San FRANCISCO DE SALES 1567-1622 PATRÓN DE LOS PERIODISTAS
Tiempos difíciles corren y ahí está este santo obispo ginebrino pluma en ristre defendiendo la bondad y hermosura de la religión de Xto el bien no hace ruido... el mal es muy escandaloso y atrae más una gota de miel que un tonel de vinagre. Creía en el poder de la letra impresa, fue un apóstol de los tiempos de Gutenberg. Su Introducción a la vida devota fue un manual a compás de la edad moderna de espiritualidad que sustituyó al Kempis medieval.
Eran tiempos de lucha por un lado el calvinismo sectario del que asumió la austeridad y or otro el jansenismo insistiendo en la idea del pecado y de la eterna condenación.
Con su cálamo ardiente e iluminado desbarató todos esos entuertos con la idea del amor apacible y la bondad. Los años que estuve en Madrid la Asociación de la Prensa programaba una misa en la cual rezábamos por nuestros difuntos del año y luego teníamos comida.
En una de estas citas tuve la suerte de encontrarme con algunos maestros: Rufo Gamazo, el poeta asturiano Pepín Nieto, amigo de CJC, el andaluz Escolástico Medina y otros prohombres de la comunicación y la radio del pasado siglo. Principalmente fue una ocasión gloriosa para este plumilla compartir mesa y mantel con Marino Gómez Santos.
Ovetense, era un crack de la entrevista y era el español que más sabía de Clarín y de Severo Ochoa.
Descansen en paz todos ellos. Los periodistas igual que los buenos soldados no morimos simplemente desaparecemos en el firmamento. Old soldiers never die, they only fade away
Somos pura y anónima infantería de las letras. Actualmente corren tiempos laicos y pandémicos. Sin embargo, al final del mes de enero la figura de este santo es un grito señero que nos anima a seguir en la demanda del camino emprendido hace muchos años sin desfallecimientos.
Varían los tiempos, las modas y los pensamientos pero espero que la Verdad quede incólume a través de las amenazas del cambio de era donde se trata de erigir a un hombre nuevo.
Nosotros venimos de la máquina de escribir, la Olivetti ola Remington, que sonaba en aquellas redacciones llenas de humo cual ametralladoras de la noticia. Ahora lo analógico fue sustituido por lo virtual.
No se fuma ni se habla y el periodista sumiso a los poderes ocultos ha de ser un amanuense al dictado de mensajes al oído de un Poderoso invisible, el cual se oculta, y nunca asoma la gaita. Nuestra lucha es un permanente desafío pero acá estamos pues cada uno estornuda como Dios le ayuda
No hay comentarios:
Publicar un comentario