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miércoles, 1 de enero de 2014

cisneros

EL LOBY JUDÍO DEL VATICANO CONTRA LA CANONIZACIÓN DE CISNEROS

 
 
 
 CISNEROS DEBERÍA TENER UN SITIO EN  LOS ALTARES. ÉL E ISABELA CONTRIBUYERON MÁS QUE NADIE A LA EXPANSIÓN DEL CATOLICISMO POR TODA LA TIERRA
 
 
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Clama no ceses dice el salmista y el que tenga oídos para escuchar que esté atento nos dijo Jesucristo. ¡Con la que está cayendo! Pero el oficio de présago y agorero está en decadencia. La historia de los acontecimientos humanos es un perpetuo cambio, una transformación incesante. Quiero decir apocalipsis. Bella palabra griega que corresponde a uno de los libros más difíciles de comprender y que hay que leer con tiento. Con el apoyo de las andaderas que brindan los textos de los Santos Padres o la hermenéutica magistral que ha caracterizado la sabiduría de la Iglesia Católica que en este caso es legataria de la verdad. Una interpretación ad líbitum de los oscuros versículos joánicos nos puede conducir al desastre. Porque también los cabalistas y esa es mi convicción al cabo de más de tres lustros de estudio y hubo un tiempo en que creí en apariciones y en saludadoras marran el golpe. Humo de Satanás. Nadie sabrá por muchos acrósticos y muchas carteles al revés que quiera interpretar con soltura de prestidigitador y se devane los sesos cuando vendrá la Parusía.
 Por eso me gusta Francisco de Cisneros porque fue un gigantesco guardián de la fe española en un ámbito de libertad y de contraste de pareceres a la luz de la Revelación un venator scientiae (cazador de sabiduría) que decían los antiguos. Un escudriñador de la Escritura desde la custodia de la ortodoxia. Los libros sagrados necesitan estudio y vela con el asesoramiento de las exegesis autorizadas. Sin un bagaje mínimo de conocimientos nadie puede erigirse en heraldo de la palabra de Dios.
 La polémica que sostuvo con su colega y sin embargo amigo y compañero en el confesionario de la Reina Hernando de Talavera la ganó. Éste propiciaba la utilización de la lengua vulgar en los oficios divinos para dárselo mascado al feligrés  y Cisneros le contestaba que no que para eso ya estaban los catecismos y que había que guardar celosamente las tradiciones místericas y la parte de magia que corresponde a toda religión y de rito. En el Gólgota por ejemplo se habló mayormente griego pues Cristo era un judío helénico a lo que parece con un poco de latín por los soldados de Pilatos y también hebreo.
La experiencia de los acontecimientos que son de nuestros días parecen haber dado la razón al insigne franciscano de Torrelaguna. La lengua vulgar a veces no guarda la fe sino que la destruye. O si no miren el desarreglo y mar de confusión en que ha quedado la liturgia tras el Vaticano II y a las que Ratzinger quiere poner coto.


Talavera era un buen monje jerónimo con fama de santo decía y cuanta verdad es “la fe de los cristianos y las obras de los moros”; llegaba el tiempo de las grandes contiendas religiosas y ese pensamiento fue la chispa que encendería la hoguera luterana años más tarde con la teología de la justificación por las obras. Y de política entendía muy poco y donde fracasó él en la pacificación de la Alpujarra pues en sus gustos y costumbres hasta puede que el arzobispo de Granada se aljamiada un poquillo; Cisneros que era un galgo corredor para el gobierno de los estados y no un softy (compadece al pecador y fustiga siempre su pecado era su norma) a partir del conocimiento que tenía de los hombres decía que nuestra religión es letra pero no letra muerta y hay que asesorarse e instruirse especular. Por eso fundó la Complutense y se puso al frente del proyecto de versión de la Políglota. De modo que su estatura dentro de la Iglesia Católica resulta de una talla prócer y nadie se explica cómo es que no ha subido a los altares este fraile mendicante que fue tan limosnero y al que la mitra no se le subió a la cabeza. Utilizaba el poder al servicio de la causa de la justicia y del buen gobierno nunca por el medro propio ni el personal interés.
Su causa lleva incoada desde siglos atrás - y una idea que brindamos al actual  pontifice Francisco I que tenga un detalle con su tocayo así como a su antecesor y sucesor de Pedro Benedicto XVI  dimisionario- pero ha encontrado una sorda oposición en un pasillo vaticano que todos sabemos quienes son pero que fue el mismo que profanó la tumba de Paulo IV el papa Caraffa con inscripciones groseras y ha dado carpetazo al proceso de beatificación de Isabel I de Castilla .
Fray Pedro Quitanilla OFM encauzó las oportunas diligencias para abrir la causa de canonización tras su muerte en Roa el 8 de noviembre de 1517 a los 82 años en olor de santidad. Todo el pueblo lo aclamaba como santo y pasaba sobre su catafalco tratando de obtener alguna reliquia. Durante el reinado de Felipe IV en 1655 dio instrucciones a su embajador ante la santa sede para que moviera el asunto y escribió varias cartas al papa pontificante Inocencio X. Buenas palabras pero sin resultado. Alguien movía los hilos cortocircuitando las propuestas. En la actualidad sigue aparcada. Lo mismo que la de Isabel. Se han obtenido pruebas inconcusa de práctica de la virtud en grado heroico por sendos augustos personajes del plateresco hispana y hasta algún milagro se ha conseguido por su intercesión pero alguien se opone ¿Por qué? Pues que lo explique Paloma Gómez Borrero


 Ambos personajes para nuestra desgracia han sido el eje central de la hispanofobia. Todo un fenómeno histórico. Odio satánico a la manera de ser y a la concepción del mundo de los españoles auténticos paladines de la defensa de la religión católica. De poco nos ha servido. Con la iglesia hemos topado Sancho. Les sigue un poco más detrás Cristóbal Colón cuyo centenario celebramos lo mismo que el acceso de Fray Francisco a la Regencia del Trono en virtud de la Concordia de Salamanca en 1506 un hecho que no se celebró en Salamanca sino en un humilladero del pueblo de Villafáfila cerca de las charcas y camino de Puebla de Sanabria.
. Interlocutores de este conciliábulo Fernando de Aragón, Felipe de Austria y el arzobispo de Toledo. Don Fernando, que era muy voluble e inconstante como buen político, engañó a su yerno y puede que de aquel conclave surgiera la decisión de acabar con el petulante flamenco. El joven moriría dicen que envenenado al cabo de aquel verano. La reunión tuvo lugar en junio y el principe fallece a últimos de septiembre ; Colón  en noviembre. Pero hay también una boda. La de Germana de Foix un princesa gala de 18 años con el viuda de Isabel de Castilla. Fernando tenía 54 años y no andaba ya muy bien de las cañerías por lo que el matrimonio no tuvo descendencia y hasta hay duda de que llegase a consumarse. El Rey busca el asesoramiento de curanderas y pide yerbas. Se le había acabado la munición después de los cinco hijos legítimos y otros tantos naturales a los que dejó bien colocados. A uno en la Silla arzobispal de Zaragoza a las restantes monjitas de Santa Clara en Madrigal.
Por entonces los frailes sobre todo los franciscanos predicaban cosas horrendas contra los alemanes. Se está gestando la revuelta de los comuneros que tiene un carácter religioso. El libro de referencia de toda esta parenética el Apocalipsis. Porque también a principios del quinientos creía la gente que se iba a acabar el mundo. No se acabó. Lo que vino fue el siglo del amor que es como conocen los historiadores al XVI. Bien tiempo de apocalipsis. La b de Tony Blair y la de Bush de la que uno de esos terroristas de la web en tono de amenaza dice que da mala suerte.  Pero tengo que escribir de eso. Contar cómo una gorda en la playa se la estalla el bañador y cae redonda sobre la arena y tienen que venir los bomberos a tapar el agujero con una leyenda que dice quam terribilis est locus iste (que terrible es este lugar) no me apetece. Tiempo de cambio. Apocalipsis a todo meter.
 El origen de esta caústica narración atribuida al Discípulo Amado autoría que los últimos escrituristas ponen en duda es una incógnita que toda su vida tuvo con el alma en vilo a Francisco de cisneros [Gonzalo en el siglo, y que hijo de un hidalgo pobretón y muy probablemente de ascendencia conversa originaria de ese insignificante pueblo de los Campos Góticos en León alcanzó la silla toledana la segunda Roma] y fue una de las razones que le movieron a la titánica empresa de hacer imprimir la biblia políglota cotejando los textos más antiguos de los Evangelios, las epístolas y el viejo testamento. Ardor de intelectual mesiánico.


Partía de una premisa que el reino de Dios el verdadero Israel y el tiempo de la promesa se había refundido en la idea imperial del trono español pueblo elegido como albacea del legado veterotesmentario davídico y brazo de la ley del heredero de las apóstoles esto es el pontífice romano. Trono y altar. Salvación de los pueblos y que todas las naciones de la tierra conocieran a Jesucristo. Ese era el sueño por lo que los motivos que le indujeron a la acción y este fraile menor era todo energía no podían ser más altruistas ni quijotescos.
Sólo por la Biblia Políglota - seis cumplidos y densos tomos en folio mayor con la yuxtaposición de textos- le hubiera hecho acreedor del mérito de subir a los altares. También tuvo otros. Su sencillez de vida. La morigeración de las costumbres y su práctica incesante de la penitencia que le dieron ese aspecto de eclesiástico enteco austero y de facciones demacradas con las que aparece en los retratos. Debajo de la rica seda de los atavíos episcopales (se cuentan hasta diecisiete ornamentos que van desde las cáligas la quiroteca escarlata con labores de hilo de oro el anillo y el pectoral de diamantes) llevaba el habito de estameña y el cordón de San Francisco. En su palacio de Toledo había un lecho de maderas preciosas con dosel de blondas y reposteros de seda con repujados de oro pero él no dormía ahí. Se echaba en un jergón de paja en un tabuco adyacente de cuya pared desnuda colgaban unas disciplinas y un cilicio y en las cuaresmas dormía en el santo suelo. Sus ayunos hicieron época y or eso le llamaban la galga en pieles por lo enteco y demacrado de aspecto..
 Dormía sólo cuatro horas y se afeitaba de noche para no perder el tiempo con la luz cenital. Tan singular austeridad monástica llegó a oídos del papa. Y Alejandro VI en 1495 le envia un breve para que suavice sus penitencias y viva con forme al decoro y los fastos de un príncipe de la Iglesia. Le obedeció pero debajo de la púrpura llevaba siempre el escapulario franciscano de tela áspera.
Siendo canónigo en Sigüenza estudió la Judiciaria pero abominaba de que le echaran las cartas y esto no tiene nada particular cuando precisamente hasta los mismos papas consultaban oráculos y tenían su propio astrólogo. Señalan algunos biógrafos que el espíritu de la profecía no le abandonó en sus días. Adelantó el día, la hora y la fecha de su muerte y predijo el estallido de la guerra de las Comunidades. Padeció persecuciones y calumnias por amor a la justicia.
 El iracundo y temperamental arzobispo Carrillo primado de Toledo lo tuvo entre rejas seis años por haber antepuesto la potestad papal a la autoridad del metropolitano a causa de una sinecura o nombramiento parroquial lo que a este eclesiástico que era soberbio y un producto típico de la mentalidad episcopal del renacimiento le sacó de sus casillas. Estos trabajos los soportó con longanimidad y buen talante. era manso nunca iracundo pero tenaz.


Un hermano suyo Bernardino también canonigo seguntino y al que protegió de por vida quiso asesinarlo ahogando a monseñor con una almohada. Del cainismo hispano por lo que parece no se libraban las curias ni los conventos. Tampoco entonces pero en lugar de enviarlo a galeras o dejar que se pudriera en una mazmorra de la cárcel de Orense donde se enchironaba a los tonsurados que hubieran cometido crímenes le asignó una annata de ochocientos ducados. También fue casto a la manera del Povrello de Asís “mi padre san Francisco” decía y no se le conocieron escándalos ni bastardos en contra de la norma habitual de aquel tiempo. Su predecesor en la prelacía primada de Toledo Mendoza, el cardenal de España y también el tercer rey de España le llamaban tuvo hasta diecisiete y un dia se los presentó a la reina que por todo comentario repuso “Ya veo ya los bellos pecados del cardenal”. Incluso ordenó labrar un sepulcro para unno de sus hijos naturales cerca del altar mayor. Cisneros cuando le sucedió lo mandó colocar en un lugar oculto pero perdonando siempre los “pecadillos” del arzobispo que había sido su mentor cuando entró a formar parte del cabildo catedral de Sigüenza. Este perdón es un indicio de que el para nosotros “santo” arzobispo regente de que practicó las virtudes teologales en grado heroico el principal prerrequisito de un candidato a los altares..
Luego está el hecho de que en la persona del Cardenal convergen algunos relatos proféticos. El fraile que salía con él a pedir por los campos de la alcarria una noche tuvo un sueño en el que vio cómo su pobre y hambriento compañero sería elevado a la Silla de Toledo o una mujer que se le apareció en Gibraltar cuando estaba a punto de embarcar hacia Berbería para predicar la buena nueva a los musulmanes disuadiéndole de su decisión al tiempo que le anunciaba “Convertirás a los infieles de otra manera. Entrarás con la cruz triunfal en la tierra de Agustín y romperás  cadenas y grilletes libertarás cautivos”.
Efectivamente en 1509 caían los muros de la ciudad de Orán bastión del turco y los postigos de aquella ciudad se abrían en un “attolite portes principes capita vestra” de caracter milagroso - los agarenos por lo general y desde la reconquiste española en sus guerras con los cristianos siempre han llevado las de ganar- mientras una escolta de clérigos del acompañamiento del cardenal entonaba ese gran himno de nuestra de que es el Vexila Regis prodeunt (adelante los estandartes de Rey). Dirán que no es bueno que un obispo se cale la celada y se vaya a combatir a la morisma. Sin embargo, aquel buen fraile había leido mucho la Biblia y se había empleado con las campañas bélicas que hicieron contra los enemigos de Israel Josué o el Santo Rey David. Además heredaba la tradición, estricta para la mentalidad de la época, de los obispos prevenidos en frontera. Sus antecesores en la sede primada fueron nada menos que un carrillo, un Gil de Albornoz o el obispo don Jernome del Cid de las Victorias. Fueron tiempos en que había que blandir la espada siguiendo el consejo paulino Vita militia est. Y en verdad la vida es batalla. Además no hubo papas más belicosos y guerreros que casi todos los de la Edad Media y del Renacimiento.


  Sus panegiristas consideran al Cardenal un benefactor de la humanidad. Fue recio en la lucha pero magnánimo en el perdón con los vencidos. Al rescatar el misal mozárabe que se había utilizado en las iglesias españoles supeditadas al califato quiere creo yo tener un gesto de reconciliación con los musulmanes a los que invita a abrazar el catolicismo empleando prácticas, abluciones y rezos que están más próximos a la mentalidad coránica. Los cristianos de esa norma no sólo pagaban pechas al cadí sino que incluían el nombre del sultán en sus letanías pidiendo para él la gracia de Dios, la paz y la concordia junto con la bendición de los frutos de la tierra. Y gracias a él se conserva el rito visigótico en la catedral de Toledo en una capilla a la que están afectos quince beneficiados.
Durante el Califato se oficiaban misas en seis iglesias de Toledo y otras tantas en  Córdoba. Los templos quedaron cerrados con las persecuciones de los almorávides pero la mozarabía seguía bautizando a sus hijos y enterrando a sus muertos de ocultis conforme a los rituales visigóticos. El cardenal regente los saca del olvido como un símbolo de la supervivencia de la Iglesia en medio de tiempos extremos pues creía firmemente que fuera de ella no había salvación y se compadecía de los “pobrecitos” que no conocían a Jesús. Esta tolerancia y magnanimidad la pone en práctica desde su puesto de Inquisidor General. Durante su mandato no hubo quemaderos a diferencia de lo que ocurre bajo su predecesor Torquemada que era de origen converso por cierto y a Antonio de Nebrija al que formaron proceso inquisitorial por su libro Lebrija le nombra su asesor en lengua latina y hebrea y le nombre catedrático de castellano en la universidad de Alcalá. Su condición de marrano no fue óbice. Ahí lo tenemos: un judío que abre con su llave maestra los tesoros de la lengua castellana.
Todo este cúmulo de pruebas le conceden un aval más que suficiente para que su causa de beatificación sea incoada pero ya digo tales iniciativas chocan de frente con las maquinaciones vaticanistas de un lobby poderosísimo, el que promocionó la causa de Escrivá de Balaguer por la vía expeditiva y anda en los mismos pasos con la de Wojtyla [¿se podrá reemplazar la teología de la Crucifixión por la del Holocausto? Yo me pregunto. La cosa tiene su intríngulis y en la elevación de los tales a los altares, el uno un héroe nacional polaco pero que con su empecinamiento en abatir el Muro brindó la piqueta a los enemigos de la fe para que destruyeran a una Europa cristiana y milenaria, sigo pensando humildemente a la vista de los resultados que se equivocó. Y el otro un prelado muy discutido en la propia España. La cosa tiene su miga] , el que se ha opuesto con ahínco al de la causa de la Reina de Castilla y el que profanó la sepultara en san Juan de Letrán de Paulo IV. Quizás no haya peor cuña que la misma madera. Pero en fin dejémoslo todo en manos del Señor.


Hombre de estado y la energía andando embutida en una piel tan correosa y tan frágil quiso hacer la reforma monástica adelantándose a los protestantes que la precaria situación del clero regular estaba pidiendo a gritos. Guerras, pestes y la emigración a Indias que comenzaba eran elementos determinantes de que la vioda religiosa atrajera a los más indeseables y a los más iluminados que no buscaban el camino de perfección sino la sopa boba y los garbanzos asegurados motivo de escándalo porque había cenobios convertidos en lupanares y picaderos donde los frailes y los señoritos del lugar se corrían las grandes juergas. Las disputas entre conventuales y observantes franciscanos le trajo por la calle de la amargura y fue la causa de las muchas calumnias que contra su persona de condición recta magnánimo pero autoritario se fraguaron. A los canónigos de Toledo que no querían coro ni estar encerrados trató de meter en vereda. Todo el cabildo acostumbrado al relajo al absentismo y al nepotismo de sus predecesores se puso en pie de guerra contra Cisneros. Al obispo de Zamora que alzó pendones contra él amenazó con arrasarle la catedral arrasar la ciudad y sembrar ala “bien cercada” de sal. Se rindieron. Luego, indulgente, perdonaba a los infractores y echaba en el olvido las injurias y afrentas personales pero de primeras era un disciplinario austero incoercible. Justo el prelado que la indómita iglesia hispana en aquellos tiempos de cambio necesitaba.
También le llamaron el “obispo edificante” porque tenía esa sed insaciable de reforma indulgencia y beneficencia para sus semejantes que algunos denominan “faraonismo” (creo que Gallardón cojea del mismo pie) y para los romanos era meramente “cupiditas aedificandi” una manía por construir como otra cualquiera pero que gracias a ellas Castilla se inundó de templos y colegiatas de buena labra, colegios y hospitales y otras muchas obras pías. Y de universidades. Concebía el ejercicio del mando como un servicio público y a este propósito no le animaba la filantropía o el deseo de perpetuar su nombre el amor a la Iglesia de Jesucristo y el amor a España..
LUCHA CONTRA EL TERRORISMO Y LA PIRATERÍA islámica
Es por ello que no vacila en trocar el píleo cardenalicio por el casco de soldados y ya anciano y mermado levantar gente y prevenir una escuadra contra el Sultán (Marruecos, siempre Marruecos) y embarcarse en una aventura militar que permitió a los cristianos la conquista de Orán con suerte alterna puesto que si bien redimió muchos cautivos con la toma de aquella plaza luego su hueste cayó en una celada agarena en la isla de Gelbes, cuatro de mil de sus hueste pereció de hambre y de sed. Su visión de las cosas era la de un estadista moderno que tuvo que vérselas  al principio de la edad moderno con ese fenómeno tan contemporáneo que se da en llamar terrorismo fundamentalista.


Y terrorista fundamentalista era Barbarroja quien en sus incursiones contra el Levante español con sus lanchas y cayucos sembraba el terror de sus habitantes. Éste que perdió un brazo en la toma de Orán juró odio eterno contra el Cardenal Regente. el famoso pirata del turbante cuya mera mención nos aterrorizaba ya desde niños era un español de pro converso a la fe del Profeta y que había nacido a unos pasos del lugar donde yo escribo esta semblanza en Villafranca del Castillo dentro de los muros de esa fortaleza que fue escenario de una de las peores batallas  de nuestra guerra civil Brunete y donde un tabor de regulares se hizo fuerte contra los infantes de Líster y los internacionales. Cuando paso por allí y contemplo los matacanes y almenas de la fortaleza me hago cargo de una realidad: los moros son valientes y aguerridos. Barbarroja bautizado con el nombre de Rodrigo dio en llamarse Horuc de Mitilene cuando se pasó al Turco.

Cisneros fue ek primero en darse cuenta de que la pugna contra los profesos de Mahoma será una lucha apocalíptica hasta el fin de los tiempos pero no le animaba en esta dura brega ningún afán de revancha o enemiga personal sino su fe ferviente y la creencia de que el islam es una secta pero era magnánimo en sus conquistas y victorias contra los moros. Nunca arrasaba sus campos y perdonaba a la población instándoles a bautizarse y en todo caso si este extremo no era hacedero permitiéndoles el uso de sus ritos y la práctica de la religión en la clandestinidad. No sabemos si se equivocó en la idea de que el cristianismo tiene prelación sobre las otras dos religiones monoteístas pero a ese afán dedicó todo el cúmulo de sus energías. Lo creía sin dubitaciones y anhelaba ver a todos los pueblos de la tierra unidos bajo el estandarte de la cruz. He ahí otro considerando que debiera ser un tanto en su haber para promocionar su canonización.

Ciertamente no tratamos de enhebrar en estos puntos el arquitrabe de una hagiografía. En su biografía, qué duda cabe, hubo miserias que eran la de los egoísmos y apetencias humanas pero nuestro buen fraile pasó sobre ellas como de puntillas y sin contaminarse del barro al pisar el lodazal. A Germana de Foix les privó de sus villas de Santa María de Nieva, Olmedo y Madrigal y le deja sólo en posesión de la de Arévalo en razón de sus dispendios. Se gastaba todas las rentas  que le legó Fernando el Católica en bailes saraos y banquietes y por eso la llamaban la pinguis et bona pota. Debió de empinar bien el codo la francesa y sus amoríos en Arévalo hicieron época. Después de fallecer Fernando vuelve a contraer nupcias con el duque de Brandemburgo y más tarde con el de Calabria. Tal disipación al buen fraile no le pareció bien. Soportó con longanimidad los despechos y menoscabos del señor al que servía. El Rey Católico tuvo celos de él y su nieto Carlos en manos de sus validos flamencos le trata con despecho. Todo lo soportó la “galga en pieles” el hombre más calumniado de Castilla. Los oprobios del secular cainismo no le abandonaron hasta la misma hora de la muerte acelerada por una carta injuriosa y desconsiderada del emperador Carlos V pero él la recibe con entereza y resignación cristiana, murmurando el salmo Domine in te speravi en la villa de Roa a 8 noviembre de 1517 donde posa en su viaje hacia Asturias donde se esperaba al César

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