1981
vaya una nochebuena
pasaron
tres decades, un soplo, y aquel tiempo me llega enredado entre los bigotes de
lech walesa, los mineros arrodillados en los astilleros de Gdansk t los curas
oyendo confesiones. En las noches escuchaba la onda corta en aquella radio
enorme y lujosa que tenía un ojo mágico con pestaña azul, algo siniestro que
recordaba a la guerra y el guial daba vueltas en corcunferencia… aquí polonia…
radio Varsovia. Ya estçan ahí pero mentira. Los tanques rusos no acaban de
llegar nunca. Las malas lenguas decían que Lech era hijo del propio papa pues
es costumbre inv eterada- acabo de leer a Gogol que se refiere a los polacos
como herejes- de que toda polonesa tiene a gala (una bendición del Altísimo)
ser fecundada por un “papiesa”. El general Jaruselski gastaba gafas negras y se
parecía un poco a don Bienvenido pero los tanques soviéticos no llegaron nunca.
Aquel fue el año del cambio o si se quiere el de una era contra un sistema de
valores en que creíamos y no vimos pero ese era el testimonia, el vaticano
templando gaitas ofició de maestro de ceremonias. Ya se cuarteaba el muro y yo
entretenía mis noches de dolor velando radiofonías y comiendo turrón. Me partí
un diente. Empezó el ciclo de navidades dispomanas glotonas y no era el santo
advenimiento lo que3 se venía encima sino el general aburrimiento de
corrupciones y persecuciones. A ceaucescu lo darían mulé sobre la nueve de
Timisoara ocho años después. Ahora el tema de todos los días es Putin pero nada
es lo que parece. Volodia es uno de ellos. Había escrito un par de novelas el
diablo en lo alto de la cornucopia de cobre y cónsul de España en nueva york y
de allí trajeron el “Guernica” un mural que tan ta guerra dio con eso de las
libertades y del que se han escrito hartas tonterías. Picasso lo pint´p o mas
bien garabateó estando borracho. Mucho nos está durando aquella curda
propagandistica a los españoles. Fue el año en que estalló la guerra de las
galaxias y Tejero subió a la tarima del Congreso de los Diputados. Quieto todo
el mundo. Una mascarada. Agentes de la Cia la pipa y la “uzzi” bajo la
gabardina un bulto disimulado bajo el sobaco cubrían carrera hacia la puerta de
alcalá. 23F la intoxicación etílica les duró hasta la madrugada. Ay jesús del
gran poder. Fuese y no hubo nada pero lo de Polonia sí parece que iba en serio.
Wojtyla que ahora creo que es santo estaba metido en aquel ajo. Las tusonas de
siempre azotaban las aceras de Sol y calle la Cruz. Chicote sirvió un coctail a
los recien llegados pero aun no habían aflorado las Mediawomen emperatrices de
los telediarios contándonos cosas macabras y el audiovisual estaba en
mantillas. Yo estaba aprendiendo alemán por unos cursos que daba la RDA
emitiendo desde Berlin. Pronto cerraron el chiringuito y yo me quedé
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