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miércoles, 2 de enero de 2013

VIDA EREMÍTICA

LIBROS DE ALTO CONTENIDO ESTÉTICO, FILOSÓFICO Y MORAL. LIBROS DESCATALOGADOS E INENCONTRABLES PERO QUE AYUDAN A RECABAR Y A RECAPACITAR SOBRE UNA VISIÓN DEL MUNDO ACTUAL. ESPAÑA ES LA PRIMERA POTENCIA MUNDIAL EN EDICIÓN QUE RESPONDE AL TEMPLE LIBERTARIO DEL ESPAÑOL PUES DECÍA GRACIÁN "español soy hasta la gola que siempre la libertad fue española". Los españoles tenemos más libertad de conciencia que los enciclopédicos galos o los anglosajones dominados por el pensamiento único. LOS LIBROS OS HARÁN LIBRES


EMBOLISMÁTICO

 

La confusión camino es de perfección y Octaviano poeta mayor inclinado a las anacrusas prefería el vocabulario embolismática como ayuda de costa y poyal de camino para adentrarse en los tiempos de confusión escribiendo con no pocos arrequives, entretalladuras y arabescos. Pese a lo cual su numen fluye como el raudal de una fuente o las aguas de un molino harinero. Era no en vano amigo de Poldo el del Molino. Iba a cangrejos y con su retel pescaba crustáceos y cazaba mariposas adentrándose por  hontanares de la imaginación. Vuelve a casa, pan perdido. Amaba a la poesía de congruo y de condigno, se refugiaba a la agachadiza en su cueva interior. Era todo un heremita de los tiempos apocalípticos. Poseía el don de la ebriedad y había leído muchos libros. Tripas mueven por pies. Sin embargo él caminaba por mundos soñados con los ojos de su imaginación. Vivía pobre. Todas sus posesiones se reducían al alfamar o manta morisca  y de una cobija palentina, dos candelarios, cinco potas, unas trébedes y dos cuchillos para cortar pan. Las paredes de su celda aparecían cubiertas de papeles, del comején de la humedad y de la ruya de recuerdos dolorosos. Déjame estar no más en tu claustro sosegado. De vez en cuando se ponía a mirar al paisaje y desde su cueva oculta entre ramas de abedul veía los mullidos prados de cencida hierba, las montañas azules cubiertos en los picos con algún lienzo blanco reliquia de las nieves perpetua. En el pueblo le llamaban el cenobita de Liébana. Mucho le prestaba en las largas tardes de mayo alzarse con un cante a lo zamarro de la cadencia praviana. Recordaban las estrofas las hazañas de antiguos reyes godos que se llamaban Adosinda, Silo y Mauregato. Rostros borrosos. Personas que no existen. Amores que fracasaron. Xunce las vacas, Ramona... Pasaba las noches en contemplación de las estrellas y le amanecía de gota serena sobre la villa famosa acurrucada entre lomas y espaldares a los que la erosión glacial había transformado en torrentes en formas de albarda por causa de las morrenas. Rumiaba sus recuerdos mientras cantaba la alondra y la luz ámbar de la amanecida doraba las rocas. Los caballos montesinos piafaban en la cuadra. Era la hora de la alfalfa. Se levantó el aire yu pronto empezó a tronar. Cuando cruje la cueva de Noreña saca los bueyes y vete por leña. Por aquí vivió en los espaldares del monte Naranjo don Alonso de Velasco el que la sierpe mató. Los caminos los visitan por eso con frecuencia duendes y endriagos. La sierpe mató don Alonso y con la infanta casó. Todo un enigma que no puede ser interpretado don parábolas sino en lenguaje oblicuo y embolismático. Octaviano el monje vivió en aquellas Asturias hace muchos siglos

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