Buscar este blog

domingo, 16 de junio de 2013

san antonio bendito en su ermita de juarrillos segovia


Ermita de Juarrillos Segovia



SAN ANTONIO UN SANTO MUY POPULAR EN SEGOVIA

 

Íbamos a san Antonio de Juarrillos cuando era niño, salíamos para llegar a misa al alba y había que echar merienda. En mi ciudad el rey Enrique IV desde que fundó el primer monasterio del Real de San Antonio existe una corriente franciscana que pesa bastante en la impronta y carácter espiritual castellana.

 Los segovianos siempre tuvimos devoción a este santo lisboeta la cara de rosa el niño en la mano y el sayal pardo de los frailes menores el cerquillo como una corona de ángel a la cabeza. Cantábamos los pajaritos y veíamos volar por los cielos de junio el mochuelo de nuestra inocencia, la avutarda de la elegancia, el burlapastor que jugaba al escondite con nuestros días, el grajo que se la sabía todas y la garza a la que abatió un ballestero déle dios mal galardón.

Humilde ermita de Juarrillos al pie de la sierra toscos bancos de madera y un cura gordo y bonachón el de Hontoria que decía misa embutido en una casulla guitarrera y al que el cíngulo no le abarcaba de lo ancho que era. Llamábase don Simón y una vez que su monaguillo Nazario que era amigo mío le vio sin sotana dijo que se le contaban hasta ochenta y tres botones en la bragueta. ¿Tan grande los tenía? Hombre no.

El padre Simón era más bueno que el pan bendito que nos regalaban al final de la misa. No había que comérselo sino guardarlo en el arca y al año siguiente ponerlo en una bandeja, mojarlo y ponerlo en la ventana para comedero de las aves.

El día de San Antonio nos recordaba la alegría de la naturaleza, el canto del ruiseñor, los días interminables de mi infancia cuando marchábamos por el camino de Juarrillos a por moras y a tirar varetas.

Nunca sabré determinar porque es algo visceral, innato e ignoto en mi corazón si san Antonio aquel santo san majo pintado con el Niño Jesús en regazo que estaba en calacamonía por todos las salas y dormitorios de aquella España que se fue existió siquiera, si es un producto de la hagiografía católica tan maravillosa, precisa y preciosa, si predicaba a los peces en Padua porque los paduanos no iban a la iglesia –un poco como hoy- y los peces, las gaviotas, los delfines y ballenas entendían aquellos sermones ictiológicos llenos de caridad y de amos de dios, lo que sí es que este buen franciscano portugués fue un poco el referente de mi vida, acudí a su intercesión en la tribulación y cuando andaba perdidos por los caminos enmendé la ruta y todos los objetos extraviados me los devolvía.

Por eso para mí es un día muy significado el 13 de junio en que la SRI celebra su fiesta. No hay en todo el santoral un bienaventurado más cerca del pueblo, más simpático y milagroso. Tal vez el cristianismo sea algo mucho más sencillo y dúctil de los que nos lo pintan por la vía tenebrosa.

No hay comentarios: