GOGOL, EL ANTICRISTO Y LA GUERRA DE UCRANIA
Dios me libre de condenar a los judíos y caer en la trampa del antisemitismo y de ir contra los de una raza conversa que puede que sea la mía (Sta Teresa. San Juan de la Cruz, Quevedo, Góngora, Cervantes, Tirso de Molina y muchos más)
Pero no por ello hay que obviar ciertas peculiaridades del sanedrín que rige sus destinos y comete masacres como las de Sharon en Sabra y Chatila o la guerra de exterminio que lleva adelante Natanyaju en Gaza.
Razón tiene Pedro Sanchez cuando dice que España no compra armas a genocidas y asesinos.
Fue Natanyaju el que dijo que la guerra en Palestina es una guerra de religión lo mismo que la de Ucrania que lleva adelante ese títere sin cabeza Zelenski a las ordenes de Trump, Biden, la Merkel, la Van der Leyen y el sanedrín universal.
Ciertamente, la política de este tribunal desde Getsemaní y de los campos de Haceldama donde creció el árbol en que Judas se ahorcó ha sido transgredir, triturar las normas de convivencia, mentir. Grandes propagandistas crean bulos por doquier.
El pueblo ruso no es antisemita pero es un firme defensor de la fe cristiana y no le importó morir a lo largo de la historia en defensa de la Ortodoxia.
"Esperad ya llegará el tiempo en que sabréis lo que es la religión ortodoxa. Ya presienten las razones la aparición en la tierra de un zar ruso (¿Putín?) y no habrá en el mundo fuerza que se le someta... nadie es capaz de domeñar el animo ruso".
Con estas frases a orillas del río Dnieper cuya aguas bajan ensangrentadas termina la magnifica novela profética "Taras Bulba"
Es una exaltación de la caballería cosaca que hace la guerra en Ucrania a los polacos católicos y uniatas, herejes para el atamán Tarás que cabalga al frente de una setnia (regimiento) y trata de rescatar a su hijo Ospat que está encarcelado en Varsovia y condenado a muerte.
Contrata a un judío que le conduzca hasta la ciudad del Vistula en un carro dentro de un tonel de aguardiente. Le cobra una fuerte suma, lo engaña pero así puede asistir al ajusticiamiento de Ospat, su hijo querido, desde la distancia y gritar ante el jefe de los polacos que Rusia es invencible.
La novela está plagada de profecías y de ese humor característico del autor de "Almas Muertas" un genio de la literatura rusa que precisamente era ucraniano. Cuando está a punto de entrar en combate, ha sonado el toque de botasilla, Tarás se sale de la formación y vuelve grupas para buscar su cachimba.
Un cosaco, dice, prefiere la pipa y el tabaco a su mujer y no puede entrar en batalla sin su cachimba...
Gogol pinta a Yankel, el deuteragonista de "Tarás" en oposición al noble y valiente atamán cosaco como un característico hijo del gueto.
Tirabuzones, media sonrisa colgando de sus guedejas, raídos pantalones y parlando con sus camaradas en una lengua que nadie entendía, taimado, traidor (¿Zelenski?) y sumiso pero con una bolsa llena de doblones de oro y que tenía la cara pintada de pecas como el huevo de un gorrión.
Hoy en día los habitantes de aquel hediondo sector rojo de Varsovia que vivían entre la porquería y la miseria son los grandes contratistas en Nueva York que vuelan por los aires del mundo en aviones supersónicos privados y son los señores de la guerra y de la paz como Donald Trump un Yankel redivivo pelirrojo ojiporcuno y con la cara pintada de pecas como el huevo de un gorrión. El rey del mambo, hijos míos.
viernes, 16 de mayo de 2025
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