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sábado, 19 de marzo de 2016


Redde mihi domine stolam, inmortalitatis quam perdidi. Y, al decir esto, el cura de Riofrío besa la estola. Merear domine portare manipulum fletus et doloris  (merezca yo portar el manípulo del dolor) dice, acto seguido, el preste al colocarse el manipulo y renace un tiempo viejo entre las cajoneras y los espejos ustorios de la sacristía.

Es el arranque perfecto para una misa cualquier domingo del siglo XIX en la España profunda. En la iglesia el pueblo aguarda. Tocan las campanas y delante de la grada formula el cura, embutido en una casulla guitarrera, el rito de salutación eterno: introibo ad altare Dei,  entraré al altar del Señor. Los feligreses el aire aburrido escuchan las oraciones bisbiseadas por el clérigo de forma mecánica y atropellada. La feligresía mira con cara de circunstancias.

Es el momento en que al pasear la vista por el concurso en todo un travelín (el escribano, el médico, el secretario, el juez de paz, la pareja de la Benemérita) sin cámaras descrito hábilmente por la pluma tan capacitada como la de Armando Palacio Valdés topa con la mirada huidiza de  su amada Rosa la Molinera.

Andrés es un periodista madrileño que ha venido a Asturias a casa de su tío cura a reponerse de una incipiente tisis. Protagonista Andrés Heredia y, deuteragonista la del Molino, van a experimentar en sus vidas un soplo siniestro (pathos) y sucumben al dictamen de la fuerza de un hado fatal. ¿Asturias paraíso o infierno?

El escritor de Entralgo es un maestro de la novela psicológica y sociológica. Obras como “El Cuarto Poder” “La Aldea Perdida” “La Fe” “El Maestrante” constituyen un zócalo en el que se estructura la vida española con el advenimiento del progreso (las minas, el ferrocarril, el voto directo. El periodismo, los partidos políticos) y en parte desmonta el mito de Asturias paraíso natural. En esos pueblos perdidos en esos concejos a trasmano y en esos valles recónditos se esconden las pasiones de cuyas garras no podrá escapar el ser humano: la avaricia, la gula, la intolerancia, los prejuicios de casta, la lujurio, el fanatismo religioso, la violencia.

Palacio Valdés, que ha sido mal leído y mal interpretado como escritor de derechas quizá porque añorase las costumbres patriarcales del viejo Avilés, presenta en sus novelas un denso calado  de encrucijadas anímicas que lo acercan a los grandes maestros rusos y franceses.

Tampoco en él, como en Asturias, —esa Asturias a la cual supo describir y buscarle las vueltas encontrando bajo esa superficie afable el estro trágico de los duendes los nuberos y las xanas— nada es lo que parece.

Con el sambenito de “carca” fue detenido en el Madrid rojo de 1937 feroz mes de noviembre y acaso fusilado (oficialmente murió de hambre) pero su inmensa obra que no ha sido evaluada ni catalogada en su totalidad está cuajada de crítica social, pone en berlina a los caciques, fustiga al clero indocto verdaderos verracos con sotana que padreaban por las aldeas y contribuían a mitigar la despoblación demográfica, llenando sus parroquias de “fios” naturales, caricaturiza a los indianos que regresan a morir a la tierra hablando fino y con acento de azúcar de  dengue, grandísimos usureros que hacen prestamos al 25 por ciento, critica la brutalidad de los rudos labriegos que maltratan a sus mujeres y a sus hijas. Se mofa de los veraneantes.

Surgen pleitos y malquerencias por un mojón y por una linde. Aparece un campesinado irredento que labra las tierras en aparecería a un terrateniente residente en Madrid que jamás pisa la comarca.

Como un profeta este maestro de la narrativa que es bronco y certero en sus novelas de ambiente rural asturiano, y afable y simpático, en contrapartida, en las de ambiente andaluz, como la Hermana San Sulpicio  o Riverita  — se dice que han sido un asturiano Palacio y un gallego Cela los grandes cantores de Andalucía— va desbrozando la madeja que abocará a los españoles a la guerra civil de la cual él fue victima.

El Idilio de un Enfermo presenta una dinámica de arriba y abajo —upstairs, downstairs— dos lineas paralelas que jamás podrán encontrarse y ese desencuentro adquiere un carácter trágico entre un amante señorito y una muchacha aldeana a la que seduce y acaba raptando. Buena novela costumbrista. Hoy ya bi se encuentran escritores con ese talento narrativo de nuestros escritores decimonónicos. La lectura de cuyos libros apenas requiere esfuerzo. Es la clásica escena del nido de amor en el hórreo al amor del narvaso y cerca del pesebre donde rumia el ganado, bucólica escena pastoril.

No por trillado lugar común  menos efectivo recurso de la novela del XIX. El molinero Tomás padre de la muchacha quería casarla con su tío el indiano. Choque de pasiones encuentro de voluntades pero, entre medias, el arte.

Una buena novela, y pocos lo logran, es como una buena misa cantada (introito, ofertorio, lavabo purificador, anáfora, consagración, epicrisis bendición y despedida.) Y las novelas del maestro de la Aldea Perdida tienen eso y mucho más: humor, descripciones potentes como el de la misa dominical, la romería, el encuentro amoroso en el establo nido de amor. La fuerte prosopografía o pintura de la cara y a través del rostro penetramos en el alma de los personajes: el seminarista Celesto terror de las mozas del concejo un sátiro que promete acabar con su vida crápula en cuanto se ordene de subdiácono (entonces sanseacabó pero ¿Cuándo vendrá ese día?), la agnición o reconocimiento mediante algún tic personal como el del cura de Riofrío que el hombre no se explica bien en sus sermones,  recurre a latiguillos como ya me entiende usted, y ¿estamos?

Para paliar su poca capacidad retórica,  acababa llamando modorros y escribas y fariseos a sus parroquianos que dejaban el precepto dominical para ir a la hierba. El azimut de la narración se alcanza en la descripción de la romería en honor al santo tutelar: tambor y gaita, ramo, procesión, suena la Marcha Real a la hora de alzar, corra la sidra en el tonel, estallen voladores en el ferial y atruenen los compases de la danza prima, a los gritos del ataruxo y del ijujú. No faltan tampoco los palos pues era costumbre, el mocerío de aldeas rivales ha venido bien prevenido con garrotes de siete ñudos, tiemblan las navajas en bolso por un quítame allá esas pajas. Culto a Dionisio, a Venus, a Marte y a Baco y todo aboca a un final lamentable cuando por la senda aparecen los civiles que llevan preso al protagonista acusado del rapto de la molinera. Desaparecen en un recodo de la calella entre el polvo del camino y el fulgor de los charoles. Pero que no decaiga la fiesta. El seminarista Celesto que está a punto de recibir órdenes sagradas y decir sanseacabó a su vida disipada se enzarza en una discusión teológica con el excusador sobre el concepto escolástico de sustancia y accidente. La porfía sube de tono y están a punto de resolver sus diferencias a vergajos.

Algo vale que el mucho vino trasegado les hace de nuevo sentirse amigos y regresan a casa cantando viejas tonadas del país algo traspuesto, melancólicos, y borrachos. El que va de romería se arrepiente al otro día. Otro año más; nadie puede atrapar con las manos al tiempo que se va.

Un halo trágico — como en la Iliada en la eneida cuya estructura épica trata de imitar Palacio en su narrativa— se condensa como un aura ineludible sobre los lances e intriga de la trama y ya no podrán escapar los personajes a las garras del Destino: “oiga, Celesto, quien es aquella chica la del pañuelo negro y los corales en la garganta… ah sí la hija del Molinero… no piense usted en ella don Andrés, le daré un consejo… es una yegua”... Adraganto y Queronte aguardan. Rosa, expulsada por su padre de casa, se va a servir a Oviedo y luego acaba en la prostitución.

Andrés, de regreso a Madrid, reanuda su vida de crápula. La tuberculosis se apodera de su organismo y muere al año siguiente de sus vacaciones en Riofrío, a causa de un vómito de sangre. Nada es lo que parece. Pese a las predicas de moralistas, reformadores y sociólogos, la condición humana permanece invariable. Todo sigue igual. Sólo puede redimirnos el Arte.

jueves, 17 de marzo de 2016

mi libro 666 es profetico a la vista de la situación española y la crisis de los refugiados. La destrucción del humanismo cristiano ha insalado la mentira y la coacción

martes, 15 de marzo de 2016

nuevo libro DEL AUTOR DE ESTE BLOG

presentación de CORRESPONSAL EN LONDRES. De qué va la cosa.


 

Antonio Parra tuvo un sueño: ser corresponsal en Londres y ese sueño se materializó recién terminada su carrera de periodista y filólogo, a los 28 años. Una corresponsalía en la capital británica viene a ser como el mirlo blanco de los que ejercen esta profesión de juntar palabras y contar la historia desde un punto de vista personal y sin cortapisas. Actualmente, la figura del corresponsal diplomático ha desaparecido.

Sin embargo, Antonio Parra, tuvo la suerte de haberse embarcado en las tareas de una corresponsalía como el último bucanero.

Y también tuvo la dicha de habitar una casa con fantasma en el barrio de South Kensington. Era el espíritu del Conde Kelly, el cual algunas noches, picaba a la puerta y daba golpecitos en la pared, o se recogía en la bodega donde el periodista tenía el télex para enviar sus despachos a Madrid.

De una manera oblicua, intensa y rápida, y haciendo gala de un estilo moderno, no exento de ironía, el autor va narrando episodios de sus vivencias en aquella Inglaterra Feliz, la de los Beatles, la de las queimadas de Manolo Fraga en la embajada, los pactos, los consensos y contubernios, el amor, el desamor, desde el recuerdo de un tiempo que no volverá, sino a través de la magia de la literatura. Como dijo un primer ministro británico, “nunca lo tuvimos tan a huevo”.

El autor aborda el tema desde planteamientos poco convencionales y a la contra, de cómo se maneja hoy la “pulp fiction” de novelistas garbanceros y pedestres. Antonio Parra, testigo de cargo de aquella época, es una voz que merece ser escuchada.    

martes, 8 de marzo de 2016

leon y la literatura

León pone casa a los escritores

El Ayuntamiento planea diseñar una ruta literaria por la ciudad El proyecto incluye crear un museo dedicado a los autores locales.


06/03/2016
  • Los bustos que el artista Amancio González modeló de un puñado de escritores leoneses para el proyecto ‘El rostro de las Letras’. JESÚS F. SALVADORES -
    Los bustos que el artista Amancio González modeló de un puñado de escritores leoneses para el proyecto ‘El rostro de las Letras’. JESÚS F. SALVADORES -
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verónica viñas | león
Hay historias que suenan a cuento. León quiere ser como la Praga de Kafka o la Lisboa de Pessoa. El alcalde, Antonio Silván, pretende rentabilizar la ‘cantera’ de escritores leoneses a través de una ruta literaria.
La idea es colocar placas por toda la ciudad para rememorar la ingente nómina de autores locales. Además, el alcalde confirma que está estudiando la creación de una Casa del Escritor. Un museo que aún carece de presupuesto y de ubicación decidida, aunque hay varios edificios municipales que podrían albergarlo. Un buen argumento que podría tener mal final, a tenor de lo que podría ocurrir con el Aula Crémer, al borde del ‘desahucio’ si finalmente la Fundación Carriegos vende la Casona de Suero de Quiñones que alberga el legado del poeta. De momento, los fondos están a salvo. Si el edificio encuentra comprador, la colección de documentos, objetos, libros y manuscritos por los que en su día el Ayuntamiento pagó a Crémer 60.000 euros, serán depositados en el Archivo Municipal, a la espera de otro destino, mientras que los que son propiedad de la familia retornarían a ella.
Aunque la idea es muy poética, lo cierto es que las casas-museos de escritores, salvo excepciones, suelen ser museos ‘muertos’.
Es curioso que el Ayuntamiento quiera poner en valor a los escritores cuando uno de los premios literarios con mayor repercusión fuera de España, el Leteo, que ha permitido traer a León a autores de la talla de Paul Auster, John Banville, Arrabal, Sharon Olds, Cees Noteboom, Adonis o Amelie Nothom, entre otros, a punto estuvo de desaparecer por no poder sufragar los gastos de su desplazamiento.
León también dejó escapar la ocasión de ser Ciudad Literaria. Hace dos años la Unesco declaraba a Granada Ciudad de la Literatura, convirtiéndola así en la única española, y también la única de habla hispana, que ostenta este galardón. Y ello a pesar de que León fue la primera ciudad del país que lo intentó, aunque acabó tirando la toalla.
Otra cuestión sobre la futura Casa del Escritor es quiénes formarán parte de este ‘club’. Si únicamente autores de las últimas décadas o de toda la historia. Si en el museo tendrán cabida pioneras como la monja Egeria, que en el siglo IV recorrió 14.000 kilómetros y luego lo contó en un libro, o únicamente literatos nacidos en el siglo XX.
El artista leonés Amancio González tituló El rostro de las Letras a uno de sus proyectos más ambiciosos, que finalmente se frustró por falta de financiación. Los rostros que el escultor cinceló de Antonio González de Lama, Antonio Pereira, Elena Santiago, Antonio Gamoneda, José María Merino, Victoriano Crémer, Antonio Colinas, Basilio Fernández, Luis Mateo Díez y Juan Carlos Mestre únicamente pudieron verse en una exposición que tuvo lugar hace dos años en la Biblioteca Pública. Las esculturas, que hoy duermen el sueño del olvido, podrían encontrar acomodo en la futura Casa del Escritor.

jueves, 3 de marzo de 2016

vinum bonum


EL BUEN VINO NO HA MENESTER PREGONERO

 

Acudo a la sabiduría de nuestro simpar refranero. El pueblo español, lo mismo que el ruso y tal vez como el inglés antiguo se apoya caso siempre en la paremiología como prueba del nueve. Don Quijote ya le advertía a Sancho de los peligros que tiene salpicar la conversación de proverbios. “No comas ajos ni regüeldes, ni adobes tu discurso de refranes Sin embargo, los aforismos fruto de la observación y de la experiencia secular no suelen fallar en cuestiones de meteorología y de aspectos de nuestra vida social. “Vinum bonum laetificat cor hominum” (Libro de la Sabiduría de Salomón) el buen vino le alegra al hombre de sus tristezas. Pero “vino bueno no ha menester pregonero”, una versión enológica de la calidad de ciertas telas castellanas “el buen paño en el arco se vende”

martes, 1 de marzo de 2016

ESTO ES UNA CARRERA DE RATAS. ASÍ SE EXPLICA POR QUÉ INTENTAN BUSCAR UNA LUGAR AL SOL LOS DE PODEMOS. LA HERENCIA DE FRANCO CADA VEZ MAS MERMADA

Educación ofertará 600 plazas de maestro a 14.000 opositores

Las vacantes se repartirán entre las siete especialidades y la convocatoria saldrá en abril.

A. Calvo | León
28/11/2015
 
La Junta espera que más de catorce mil opositores se presenten a la convocatoria prevista para el próximo verano al cuerpo de maestros. Desde la Consejería de Educación se anunciará a finales de diciembre el número concreto de plazas que saldrán, aunque ya han avanzado que superarán las 600. El director general de Recursos Humanos de la consejería, Jesús Manuel Hurtado, así lo concretó durante su conferencia ante los 120 alumnos de la Facultad de Educación que ayer celebraron su acto de graduación. Hurtado centró su intervención en presentar a los recién egresados una salida para su incorporación al mercado laboral «con la mejor oferta de plazas desde 2009», según precisó, para recordar que ya existe una partida de un millón de euros destinada a las oposiciones, en las que las más de 600 plazas se repartirán entre las siete especialidades: Infantil, Primaria, Música, Audición y Lenguaje, Educación Especial, Educación Física e Inglés. Las últimas oposiciones a maestros en Castilla y León fueron en el 2013 y a pesar de que este año correspondía una nueva convocatoria, la Junta apostó por las de Secundaria, tras varios exámenes perdidos.
Hurtado adelantó que, por primera vez, los opositores deberán incribirse entre enero y febrero en la bolsa para las interinidades, aunque las oposiciones no se convocarán hasta abril y las pruebas no se realizarán, previsiblemente, hasta el verano. «El objetivo es poder gestionar con tiempo todas las solicitudes para evitar así que haya problemas con los baremos y se traspapelen documentos», apuntó, para remarcar que, sin embargo, hasta que no se realicen los exámenes y se adjudiquen las plazas no se adjudicarán las interinidades.
Inversión en Educación
«El sistema educativo mejoraría mucho si el gasto público en educación aumentara y se destinara a la enseñanza pública», remarcó el decano de Educación, José María Santamarta, tras apuntar que el número de plazas de las oposiciones «siempre son insuficientes por el número de egresados a nivel nacional». El decano, al igual que el director general de Recursos Humanos de la Consejería de Educación, hicieron mención al MIR educativo, una propuesta que plantean algunos estamentos educativos para completar y mejorar la formación de los maestros y profesores. Santamarta reclamó, que en el caso de que esta iniciativa se lleve a cabo, «la universidad debería poder decir algo al respecto tanto en el diseño como en el desarrollo». Por su parte, Hurtado apuntó que «el debate estará presente en los próximos años» y que hay que buscar el consenso, a pesar de remarcar que «el sistema de selección va a tener que cambiar no tardando mucho». La representante de los alumnos, Andrea de Juan, al igual que el decano de Educación, tuvieron palabras para recordar al joven Diego Velado, alumno de la facultad que falleció tras ser atropellado por un vehículo mientras acudía a las prácticas de su carrera. En nombre de sus compañeros, la joven defendió que los grados de Educación «no son el tópico de pinta y colorea» como muchos piensan y reivindicó el papel de los educadores.
La graduación
En la ceremonia de graduación de la Facultad de Educación, que se celebró con motivo de su patrono, San José de Calasanz, recogieron su insignia los 52 egresados de Infantil, los 94 de Primaria y 34 de Educación Social, a los que se sumaron los 114 del máster de Profesorado de Educación Secundaria y los diez de Orientación Educativa. El curso pasado participaron en programas de movilidad 59 alumnos, de los que doce llegaron desde otros centros y 38 salieron fuera desde Vegazana