador era rey sin capitanes, galera sin remo. Algunos señores de terciopelo negro apostaban las mulatas esclavas
Se subió a la columna de Umbral superándola y sus prosas son oro y plata en medio de la fanfarria y del tertulianismo mediático que aburre a las ovejas y se repite más que la cebolla en la viña del Señor.
Los españoles empiezan a pasar de política y se vuelven al julepe, las siete y media, la eterna brisca y el tute.
Cada día Raúl se supera a sí mismo en un auténtico tour de forcé, y, haciendo malabarismos con el idioma, nos da lecciones de como se ha de escribir "in askance" o de refilón con un tironcito de compasión y de mala leche sobre las cosas de la actualidad. Una noticia no es lo que es sino lo que está al fondo. La objetividad y la famosa pirámide de las seis W es un cuento chino que se sacaron de la manga los anglosajones, teoría en la cual ellos no creen. Por eso, son tan importantes en el New York Times o el Washington Post los columnistas y el columnismo que constituyen el ápice y son lo más difícil del periodismo.
Escribir es encontrar una voz y él ha encontrado su voz distinta a la de Umbral y CJC que en paz descansen. Es por lo que algunos merecen leerse y otros, gregarios y del montón, hay que echar sus artículos a la papelera. Lo que falta en este país es imaginación.
Sepan cuantos que Madrid es una gran timba. Aquí e ha jugado en los cuerpos de guardia, en las cárceles, en los conventos, en las trincheras, en los burdeles y en las sacristías, en galeras, en las rectorales y hasta en los palacios del obispo porque esto de los naipes es un vicio como un eclesial y casto.
La inclinación a los juegos de azar nos viene de los romanos. El centurión Cornelio hizo la vista gorda, cuando sus soldados de escolta que asistían a la crucifixión, contraviniendo las leyes del imperio, se jugaron a la taba la túnica de Cristo. Quevedo que era un tahúr empedernido recorrió las casas principales de Europa desde la Venta de Viveros en Alcalá donde se hizo "misacantano del rentoy "que era un juego que aprendieron los tercios viejos en Flandes hasta el tinelo de los alcázares ducales o la red de garitos que tenía establecido el Conde Duque por la Villa y Corte. En Venecia salvó la vida por hablar a la perfección el italiano haciéndose pasar por un trilero piamontés cuando la conjuración de Venecia en una noche de cuchillos largos contra los españoles.
Y, preso en una mazmorra de San Marcos de León, entretenía sus ocios con la lectura del Libro de Job o haciendo solitarios con la baraja.
Jovellanos nos cuenta en sus libros cómo en Asturias el juego más popular en las veladas de invierno era el "se cansa". Teniendo las cartas de la baraja en la mano, un español se transforma, se olvida del mundo, parece recuperar una cierta fibra mística que lo abstrae de los negocios terrenales. Ante el tapete verde parece que están en trance, que se olvidan de sí mismo, aunque pierdan la camisa o los desplumen.
No estoy muy de acuerdo con Raúl del Pozo en eso de que los moros tuvieran prohibidos los juegos de azahar. La palabra baraja viene del árabe (baraca que significa fortuna) y los judíos tampoco se quedan atrás porque introdujeron en Castilla eso del tarot, las cartas astrales, con todos sus palos de superstición, aunque puede ser que me equivoque.
La inquisición quemó a menos herejes que a brujas y echadoras de cartas. ¿Estará nuestro destino escrito en las estrellas y en esos naipes que cortan y barajan en sus consultorios las adivinas de la tele? Morbo y morbo. Nadie sabe qué nos va a pasar, si vamos a perder el trabajo o nuestra señora se va a fugar con un legionario. Todo un inmenso negocio. Por eso pienso que ese tal mr. Adelson, el judío californio, del fallido proyecto para construir un gran Las Vegas en los retamares de Alcorcón, aparte de que a la Aguirre y al González y a Gallardón les "estaba sacándonos a pasear" para vendernos la burra mal capada, quería traer hierro a Bilbao. Nuestros munícipes y políticos mordieron el anzuelo con que les trataba de engañar un pobre hombre.
Ahora bien, el negocio de las tragaperras mueve millones; se compagina con el de la venta de armas, la trata de blancas o el narcotráfico. Una verdadera mina que explotan hombres insignificantes, viejos cansinos de las canas teñidas y los dientes postizos que aprietan el botón instalados en altos despachos invisibles de Chicago o Manhattan desde donde tiran de las riendas del carro de heno del mundo.
Al menos este señor que se arruinó en Hong Kong (de todo me arrepiento en la vida menos de aquella chinita en Hong Kong que decía frufrú al hacer el amor) y pedía montes y morenas dio la cara delante de nuestros políticos poco sagaces y nada capaces.
Luego fuese y no hubo nada como se decía en los largos parlamentos de las comedias de capa y espada de nuestro Siglo de Oro.
Raúl contrajo en Londres el vicio del juego según nos explicó en un delicioso almuerzo navideño el otro día a Julián Martínez y a mí.
Otros nos inclinamos por otras tachas, mayores y menores, como el humo del tabaco o el traguillo pero quien no conoce a los hombres no conoce a los vicios, reza un adagio romano.
Volvió el querido colega, tan generoso, a obsequiarme con una botella de Vega Sicilia que yo he guardado para la comunión de mi nieto Mario.
Si Dios me deja en esta tierra siete años, alzaré mi copa a su salud brindando por el gran periodismo, la excelsa literatura con que nos regala el indiscutible maestro - ya sé que algunos envidiosos no lo pueden ver, es la cruz que han de portar los genios en este país- cada mañana desde las páginas del Mundo (su crónica es lo mejor que se publica en el periódico del Tirantones) y para muestra aquí este botón. Nada importa que te desplumaran, querido conquense, alguna noche en Torrelodones. Para echarte un capote en un apuro allí estaba al quite Alfonso el cerillas del Gijón y dejarte mil duros para llegar a fin de mes. Hagan juego, señores. Pasen y lean.
RAÚL DEL POZO Actualizado: 24/12/2013 03:01 horas El autobús de los canis te llevaba gratis a Torrelodones. El nombre se lo puso Tito Fernández, un pícaro, un genio, mi mejor amigo y el mejor amigo de los gitanos. Nosotros nunca usábamos el autobús de los canis, que era gratis. Si acaso, alguna vez a la vuelta, pero veíamos llegar a aquel pelotón de derrotados, jornaleros de las martingalas, la mayoría pelados, sonámbulos y viejos gariteros, crupieres de timba que llevaban metidos en los oídos el estrépito de los cojinetes de las bolas. En aquel tiempo, el Gran Casino estaba lejos, porque se siguió aquí esa hipocresía institucional de poner el vicio lejos de la ciudad, una medida de disuasión que ya se había empleado en el desierto de Las Vegas, en el mar o en aquellos riverboats del Misisipi en los tiempos del salvaje Oeste. Quizás ese paternalismo moral sea un error, porque a los ludópatas les engancha lo más lo lejano, lo prohibido, lo incierto, lo imposible, la voluptuosidad de la suerte que yo experimenté, algunas noches acompañando a Lola Flores, capaz de dar un sablazo a un guardia de seguridad o a un chino que no le conocía. En algunas ciudades americanas hay tragaperras hasta en las farmacias y eso hubiera ocurrido aquí si hubiera triunfado la propuesta de Adelson. Pero el demonio del juego es moro, no judío, y el proyecto Eurovegas fracasó por la intervención del maligno. Lo dijo Mahoma: Satán busca sembrar el odio entre vosotros mediante el vino y las apuestas. Satán no levantó un templo del vicio, aunque los casinos de Madrid, aprovechándose del aflojamiento de las leyes, colaron dos capillas en el corazón de la ciudad más jugona del universo. Se van a abrir casinos en el centro de Madrid, en Colón y en la Gran Vía. Silbará el crótalo a 100 metros del Gran Café Gijón. En otra época esto hubiera sido mi perdición, o tal vez la perdición sea aburrirse, prescindir de los sueños y las pasiones. Avisemos a los ciudadanos: el azar no existe, Dios no juega a los dados, la palabra azar fue inventada para expresar la ignorancia. Piénsalo bien antes de entrar al falso paraíso, donde nadie gana excepto el dueño. Pero que también sepas que no hay flechazo que pueda compararse con ganar en la ruleta: es como tocar las estrellas con la mano. Los del foro iban tanto a las leoneras que vendían sus propios esqueletos a los prestas porque se decía que coimero sin prestador era rey sin capitanes, galera sin remo. Algunos señores de terciopelo negro apostaban las mulatas esclavas
domingo, 22 de diciembre de 2013
LA NOCHE QUE LLEGUÉ AL CAFÉ GIJON por Paco Umbral y CELA, EL CAFÉ GIJÓN Y YO por Antonio Parra (un estudio comparativo (I)
LA NOCHE QUE LLEGUÉ AL CAFÉ GIJON por
Paco Umbral y CELA, EL CAFÉ GIJÓN Y YO por Antonio Parra (un estudio
comparativo (I)
Hagamos con la letra muerta a la crueldad del destino un corte
de manga; sólo perdura la literatura que es el alma de las cosas y tal vez ni
eso, quizás porque la literatura tenga que ver tanto con el amor. También con
el odio y el esplín, cerezas de una misma banasta. ¿Será verdad aquello de que
sólo nos salvarán la poesía y el amor al que cantaron los vates que nos
precedieron y se sentaron en estos veladores. Paco era un inmortal, un Beaudelaire
a la española que espiga en sus rimas y sus prosas las flores del bien y del
mal: la vida misma a brochazos como un Picasso al que se le entiende o un genio
al estilo de Dalí, al que se entiende más por su caligrafía fina, que sabe
distorsionar la realidad sin cargar la suerte ni marchitarla. A lo largo de sus
páginas (más de cincuenta libros) exhibe una prosopografía exacta, de modo que
sus novelas resultan cuadros al temple y a la vez verdaderos tratados de
psicología para una sociedad pero también un soñador para un pueblo. ¿Qué
se hizo de nuestros sueños, Paco Umbral? La "Noche que llegué al Café Gijón" retrata aquella sociedad del
adolescente que fui con sus noches blancas, el anhelo de leer, de comprar
libros y de soñar y de aspirar trotando por los caminos de ese Madrid
incierto que va desde la plaza Castilla a Bilbao, a las Ventas del Espíritu
Santo y de Chamberí a la Arganzuela, como cantaba el cuplé, cuando recalábamos
en Chicote admirando pero sin derecho a consumición a aquellos señorones que se
llevaban aquellas putas de lujo sentadas a pie de obra luciendo su hermosura a
pie de obra, mujeres caras, aquellas mujeres yeguales, de piernas
despampanantes y senos exuberantes como la rubia de Almacord de Fellini.
Para, después, a la trasera de la moto de un amigo circular por
Atocha a toda velocidad bebiendo el viento. ¿Te acuerdas de cuando entonces,
Paco Umbral?
Fui
el otro día al café Gijón y me encontré con tu sombra taladrando los espejos.
Me mirabas con aquellos impasibles ojos
profundos de miope calando hondo lejanías mientras yo tomaba copas con
los chicos y las chicas del ayer. Se celebraba una merienda de profesores que
ejercieron la enseñanza el pasado siglo. reunión de pastores oveja muerta.
Enterraban los rabadanes de la nostalgia la oveja muerta del tiempo que se fue,
aunque mientras haya salud, no falten las fuerzas y haya vino...Parecían
veteranos de la guerra de Cuba que acababan de llegar de ofrendar una rama de
laurel al Cristo de las batallas. ¡Rediez cuánto ardor, cuánta guerra fin de siecle, y hoy hay un encefalograma
plano en el mirar, pues lo light es
lo que se lleva, carnes magras que guardan la linea y atiborrar los bolsillos
que ya los patanes llegan a ministros, mientras tú, niño protestón de derechas,
hijo de padre desconocido, que ocultó el
drama interior siempre entre brumas de hastío y truenos de rebelión nos diquelabas desde la altura de la nube del
olvido que te sirve de sudario en el más allá, y todo para nada! Y yo soy un
periodista, me rindo, no soy el Guerrero del Antifaz. La luna ha entrado en
casa y me mira lo contento que estoy con la barriga llena de ginebra, vapores
de alcohol y de exorcismos, por el
montante de mi sobradillo que da al jardín de atrás, esa luna que tu admirado
José Hierro cantaba con tanto ahínco y a la que Federico metió en la fragua con
un polisón de nardos, nada menos. Allí estaba la hermana de Pepe una señorona
como muy bien plantada con cara de bibliotecaria y asolada por la artritis. Ya todos, clases
pasivas. Las palabras podrán salvarnos pero no son más que una locura para
escribir epitafios y especular con la sintaxis. Sólo nos salvará la poesía y
las musas curativas hacen la senectud más dulce, al menos eso dicen, pero yo,
Paco, no guardo rencores y del odio de los literatos que es tan peligroso como
el de los conventos librénos Dios. Ahí vamos. Tú fuiste de los últimos héroes
de la literatura a los que se contemplaba como subidos a un pedestal mitad
sacerdotes, mitad cirujanos y también brujos que hacían conjuros, antes que llegara el
mercado y la apisonadora del pensamiento único. Entraste con tu látigo de letra
herido en el club de los poetas muertos. Con tu fachenda de cabo gastador de
las musas y con ese vozarrón imponías pero esa actitud no era más que una pose para
ocultar tus propias mermas, celando tus trucos. ¿Nos condonarán la deuda las
generaciones venideras? Fuiste un mago del idioma que hacía malabarismos con
las palabras, eso tan difícil y que ahora no entienden, no saben, no contestan,
se muestra abstraídos con el dedito haciendo arpegios sobre el teclado del
móvil o del guasap. Analfabetos cibernéticos, un léxico de no más de mil
palabras, inmersos en el lenguaje urbano de Manhattan, ensimismados en el
autismo de sus mensajes que mandan quien sabe dónde, ferozmente incomunicados
en el mundo de la comunicación de banda ancha. Vosotros no conseguisteis ver la
pella que se acercaba pero yo os advertí antes del derrumbe. El buen
castellano, el mejor arte les suena a monsergas del tiempo de Maricastaña, a
estos chicos. Generación ágrafa del mensajerismo grafómano. Recaditos al oído
es de niños consentidos, recaditos a la oreja es de niñas sinvergüenzas. Todos
son hackers del ignorancia total ingenieros industriales que son unos ceporros.
El Supremo los quiere mansos domados por una buena corriente para hacer el
gasto en Carrefour. Tú Paco llegaste a genio y alcanzaste el derecho de primogenitura sin haber pasado por las aulas. Te bastó leer
a los clásicos y el fino oído para captar el habla de la calle y sublimarlo,
darlo la vuelta para que resultase hermoso y largo como las piernas de Celia
Gámez en la blanca doble. Ahí está la Puerta de Alcalá. Muchos nos sentimos
reflejados en tus libros que parecen las memorias de un literato adolescente a
lo Turguenev y anduviste por la sombra con tu complejo de Peter Pan, no querías
crecer y eso era un triunfo. Admirabas a Ramón Gómez de la Serna pero tu obra
no está influenciada por aquellas greguerías que a Rodrigo Royo el director del
Arriba le sonaban a majaderías y con mucho respeto encomendó al maestro que le
mandase cosas más banales desde su buhardilla de Buenos Aires. Muchos obliteran
el hecho de que el falangismo fue generoso con los vencidos. Que Pérez de Ayala
no fue represaliado. Al contrario, Torcuato le abrió generosamente la tercera
de ABC. A ti no te gusta el autor de “Tigre Juan” y ahí acusas una merma: tu
falta e cultura clásica. Pero a mí sí. Pienso que don Ramón era un grandísimo
portento mucho más que Ramón el de Pombo y el de la torre de marfil en su piso
del barrio de Salamanca. En lo que apuntas acerca de Azorín “un hombre que
escribía corto porque sus ideas eran cortas” ahí te doy toda la razón. Lo mismo
puede decirse de Pío Baroja un novelista que arrima mucho material a sus obras
pero luego no desarrolla y al fin le faltan piezas o le sobran pero todos ellos
durante la Oprobiosa
pudieron escribir, publicar y ser admirados, venerados cual héroes olímpicos.
Fueron los inmortales de una dictadura que fue generosa con el escritor, mucho
más que la tan nuestra cacareada democracia. Tú viviste un Madrid, ciudad
abierta que “estaba traspasado de literatura" y no rechazaba a nadie, y te
acogiste a la hospitalidad de Rodrigo Royo un periodista ninguneado y blasfemado pero que fue mi
director y del que aprendí lo poco o mucho que sé del periodismo y tú fuiste
colaborador de Pyresa como yo y con los sueldos conseguías pagar la patrona y
comprar libros. En la actualidad tales granjerías son impensables después
del paso de la apisonadora del rodillo de Felipe. Ahora el que manda en
España y reparte el juego político al que unos le llaman mister More, otros Herr
Mehr, mas o menos un tal Mas, sicario de España balcanizada, emputecida, predio
de taifas con cortes y mermas territoriales. Los catalanes quieren hacer una
muesca grande en la tarja para al final moler todo el trigo y quedarse con toda
la hogaza. ¿Y para eso queríais esa libertad tan cacareada? Los gañanes venían
de Andalucía y se metieron a políticos lucrativos. Fíjate fuiste a pedirle
trabajo a uno que bien conocemos, te pusiste de rodillas para que te dejara
subido a la columna de la página de cierre. ¿Dónde está Francisco? está
expuesto o así y el hijo del camarada
Vicentón te dio la absoluta Fue implacable. Fuera de aquí. Después de
tantos canceles abiertos, tantos umbrales ollados vino el gran cerrojazo, la
gehena, el llanto y crujir de dientes. Pero tú te las apañaste con el de la
competencia y volviste a ser un niño de derecha, huésped del Tirantones, subido
al capitel. estuviste expuesto a la maledicencia y el elogio. Hay que ver lo
bien que escribe este chico pero yo no le beso el culo a nadie ¿sabes? Me
propusieron hacer de Agapito García
Atadell el tipógrafo del “Sol” y la “Voz”, y novelista en agraz, de la segunda
transición, el que recorría los cafés
literarios de la Villa
y Corte con el cadáver de su hijo recien nacido en una caja de zapatos pidiendo
limosna una oportunidad a la búsqueda y procura de un editor que le publicase
sus libros. Hombre, no jodas, Pit. Yo no soy un pistolero con todo lo que diga
Escamilla el amo del Gran Tupi. El tal Pit
al que en Londres le llamábamos Carrozas
y en Moscú Kolodés es un conocido
nuestro, que es tan sarcástico como buen escritor y amigo entrañable, me
propuso seguir el ejemplo del jefe de las cuadrillas del amanecer. Manolo Pit,
tú estás de coña. No me metas a mí en el mismo saco que aquel asesino. Que se
encargaba de las sacas en la madrugada encarnizándose sobre todo con los
redactores jefes y plumillas carcas. Todo aquel que por omecillo personal, por
divergencias políticas o por inquina visceral, tres tiritos. El que le había
negado una colaboración o publicado una crítica negativa a las novelas
infumables que firmaba Agapito aparecía cadáver en cualquier cuneta, venga tú
al camión, o en una alea del camposanto del Este. Yo no soy un terrorista ni
quiero formar parte de esas brigadas del amanecer dirigidas por el ínclito
tipógrafo que se tomaría su revancha en agosto de 1936 como literato
incomprendido.
Al
releer una de tus mejores narraciones me he topado con Porok aquel lechuguino
paseante en cortes que vino en Madrid a vivir de la literatura y se compró con
unos ahorrillos la primera máquina de escribir aquella Pluma 22 que me trajo un
tío de Barcelona. Pagué por la Olivetti 3.200 pesetas. Al teclear saltaba la
música de las veinticuatro redondas blancas, explotaba un sonido como de besos
y de disparos que no me ha dejado hasta hoy. Había que ametrallar al mundo, dar
forma a las ideas, cotejar conceptos, enhebrar paradojas. Salía la prosa o la
poesía como de un hontanar líquido como si corrieran las fuentes de la Granja
desde el cajón de aquel rodillo que al llegar al tope lanzaba un quejido de
aviso y así se llenaban los folios como los cantaros de las Danaides. Tin. Tin.
Ahora parece que nos va saliendo la cosa. Lo malo, cuando te atascabas y
quedaba tu mente en blanco delante de las 24 redondas blancas. Recuerda el gran
canto dactilógrafo de Pedro Salinas. Sobre su salpicadero estamos los
artículos, las primeras novelas, los reportajes y colaboraciones, las cartas a
la novia. Gigantes y estafermos detrás de la procesión.
Un
Bildungroman o novela de iniciación siempre será un bildungroman pero haciendo y deshaciendo va el niño aprendiendo y
la verdad es que la novela tiene truco y que al lado de la poesía pura no vale
nada pero los poetas se murieron de hambre en la católica España. Mira tu
paisano Zorrilla. Ay no me lo recuerdes más que me matarás. Ibamos a aquella
redacciones donde había un redactor jefe calvo algo tripudo y bigotito de ala
de mosca camisa blanca y las mangas sujetas por lorzas que se llevaban
entonces. Había que tirarse media mañana buscando trabajo picando puertas
pegando sellos echando instancias y pasando los labios humedecidos por el nema
de los sobres de las cartas de recomendación. El señor no está en el despacho,
se ha ido a Barcelona. Se podía entrar en cualquier edificio sin toparse con
los cancerberos securatas fornidos, porteros déspotas y de trabadas espaldas
pues pasan muchas horas en el gimnasio que son los que vigilan la parva.
Entonces subías las escalinatas y te recibía un ujier engalonado en la planta
noble y hasta te recibía el ministro. Como no era una democracia vigilada por
los Fementidos ni blindada por la castuza que cree que España es su finca y
panda de gandules están condenados al estercolero y se van a quedar con la urna
el mano y las papeletas comiciales para taparles sus miserias que ni eso, al
final siempre iba saliendo algo. Claro que éramos jóvenes y todavía el
siniestro mr. More no había enseñado la oreja y el Tirantones era tan sólo un
adolescente que se había ido a EE.UU con una beca Fullbright y después
llegarían los Martínez, esos lebreles con dientes de mastín en el anhelo de
devorarnos y el autor de la Rusa recién
salido de la Escuela no era más que un meritorio recomendado por su padre, un
jefazo, en algún periódico de la cadena del Movimiento. Fuimos deudores de una
vocación obstinada ágiles escaladores del mayo de la cucaña. Hubo que llamar a
muchas puertas y comerse bastantes sapos. Es lo que puso alguno comulgar con la
gallofa pero ¿qué más tiene? Unos ensillan y otros cabalgan y a ti, Porok, tu
valía te acreditó como un tipo con suerte que otros no pasaron de noveles.
En
cuanto a tu "La noche que llegué al
café Gijón" y mi humilde pero creo que buena porque estoy muy
orgulloso della "Cela, el Café
Guijón" creo que existen pocas concomitancias. Tu novela es
parvedad de materia y mi obra aspira a más altos empeños poniendo negro sobre
blanco lo que vosotros que os decíais "rogelios" ocultasteis. Quizás
me haya metido en un jardín pero yo he escrito con más intencionalidad política.
Tu oído es más fino pero creo que es más poderosa mi nariz para ventear vientos
contrarios sin quedarme en la pura anécdota o la metáfora escueta. Preveía la
conversión, Paco Umbral que estás en los cielos, de nuestro querido y convival
café en el Gran Tupi pese a la mucha rocalla, pinjantes y abalorios que cuelgas
en tus prosas. Y luego la reconversión que trajo el Tuercebotas un tipo que iba
a la embajada del corte de San Jaime con un morral de cuero negro que se lo
había regalado Cubillo el del Polisario.
Tu
capacidad de prosopografía no la supera nadie y yo a tanto no llego por ejemplo
cuando presentas a Diego Jesús Jiménez el poeta de Priego nuestro común amigo
ue aparece en esta foto que nos hicimos en la boda de Florencio: Todo lo que escribía estaba refrescado por
un viento de mimbrales que había sido de su madre y oscurecido por una catedral
románica y bárbara. Era, con el tiempo, ese hombre que lleva entre la úlcera y
la calva un rebelde y caótico mundo lírico... conquense, prematuramente calvo,
premio Adonais, un poco infantil, inesperadamente adulto, vivía entre la úlcera
de estómago, la pasión por las meretrices, el amor por Társila, el vino que le
sentaba mal y la preocupación por encontrar un trabajo".
Y
así retratas a Gerardo Diego..."tenía
algo de pobre de pedir soso que no pide nada, una sequedad de santo de
sacristía desmentida por la pelambrera interior que le salía por las y un poco
por la nariz, como la abundancia de versos que habían llenado varias épocas de
la vida española... En la tertulia se estaba quieto, fraile, clerical, de
paisano, catedrático de rezos laicos, con las piernas muy juntas y las manos
también muy juntas, y a veces el mar de Santander le pasaba por los ojos, pero
Gerardo incurría en parpadeo y el mar se le volaba". Es tu lado
insuperable del mismo modo que Cela, titán poderoso, encuentra otras cadencias
del idioma de forma insuperable porque escribía una prosa macho de gallego padre.
Porok, quiero decir Umbral que no se
llamaba Umbral sino García, se mueve por lindes hermafroditas y sus párrafos se
mueven con cadencia de caderas de hembra.
Tiene más curvas mientras Cela, afilador de meigas, elige la linea recta
y brutal que despalma como el falo de un cíclope.
Releer
a Paco que paz descanse es un vuelo onírico hacia el paseo, es un paseo por mi
mente y mis recuerdos que crían telarañas, de la misma manera que él, el pobre,
está criando malvas pero Paco te recordamos. Los buenos soldados como los
grandes poetas no mueren, sólo se desvanecen.
Old soldiers never die. Lo que hace en sus libros es salir al encuentro de
sí mismo con una prosa sensual, táctil, definitiva de las mermas, ilusiones,
sueños y vanidades de aquel Madrid de
los 60-70. Pienso que sin el régimen de Franco con sus espacios cerrados y
cuando España estaba tomada por la literatura y en Barcelona se publicaba como
nunca se publicó en este país y mira ahora, el milagro literario Umbral no
hubiera sido posible o como el milagro Cela o los grandes poetas de postguerra.
¿Qué tenemos ahora? Al ramplón de Vargas Llosa una especie de Corín Tellado con
premio Nobel (lo consiguió por ser vos quien sois, por calzar mandil y sus
masónicas aldabas) que es como una versión del Papa Francisco pero en
literatura: un bluf. Que también se cuadra el triángulo sobre la tiara y tiene
por pectoral las insignias del Gran Oriente. Umbral siempre se mantuvo en
escritor, Sólo quería ser escritor y fue
por la vida escotero arropado en una bufanda sin el respaldo de esas logias que
son tan burdas que dan asco y que cansan.No surgen de un mundo genuino, son la
resulta del artificio de lo que ellos denominan Gran Artífice. Por eso a
diferencia de Umbral, Vargas redacta planchas y consignas al igual que el señor
Bergoglio que se proclama defensor de los pobres cuando es en realidad un amigo
del gran capitalismo para el que trabaja, una segunda versión de Teresa de
Calcuta pero con acento argentino.
ha de continuar
domingo, 15 de diciembre de 2013
la feria de vanidades y la desilusión, cansancio del libro (en inglés)
BOOKFAIR FULL OF VANITY. WHO CARES? CUI PRODEST?
---Nights of white satin. Letters are written never being to send. Books that are written and no one reads at the other end
antonioparragalindo
A long and tiring walk I did through the pleasant woods and nostalgia shining the last sun for the day in askance rays in an evening June backwards and forwards north of Retire Pond.
A perusal of routine of every year. It was more than 40 years since I bought my typewiter. Hardly a day passed without the touch of the keyboards. I am a compulsive eater, a compulsive smoker and a compulsive scribbler. Compulsions and passions and impulses that what my life made.
Icarus tries to fly to heaven. Tantalus cleans the equerries of the stygian lagoon and at the end of the journey we are in between Scylla and Caribdis.
They don’t give a fart. They don’t listen. On my hands I brought the Diogenes torch searching for the flame of wisdom, knowledge and perception. But the Deus absconditus in this paean society any more none is these days.
With that candle you look an outsider, a Looney. Too many books garbage literature, a dizzyingly amount of titles laying in the stands of booksellers for use and disposal. User y tirar, but a new author was signing his bestseller.
I never sat on such a throne of the Nine Muses.
It is hard to be an unpublished writer. They regard you as an alien from far planet. The devil laughter swung from the branches from the maple trees.
-Ha...Ha... Ha
-Shut up your mouth you the scum of birds- told off I a grey pigeon which had been saying nasty things to me with an human voice, a case of anthropomorphosis at the bookmark.
Then noticing that the poor animal had not one of his legs,. he had eaten it up himself. I felt sorry for him.
-You are a failure.
-well that is what you thing. Don’t try you proof me.
The magpie spread then its big black wings –it is bad omen- and disappeared. I carried on walking. The fair of the book seemed to me a big bonfire and there the new inquisitors lifting their cassocks trying to keep warm heated their big monastic arse-holes. They watched and controlled every line that went into print.
In my youth I dreamt to sign sitting and smiling ad buyers in those huts. To be famous. To receive the acquiescence and beneplace of the public. See my firm signing the third page of ABC. Dreams. Impossible dreams.
The taming of the shrew. Nobody knows me. You send your manuscripts to the publishing house. Devolution with a rebuke with a few lines: notwithstanding the fact the merits of your text we have decided to decline your offer of your publication. It doesn’t fit with the patterns of our editorial panel.
- Ok
-. Don’t you worry. Smile. Be happy. Sing as you write.
- Which song?
-The ballad of the Volga oarsmen
-Volga… Volga, Volga, Ruskin reek – I proclaimed in a low tone.
This job is hard but nice. You sit down and you write. You row. Your pen is like a paddle. Your pen is sword. Sometimes you feel remiss or indolent at your desk and yielding to dismay all writers ask themselves the same question. What is this, what am I doing? Your piece is like the message in the bottle the survivor of the ship wreckage launch to the Ocean. Is there any one at the other end?
You never know. still ought not to be despondent, when fame skips your lucks or when the prow of your novel, essays, poems, sail against the odds of misfortunes. Not all of us can live in the mainstream but publish and be damned. Big brother is watching you.
-No dogs, no strawberry pickers, no writers
-No sex, we are British.
As I walked past the stands I had the uncomfortable impression that most of the being published is menial and ancillary. There they were sitting the flatterers of the Establishment, the moaners of the Gaols who were telling the untrue story of their prisons that never were. Plauto resurrected to write his Miles Glorious. They eat at their big dinners and they leave crumbs and pellicles for you.
Sing and whistle.
-I did not see you in the big fair. Either you are too good to be truth or a real failure.
-I can I assure you I don’t feel a failure. I am full of beams and ready for a big fight. One day we shall unmask the big traitors. Pray god and pass the ammunition but we won’t need guns and bullets or gig sticks. Only word and roses provided that the prentices of the big moaning has become a new religion. Nemesis is their goddess and they are waiting in the wall the word rage. I was a bit disquietened but proud. I did NOT lick the backsides of the new priests preaching Lager.
-What is that? A beer brand of prison
-The latter I am afraid I should think.
Left the place in a rush and entered in café near Castellany. I was thirsty.
-Pint of bitter please.
One more and another one. When I tumbled the seventh glass, I took the attraction from the waiter. His name was Alfonso and he wore a white jacked unpolluted to seve champagne to the Laureate Poets. In El Gijon they call him Mr. Prix. He is the lackey of the famous. No body give a fuck, none cares.
-Drinking again?
-Yeah.
-Celebrating?
-Of course
-And what are you celebrating, mister, if I may ask.
- I am wetting the head of those infants murdered by the abortists, the hymens that never were pierced on wedding nights, and all those broken promises and the books that never were born by the decision of the new priest.. Herodes lives somewhere in Jerusalem. Had many followers.. Herodias, my life for a dance, walks down to the cellar with the head of the decapitated Precurssor and patron of all the misunderstood literates.
Alfonso shook his head in disbelief.
-Those poets….- he muttered as he transported his tray full of schnapps to the customers drinking and gossiping in the big veranda. A few journalist from Madrid were having a big do.
That is how I celebrated the big fracas of the Bookfair. The stallion in the distance meadows neighed for their mares. Beautiful señoritas were flirting. Writers were getting pissed. When the bell struck ten with last ordered please my bowels nearly moved but only came a ferocious and alarming fart, like a thunder in gle the shot of a gun in the battle of Navrone.. Get it out of your system. Puke it out.
-That was for the editors
The entire world became blank. What is the purpose of this strife of literature? Who cares? Who reads? I was very naif in the middle of my alcoholic spree and I did not realize that every one was voting in the election casting fatal verdicts at the polls. If no body wants to listen it is meaningless to preach. If they don’t want to read better that the scribblers all over the world change their jobs and do something positive. Writers we are in vain. We are the forced to the ominous galleys of Internet where the bread is bitter and no pay. We are dead souls. Yes.
Sunday, 07 June 2009
---Nights of white satin. Letters are written never being to send. Books that are written and no one reads at the other end
antonioparragalindo
A long and tiring walk I did through the pleasant woods and nostalgia shining the last sun for the day in askance rays in an evening June backwards and forwards north of Retire Pond.
A perusal of routine of every year. It was more than 40 years since I bought my typewiter. Hardly a day passed without the touch of the keyboards. I am a compulsive eater, a compulsive smoker and a compulsive scribbler. Compulsions and passions and impulses that what my life made.
Icarus tries to fly to heaven. Tantalus cleans the equerries of the stygian lagoon and at the end of the journey we are in between Scylla and Caribdis.
They don’t give a fart. They don’t listen. On my hands I brought the Diogenes torch searching for the flame of wisdom, knowledge and perception. But the Deus absconditus in this paean society any more none is these days.
With that candle you look an outsider, a Looney. Too many books garbage literature, a dizzyingly amount of titles laying in the stands of booksellers for use and disposal. User y tirar, but a new author was signing his bestseller.
I never sat on such a throne of the Nine Muses.
It is hard to be an unpublished writer. They regard you as an alien from far planet. The devil laughter swung from the branches from the maple trees.
-Ha...Ha... Ha
-Shut up your mouth you the scum of birds- told off I a grey pigeon which had been saying nasty things to me with an human voice, a case of anthropomorphosis at the bookmark.
Then noticing that the poor animal had not one of his legs,. he had eaten it up himself. I felt sorry for him.
-You are a failure.
-well that is what you thing. Don’t try you proof me.
The magpie spread then its big black wings –it is bad omen- and disappeared. I carried on walking. The fair of the book seemed to me a big bonfire and there the new inquisitors lifting their cassocks trying to keep warm heated their big monastic arse-holes. They watched and controlled every line that went into print.
In my youth I dreamt to sign sitting and smiling ad buyers in those huts. To be famous. To receive the acquiescence and beneplace of the public. See my firm signing the third page of ABC. Dreams. Impossible dreams.
The taming of the shrew. Nobody knows me. You send your manuscripts to the publishing house. Devolution with a rebuke with a few lines: notwithstanding the fact the merits of your text we have decided to decline your offer of your publication. It doesn’t fit with the patterns of our editorial panel.
- Ok
-. Don’t you worry. Smile. Be happy. Sing as you write.
- Which song?
-The ballad of the Volga oarsmen
-Volga… Volga, Volga, Ruskin reek – I proclaimed in a low tone.
This job is hard but nice. You sit down and you write. You row. Your pen is like a paddle. Your pen is sword. Sometimes you feel remiss or indolent at your desk and yielding to dismay all writers ask themselves the same question. What is this, what am I doing? Your piece is like the message in the bottle the survivor of the ship wreckage launch to the Ocean. Is there any one at the other end?
You never know. still ought not to be despondent, when fame skips your lucks or when the prow of your novel, essays, poems, sail against the odds of misfortunes. Not all of us can live in the mainstream but publish and be damned. Big brother is watching you.
-No dogs, no strawberry pickers, no writers
-No sex, we are British.
As I walked past the stands I had the uncomfortable impression that most of the being published is menial and ancillary. There they were sitting the flatterers of the Establishment, the moaners of the Gaols who were telling the untrue story of their prisons that never were. Plauto resurrected to write his Miles Glorious. They eat at their big dinners and they leave crumbs and pellicles for you.
Sing and whistle.
-I did not see you in the big fair. Either you are too good to be truth or a real failure.
-I can I assure you I don’t feel a failure. I am full of beams and ready for a big fight. One day we shall unmask the big traitors. Pray god and pass the ammunition but we won’t need guns and bullets or gig sticks. Only word and roses provided that the prentices of the big moaning has become a new religion. Nemesis is their goddess and they are waiting in the wall the word rage. I was a bit disquietened but proud. I did NOT lick the backsides of the new priests preaching Lager.
-What is that? A beer brand of prison
-The latter I am afraid I should think.
Left the place in a rush and entered in café near Castellany. I was thirsty.
-Pint of bitter please.
One more and another one. When I tumbled the seventh glass, I took the attraction from the waiter. His name was Alfonso and he wore a white jacked unpolluted to seve champagne to the Laureate Poets. In El Gijon they call him Mr. Prix. He is the lackey of the famous. No body give a fuck, none cares.
-Drinking again?
-Yeah.
-Celebrating?
-Of course
-And what are you celebrating, mister, if I may ask.
- I am wetting the head of those infants murdered by the abortists, the hymens that never were pierced on wedding nights, and all those broken promises and the books that never were born by the decision of the new priest.. Herodes lives somewhere in Jerusalem. Had many followers.. Herodias, my life for a dance, walks down to the cellar with the head of the decapitated Precurssor and patron of all the misunderstood literates.
Alfonso shook his head in disbelief.
-Those poets….- he muttered as he transported his tray full of schnapps to the customers drinking and gossiping in the big veranda. A few journalist from Madrid were having a big do.
That is how I celebrated the big fracas of the Bookfair. The stallion in the distance meadows neighed for their mares. Beautiful señoritas were flirting. Writers were getting pissed. When the bell struck ten with last ordered please my bowels nearly moved but only came a ferocious and alarming fart, like a thunder in gle the shot of a gun in the battle of Navrone.. Get it out of your system. Puke it out.
-That was for the editors
The entire world became blank. What is the purpose of this strife of literature? Who cares? Who reads? I was very naif in the middle of my alcoholic spree and I did not realize that every one was voting in the election casting fatal verdicts at the polls. If no body wants to listen it is meaningless to preach. If they don’t want to read better that the scribblers all over the world change their jobs and do something positive. Writers we are in vain. We are the forced to the ominous galleys of Internet where the bread is bitter and no pay. We are dead souls. Yes.
Sunday, 07 June 2009
13 de diciembre 1474 la tarde en que España se convirtió en una grande y libre. Loores de Isabela 1
ISABELA (1)
Y vi a la reina en el obrador la tarde que la proclamaron emperatriz castellana. La coronación había tenido lugar después de una misa del Espíritu Santo en el atrio de la iglesia de san Miguel al pie de la olma, una fría y neblinosa mañana del 13 diciembre 1474.
Estaba serena y su rostro era todo majestad la señora y escuchaba la música de rabel que tañía un juglar montañés, mientras labraba y cosía. Tres azafatas tejían con ella la rueca mientras un paje entraba y salía de la estancia de altas techumbres portando en una jícara agua de miel caliente con mazapanes. Una comadre vigilaba las entradas y salidas de las mozas evitando el encuentro casual de las dondellas con los sirvientes o con algún paje por los largos pasillos del alcázar que tenían calles y plazas como un laberinto.
Tranquilidad en palacio, tarde de fiesta, noches largas de Santa Cecilia.
Se escuchaba a lo lejos la salmodia de los monjes. Por toda Castilla se elevaban preces de acción de gracias. Un tiempo nuevo se abría. España era por fin una grande y libre consumándose así el ideal gótico de los Trastamaras, la dinastía que restauraría la unidad nacional poniendo fin a la reconquista. Aquella apoteosis patria se vivía en la humildad de una joven reina que bordaba una camisa.
Todo el día y toda la noche se entonaron Tedeums;un fraile junto a la ventana del alcázar de rodillas sobre un reclinatorio con pereza y algo adormilado al cabo de un almuerzo copioso de carnero y morcillas regado con vino de la ribera y a los pies de un cristo de marfil rezaba por lo bajo el oficio.
Era bella y rubia doña Isabel algo carihonda y entrada en carnes los ojos muy azules y un griñón blanco proclamando su doncellez y ocultando su hermosa cabellera del color del trigo cubría su cabeza hasta el horizonte de la frente donde se perfilaban unas cejas altas y bien dibujadas los labios carnosos con un hoyuelo en la mejilla que se le notaba mucho al sonreír... qué bien cantan las zagalas ¿de do traerán el son? del pinar de Ávila son, entonaban los músicos. El rey don Fernando de Aragón después de haber jugado a la pelota en un frontón que había cerca de la puerta de San Martín se holgaba con los de su cuadrilla en la bodega. El obispo Diego Arias había invitado a una merendola al aragonés y su cohorte consistente en escabeche de cubillo y vino nuevo de Peñafiel.
Los niños jugaban al toro o a la palluca por los barrios. Los alcaides habían mandado que se encendieran hogueras desde el Terminillo has Zamarramala y desde el aduar de San Lorenzo de los moros y el alfoz del Socorro de los judíos hasta la puerta del Cristo del Mercado y Valdevilla habitado por soldados
Atardecía en el Real. en las torres de los conventos se escuchaba el toque de vísperas. Empezó a nevar y la ciudad de Segovia se cubrió de un manto blanco que anunciaba un tiempo de albricias en aquella tarde de tercer domingo de adviento, domingo laetare. Cuando los dinteles de las casas de Segovia se enramaron de laurel con una leyenda que decía:
Estaba serena y su rostro era todo majestad la señora y escuchaba la música de rabel que tañía un juglar montañés, mientras labraba y cosía. Tres azafatas tejían con ella la rueca mientras un paje entraba y salía de la estancia de altas techumbres portando en una jícara agua de miel caliente con mazapanes. Una comadre vigilaba las entradas y salidas de las mozas evitando el encuentro casual de las dondellas con los sirvientes o con algún paje por los largos pasillos del alcázar que tenían calles y plazas como un laberinto.
Tranquilidad en palacio, tarde de fiesta, noches largas de Santa Cecilia.
Se escuchaba a lo lejos la salmodia de los monjes. Por toda Castilla se elevaban preces de acción de gracias. Un tiempo nuevo se abría. España era por fin una grande y libre consumándose así el ideal gótico de los Trastamaras, la dinastía que restauraría la unidad nacional poniendo fin a la reconquista. Aquella apoteosis patria se vivía en la humildad de una joven reina que bordaba una camisa.
Todo el día y toda la noche se entonaron Tedeums;un fraile junto a la ventana del alcázar de rodillas sobre un reclinatorio con pereza y algo adormilado al cabo de un almuerzo copioso de carnero y morcillas regado con vino de la ribera y a los pies de un cristo de marfil rezaba por lo bajo el oficio.
Era bella y rubia doña Isabel algo carihonda y entrada en carnes los ojos muy azules y un griñón blanco proclamando su doncellez y ocultando su hermosa cabellera del color del trigo cubría su cabeza hasta el horizonte de la frente donde se perfilaban unas cejas altas y bien dibujadas los labios carnosos con un hoyuelo en la mejilla que se le notaba mucho al sonreír... qué bien cantan las zagalas ¿de do traerán el son? del pinar de Ávila son, entonaban los músicos. El rey don Fernando de Aragón después de haber jugado a la pelota en un frontón que había cerca de la puerta de San Martín se holgaba con los de su cuadrilla en la bodega. El obispo Diego Arias había invitado a una merendola al aragonés y su cohorte consistente en escabeche de cubillo y vino nuevo de Peñafiel.
Los niños jugaban al toro o a la palluca por los barrios. Los alcaides habían mandado que se encendieran hogueras desde el Terminillo has Zamarramala y desde el aduar de San Lorenzo de los moros y el alfoz del Socorro de los judíos hasta la puerta del Cristo del Mercado y Valdevilla habitado por soldados
Atardecía en el Real. en las torres de los conventos se escuchaba el toque de vísperas. Empezó a nevar y la ciudad de Segovia se cubrió de un manto blanco que anunciaba un tiempo de albricias en aquella tarde de tercer domingo de adviento, domingo laetare. Cuando los dinteles de las casas de Segovia se enramaron de laurel con una leyenda que decía:
-Tanto monta. Monta tanto. Isabel como Fernando
miércoles, 11 de diciembre de 2013
jueves, 5 de diciembre de 2013
Marques de Santillana ayo de Enrique IV
La España del último de los trastamaras se
parece en gran medida al que podría convertirse en el último de los borbones
(tiempo de turbulencias, bandos y vicisitudes políticas y ambiente bélica si no
en el campo de batalla como cuando Juan II en el reinado de Juan Carlos I la
lucha y la desesperación van por dentro) pero con una diferencia: la monarquía
de Enrique IV sería el prologo de la unidad nacional; la juancarlista, el
epilogo, la desvertebración de Castilla como nación y la creación de un estado
amorgo de taifas de todo tipo vigilados por la adarga inmisericorde de una
policía, una judicatura y unos medios sociales no de comunicación (los chicos y
chicas del coro) sino de intimidación al servicio de una casta política
intocable y endogámica obediente a las consignas de grandes trastes bancarios manejados por
intereses forasteros. He aquí pues el parto- que se produjo sin dolor- y la
muerte de una nación. En contra de Enrique IV y su padre se produce una campaña
de difamación histórica que se prolonga a los reinados de su hermanastra Isabel
y de su cuñado que perdura hasta hoy. ¿Por qué será? Brindo a mis lectores esa
consideración a partir de un hecho: nunca hubo en España un florecimiento de
las letras como con estos tres monarcas que al final de la media dan principio
al siglo imperial, a la edad de oro. Y otro punto más. Iñigo López de Mendoza
el Marqués de los Proverbios su figura más señera de la lirica de nuestro
“Quatrocento” fue el ayo educador de don Enrique de Trastamara por orfen de su
padre. en torno al marqués de Villena y a don Álvaro de Luna se forma una corte
de músicos, poetas, escritores como Juan de Manrique, Juan de Mena, Pérez del
Pulgar etc. nunca se vio tal mecenazgo excepción hecha de la de Felipe IV. ¿Se
puede llamar a tiempos tan florecientes para el cultivo de las musas y el arte
de Apeles o la arquitectura fases decadentes?
En 1437 da el marqués de Santillana a la
estampa-hoy se ha perdido tal incunable pero se conservan ediciones posteriores-
< >> en los que refleja
su experiencia como político y militar la frontera de agreda contra las
incursiones de navarros y aragoneses, su trajín galante, su devoción cristiana
y su conocimiento de los clásicas. Parece mentira como estos superhombres con
una tan azacaneada vida tuvieran tiempo para escribir tan alto, pensar tan
claro y hablar tan largo y tendido. Nunca se pudo pedir tanto a un hombre y a
una época.
miércoles, 4 de diciembre de 2013
antonioparragalindo.blogspot.com: ELCADETE DE LEONIDAS ZUROV. DELICIAS DE LA LITERAT...
antonioparragalindo.blogspot.com: ELCADETE DE LEONIDAS ZUROV. DELICIAS DE LA LITERAT...: EL CADETE DE LEONIDAS ZUROV. DELICIAS DE LA LITERATURA RUSA. CANTO AL EJERCITO DEL EMPERADOR Rusia vive por estos días tiempos d...
martes, 3 de diciembre de 2013
antonioparragalindo.blogspot.com: radiografía de un matacuras catalán
antonioparragalindo.blogspot.com: radiografía de un matacuras catalán: SAN MARTIN MARTINEZ PASCUAL 1 Era un caluroso día de agosto al amanecer. El grupo de detenidos (dos sacerdotes, tres semin...
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