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domingo, 28 de septiembre de 2014


Canto a Jesús

 

Al final de las misas en la liturgia rusa el sacerdote entona el canto a Jesús. Nosotros incluimos la plegaria, cantada es tan larga como bellísima en este libro a modo de epílogo porque su nombre ni su palabra no pasarán y son el salvoconducto de victoria contra las fuerzas del mal y del anticristo:

Dulcísimo Jesús gloria de los apóstoles, Jesús mío primero de los mártires, señor del universo, Jesús sálvame. Jesús mío a quien recurro, ten piedad de mí, escucha los ruegos de tus santos y profetas, tráeme las dulzuras del paraíso, tú que amas a los hombres. Creador de los ángeles y señor de las fuerzas, que diste vida a nuestros primeros padres. Jesús corona de los patriarcas, que diste poder a reyes y gobernantes, que cumpliste las profecías que de ti se anunciaban. Jesús fortaleza de los mártires, manso Jesús alegría de los monjes y presbíteros, acompañante de los peregrinos, compañero de los que ayunan. Que llevas la perseverancia a los religioso. Jesús purísimo protector de los castos. Jesús salvación de los pecadores. Jesús hijo de Dios ten piedad de mí. Ante tu presencia elevo mis brazos y me prosterno en oración y beso tu cruz. Amen

 

02/08/2014

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