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domingo, 18 de julio de 2021

SUPRIMIDA MISA EN LATIN

 

El Papa Francisco destroza el legado litúrgico de Benedicto XVI

Francisco Misa Tradicional
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Los rumores eran ciertos. El Vaticano ha publicado hoy un motu proprio del Papa Francisco con el que se carga el legado litúrgico de Benedicto XVI, el motu proprio Summorum Pontificum, por el que el cardenal Sarah dijo que el Papa alemán pasaría a la historia; pero Francisco no ha querido que sea así.

El Papa impone así más restricciones a la celebración anterior a la reforma conciliar, que liberalizara en 2007 Benedicto XVI. “Los libros litúrgicos promulgados por San Pablo VI y San Juan Pablo II, de conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, son la expresión única de la lex orandi del Rito Romano”, escribe el Papa. Esto quiere decir que ya no hay dos formas del rito romano.

A partir de ahora no habrá más erecciones de nuevas parroquias para los fieles que quieran la Misa Tradicional. En los lugares donde esté autorizado el Misal de 1962, de Juan XXIII, las lecturas de la Misa se proclamarán en lengua vernácula.

Los sacerdotes ordenados después de la publicación del presente Motu Proprio, que deseen celebrar utilizando el Misal Romano de 1962, deben presentar una solicitud formal al obispo diocesano, quien consultará a la Sede Apostólica antes de otorgar esta autorización. Los sacerdotes que ya celebran según el rito antiguo deben solicitar al obispo la autorización para seguir disfrutando de esta facultad.

La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos a partir de ahora pasa a regular el uso del Misal Romano de 1962, y no la Congregación de la Doctrina de la Fe como sucedía hasta hoy.

Un sacerdote de Toledo, Francisco José Delgado, que no celebra habitualmente en el milenario rito anterior a la reforma posconciliar, ha publicado una reflexión en la red social Twitter:

“Creo que lo más inteligente ahora es, de forma tranquila y sosegada, defender la verdad por encima de las leyes inicuas. El Papa no puede cambiar la Tradición por decreto y ni decir que la liturgia posterior al Vat. II sea la única expresión de la lex orandi en el Rito Romano.

Como eso es falso, la legislación que brota de ese principio es inválida y, de acuerdo con la moral católica no debe ser observada, lo cual no implica desobediencia. Bastaría simplemente con ignorarla, pero creo que en este caso no es suficiente.

Creo que es nuestro deber como sacerdotes fieles ejercer la obligación moral de defender la verdad pública y notoriamente, arrostrando las posibles consecuencias. Y así invito a todos mis hermanos fieles a que lo hagan.

Hasta hoy no he sentido la necesidad de celebrar la Misa Tradicional. Sí he asistido y he rezado el breviario anterior a la reforma, pero por mis labores parroquiales, no me parecía imprescindible hacerlo. Pero eso, gracias a Francisco, cambia desde hoy.


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