Seminario de Oviedo
He subido al seminario de Oviedo que domina una eminencia o colina desde donde se divisa toda la ciudad: la recta de la calle uría tirada con tiralíneas y al fondo las estribaciones del monte naranco con su cristo dominante que tambien tratan de quietar. He sentido la misma melancolía que me acometió al visitar el seminario de Segovia. La puerta cerrada, las dependencias vacías. Se apagó el griterío y las voces infantiles de otros días. Es una de las instituciones de la iglesia española. La cuna del cristianismo muzárabe que tiene una particularidad que han obviado los antiguos historiadores el carácter arriano. La herejía arriana podía ser una herejía pero exaltaba la humanidad o la carnalidad de cristo. La efigie del redentor campea de esta manera en todos los pantocrátores, da tristeza. Recuerdo una frase de los cronicones in Asturianorum conventu posuit firmísimos Dominus Deus. En estas montañas en tre la fronda de las montesw aparecen desde Arbas a Gozon y desde la riberas del Eo hasta Parres y Ribadesellas esas iglesias angostas y como de nacimiento de paredes verticales y que tenían un desvían o cova o camara santa dsonde se guardaban las dagradas especies y vivía el morabuito o monje según la vieja tracidsi´n. posiblemente el primer seminario de Oviedo para la formación de clñeerigos data del siglo Xii.
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